Río San Diego

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Río San Diego
Información sobre la plantilla
Río san diego.jpeg
País(es) que atraviesaBandera de Cuba Cuba
Longitud97 km
Altitud de la fuente523 msnm
Altitud de la desembocadura0 msnm
Superficie de la cuenca421 km²
NacimientoCordillera de Guaniguanico
DesembocaduraEncenada de Dayaniguas, Mar Caribe


Río San Diego. Corriente hidrográfica conocida también como Río Caiguanabo. Sus aguas resultan un bálsamo para personas con padecimientos de soriasis, artritis, artrosis y otras dolencias osteomusculares y dermatológicas. El lodo extraído de la desembocadura del torrente, es una de las terapias de mayor demanda.

Ubicación geográfica

El río San Diego divide a la Cordillera de Guaniguanico en Sierra del Rosario y Sierra de los Órganos y también es límite entre los municipio de Los Palacios y Consolación del Sur, en Pinar del Río. Se encuentra a una altitud de 1 metro sobre el nivel del mar y desemboca en la Ensenada de Dayaniguas.

Sus coordenadas son 22°19'31" N y 83°16'2" W en formato DMS (grados, minutes, segundos) o 22.3253 y -83.2672 (en grados decimales). Su posición UTM es KE67 y su referencia Joint Operation Graphics es NF17-09.

Características

La cuenca del río San Diego pertenece a la vertiente sur de la región occidental de Cuba. El río que le da nombre, nace de manantiales en Los Gavilanes, a una altura sobre el nivel del mar de 161 m, en San Andrés de Caiguanabo, municipio La Palma y desemboca en la ensenada de Dayaniguas en el municipio Los Palacios, Pinar del Río. El mayor por ciento de su área se encuentra, precisamente en el municipio Los Palacios.

Vista satelital del Río San Diego

Presenta un área de 421 km², un drenaje de 0.41 km/km², una pendiente media del 37% y una pendiente media suavizada del río de 1,10 %. La altura máxima es de 523 msnm en Pico Grande y la mínima es de 0 msnm en la Playa Dayaniguas, la media es de 108 msnm. Limita al norte con el municipio La Palma y la Sierra de los Órganos; al sur con la Comunidad de Paso Quemado y con la parte norte de las cuencas de los ríos La Bija, Santa Clara y La Leña; al este con el Municipio Los Palacios y la cuenca del río Los Palacios; al oeste con la cuenca del río La Bija, el municipio de Consolación del Sur y El Albino.

La temperatura media anual es de 25°C, siendo agosto el mes más caluroso con 27,1°C y enero el más frío con 20,9°C. Los vientos predominantes son del ENE, con una velocidad promedio de 10,3 Km./h. La precipitación media anual es de 1 426 mm y la evaporación media anual de 1 763 mm. Su período lluvioso se extiende desde el 20 de mayo hasta el 30 de octubre con el 77% de la lluvia anual, mientras que en junio y septiembre son los meses donde más llueve. La humedad relativa del 82% (IPF, 2000).

Su constitución geológica está representada por algunas de las formaciones más antiguas del país. Desde la cabezada del río San Diego hasta la parte media, incluyendo la totalidad de la estación Amistad, es característica la presencia de un complejo de rocas metamórficas de esquistos cuarcíticos y pizarrosos que se incluyen dentro de la formación San Cayetano, cuya edad se le asigna Jurásico Inferior-Medio. Las llanuras están formadas por depósitos arcillo-arenosos, aluvio-marinos, aluviales-proluviales, arcillas y calizas.

Encenada de Dayaniguas

El relieve está representado, hacia el norte, por elevaciones de amplias laderas y pendientes variables, cortadas por pequeños valles ligeramente ondulados y numerosas cañadas correspondientes a las montañas de la Sierra del Rosario y de los Órganos; hacia el sur se extiende una llanura ondulada que se va transformando en plana y muy baja hacia la zona costera. Los suelos predominantes pertenecen a los agrupamientos poco evolucionados, histosoles, fluvisoles, hidromórficos, pardos sialíticos y fersialíticos (DPRH, 2000); los pertenecientes a la llanura muy baja y baja presentan mal drenaje, por lo que su uso fundamental es el cultivo de arroz.

