Residencia de la familia Simón Manet

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Residencia de la Familia Simon-Manet
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Casa)
Casa de Simon.jpg
Es el mejor ejemplar de una arquitectura muy peculiar de la ciudad de Guantánamo en los inicios del siglo XX.
Descripción
Tipo:Casa
Estilo:Ecléctico
Localización:Guantanamo, Bandera de Cuba Cuba
Uso actual:Organización Nacional de Bufetes Colectivos. Dirección Provincial de Justicia en Guantánamo.
Datos de su construcción
Inicio:1919
Otros datos
Arquitecto(s):José Lecticio Salcines


Residencia de la familia Simon-Manet. Es el mejor ejemplar de una arquitectura muy peculiar de la ciudad de Guantánamo en los inicios del Siglo XX; basada en la apropiación de las más diversas formas decorativas de filiación neoclásica que eran elaboradas a partir de las chapas metálicas importadas.


Localización del inmueble

El inmueble propuesto a monumento se encuentra ubicado en la calle MartÍ No. 904 esquina a Flor Crombet, ciudad y municipio de Guantánamo.

Categoría propuesta

Residencia de la familia Simón –Manet, teniendo en cuenta la representatividad de estas edificaciones en la ciudad y el valor que representa para el patrimonio construido la Comisión Provincial de Monumentos (CPM) y la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos (OMSH) proponen para el monumento sea declarado como “Monumento Local”.

Síntesis histórica de la evolución arquitectónica del inmueble

Al finalizar el Siglo XIX la villa de Guantánamo se extendía por el norte hasta las proximidades de la actual calle de Narciso López, por el sur estaba el arroyo Rafart que continuaba siendo una limitante física para el crecimiento armónico de la villa. El este había sido otro potencial urbano permitiendo el crecimiento hasta las márgenes oeste del río Guaso. Por el oeste el camino estaba despejado, no existían barreras físicas inmediatas que detuvieran el crecimiento y se llegó sin dificultades hasta las actuales calles de Carlos Manuel de Céspedes. La villa poseía un estable comercio con los Estados Unidos que se materializaba por vía portuaria, en la propia rada guantanamera o desde la vecina Santiago de Cuba. Ello permitió que en el último cuarto del siglo XIX la villa se acercase con rapidez a los adelantos tecnológicos que producía ese país del norte, en fin, empleaba los materiales que ellos comercializaban, sustentado en una considerable producción agrícola. Desde fechas anteriores la adquisición de tejas metálicas norteamericanas para las cubiertas en los conjuntos cafetaleros de las montañas había constituido una necesidad, manifiesta en las transacciones de ambos países. La gran mayoría de los cafetales pertenecientes a inmigrantes franceses empleaban este tipo de teja, la que proporcionaba mayor seguridad que las formas usadas tradicionalmente en los campos orientales. En la ciudad la adquisición de estos nuevos materiales tendría un carácter mucho más selectivo. Uno de los primeros edificios de la villa en hacerle gala al metal como material esencial en la fabricación del mismo fue el aristocrático Centro La Luz, importante centro cultural de la villa y cuyas primeras noticias de él aparecen desde 1889. Ese edificio hoy en ruinas, tiene parte de su estructura portante realizada a partir de columnas de acero que serían encargadas a fábricas de New York, E.U, con fechado del año 1889 lo que corrobora en buena medida la aparición del edificio en esa efemérides. A esto se unía una interesante decoración exterior en los vanos de las ventanas que se asomaban por la calle lateral de Emilio Giró a partir de delgadas láminas de metal galvanizado que eran perfectamente troqueladas y voladas sobre la línea de construcción. Esta solución apareció por vez primera en la villa en este edificio y ofreció un interesante espectáculo visual, tanto por su originalidad como por su magnífica hechura tecnológica, aspecto éste que se convertiría en el leit motiv de la arquitectura guantanamera hasta alcanzado los veinte años siguientes. Estas soluciones meramente estéticas, iniciarían en el plano conceptual un camino poco trillado de la arquitectura guantanamera en la búsqueda, -a través de las chapas metálicas-, de nuevos aires culturales estereotipados del pensamiento neoclásico de ese siglo. Esto influiría poderosamente hasta en el trazado que abrazó siempre a la villa. Al finalizar el decimonónico siglo la villa de Guantánamo estaba caracterizada por una arquitectura basada en los patrones de la vivienda tradicional, de influencia neoclásica y otras de sabor vernáculo. Así se lanzaría la villa al nuevo siglo XX con el deseo manifiesto de apropiarse de cuantos atributos urbanos le fueran posibles. En materia de localización geográfica ésta no tenía muchas ventajas en relación con las restantes del país para acceder a los mercados culturales emanados por la capital en ese momento, pero poseía un gran puerto cercano y un ferrocarril desde muy temprano que se modernizaba continuamente y se convertiría en una de las principales vías de locomoción interna desde otras partes hasta la villa. Es así como estos avances tecnológicos, siempre en manos de la mayor élite social de esa sociedad guantanamera, son empleados por ellos para recrear sus inmuebles. En ello sobresale por la excepcionalidad de los trabajos allí expuestos desde su construcción la vivienda del matrimonio de descendientes franceses Luis Simón y Luisa Manet.

