Primer combate de El Caimán (febrero de 1897)

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Combate de El Caimán
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Mambises de las brigadas del sur habanero
Fecha:febrero de 1897
Lugar:Sur de La Habana Cuba Bandera de Cuba
Descripción:
Decursar de la Guerra de Independencia en el territorio del sur de La Habana
Consecuencias:
El Regimiento García mantuvo sus posiciones en la provincia de más densidad de soldados españoles en Cuba
Ejecutores o responsables del hecho:
Regimiento Calixto García

Combate de El Caimán. Victorioso combate de las tropas mambisas en el sur de La Habana contra el ejército español.

La guerra necesaria (1895-1898). Sur de la Provincia de La Habana

El regimiento Calixto García fundado por el coronel Aurelio Collazo, junto al Tiradores de Maceo conformaron la Brigada Sur perteneciente a la 2da División del 5to Cuerpo que operaba militarmente en la provincia habanera; esta Brigada soportó una de las más difíciles condiciones entre todas las unidades insurrectas a lo largo de la cruenta guerra de Independencia, pues la en aquel entonces provincia de La Habana tenia la mayor densidad militar de la época, con desarrolladas redes de comunicación y transporte y fue donde los españoles con más encarnizamiento se empeñaron en exterminar los focos rebeldes, pues además de albergar la capital de la colonia y tener la mayor población muchos de ellos simpatizantes de la corona, era la provincia más estrecha de Cuba por lo que los insurrectos tenían mucha menor posibilidad de maniobras que en las provincias orientales.

Guajiros analfabetos blancos y negros pobres forjaron la patria cubana

Pero los peninsulares nunca pudieron exterminar a los mambises habaneros que mantuvieron sus posiciones al sur de la provincia, haciendo frecuentes incursiones hasta las mismos puertas de los poblados y llegando hasta la misma capital, escenificando verdaderas proezas de resistencia y guerra de guerrillas ante un adversario que los superaba cientos de veces en todos los aspectos, escenificándose en el territorio importantes combates joyas del arte militar insurrecto, donde utilizaron elementos tácticos avanzados para la época, tales como campos de obstáculos para impedir las cargas de la caballería enemiga con pasos para realizar sus propias maniobras, complejos de trincheras y palmas rellenas con piedras haciendo la misión de puntos de fuego fortificados.

Lamentablemente por el aislamiento y el carácter local de sus acciones dentro del gran drama de la guerra libertadora, con otros escenarios donde se libraron batallas más significativas a nivel estratégico, los enfrentamientos no fueron tan bien documentados como los librados por Gómez, Maceo o Calixto García, los tres generales más relevantes de la guerra necesaria, como la llamó José Martí.

Pero no por eso dejaron de ser importantes y contribuir a la victoria de los cubanos pues todo el tiempo los españoles se vieron obligados a distraer fuerzas sobre el sur de La Habana, lo cual significaba gran cantidad de soldados que no podían operar contra las agrupaciones mambisas del centro y oriente del país, sin contar con que en muchas ocasiones unidades elites coloniales resultaban derrotadas completamente, tal y como se precia en las dos descripciones a continuación.

Preludio

Conociendo por su exploración el coronel Alberto Rodríguez, jefe del Regimiento Calixto García a la muerte de Aurelio Collazo, que fuerzas españolas avanzan nuevamente hacia su base de operaciones para tratar de desalojarlos, junto a su segundo el teniente coronel Emilio Collazo preparan un plan con sus 480 hombres para emboscarlas.

El teniente Félix Esquivel con 50 hombres, es encargado de buscar a los españoles y provocarlos atrayéndolos por el camino de Zayas, hasta el lugar escogido por los mambises para enfrentarlos. Frente al camino de Zayas por donde han de venir los españoles se sitúa el propio coronel Alberto Rodríguez con todo su estado mayor y 160 hombres, cubriendo su flanco izquierdo se sitúa el comandante Rosendo Collazo con 80 hombres con la misión de impedir que el enemigo flanqueara las fuerzas principales y se retire hacia el poblado de Batabanó distante unos 5 kilómetros, Emilio Collazo se sitúa con 120 hombres en el flanco derecho, frente a la hoyada de la finca Zayas limite del Caimán, y el comandante Carlos Guas apoyándolo con 70 a su extrema derecha.

