La-Chaux-de-Fonds

Distrito de La Chaux-de-Fonds
Información sobre la plantilla
Ciudad de Suiza
Bandera de La  Chaux-de-Fonds
Bandera

Escudo de La  Chaux-de-Fonds
Escudo

MapaLa-Chaux.png
EntidadCiudad
 • PaísBandera de Suiza Suiza
 • Fundación1656

La Chaux-de-Fonds. Es una ciudad suiza del Cantón de Neuchâtel, capital del distrito de La Chaux-de-Fonds. Tercera ciudad de la Romandía tras Ginebra y Lausana. La Chaux-de-Fonds debe su renombre a la relojería, a la microelectrónica, a su particular arquitectura y a la riqueza de su vida cultural y deportiva.

Generalidades

La imagen urbana de La Chaux-de-Fonds está marcada por su plano en damero diseñado a comienzos del Siglo XIX después de un incendio catastrófico. En 2009, la ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Ubicada a casi 1000 m sobre el nivel del mar, es la ciudad más alta de Suiza. Además, es el lugar de nacimiento del arquitecto Le Corbusier, cuyo nombre verdadero era Charles Edouard Jeanneret-Gris. Aquí está emplazada una de sus primeras obras: la “Maison Blanche” construida para sus padres en 1912.

En este lugar también se encuentra el “Musée International de l'Horlogerie – MIH” (Museo Internacional de la Relojería), dedicado completamente a la historia de la medición del tiempo. Cuenta con 4500 piezas de exposición, entre ellas 2700 relojes y 700 relojes murales.

El clima en el Jura es áspero. En las colinas solitarias del Jura, al Oeste de Le Locle, se encuentra la aldea La Brévine, considerada como la liberia de Suiza. Con -41,8°C es aún titular del récord de frío de Suiza. En verano, los montes del Jura son una popular región para excursiones y pie y en bicicleta, mientras que en invierno domina el esquí nórdico.

Sitio patrimonio de la UNESCO

El urbanismo relojero de La Chaux-de-Fonds y de Le Locle ha sido reconocido en el año 2009 por la UNESCO por su valor universal y excepcional. De esta forma se convierte en el décimo emplazamiento suizo que pasa a formar parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad y se une al casco antiguo de la ciudad de Berna, al ferrocarril rético y a la Abadía de San Galo.

Geografía

Situada en un alto valle de la cadena del Jura (el centro de la ciudad se sitúa a unos 1000 metros sobre el nivel del mar), es la segunda ciudad de mayor altitud de Suiza después de Davos, y una de las ciudades de mayor altitud de Europa. Es además, por población, la primera ciudad del cantón de Neuchâtel, la tercera ciudad de la Romandía después de Ginebra y Lausana, y la duodécima ciudad en toda Suiza.

Cabe sin embargo matizar la importancia de estos datos señalando que la ciudad de la Chaux-de-Fonds no pertenece, como otras ciudades, a ninguna aglomeración urbana. La capital del cantón, Neuchâtel y el conjunto de ciudades aledañas constituyen un núcleo urbano más poblado. Ese carácter "campestre" es, sin embargo, uno de los principales atractivos de una ciudad que presume de ser, tal como reza un lema oficial, “la única ciudad que ha escogido vivir en el campo”.

Limita al norte con las comunas de Fournet-Blancheroche), Grand'Combe-des-Bois,Les Fontenelles y Les Bois, al este con La Ferrière, Renan, Fontaines y Les Hauts-Geneveys, al sur con La Sagne, al suroeste con Le Locle, y al oeste con Les Planchettes.

Historia

Antes de la Edad Media, la región de La Chaux-de-Fonds estaba prácticamente deshabitada. Son muy escasas las huellas humanas encontradas, siendo el hallazgo de un cráneo del epipaleolítico en la "Grotte du Bichon", en el colindante valle del Doubs, una notable excepción, habiéndose podido determinar que aquel hombre de Cro-Magnon fue probablemente mortalmente herido durante una cacería (se encontró una punta de flecha clavada en la vértebra de una osa cuyos restos también se encontraron en esa cueva).

El alto valle del Jura en el que la ciudad de La Chaux-de-Fonds está asentada no estuvo poblado hasta casi finalizada la Edad Media. Los primeros colonos, provenientes de los valles circundantes (Val-de-Ruz, La Sagne, Le Locle), colonizaron la región entre los siglos XIV y XVI. Se trataba, fundamentalmente, de agricultores y ganaderos, que no llegaron a constituir un auténtico núcleo de población y que dependían, administrativamente, de los municipios vecinos (La Sagne, Le Locle) y de la entonces capital administrativa de la región: Valangin. La Chaux-de-Fonds se erige en parroquia (reformada) a mediados del Siglo XVI. Se convierte realmente en un núcleo urbano en el Siglo XVII y se establece oficialmente como municipio el 2 de diciembre de 1656, siendo designado como primer alcalde de la ciudad Abraham Robert (1619-1679).

El desarrollo de la ciudad en los siglos XVIII y XIX se debió, fundamentalmente, al proceso de industrialización que sufrió la región. Inicialmente concebidas como actividades artesanales complementarias de la agricultura y de la ganadería, el encaje y la relojería se convirtieron a partir del Siglo XVIII en motores del desarrollo. La relojería se convirtió a finales de ese siglo en la principal industria. Su rápido desarrollo y el crecimiento desordenado tuvieron una consecuencia desastrosa e imprevista en 1794: un gigantesco incendio destruyó gran parte de la ciudad que fue, sin embargo, rápidamente reconstruida. La ciudad se desarrolló, fundamentalmente, en el flanco norte del valle a partir del núcleo original según un diseño en manzanas rectangulares absolutamente único en Suiza (país en el que los grandes centros urbanos tienen casi todos un origen mucho más antiguo).

