Mima, la Rusa

Revisión del 01:34 24 may 2018 de Rosarino (discusión | contribuciones)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Mima la Rusa
Información sobre la plantilla
Magdalena Menasses Rovenskaya1.jpg
Personaje artístico que se convirtió en histórico
NombreMagdalena Menasses Rovenskaya
Nacimiento1911
región de Siberia,
país de Rusia,
Imperio ruso Bandera de Rusia
Fallecimiento5 de septiembre de 1978
(66 o 67 años) 
ciudad de Baracoa,
provincia de Guantánamo,
República de Cuba Bandera de Cuba
Nacionalidadrusa
Otros nombresMima,
La Rusa
Ciudadaníacubana
OcupaciónArtista musical
CónyugeAlbert Menasses
HijosRené Frómeta Jiménez (hijo adoptivo) 

Magdalena Menasses Rovenskaya, conocida artísticamente por Mima (Imperio ruso, 1911 - Baracoa, 5 de septiembre de 1978) fue personaje artístico que se mudó a Cuba en la década del 30 y se instaló en la ciudad de Baracoa (provincia de Guantánamo). Murió en este lugar, conquistando el corazón de todo el que la conoció, como La Rusa. Donó su hotel, joyas y dinero a la Revolución cubana.

Biografía

Infancia y juventud

Nació en Siberia en 1911 por casualidad, cuando la madre fue a ver a su padre que estaba destacando allí por el gobierno zarista; vivía en la avenida Nevsky y estudió en el mejor colegio de Petrogrado. Varias institutrices le enseñaron una vasta cultura y hablaba seis idiomas, hija de un militar asesor del zar de Rusia. En 1924, casada con Albert Menassés salió de la Rusia revolucionaria y viajaron por Constantinopla (Estambul, en Turquía), varios países de Europa y el sur de Asia, hasta la isla de Java. El canto fue su profesión, educando a su voz con los mejores profesores de la época. Vivieron en París cuatro años, desde el 1924 hasta el 1928 y en su exilio, dio conciertos en el gran teatro de la opera de París, en el teatro Alla Scala de la ciudad de Milán (Italia) y en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria (en las islas Canarias), llegando finalmente a Cuba.

Mima era su nombre artístico, por el que la conocían sus amigos, pero en Baracoa la siguen recordando como La Rusa.

Otra etapa de su vida

Mima, mujer de amplia cultura, exhibió sus cualidades de bailarina, pianista y soprano en distintas ciudades de Europa. Vivió trece años en Rusia y pasó unos seis años viajando. En la década del 30 el matrimonio viaja a La Habana, donde Mima ofreció conciertos y conoció a la intelectualidad cubana de la época; pero corren tiempos de crisis económicas y se trasladan en 1930 para Baracoa; cuando esta era la capital del oro verde. En esos momentos la ciudad primada exportaba entre dos y tres millones de racimos de guineos (banano) por año hacia los Estados Unidos como destino principal. A la tierra de Baracoa dedicó más de las dos terceras partes de su existencia, el encanto de esta ciudad hace que se establezcan en ella, donde enriqueció la cultura y el nombre de la Villa Baracoa.

Era dama de exquisito gusto, de detalles, de buenos modales, de estar siempre a la moda y de nunca reconocer su edad. Se establecieron aquí porque se habían enterado en la capital del auge económico que tenía Baracoa, pero se encontraron con la triste realidad; -una tacita rota y tirada en un rincón- según le expresó Mima al poeta y periodista Félix Contreras.

Magdalena Menasse fue definida por alguien como "una cosa parada entre el sueño y la vida". Su extraordinaria belleza y el misterio de su estadía en el poblado, hicieron que a su alrededor se tejieran leyendas a las que la rusa nunca dio importancia.

En los primeros tiempos de su llegada la acusaron de espía y también la relacionaron con la famosa prostituta francesa Rachel, pero después se percataron que todos aquellos comentarios eran solo fabulaciones. Ella se había convertido en un personaje mítico que le daba a Baracoa un toque distintivo y Baracoa se convirtió en parte de su corazón.

En 1953 en una reluciente casa anaranjada frente al Mar Caribe, Magdalena convirtió su casa en un hotel con el nombre de Miramar que centraba la vida de la ciudad pues a él llegaban muchos comerciantes, negociantes norteamericanos asentados en la base naval de Guantánamo y Nicaro. La artista rusa que llegó un día y se radicó en Baracoa después de mucho vagar por países y ciudades. Dicha instalación sorprendió a más de un vecino, nadie se explicaba que una persona viniera de tan lejos para instalarse en Baracoa. Al iniciarse las luchas contra la tiranía de Fulgencio Batista se identifica con los jóvenes que la combaten.

La ciudad de Baracoa tiene un singular atractivo por ser el hogar de la famosa Rusa recreada en la obra La consagración de la primavera (de Alejo Carpentier).

Este hotel ha sido visitado por importantes personalidades de la Revolución y la cultura cubana, destacándose la presencia de Ernesto Che Guevara, Fidel Castro, Alicia Alonso, Celia Sánchez, el científico Antonio Nuñez Jiménez y por nuestro poeta nacional Nicolás Guillén.

