Palanquín

Palanquín
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Silla de manos prolongada y cerrada con ventanas y portezuela.

Palanquín: También conocido como Litera es una clase de vehículo sin ruedas, un tipo de transporte de tracción humana, para el traslado de personas. Ha sido llamada lectica (Antigua Roma), Jianluan (China), silla de manos o sedan chair (Inglaterra), palanquín o palki (India y Pakistaán), tahtirevan (Turquía) y gama (Corea)

Etimología

El palanquín se llamó Jianluan antes de la Dinastía Song y fue un medio de transporte especial en la China antigua. Jian significa hombros y Luan significa carros. Entonces, Jianluan se refiere a los carros cargados sobre los hombros.

Características

Las literas más pequeñas pueden tomar la forma de sillas abiertas o camas portadas por dos o más hombres, algunas de ellas cerradas para la protección de los elementos climáticos. Las literas más grandes, como las de los emperadores chinos, pueden parecerse a pequeñas habitaciones en una plataforma llevadas sobre los hombros por una docena o más hombres.

Una litera sencilla, a menudo llamada “portadora del rey”, consiste en un arnés unido a lo largo de su longitud a postes o estirado dentro de un marco, los cuales son cargados por porteadores delante y detrás. Tales literas simples son comunes en campos de batalla y en situaciones de emergencia, donde el terreno no permite vehículos de ruedas para transporte de muertos y heridos.

También pueden ser creadas literas por el recurso de atar postes a una silla. Literas, por ejemplo, consistentes en una simple silla de mimbre con, quizá, un paraguas para protegerse de los elementos y dos cañas de bambú grueso, todavía se pueden encontrar en las estaciones montañosas de China, como las Montañas Huangshan, para llevar a los turistas a posiciones inaccesibles por otros medios de transporte.

Una versión más lujosa consta de una cama o un sofá, a veces rodeado de cortinas, para que el pasajero o pasajeros se encontraran más confortables. Estas son llevadas por lo menos por dos porteadores en igual número delante y detrás, con barandillas de madera que atraviesan los soportes en los lados de la litera. Los tipos más grandes y pesados pueden ser transportados por animales de tiro. Otra forma, comúnmente llamada “silla de manos”, se compone de una silla o cabina rodeada de ventanas, adecuada para un solo ocupante, que también se lleva por lo menos por dos porteadores delante y dos detrás, usando barandillas de madera que atraviesan los soportes en los lados de la silla. Estos cargadores eran conocidos en Londres como chairmen (“hombres de silla”). Aunque muy raras desde el siglo XIX, estas literas portátiles cerradas se utilizaron por la élite social como forma de transporte durante siglos, especialmente en culturas donde las mujeres se mantenían recluidas. Las sillas de mano, en uso hasta el siglo XIX, eran acompañadas por la noche por muchachos (link-boys) que portaban antorchas. Siempre que era posible, los link-boys escoltaban a los porteadores, los pasajeros eran entonces entregados a la puerta de sus alojamientos. Varias casas en Bath, Somerset, en Inglaterra, aún tienen extinguidores de antorchas en el exterior, en forma de descomunales apagavelas.

Historia

En el Egipto faraónico, el gobernante y las divinidades (en forma de ídolo) eran transportados así en público, con frecuencia en procesión, durante los ceremoniales de Estado o festivales religiosos. En la Antigua Roma, una litera llamada lectica o "sella" a menudo portaba a los miembros de la familia imperial, pero también a otros dignatarios y miembros de la élite, cuando no iban montados a caballo. Para el transporte urbano se usaban normalmente literas con ocho porteadores, en las que la persona o personas (normalmente hasta dos) que eran transportadas yacían sobre un colchón duro y disponían de unas almohadas. Existía también un servicio público de literas que contaba incluso con lugares para tomarlas, paradas (castra lecticariorum). Las personas menos pudientes se hacían transportar en silla de manos (sella) portada por dos personas. Para el transporte interurbano se usaban literas de viaje (basterna), portadas por dos mulos. El uso de estos vehículos en la ciudad de Roma llegó a ser un problema en numerosas ocasiones, lo que hizo que fuera regulado. Julio César limitó su uso, aunque la normativa no logró imponerse.