Hechos históricos y/o personalidades asociados a los valores de la construcción

En 1908 la familia Simón-Manet construye una casa de mampostería, madera y techo de tejas de zinc en la calle MartÍ Sur No. 2 (anterior numeración urbana), en esquina con una de las calles fundamentales de la ciudad que comenzaba a despuntar quedando este inmueble en una posición privilegiada dentro de la incipiente ciudad. En [[1910 Doña Luisa Manet y Rosell inscribe este inmueble, quedando como la propietaria del mismo. La Sra. Luisa estaba casada con el Sr. Luís Esteban Simón y Manet, hijo de Don Arturo Esteban Simón Jonat y Cecilia Manet. Luis Esteban, hijo de francés, había colaborado en La guerra del 1895 y amigo de distinguidos agricultores y ciudadanos de valía en la comarca guantanamera. Esta familia estuvo vinculada a las producciones cafetaleras y azucareras en la región. Fomentaron el ingenio azucarero de Santa Cecilia y varios cafetales en la actual provincia. A Luís Simón se le debe la dirección y promoción del Centro La Luz y otras edificaciones ubicadas en el Centro Histórico Urbano. La vivienda de la familia Simón-Manet fue la admiración de muchos ciudadanos pudientes de la época, incluso de los que venían de otras regiones del país. Simón encargó los más vistosos entablamentos metálicos, las platabandas, cornisillas, ménsulas, etc, todos en metal galvanizado troquelado y remachado o estañadas sus uniones para conformar su sueño. Emplea a los más afamados ebanistas y carpinteros de la ciudad para recrear todos los ambientes interiores con los más finos diseños de cancelas, puertas, plafones y falsos techos decorados de fina madera de bosques de la región. Durante muchos años constituyó la admiración de muchos, situación que aprovechan los dueños para hipotecarla en varias ocasiones a diferentes personas y estos a su vez llegaron a realizar algunas sub-hipotecas. En 1920 se cancela la última hipoteca y el señor José Antonio Bertrán Hill, español radicado en la ciudad, resulta ser el último propietario de este inmueble hasta su fallecimiento el 19 de agosto de 1935. Después de su muerte otorgó todos sus bienes y propiedades a una sociedad con fines benéficos “Sociedad Naturalista Bertrán Hill”. Curiosamente, a partir de la muerte de Sr. Bertrán Hill el inmueble pasa a ser propiedad de Fermín Peinado, distinguido Abogado y Notario de la ciudad de Guantánamo y abogado de la Sociedad Benéfica e instala en la edificación su vivienda y Notaria. En 1973 la familia Peinado abandona definitivamente el país y el inmueble pasó a engrosar los bienes del Estado. A partir de ese momento se decide por parte de las autoridades locales que radique en el inmueble el primer Bufete Colectivo para abogados y notarios de la ciudad de Guantánamo, los que trabajaban de forma privada y dispersos. El primer director del Bufete Colectivo fue el Dr. Millet.