Colaboró con el Movimiento 26 de Julio, entregando fondos, medicinas y escondiendo revolucionarios en su hotel, luego en 1959 con el triunfo de la Revolución se enroló en el proceso revolucionario como una cubana más, fue miliciana, cederista y se incorporó a la Cruz Roja, FMC asimilando nuestro sistema social. Raúl y el Che le hicieron una invitación para que fuera a ver el progreso de Rusia y ella le contestó <<muchas gracias, les estoy muy agradecida, pero me encuentro muy bien en mi patria chiquita que es Cuba y en mi Baracoa aplatanada>>.

En el año 1985 en el acto conmemorativo por el 60 aniversario de la creación del Partido Comunista de Cuba Raúl Castro hace alusión a su figura y recordó que esta mujer que había salido huyendo de la revolución bolchevique se integró a la revolución donando 25 mil dólares al estado.

Todos conocieron su historia y su plena identificación con la Revolución. Su desinterés y su espontánea voluntad de entregar su hotel, parte de su dinero y sus joyas a la nueva sociedad cubana.

Baracoa le cambio su manera de ver la vida, de aristócrata Rusa a mujer envuelta en el cariño, y forma de ser de la gente de nuestro terruño que lo entrega todo a quienes aman a nuestra tierra, aunque no sean de ella. Siempre decía que esta tierra la había hecho soñar y que sentía por ella un amor maduro y para siempre.

Rusa3.jpg

Tanto ella como Albert amaban la naturaleza y sentían una fuerte atracción por los paisajes de Baracoa, por sus ríos y playas y en las excursiones que hacían. Mima tenía como hobby recoger caracoles, piedras que guardaba celosamente. Además tenía un trago preferido, tomaba bebida seca: una línea de whisky, otra de menta y le añadía hielo frappé; también degustaba de los mejores vinos y las comidas exóticas.

En el Cine-Teatro "Encanto" había dos lunetas fijas para la familia Menassés, las dos primeras de la quinta fila que nadie las ocupaba aunque estuviese lleno el cine.

Magdalena y Albert no tuvieron hijos pero adoptaron a un niño, hijo de familia pobre campesina, quien durante 49 años compartió la vida con Mima.

Entrevista a René Frómeta Jiménez hijo adoptivo de Magdalena.

<<Mima y Albert fueron mis verdaderos padres porque a partir de los nueve años me dieron calor, compresión, abrigo, cariño, cultura y educación. Me pusieron en el mejor de los colegios y me enseñaron a ser organizado, cumplidor, amar a Cuba y Baracoa. Jamás los podré olvidar>>.

Muerte

Sin embargo, Magdalena llegó a Cuba para no abandonarla más, así realizó recorridos por toda la isla hasta su fallecimiento. Cuba sintió su lealtad sin límites, en la ayuda a los más desprovistos y el apego de esta culta mujer a la causa triunfante del 1 de enero de 1959. El 5 de septiembre de 1978 fallece Magdalena Menasse y al día siguiente fue su entierro. Las calles por donde pasó el cortejo fúnebre estaban llenas. La banda municipal encabezaba el sepelio, después dos hileras con muchas coronas de los distintos organismos e instituciones, las autoridades, los estudiantes, los obreros, o sea el pueblo dándole el ultimo adiós.

De mima siempre se habla en la primada ciudad porque quedó en la memoria de sus pobladores. Murió la Rusa pero para entonces, como un epitafio, había declarado según una revista de la época: "Yo no sé la edad que llevo porque a mi el tiempo no me importa; lo único que sé es que voy perdiendo la belleza; la vida es ganar y perder, y muchas veces se pierde para ganar. Yo he perdido mucho; el otro día quise decir florero en mi idioma y no hallé la palabra rusa, pero gane una Revolución hermosísima".

Alejo Carpentier la inmortalizó en su personaje Vera, cuando escribió su novela La Consagración de la Primavera, como embrujadora figura que de boca en boca ha trascendido el tiempo y el espacio.

Magdalena marcó una etapa de la historia de la Primera Villa de la Isla de Cuba, en la que inscribió su nombre como una de las más universales mujeres de Baracoa. Hizo importantes donaciones sin aceptar nada a cambio en las que incluyen sus valiosas joyas, oro, plata, 25 000 dólares estadounidenses de 1959 (que en 2018 equivaldrían a 215 000 dólares), y el hotel La Rusa.

Hostal La Rusa

El hostal La Rusa uno de los lugares más emblemáticos del Malecón de Baracoa, pequeño, íntimo y acogedor; levantado a orillas del mar, recibe el fresco agradable de la brisa marina y ofrece desde sus ventanas el inmenso panorama azul de las aguas. Muy próxima al hostal se encuentra la playa Miel, de arenas grises. El hotel organiza visitas a la finca Duaba, donde la abundancia de árboles frutales y plantas son el escenario perfecto para disfrutar la comida criolla, observar algunas de las tradiciones campesinas y conocer el mágico fruto de cacao. El atractivo hotel de tres plantas ha sido espectador de una historia que ya se ha hecho leyenda.

Poema a Mima: La Rusa

Con su blonda cabellera
y su vestimenta blanca,
era una sonrisa blanca
vestida de guayabera.
Era rusa: era extranjera,
como un tinte de manzana.
Era flor de la mañana,
un perfumado botón
que amó a la Revolución
como una mujer cubana.

Oscar Romero

Fuentes

  • Museo Matachín de Baracoa.