En China

El palanquín tiene unos 4.000 años de historia en China. Según registros históricos, los primeros palanquines aparecieron a principios de la Dinastía Xia (siglo XXI a.C.). El Clásico de Historia cuenta que cuando Yu controlaba las inundaciones, viajaba en cuatro medios de transporte. Más tarde, la gente explicaba que esos cuatro medios de transporte eran barcos (para el agua), carros (para la tierra plana), trineos (para los pantanos) y palanquines (para las montañas). Como el palanquín servía para viajar por las montañas y se cargaba en los hombros de dos personas, una adelante y otra atrás, parecía un puente. Por eso, en los tiempos antiguos, el puente y el palanquín usaban el mismo carácter. En el año 1978 se encontraron en la provincia de Henan, tres Jianluan de madera en una tumba del periodo de los Reinos Combatientes. Estos tienen el techo parecido a una casa o en forma de paraguas. Afortunadamente, se logró recuperar la forma original de una de ellas. Está compuesto por la silla, el marco, los pilares, el techo y las varas. La base es rectangular y el techo tiene pendientes. Está cerrado con telas. En la parte de adelante, hay una portezuela para que entre la persona. Las varas están amarradas en la base, a diferencia de los palanquines posteriores que tienen varas más arriba. Esos son los palanquines más antiguos que se han encontrado hasta hoy día. Podemos percibir de su estructura que su técnica de producción ya era bastante avanzada en aquel entonces. Sin embargo, debió haber un proceso más largo de desarrollo previo. Por eso, deducimos que el origen del palanquín data de principios de la Dinastía Xia.

Resto de Asia

Sillas de manos fueron en una época el único transporte público en Hong Kong, haciendo el rol de taxis. Paradas de sillas se encontraban en todos los hoteles, los muelles y los grandes ejes viales. Las sillas fueron licenciadas y cobraban de acuerdo a las tarifas que se mostraban en su interior. Las sillas privadas marcaban el estatus de una persona. Hasta que en 1888 entró en servicio el Peak Tram (funicular sobre rieles).

En la tradicional sociedad javanesa -el genérico palanquín o joli - era una silla de mimbre con una canopia o pabellón, unido a dos postes, cargada sobre los hombros de un portador, disponible para alquilar. Como un indicador de estatus, los palanquines dorados como tronos o jempana estaban reservados únicamente para la realeza. Mientras más elaborado era el palanquín cuanto mayor era el estado de su propietario. El joli era transportado por ayudantes contratados, campesinos de los nobles o esclavos.

Históricamente, el palanquín del rey de Indonesia (raja), príncipe (pangeran), señor (raden mas) u otro noble (bangsawan) recibía el nombre de jempana o, si era más bien como un trono, pangkem. Siempre formaba parte de un gran desfile militar, con un baldaquín (canopia) cuadrado amarillo: el color de Java para la realeza, con la sombrilla ceremonial (payung) sostenida por encima de ella, llevado por un portador detrás y flanqueado por los guardaespaldas más fieles, por lo general alrededor de 12 hombres, armados hasta los dientes.

La canopia del palanquín de Sumatra era de forma ovalada y envuelta en tela blanca -reflejo de una mayor penetración cultural de las culturas islámicas-. En ocasiones un arma o reliquia de familia, como un importante kris o tombak, tenía su propio palanquín.

En la cultura hindú en Bali hoy, la tradición de los palanquines para las estatuas auspiciosas, armas o reliquias continúa, especialmente en los funerales, y en los rituales más elaborados, se usa un palanquín para los muertos, que es posteriormente incinerado junto con el difunto.

En Japón, a medida que la población aumentaba, cada vez menos tierras estaban disponibles como pasto para el mantenimiento de los caballos. Con la disponibilidad de caballos restringida a usos marciales, el transporte de tracción humana se hizo más importante y frecuente. El kago se utilizaba a menudo para transportar a la clase guerrera y la nobleza, mayormente durante el período Tokugawa, cuando los samurai regionales estaban obligados a pasar la mayor parte del año en Edo (Tokio) con sus familias, dando lugar a las migraciones anuales de los ricos y poderosos hacia y desde la capital a lo largo de la carretera troncal central de Japón.