Caracterización actual del inmueble

La casa de la Familia Simon-Manet

El terreno que ocupa el inmueble alcanza un área de 501,21 m2 y una superficie construida de 454,64m2 , estaba compuesta por las siguientes dependencias: recibidor, sala principal, saleta, compuesto por portal, un almacén, recepción, sala de estar, once oficinas, dos baños sanitarios, escalera de acceso al segundo nivel, construida de mampostería, tejas de barro y zinc, piso de mosaico, colinda por su frente con la calle MartÍ (16,30 mts), por la derecha, saliendo a una medida de 25,30 mts, por la izquierda saliendo a una medida de 25,30 mts con la calle Crombet y por su frente de fondo a una medida de 17,97 con la unidad notarial. Planta de la vivienda: Diseñada en forma de “L” con patio interior a la manera tradicional. Aparecen en la distribución planimétrica partes como el recibidor, solución que aparece solo en la villa a partir de las primeras décadas del siglo XX. Hay en toda esta vivienda una cuidadosa y elegante disposición de los espacios para uso social. Esta residencia dejaba atrás aquellos patrones tradicionales de la colonia para aventurárselas muy bien con otros de tendencia neoclásica y un cierto sabor afrancesado. Mantiene una primera crujía paralela a la fachada principal, que es donde se desarrollan los principales espacios sociales y privados. Los restantes convergen hacia el patio central, que poseía una fuente o surtidos. La luz solar que irradiaba en el patio se tamizaba hacia el interior por una fina celosía de madera y la presencia de vidrios de colores en lucetas. El acceso no es lo suficientemente centrado, no obstante, la edificación tiene una buena armonía entre sus distintos componentes. Fachadas: Las fachadas son de corte neoclásico, decoradas exclusivamente con los elementos metálicos en cornisas, ménsulas y cornisillas. En todas las fachadas (frontal y lateral derecho entrando) existe una equidistancia, ritmo de todos los vanos, cuidadosamente emplazados, tanto en proporción como en diseño. ”””Estructura portante”””: es de madera, tanto columnas como vigas y techumbre se hicieron con maderas muy apropiadas (cagüeirán para columnas y pinoteas americanas para arquitrabes y techos). Estos elementos de madera fueron curiosamente empotrados en la albañilería o con los propios elementos metálicos. Los techos están realizados a la manera de par e hilera, a tres aguas. Puertas y ventanas interiores y exteriores: todas se realizaron en maderas de primera calidad, las que han soportado el rigor del clima y el tiempo hasta nuestros días con ligeros asomos de deterioro. Las puertas y ventanas de exterior se realizaron a la manera de tableros resaltados, asimismo las puertas de interiores. A estas últimas se les adicionó una platabanda de madera de caoba torneada.

Ventana de herrería de la casa de la Familia Simon-Manet

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Herrería: es quizás uno de los diseños mas vistosos de toda la ciudad empleados en herrerías para ventanas y barandales del portal. Fueron elaboradas a partir de cintas de pletina metálica en forma de elementos fitomorfos. Pisos: son de dos tipos, los pisos de los salones principales son del tipo gres con diseños art noveau. En los restantes locales se emplearon mosaicos coloreados con diseños de época.


Otros elementos importantes

El propietario de la vivienda adquirió materiales de primerísima calidad para la construcción y encargó también a los mejores ebanistas del patio la carpintería de su residencia que conserva finísimas columnas torneadas con capiteles, las cancelas, falsos techos, plafones para lámparas y celosías, todos en finas maderas pulimentadas. Completaba la policromía del interior unos vistosos vitrales que tamizaban la incidencia de la luz por el patio interior. Este es uno de los edificios en que se evidencia el desenfado que hubo en la ciudad por emplear estas soluciones que llegaron a enaltecer el presumible ego de los lugareños, se convirtieron esos entablamentos en un componente indiscutible de los constructores de principios de siglo que hicieron del metal su gran aliado en ese amasijo de maderas y ladrillos, sin que se alterara la visión decimonónica que legaba la villa de Guantánamo al arribar al nuevo siglo. La vivienda con su decoración en metal fue el embrión que desató muchas de esas intenciones en sus alrededores donde aún permanecen lotes completos dedicados a viviendas bajo esa carta de presentación. Es curioso observar como todas las edificaciones próximas a esta residencia también ostentaran las chapas de metal en sus frentes, aspecto que se convertiría en una tendencia de aquellos constructores que levantaban por ese entonces las más costosas viviendas.

Uso o usos actuales

El uso actual que posee es administrativo, de Bufete Colectivo.

Estado de conservación

El estado de conservación es Bueno.

Valores de la construcción

Es un magnífico ejemplo de un estilo neoclásico muy peculiar en la ciudad desde finales del siglo XIX y principios del XX. Aquí se emplea el metal zinc galvanizado en la elaboración de cornisas, platabandas, pretiles y demás elementos decorativos de exteriores, solución característica en la zona central de Guantánamo y algunos barrios de Santiago de Cuba. Aunque fue en la primera donde tuvo mejor expresión urbana y arquitectónica. La vivienda de la familia Simón-Manet fue el resultado de un modo de hacer arquitectura recién puesta de moda en esta oriental ciudad y que tuvo su esplendor en los primeros quince años del siglo XX. Aunque en esencia, esta edificación continuaba la tradición planimétrica de las viviendas decimonónicas en el oriente cubano. Resultado de esa aprehensión de elementos clásicos y confeccionados en metal galvanizados por troqueles, la ciudad exhibió una arquitectura con un gran sentido de lo atractivo, novedoso y una pequeña porción de lo escenográfico a partir de la superposición de elementos clásicos como frontoncillos, entablamentos, supuestos sobre una recia estructura de madera que ha resistido los embates del tiempo hasta nuestros días. Este tipo de solución, unas más evolucionadas que otras, las encontramos dispersas por toda la ciudad de los primeros años del siglo XX. La adquisición de estos elementos metálicos por los constructores resultó ser en principio costosa, pues se encargaban diseños específicos, según las posibilidades de la clientela. En corto tiempo y con la entrada de las maquinarias eléctricas se ejecutarían en la ciudad diseños mucho más sencillos y prácticos que “vestirían” a gran cantidad de edificaciones de viviendas, pero todos en metal galvanizado. Las frías chapas de metal importadas se convertirían con el tiempo en un producto que traspasó los umbrales de la simple comercialización para ser asimilado hoy como parte del patrimonio local. La solución fue fustigada, por su demasía e ingenuidad a partir de la segunda década del siglo. Esta no fue bien vista por los arquitectos que posteriormente entraron en la ciudad. La inminencia del Eclecticismo en la ciudad de Guantánamo a partir de la segunda década de ese siglo no se hizo esperar. Aunque curiosamente éste último no contradijo a las nobles chapas metálicas, sino las obvió. La presencia de estos elementos metálicos inundaría a casi toda la temática arquitectónica que era producida por la ciudad en esos años, viviendas, liceos, hoteles, comercios, fueron de los temas en que se ensayó este novel propósito, aunque indiscutiblemente fue en las viviendas en que tuvo su mayor esplendor. Y ésta es quizás la expresión más acabada de la fugaz tendencia por el oriente cubano.