Tiene una longitud de 97 km. El río principal corre en dirección norte-sur y posee 11 afluentes. En la cuenca existen varios manantiales mineros medicinales utilizados con fines turísticos de salud. La parte alta de la cuenca reviste una importancia particular para la provincia, por ser la cuenca de captación encargada de abastecer el embalse “La Juventud“, con una capacidad de almacenamiento de 103 millones de m3. Constituye el principal proveedor de agua de las zonas agrícolas ubicadas en la llanura costera sur de la provincia, donde se concentra una de las zonas de mayor producción de arroz de del país y de cultivos varios. Las aguas subterráneas se utilizan fundamentalmente para el abasto a la población (acueductos, comunidades rurales, centros educacionales en el campo, industrias)y en menos escala el riego.

La calidad del agua tanto físico-química como bacteriológica es de buena. En la zona montañosa se encuentran manantiales que presentan buenos gastos y son utilizados por la población dispersa en las zonas rurales.

Flora y Fauna

Flora y fauna

La fauna se caracteriza por la gran diversidad de aves, mamíferos, insectos y otros grupos de animales, dentro de ellos se pueden mencionar la jutía, aves migratorias y autóctonas, el Majá de Santa María, la jicotea y variedades de peces como la biajaca, trucha, manatí, sábalo, dajao y otras especies que han ido cediendo espacios a las introducidas como el sofí, tilapia, carpa, tenca, que han desplazado a los peces originales.

Además, la cuenca es rica en árboles maderables en la zona montañosa, entre los que se encuentran el cedro, la caoba, la majagua, robles, pinos entre otros, existen otras especies autóctonas la Palma Corcho; en la zona costera se mantiene la vegetación característica de esta, predominando el mangle rojo, el prieto, patabán y otros, pero poco a poco ha ido perdiendo espacio al ceder sus tierras para el cultivo del arroz, grandes extensiones de monte y sabanas han sido desmontados, en la mayoría de las ocasiones, inútilmente; pues el alto índice de salinidad ha impedido su explotación agrícola, mientras que las llanuras del centro se han visto afectadas excesivamente. En sentido general la biota típica ha decrecido como consecuencia de la acción depredadora del hombre.

Historia

Cuenta la leyenda que Taita Domingo, un viejo esclavo perteneciente a la finca San Pedro de las galeras, abandonado por su dueño por padecer de lepra, encontró los manantiales de aguas sulfurosas de este río, donde se bañó y curó su cuerpo llagado. Luego regresó a donde su amo para contar el milagro de la madre naturaleza.

Primeros baños de San Diego

Este descubrimiento, en 1632, hizo que las aguas del río San Diego comenzara a ganar celebridad; al principio un velo de misterio y leyenda envolvió cada uno de los rincones de la apacible zona, y ello dio origen después a la formación del poblado de San Diego de los Baños, en el municipio pinareño de Los Palacios.

Varias investigaciones de la Comisión de Historia de Los Palacios han demostrado que desde 1775 acudían al manantial personas buscando alivio a sus enfermedades, quienes construyeron improvisadas chozas que con el tiempo formaron el núcleo del poblado de San Diego de los Baños.

Con el fin de mejorar el aprovechamiento de las aguas sulfurosas en beneficio del hombre, en 1861 concluyó la construcción del Balneario de San Diego de los Baños, estación que fue considerada “entre las mejores del mundo civilizado”, de su tipo.

Dicha instalación, al triunfo de la Revolución pasó al sistema nacional que eleva la calidad de atención médica gratuita a la población. El efecto curativo de los manantiales se complementa con un microclima y la belleza envidiable del entorno.

El Balneario

En 1861 se construyó el primer establecimiento Balneario con condiciones y características propias, llegado a considerarse dentro de los mejores del mundo civilizado. Se edificaron gruesos muros perimetrales de diez metros de altura con el fin de proteger los manantiales a lo largo de la margen Oeste del río.