En Corea, los miembros de la realeza y la aristocracia, así como oficiales de gobierno, eran llevados en literas ricamente decoradas llamadas “gama”. Había seis tipos de gama, cada uno asignado a diferentes clasificaciones oficiales del gobierno. En las bodas tradicionales, los novios eran llevados a la ceremonia en gamas separadas. Debido a las dificultades planteadas por el terreno montañoso de la península coreana y la falta de caminos pavimentados, las gamas eran preferidas a los vehículos de ruedas.

En la cultura occidental

Navegantes y colonizadores portugueses y españoles encontraron literas de varios tipos en India, México y Perú. Primero fueron importadas a España, se extendieron a Francia y luego a Inglaterra. Todos los nombres para estos dispositivos derivaban de la raíz "sed" -de la palabra latina "sella" -, el nombre tradicional para una silla portada.

El artilugio obtuvo un éxito instantáneo en Europa, cuyas calles eran a menudo un desastre literal de lodo y basura (donde las ciudades y pueblos no gozaban de la presencia de sistemas de alcantarillado; desde la época romana era de uso común vaciar las bacinillas desde las ventanas hacia la calle, así como lanzarlas de la cocina); los ciudadanos ricos y bien avenidos a menudo encontraban peligroso y poco práctico negocias en aquellas avenidas y las sillas de mano les permitía permanecer estirados e impolutos, mientras que los criados que las portaban eran quienes tenían que lidiar con el barro y la suciedad.

Enrique VIII de Inglaterra era trasladado en una silla de manos - que tuvo cuatro fuertes portadores con ese fin hasta el final de su vida - pero la expresión "silla de manos," no fue utilizada impresa hasta 1615. Trevor Fawcett nota que los viajeros ingleses Fyne Moryson (en 1594) y John Evelyn (en 1644) comentaron sobre las seggioli de Nápoles y Génova, que eran las sillas de alquiler público colgadas de postes y llevadas sobre los hombros de dos porteadores.

Hacia la mitad del siglo XVII, las sillas en alquiler eran un modo de transporte habitual. En Londres, las sillas estaban en alquiler hacia 1634, cada una con un número y sus porteadores asignados, porque la operación era un monopolio de un cortesano de Carlos I. Las sillas de manos podían pasar en las calles demasiado estrechas para un coche y estaban destinadas a aliviar la aglomeración de coches en las calles londinenses, un temprano ejemplo de la congestión del tráfico. Un sistema similar fue utilizado más tarde en Escocia.

En América

Las sillas de manos también fueron utilizadas por los ricos en las ciudades de la América colonial. Benjamín Franklin utilizó una silla de manos hasta finales del siglo XVIII. En varias colonias, las literas de diferentes tipos se mantuvieron en las tradiciones indígenas, pero a menudo fueron adoptadas por los colonos blancos como una nueva élite socio-económica gobernante, ya sea por razones prácticas (a menudo el confortable transporte moderno no estaba disponible, por ejemplo, por falta de caminos decentes) y/o como un símbolo de estatus. Durante los siglos XVII y XVIII, los palanquines eran muy populares entre los comerciantes europeos de Bengala, tanto es así que en 1758 se emitió una orden prohibiendo su compra por parte de algunos empleados de menor rango.

Un palanquín similar pero más simple fue utilizado por la élite en partes de América Latina de los siglos XVIII y XIX. A menudo llamado simplemente silla, consistía en una simple silla de madera con un mecapal adjunto. El ocupante se sentaba en la silla, que era fijada entonces en la espalda de un solo porteador, con el mecapal soportado por su cabeza. El pasajero por lo tanto se enfrentaba espalda con espalda durante el viaje. Este estilo de palanquín era probablemente debido a lo empinado del terreno y caminos en mal estado o estrechos, inadecuados para sillas de mano al estilo europeo. Los viajeros en sillas solían utilizar un número de cargadores, que se alternaban cargando al ocupante.

El fin de una tradición

En Gran Bretaña, a principios del siglo XIX, la silla de manos pública empezó a quedar fuera de uso, tal vez porque las calles estaban mejor pavimentadas o tal vez debido al crecimiento del más cómodo, sociable y asequible carruaje de alquiler.

Galería

Ver También

Fuentes