Rafael Argilagos Guinferrer


Rafael Argilagos
Información sobre la plantilla
NombreRafael Argilagos Guinferrer
Nacimiento11 de octubre de 1835
Puerto Príncipe, Bandera de Cuba Cuba
FallecimientoBandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana

Rafael Argilagos Guinferrer. Médico y cirujano cubano graduado en París en 1860, quien cayó combatiendo en su provincia natal a los soldados del ejército español, al frente de las tropas que comandaba como Brigadier.

Síntesis biográfica

Infancia y juventud

Nació el 11 de octubre de 1835 en Camagüey, en una familia de terratenientes. De madre criolla, María Soledad Ginferrer de Socarrás y de padre catalán, Juan Argilagos Millet.

Estudios

Es probable que Rafael se formara en la tradición catalana y religiosa de las Escuelas Pías de Camagüey donde Francisco, su inseparable hermano, menor en dos años, se conoce que estudió desde 1843 a 1851.

A los 15 años fue enviado por sus padres a estudiar en Barcelona, donde alcanzó los títulos de Bachiller en Ciencias y Letras. Pasó luego a la Academia de Ingenieros de Madrid para cursar estudios militares del referido cuerpo y llegó a ganar la primera posición por su destacado desempeño como alumno.

Fue expulsado de ese centro por haberse batido en duelo de espadas con uno de sus condiscípulos. Marchó entonces a París, donde terminó de estudiar y se graduó de ingeniero. Sin ejercer esa carrera se matriculó en Medicina y Cirugía, que estudió al lado de su hermano Francisco.

Se graduó el 31 de agosto de 1860 con notas excelentes y su tesis doctoral le valió los elogios de sus profesores y la corona de laurel designada para el mejor, que se le entregó en acto solemne en esa universidad.

Abandonó París para volver a Cuba, donde no logró revalidar sus títulos y al año debió volver a Europa a examinarse otra vez como médico, pero en Madrid, título que sí fue aceptado por la metrópoli española en Cuba.

Trayectoria revolucionaria

Regresó a su casa paterna en 1862. Sus ideas liberales crearon rechazo de las autoridades de esa ciudad que a su vez lo admiraban y solicitaban sus servicios por sus actualizados conocimientos.

Después de estancias como médico en Camagüey y Santiago de Cuba decidió marchar a luchar y ejercer como médico en México. No se sabe aún por que vía se sumó a la contienda bélica libertadora de Benito Juárez, contra la invasión francesa del Emperador Maximiliano, donde estuvo trabajando como médico y combatiente desde 1864 a 1867. En México llegó a alcanzar el grado de Comandante Efectivo del Ejército Nacional y a dirigir el Hospital Militar de Córdoba, como médico cirujano en jefe, cargo que desempeñó por tres años. Allí fue también ayudante del jefe del ejército, General González Ortega.

La enfermedad y muerte de su padre lo obligaron a regresar a Camagüey en 1867, donde ya se conspiraba en grande y se preparaba la guerra. Fue de los primeros que se alzaron en armas, y combatió junto a sus hermanos Francisco y Juan.

Participó en la Junta de Las Minas el 26 de noviembre de 1868 y en la batalla de Monte Bonilla el 27 de noviembre. En la lucha Rafael y su hermano Francisco hacían las funciones de médicos y de combatientes.

Desde su alzamiento, en la primera guerra de independencia, Rafael sobresalió por sus conocimientos militares, su actividad asombrosa, su temerario arrojo, sus órdenes breves y contundentes, por su certera puntería con su rifle Winchester y su caja de instrumentos quirúrgicos. Rápidamente estuvo al frente de numerosos grupos de hombres y los resultados fueron premiados con sucesivos ascensos hasta alcanzar los grados de Brigadier.

Los hermanos Argilagos se valían de su astucia para entrar a la ciudad de Puerto Príncipe, atacar y asaltar, cuerpo a cuerpo, a las avanzadas españolas que custodiaban la ciudad y hasta le llegaron a poner cerco. La frase repetida por Rafael era "Nuestra ocupación la guerra. A guerrear pues". Cuando le preguntaban sobre el sitio para la posible retirada en un combate contestaba "El cementerio". Y así hizo cuando le tocó luchar en su último combate, pero ni ese lugar le fue dado a alcanzar, pues sus restos no tuvieron sepultura.

Muerte

Según su propio hermano Francisco, el 20 de febrero de 1870 salió al campo la columna española del General Lesca perfectamente armada a buscar la partida de insurrectos que por allí se decía que operaban; los acompañaba el Conde de Valmaseda.

Las tropas cubanas por allí asentadas eran las del entonces General de División Manuel de Quesada, compañero de lucha de Rafael en México, quien tuvo noticias de la salida de sus campamentos y el avance de las tropas españolas. Quesada ordenó a sus dos Generales de Brigada, Bernabé de Varona (Bembeta) y Rafael Argilagos, para que le salieran al encuentro y presentaran combate a las tropas de Valmaseda.

Al convencerse que era imposible la acción por la desproporción de fuerzas, Bembeta dio la orden de retirada disparando la retaguardia cubana a la vanguardia española que venía pisándoles los talones, orden que de inmediato fue cumplida excepto por Rafael, quien acompañado de un pequeño número de soldados echó rodilla en tierra en el lugar conocido por "Concepción de Arenillas" y desconcertó al enemigo al hacerle frente por la efectiva puntería y las bajas ocasionadas a la vanguardia española.

Solo hasta que Rafael terminó con el último tiro de su fusil y descargó todo su revólver fue que lograron acercársele los soldados españoles y dos balas enemigas lo hirieron en el pecho. Allí permaneció rodeado por los cadáveres de los soldados mambises que lo acompañaban y por su fiel teniente, el negro Cesáreo Ramírez, quien estaba a su lado muy mal herido, pero sobrevivió milagrosamente para contar esta historia, aunque con graves secuelas neurológicas.

Rafael aún respiraba cuando comenzó una orgía de sangre sobre su cuerpo, que destrozaron y llevaron sus pedazos en la punta de sus bayonetas, exhibiéndolos como trofeos en marcha triunfal en la Ciudad de Nuevitas, junto a su caja de instrumentos quirúrgicos. Lo que quedó de sus restos nunca fue encontrado.

Fuentes

  • Calcagno, Francisco. Diccionario biográfico cubano; compendio hasta 1878: New York:Impr. y Librería de N. Ponce de León, 1878.