Delante de todas las posiciones entre la alta hierba de guinea se clavaron estacas y en la punta se le amarraron alambres de púas con una extensión y altura prudencial para enredar los caballos enemigos, con pasos entre ellos solo conocidos por los mambises para poder cambiar las posiciones caso de ser necesario. Aproximadamente a las dos de la tarde Esquivel descubre al enemigo en la finca Plazaola confirmando que se trataba del Regimiento Pizarro, un cuerpo selecto de caballería con montas escogidas, que contaba con más del doble de las plazas para estos cuerpos contando con 1250 hombres, de los cuales 650 en esta ocasión se disponen a limpiar de insurrectos las ciénagas habaneras.

Estos soldados comandados por un general cubano, eran todos aguerridos veteranos que habían enfrentado incluso a Gómez y Maceo y tenían fama ser muy bravos, pues al primer contacto con los insurrectos sacaban los sables y cargaban contra las fuerzas que se le opusieran. Bravura con la que contaban los mambises del "García" para utilizarla en su contra, pues con seguridad sin muchos miramientos estos cargarían contra las fuerzas emboscadas enredándose en el terreno preparado por los insurrectos.

El combate

Soldados españoles en formación ante la amenaza de un ataque mambí

El teniente Esquivel comienza a picar la vanguardia española y se retira como huyendo por el camino de Zayas, por donde en su persecución tal y como se esperaba entran como tromba arrollándolo todo los jinetes del Pizarro, que van justo hasta el frente de las posiciones que defiende Alberto Rodríguez y sus hombres ocultos en la maleza de forma tal que los españoles no pueden verlos, el coronel da inicio al fuego para que estos le carguen en profundidad, cosa que hacen dos escuadrones mientras los otros dos quedan como retenes en el camino.

Los escuadrones que cargan se enredan entre los alambres de púas quedando detenidos, mientras son acribillados por las fuerzas del coronel Rodríguez, uno de los que ha quedado como reten penetra en su auxilio y trata de flaquear a las fuerzas insurrectas viniendo a dar a la hoyada de frente a Emilio Collazo quien los carga al machete sin contemplaciones, los españoles sorprendidos retroceden para tratar de hacerse fuertes, entonces el comandante Guas junto a Félix Esquivel que se le había unido en su falsa retirada los envuelven y atacan por la retaguardia con las fuerzas conjuntas de sus 120 hombres.

Infanteria mambisa en harapos y casi sin balas pusieron en jaque a una de las mayores potencias militares de la época

Por su parte el coronel Rodríguez con conocimiento de los pasos entre las redes alambradas en su frente carga a los escuadrones que se retiran,

todo se vuelve confusión en las filas españolas y la retirada se convierte en un desordenado “sálvese quien pueda” sin tan siquiera tratar de defenderse, el escuadrón que aún permanecía en el camino trata de retirarse por la izquierda hacia Batabanó por donde los espera Rosendo, que les hace grandes estragos y los persigue picándole todo el tiempo la retaguardia, algunos grupos del escuadrón que atacan Guas y Esquivel logran escapar y se retiran desordenadamente hacia el central Julia y el poblado de San Felipe, el grupo más numeroso se retira hacia Pozo Redondo por el callejón de la finca Filomena, perseguidos por Alberto Rodríguez y Emilio Collazo hasta los mismos fuertes que defendían el poblado.

Resultado del combate

El balance de la jornada fue el siguiente: cinco acémilas cargadas y el botiquín de campaña del regimiento, 50 caballos y 73 mausers en perfecto estado; de los 650 hombres que componían el regimiento Pizarro, fueron encontrados en el campo más de 80 muertos sin contar los que quedaron regados y no pudieron ser contados, el resto del “glorioso” regimiento que tras la muerte de Maceo pensó exterminar la revolución en la provincia habanera, entró despavorido y desordenado a los poblados de Batabanó, Pozo Redondo y San Felipe dejando abandonado a más de 20 de sus compañeros heridos en poder de los mambises, incluyendo uno de sus comandantes.

Los insurrectos tuvieron tres muertos y seis heridos, terminando el día dándoles vivas a Cuba libre y a Emilio Collazo, el héroe de la jornada, a quien llegaron a cargar y lanzarlo al aire repetidas veces.

Véase también

Fuentes

  • Fernández Falcón, Gral de Brigada Manuel. “El arte militar de los mambises a los rebeldes”. Revista El oficial. no 12 de 1984
  • Herrera, José Isabel Mangoche. “Impresiones de la Guerra de Independencia”. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2005
  • Pino-Santos, Oscar. “Historia de Cuba. Aspectos fundamentales”. Editora del Consejo Nacional de Universidades. La Habana, 1964
  • Piedra Martel, Cor. Manuel. “Mis primeros 30 años”. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2001