El crecimiento de población en el Siglo XIX, impulsado por el desarrollo de la industria relojera, fue espectacular, duplicándose la población entre principios y mediados de siglo y triplicándose entre 1850 y 1915. Esa llegada masiva de inmigrantes, tanto suizos (alemánicos en su mayoría) como extranjeros (franceses, italianos y alemanes) contribuyó a convertir la ciudad en un centro multicultural y multireligioso, constituyéndose en 1834 una parroquia católica y estableciéndose una importante comunidad judía de origen alsaciano (que contó hasta 850 miembros) que erigió en La Chaux-de-Fonds una de las mayores sinagogas del país. El carácter predominantemente industrial de la ciudad propició, por otra parte, la difusión de ideas progresistas y republicanas pidiendo, entre otras cosas, una mayor libertad de comercio. Los habitantes de La Chaux-de-Fonds participaron activamente en la revolución de 1848, convirtiéndose a partir de entonces la ciudad en el principal centro económico del cantón.

Sociedad

La mayoría de la población cultiva con agrado la reputación de ser una ciudad obrera que ha elegido vivir en el campo. Desde hace décadas sus habitantes tienen un gran interés en defender valores humanistas, artísticos y más recientemente, ecológicos por medio de una diversidad de proyectos independientes y autogestionados.

Ha tenido un rol pionero en el ahorro energético al poner en funcionamiento un sistema de calefacción a distancia. La ciudad recibió en 1994 el Premio Wakker de arquitectura.

Desarrollo demográfico

Pequeños pueblitos en 1800, con apenas unos centenares de habitantes dedicados mayormente a la cría de ganado, La Chaux-de-Fonds y Le Locle han conocido un desarrollo fulgurante en el Siglo XIX. En 1900 La Chaux-de-Fonds contaba con 36.000 habitantes y Le Locle, con 13.000. El reloj había llegado a su Tierra Prometida en las montañas del Jura.

Casi completamente destruida por un incendio en 1794 (Le Locle fue a su vez devastada por el fuego en 1833 y 1844), La Chaux-de-Fonds fue reconstruida tomando en cuenta las necesidades de la naciente industria relojera y de los preceptos de higiene, tan en boga en la urbanística del siglo XIX.

Recorriendo la ciudad, la primera sensación es de una cierta monotonía. Las calles parecen todas iguales, y las casas también.

Una ciudad hecha de ángulos rectos

"La Chaux-de-Fonds está hecha de ángulos rectos. No tiene un centro propiamente dicho y eso sorprende a los visitantes”, comenta el escritor Jean-Bernard Vuillème, nacido y criado en esta ciudad del cantón de Neuchâtel.

Sistema:Cta

Pero la primera impresión es engañosa. Si bien esta ciudad es la cuna de Le Corbusier y del escritor Blaise Cendrars, no es un sitio histórico en sentido estricto, como por ejemplo puede serlo Berna. Pero no por ello sus riquezas arquitectónicas son menos sorprendentes.

El rostro de la ciudad se lo debe todo al plano urbanístico elaborado en 1834 por el ingeniero Charles-Henri Junod, quien privilegia la luz, la racionalidad de los viajes y las posibilidades de desarrollo urbano, sin fijar límites claros. Factores estos muy importantes para la industria relojera.

Entre un bloque de viviendas y otro, los espacios son amplios. En diversas zonas los jardines son omnipresentes delante de las casas. Las ventanas de los edificios son numerosas, puesto que el sol es un elemento primordial para el trabajo de los relojeros. Ya en 1849 más de 3.800 personas sobre una población de 6.773 se dedicaban a este oficio.

Simbiosis entre industria y alojamientos

En la arquitectura de muchos edificios se transparenta claramente la fusión entre funciones de vivienda e industriales, una simbiosis tan manifiesta que llevó a Karl Marx a decir que La Chaux-de-Fonds era “una única fábrica de relojes”. El taller abierto en 1892 por Léon Breitling en la Rue Montbrillant es un brillante ejemplo, con la fábrica en el centro y dos espléndidas casas en los laterales.

"Hoy los talleres aún en actividad en el centro son pocos. Los espacios no se adaptan ya a las necesidades de la industria relojera moderna”, explica a swissinfo.ch Jean-Bernard Vuillème. “Sin embargo, prácticamente todas las grandes marcas mundiales tienen una sede en la zona industrial entre La Chaux-de-Fonds y Le Locle. El hecho de poder afirmar 'tenemos un centro de producción en la región' sigue siendo un sello de gran calidad”.

Muchos edificios exudan aún hoy riqueza y fe en el progreso que durante decenios han distinguido a esta ciudad. Al menos hasta la gran crisis relojera de inicios de los años 70. El teatro de estilo italiano, construido en 1837 y renovado posteriormente varias veces, es probablemente el más bello de Suiza, y su adyacente sala de conciertos, edificada años más tarde, tiene una acústica tal que numerosos músicos famosos la han utilizado para sus grabaciones.

Personalidades

Fuente