La vivienda de la familia Simón-Manet el mejor ejemplo del paso por la ciudad de las chapas metálicas, que sirvieron de soporte estético para desafiar a una arquitectura que languidecía y pedía, a todas luces, encontrarse con los nuevos postulados que asomaban en la Isla. La peculiaridad de la arquitectura que vistió a la casa de la familia Simón-Manet fue sin dudas, el carácter localista y único de esta solución, exenta de reiteraciones y de sabor vernáculo. Esa arquitectura se apropió de los adelantos que aportó la industrialización con las enormes chapas de metal galvanizado con las que hizo cuantos elementos pudo adaptar a esas construcciones. Esta manifestación sirvió de “puente” hacia un eclecticismo académico traído de la mano de los primeros profesionales que llegaron años después al patio, entre el que se encontraba el mítico José Lecticio Salcines y algunos de aquellos catalanes que pusieron en función de la ciudad algunas de sus más adelantadas técnicas constructivas y del modelado lo que permitiría el posterior despegue del estilo. Por todo ello consideramos que dada la importancia que reviste esta manifestación, de raíz industrial, en la arquitectura que se desarrolla en la ciudad entre los años 1889- 1913 donde jugó un importante papel la técnica y la estética al servicio de la arquitectura es imprescindible conservar estas edificaciones que representan un período importante de la vida económica, política y social de la ciudad y la casa de la familia Simón-Manet es un ejemplo fehaciente.

Propiedad. Propietario

Pertenece a la Organización Nacional de Bufetes Colectivos. Dirección Provincial de Justicia.

Accesibilidad

El acceso es restringido

Componentes significativos

Los componentes significativos del inmueble están en la apropiación de los elementos metálicos troquelados y doblados que representaron, gracias a los avances tecnológicos y a la pericia de los operarios, disímiles formas de naturaleza clásica que comenzaron a emplearse finalizando el siglo XIX. Fueron exclusivos los empleados en esta vivienda. Se destacan en los interiores la sobriedad y elegancia de todos los elementos realizados en maderas, especialmente en caobas cancelas, cornisillas, molduras decoradas para puertas y ventanas, así como los trabajos en el cielo raso. Este último de tabloncillos machihembrados y plafón decorativo. Los vanos interiores que daban al patio están coronados con arcos de mediopunto protegidos por vitrales. Especial atención merecen los pisos de esta vivienda. Aquí se emplearon mosaicos coloreados de primera calidad y la sala principal tiene un piso de gres cerámico coloreado con diseños art-noveau. El inmueble constituye un representante del estilo neoclásico en el que se destaca con gran profusión el trabajo del metal galvanizado como un elemento arquitectónico y decorativo más. La división entre la sala principal y la secundaria se realiza a partir de un gran vano adintelado, a manera de arco de triunfo enchapado con maderas preciosas pulimentadas y torneadas. La edificación conserva sus herrajes originales en la gran mayoría de sus puertas y ventanas, así como lámparas originales. Asimismo constituye su herrería un ejemplar único en la ciudad en cuanto a diseño.

Elementos añadidos

En la década de los años ochenta la Dirección de Justicia en la provincia promueve la ampliación de los servicios jurídicos en el inmueble, dotándolo de toda la estructura necesaria para su cabal funcionamiento. Es así como decide construir en una porción del patio interior unas oficinas.

Deterioro del inmueble

A pesar de que el inmueble se encuentra en posesión de una institución administrativa ésta ha sido reparada en varias ocasiones para evitar su deterioro y afectar la función que en él se realiza. Las intervenciones en todas las ocasiones han estado avaladas por la Dirección de Patrimonio en la provincia.

Fuente