Reinaldo Benítez Nápoles

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Reinaldo Benítez Nápoles
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Combatiente revolucionario cubano
Nacimiento7 de abril de 1928
Bayamo, Oriente, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento9 de agosto de 1997
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana

Reinaldo Benítez Nápoles. Combatiente revolucionario cubano. Miembro del Movimiento 26 de Julio, asaltante del cuartel Moncada y expedicionario del Granma. Se vinculó al Partido Ortodoxo y tras el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 comenzó a conspirar con el joven abogado Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista. Acompañó a Fidel en el asalto al cuartel Moncada, acción en que fue herido en una pierna y por la que sería condenado a diez años de presidio.

Amnistiado por la presión popular salió al exilio en México y regresó a Cuba en la expedición del Granma que desembarcó en el sur de Oriente el 2 de diciembre de 1956. Participó en el combate de La Plata y posteriormente fue hecho prisionero por el ejército, siendo enviado a presidio, donde permaneció hasta el fin de la guerra.

Síntesis biográfica

Nació en la ciudad de Bayamo el 7 de abril de 1928 en el seno de una familia humilde, hijo de Juan Bautista Benítez Gutiérrez y Hortensia Nápoles Pastor. Debido a la situación económica de la familia tuvo que vincular sus estudios con el trabajo. Fue empleado del Hotel Camagüey en la misma ciudad de Bayamo y aprendió el oficio de barbero. A los 15 años se trasladó para provincia de Camagüey y trabajó en la cafetería La Norma. Meses después se mudó para La Habana donde trabajó en la tienda departamental El Encanto.

Trayectoria revolucionaria

Ingresó en el Partido Ortodoxo y producirse el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 salió a la calle en compañía de Israel Tápanes en busca de armas para luchar contra el golpe militar.

Se vinculó con Fidel Castro quien le orientó la formación de un grupo de diez hombres fundando así la célula de San Leopoldo y comprando con recursos propios tres pistolas y un revólver. Como parte de la preparación militar para las futuras acciones contra la dictadura recibió clases técnicas en varios puntos de La Habana y luego práctica de tiro. Viajó a Oriente en el automóvil de Gildo Fleitas para la acción del 26 de julio de 1953. En el Hotel Rex de Santiago de Cuba se reencontró con Fidel y después partió hacia la Granjita Siboney. Camino al cuartel Moncada, Reinaldo compartió el automóvil con Fidel, sentándose en el asiento delantero.

Durante el ataque se le encasquilló el arma y fue herido en una pierna. Ante la imposibilidad de tomar el cuartel y tras la orden de retirada fue ayudado por Israel Tápanes. En una de las bocacalles del cuartel fueron recogidos por Rosendo Menéndez. Llegaron a la Granjita Siboney y desde allí intentaron ganar las montañas por órdenes de Fidel, pero fueron detenidos por el ejército y juzgados en la causa 37 de 1953. Reinaldo Benítez fue condenado a 10 años de prisión.

Presidio

El 12 de octubre, el Ministro de Gobernación, Ramón Heredia, dispuso que el grupo de revolucionarios condenados por los sucesos del Moncada, dentro del cual se encontraba, fuera trasladado al Reclusorio Nacional de la Isla de Pinos. Según las disposiciones del Tribunal deberían permanecer en locales especiales, separados de los presos comunes[1]. En aviones DC - 3, del ejército, bajo fuerte custodia militar fueron trasladados desde la provincia de Oriente hasta la Isla de Pinos[2].

Fue ubicado, junto al resto de sus compañeros, en una de las salas del hospital del presidio, separados de los presos comunes por una pared de ladrillos que fue levantada para ese fin[2]. Poco después se le permitió recibir una visita al mes y alguna correspondencia, que siempre era severamente revisada y censurada.

Como el resto de sus compañeros se negó a aceptar la cena especial del 24 de diciembre de 1953 en protesta por los asesinatos cometidos por el ejército y la guardia rural durante los sucesos del Moncada[2].

El 12 de febrero de 1954, cuando el dictador Fulgencio Batista visitaba el Penal para inaugurar la planta eléctrica de la prisión, junto a sus 25 compañeros[3] entonó a toda voz la Marcha del 26 de Julio. Batista prestó atención a la letra y visiblemente disgustado sólo preguntó quiénes cantaban, luego abandonó rápidamente el reclusorio. Por esta acción serían castigados severamente, Fidel Castro, Ramiro Valdés, Ernesto Tizol, Israel Tápanes y Agustín Díaz Cartaya. A él, y al resto de sus compañeros les retiraron el aparato de radio que tenía el pabellón y les suspendieron la entrega de periódicos además de prohibirles comunicarse con el exterior.

Desde 1954 y con mayor fuerza a partir de 1955 comenzó un amplio movimiento nacional, que abarcó a casi todas las tendencias políticas y clases del país, en pro de una amnistía general que incluyese a los moncadista. El 10 de marzo de 1955, en medio de los festejos oficiales por el tercer aniversario del golpe de estado, se presentaron en ambas cámaras del Congreso Cubano sendos proyectos de amnistía general. El 6 de mayo, luego de ser aprobada por ambas cámaras del Congreso Cubano, Fulgencio Batista firmó la Ley de amnistía que ponía en libertad a todos los presos políticos[4], incluidos los asaltantes de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes que cumplían su condena en el presidio de la Isla de Pinos. Gracias a la amnistía el 15 de mayo de 1955 salió en libertad junto a sus compañeros de presidio político.

Lucha insurreccional

Reinaldo formó parte de los 82 expedicionarios del yate Granma que desembarcaron en Los Cayuelos, cerca de playa Las Coloradas el 2 de diciembre de 1956. Tras una penosa marcha fue sorprendido junto a sus compañeros mientras descansaba al costado de un cañaveral en una zona conocida como Alegría de Pío. En la dispersión que se produjo por el ataque del ejército, Reinaldo se pudo retirar en compañía del capitán Juan Almeida, el teniente Ramiro Valdés, el teniente médico Ernesto Guevara y el expedicionario Rafael Chao Santana [5]. Los cuatro iniciaron una penosa marcha bordeando la costa con rumbo al este, tratando de alcanzar la Sierra Maestra [6]. En el trayecto se les incorporaron Camilo Cienfuegos, Francisco González y Pablo Hurtado que también habían quedado dispersos.

Días después, gracias a la ayuda de algunos campesinos de la zona, logró reagruparse con Fidel Castro y otros expedicionarios sobrevivientes en Cinco Palmas, Purial de Vicana. Formó parte del núcleo primario del Ejército Rebelde y el 17 de enero de 1957 tomó parte en el combate de La Plata, primera victoria de la guerrilla[7].

Tras el combate de La Plata descendió al llano, donde fue hecho prisionero por las fuerzas represivas. Permaneció en presidio hasta el fin de la guerra.

Revolución en el poder

Militante del Partido Comunista de Cuba y dirigió la Asociación de Combatientes del municipio 10 de Octubre en la Habana.

Muerte

Murió el 5 de agosto de 1997.

Referencias

Fuentes

  • Guevara de la Serna, Ernesto. Pasajes de la guerra revolucionaria. Cuba 1956 – 1959. Edición anotada. Editorial Política. La Habana. 2004. Tercera Edición. Quinta reimpresión. ISBN-959-01-0400-2