Lourdes Medina

Lourdes Medina
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Atleta cubana de gimnasia rítmica
NombreMedina González, Lourdes
Nacimiento1968[1]
La Habana Vieja,
La Habana,
República de Cuba Bandera de Cuba
Títulocampeona panamericana

Lourdes Medina González (La Habana, 1968) es una deportista cubana en la especialidad de Gimnasia Rítmica.[1]

Síntesis biográfica

De Teniente Rey a Diez de Octubre

Primeros pasos en la calle Teniente Rey (en La Habana Vieja); sus primeras piruetas y ensueños también. Quería ser patinadora sobre hielo. Al mudarse su familia para el municipio de Diez de Octubre, esas ansias de belleza y aventura encontraron albergue en la Gimnasia Rítmica: cerca del hogar, el área especial Mariana Grajales. La madre la inscribió allí cuando contaba con 9 años. No olvida a su profesora de entonces: Rosa Banderas, de quien diría "Lo que más recuerdo de ella es su rectitud: me ayudó a disciplinarme y sobre todo, a encontrarme a mí misma". Cuatro años después, Lourdes ingresó en el equipo nacional.

Destacan en su hoja de servicios: cinco cetros del país en primera categoría, los tres del torneo austríaco Copa Médico, y las siete preseas doradas y las tres de plata en los Juegos Panamericanos. Tenía para mayores proezas pero los logros internacionales se dificultan para una caribeña, chocó con la ceguera de no poco jueces ante el desarrollo de la gimnasia en la mayor isla antillana, no olvidemos otras... vendas; y con un arbitraje ganado más por el nombre del concursante, en muchas ocasiones, que por lo realizado frente a ellos. Y en esta disciplina se califica por apreciación. Poseía talento, técnica y valentía para obtener galardones en campeonatos mundiales.

Trascendencia deportiva

Lourdes Medina cursaba el segundo nivel de Cultura Física y tenía 19 años cuando desplazó vaticinios contrarios como máxima acumuladora con 38,580 puntos; la mejor en clavas (19,350) y en aro (19,450); contendiente plateada en cuerda (19,150) y cinta (19,250). Ese año fue seleccionada la deportista cubana más destacada, en las disciplinas individuales, por el voto de la prensa especializada y de los funcionarios del ramo.

En su victoria, la guía de las entrenadoras Siomara Ameller y Sonia Pedroso, y el repertorio escogido e interpretado por la pianista Ángela Raventós, el tango La cumparsita de Juan de Dios Filiberto para la selección con el aro; y en la composición con las clavas, Milore, pieza inmortalizada por Edith Piaff. Mostró algo que no se aprende en el adiestramiento ni se adquiere en bodegas o farmacias: carisma, impuesto más allá del propio patio. Los aficionados que colmaron el Convention Center (en Indianápolis, la eligieron como la reina.

El bautizo de fuego para su popularidad ocurrió en Indianápolis, durante los Juegos Panamericanos de 1987. En el clásico, el undécimo de ese tipo, burló a expertos y predicciones para convertirse en el miembro de la delegación cubana que aportaba más medallas: tres de oro y dos de plata conquistadas en las pruebas de Gimnasia Rítmica.

Para Santiago me voy

XII Juegos Panamericanos La Habana 1991. Algunos no creían en ella: "demasiados años ya", decían, "tiene lesiones", Lourdes se rio de los escépticos con la poesía de su actuación en la sala polivalente Alejandro Urgellés de la subsede santiaguera. Artista, atleta, belleza suprema en la acción, con el ritmo rumba, guaguancó sobre el tapiz. Cubana, americana, universal en cada paso.

Otra vez, la monarca del certamen. Por las estadísticas, cuatro medallas de oro: máxima acumuladora (36,900), y la uno en clavas (9,500), cuerda (9,550) y pelota (9,450); plata en aro (9,200), dominada por la canadiense Mary Fruzeel (9,300) Cifras: la habanera venció y convenció, enlazó lo atlético con lo estético, abrazó lo maravilloso.

Considerada la mejor exponente de la gimnasia rítmica cubana de todos los tiempos, reinó dos veces entre las máximas medallistas doradas en Juegos Panamericanos y sumó otros importantes triunfos.

En la actualidad

Fotograma del documental Lourdes Medina (1992), dirigido por Bernabé Hernández.

Formó parte del equipo nacional de gimnasia durante 10 años, y se retiró en 1991, a la edad de 23 años.

En 1992, Bernabé Hernández dirigió el documental Lourdes Medina.

Después del adiós al deporte activo, como instructora, Licenciada en Cultura Física, puede forjar una continuidad que debe ser superior. Entrega sus conocimientos a las nuevas generaciones desde su condición de entrenadora.

Después de su retiro pasó a ser entrenadora del equipo nacional.

Es madre de una niña y un niño y lleva a la par esta labor con su trabajo en la base con niñas pequeñas, preparándolas para participar en los Juegos Nacionales Pioneriles. Sueña con que la gimnasia rítmica cubana vuelva a ser campeona, que se logre alcanzar en el país el desarrollo que existe a nivel mundial y llegar a participar en una olimpíada.

Me gusta el trabajo con las niñas, es bueno constatar su avance diario, que ganen competencias, pero es mucho más difícil que ser atleta. Ahora las cosas no dependen de mi solamente, es imprescindible el esfuerzo de la alumna, por eso hubiera querido ser siempre atleta. Cuando puedes lograr algo por ti misma da más satisfacción.
Quisiera ver una mayor afluencia de niñas a las áreas especiales, más divulgación de la gimnasia. Yo amo mi deporte y espero ver realizada mi añoranza de que retorne al nivel que tenía antes. El otro sueño es solo eso, porque ya nunca más seré atleta.
Lourdes Medina

Fuentes