Sus paredes se elevaban hasta el nivel del camino “Neptuno”. Piedras, cemento y ladrillos conformaban estos muros de tres metros de espesor abarcando un área total de 4 200 metros cuadrados para detener las arremetidas del río, tan comunes en aquellos años del siglo XIX. En la parte superior del barranco se encontraba la caseta del médico director y el taquillero. Un plano inclinado extendido desde la puerta de rejas hasta los manantiales conducía a los enfermos en coches o volantas.

Las épocas lluviosas

Balneario en las márgenes del río San Diego 1895

El río San Diego desciende desde la cordillera de guaniguanico y su curso descendente atravesaba ancestralmente las propiedades de los hacendados que poseían tierras en sus márgenes. En época lluviosa aumentaba su caudal provocando continuas inundaciones en el entorno urbano y otras afectaciones a las haciendas y fincas, por lo que fue necesario construir una represa para controlar el flujo de agua que descendía desde la Sierra de los Órganos. Esta construcción se nombró de “El Vizcaino”, y se situaba en el poderoso afluente del Río de la Catalina exactamente en el lugar donde se encuentran ambas corrientes.

El Balneario sulfuroso construido en 1861 y los dos puentes que unían ambas orillas del río resultaban dañados en cada crecida. El primer puente colonial sufrió las acometidas de la corriente con cada huracán que se movía por la provincia. La ubicación del pueblo de los baños en la parte central de la provincia y su cercanía relativa al estrecho de Yucatán motivaba a que la acción de estos eventos repercutiera en la localidad.

El huracán que pasó por la isla en 1895 quedó registrado por cronistas y la tradición oral como el “El Buey de Agua”, causante de grandes pérdidas humanas en toda la zona cercana al río, desde San Andrés hasta Dayaniguas debido a las violentas inundaciones provocadas por este.

Antigua Portada del Balneario

Los arroyos y ríos se saltaron de sus cauces inundando las zonas más bajas de los valles de Caiguanabo y de San Diego de los Baños. El torrente arrastró árboles, bohíos y palizadas que junto a los montones de caña brava y casas de curar tabaco fueron abatidas por las fuerzas de las aguas con una furia tal que destruyó toda la estructura agraria de la zona. Innumerables casas de San Andrés y Caiguanabo fueron llevadas río abajo circulando por el espacio entre abras y Mogotes.

Como resultado del fenómeno atmosférico la estructura agrícola de esta parte occidental y norte del partido de San Diego de los Baños fue destruida por las aguas. Los animales de tiro y de corral escaparon o fueron arrastrados por las fuerzas del agua. En la noche del último día caballos, puercos y reses se amontonaban sobre el mogote de la Cueva de los Portales, único refugio encontrado en su viaje por las turbulentas aguas. Allí permanecieron hasta que estas descendieron y pudieron ser bajados por los sobrevivientes del lugar.

El 14 de junio de 1939, el río de San Diego volvió a inundar el pueblo y sus alrededores. Las zonas afectadas resultaron las mismas que había tocado en 1895. En esta ocasión las aguas del río alcanzaron la parte superior de la calle Concordia (36). Solo faltaron 30 metros para penetrar en la Iglesia. El puente que comunicaba al pueblo con La Güira no fue afectado sin embargo las aguas alcanzaron un nivel tal que solo faltó un metro para llegar a la plataforma del puente construido por César Andino Massino en 1912.

Curiosidades

Atraídos por las propiedades curativas de las aguas termales visitaron ese lugar cercano a la serranía pinareña el científico alemán Alejandro de Humboldt, el naturalista Tranquilino Sandalio de Noda, el escritor Cirilo Villaverde, el científico Tomás Romay, el militar y político español Arsenio Martínez Campos y el patriota Ignacio Agramonte.

Véase También

Fuentes

  • Cárdenas-López Obllurys y Hernández-Pérez Dayaxny, Lineamientos ambientales como base para el ordenamiento ambiental de la cuenca del río San Diego, provincia de Pinar del Río, Cuba. Disponible en: Revista Iga
  • Pinar del Río, datos del territorio. Disponible en: Sitio web de la ONE
  • Medicina natural y tradicional en Balneario de San Diego. Disponible en: Sitio web Opciones
  • Río Caiguanabo. Disponible en: Getamap