Sócrates

Sócrates
Información sobre la plantilla
Socrates.jpeg
Filósofo griego
NombreSócrates
Nacimiento470 a.n.e.
Atenas, Bandera de Grecia Grecia
Fallecimiento399 a.n.e
Atenas, Bandera de Grecia Grecia
Causa de la muerteIntoxicación por cicuta.
ResidenciaGrecia
NacionalidadGriego
CiudadaníaGriego
OcupaciónFilósofo
CónyugeXantipa
PadresFainarate y Sofronisco.
FamiliaresArístides, el Justo.

Sócrates. En griego, Σωκράτης, Sōkrátēs, (Atenas, 470 a.n.e., 399 a.n.e.). Fue un filósofo griego considerado como uno de los más grandes, tanto de la filosofía occidental como de la universal.

Síntesis biográfica

Nació en Atenas en el año 470 a.n.e. Era hijo de una comadrona, Faenarete, y de un escultor, Sofronisco, emparentado con Arístides el Justo. Pocas cosas se conocen con certeza de la biografía de Sócrates, aparte de que participó como soldado de infantería en las batallas de Samos (440), Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422). Fue amigo de Aritias y de Alcibíades, al que salvó la vida.

Dedicó su vida a filosofar, dialogando con la gente en lugares públicos. A diferencia de los sofistas, Sócrates no cobraba por sus clases. No escribió ninguna obra: su pensamiento ha llegado hasta la actualidad por el testimonio de quienes lo conocieron, en especial de su discípulo Platón.

Su filosofía

Convencido de que la verdad se encuentra en el interior de cada hombre, se había propuesto la tarea de ayudar a sus interlocutores a "darla a luz". Por eso decía que su oficio se parecía al de su madre: mientras ella ayudaba a las mujeres a parir niños, él ayudaba a los hombres a parir verdades.

Para eso se valía de la ironía, método por el que hacía tomar conciencia a su interlocutor de que en verdad no sabía tanto como creía. Una vez que la persona reconocía su ignorancia, mediante preguntas la guiaba hacia la verdad.

La ironía y el diálogo eran así las dos partes de su método, la "mayéutica". Consultado el oráculo de Delfos acerca de quién era el hombre más sabio de Grecia, éste respondió: «Sócrates». Y Sócrates sostenía que efectivamente él era el más sabio porque, mientras los considerados sabios creían que lo sabían todo, él sabía que no sabía nada («Sólo sé que no sé nada»).

Sócrates desarrolla un método práctico basado en el diálogo, en la conversación, la "dialéctica", en el que a través del razonamiento inductivo se podría esperar alcanzar la definición universal de los términos objeto de investigación. Dicho método constaba de dos fases: la ironía y la mayéutica.

Busto de Sócrates.

En la primera fase el objetivo fundamental es, a través del análisis práctico de definiciones concretas, reconocer nuestra ignorancia, nuestro desconocimiento de la definición que estamos buscando. Sólo reconocida nuestra ignorancia estamos en condiciones de buscar la verdad.

La segunda fase consistiría propiamente en la búsqueda de esa verdad, de esa definición universal, ese modelo de referencia para todos nuestros juicios morales. La dialéctica socrática irá progresando desde definiciones más incompletas o menos adecuadas a definiciones más completas o más adecuadas, hasta alcanzar la definición universal.

Lo cierto es que en los diálogos socráticos de Platón no se llega nunca a alcanzar esa definición universal, por lo que es posible que la dialéctica socrática hubiera podido ser vista por algunos como algo irritante, desconcertante o incluso humillante para aquellos cuya ignorancia quedaba de manifiesto, sin llegar realmente a alcanzar esa presunta definición universal que se buscaba. Todo parece indicar que la intencionalidad de Sócrates era práctica: descubrir aquel conocimiento que sirviera para vivir, es decir, determinar los verdaderos valores a realizar.

En este sentido es llamada la ética socrática "intelectualista": el conocimiento se busca estrictamente como un medio para la acción. De modo que si conociéramos lo "Bueno", no podríamos dejar de actuar conforme a él; la falta de virtud en nuestras acciones será identificada pues con la ignorancia, y la virtud con el saber.

Interpretaciones

Sócrates no escribió nada y, a pesar de haber tenido numerosos seguidores, nunca creó una escuela filosófica. Las llamadas escuelas socráticas fueron iniciativa de sus seguidores.

Acerca de su actividad filosófica han trascendido diversos testimonios, contradictorios entre ellos, como los de Jenofonte, Aristófanes o Platón, que suscitan el llamado problema socrático, es decir la fijación de la auténtica personalidad de Sócrates y del contenido de sus enseñanzas.

Según Jenofonte, a Sócrates le interesaba fundamentalmente la formación de hombres de bien, con lo que su actividad filosófica quedaría reducida a la de un moralista práctico: el interés por las cuestiones lógicas o metafísicas sería algo completamente ajeno a Sócrates.

Poco riguroso se considera el retrato que hace Aristófanes de Sócrates en "Las nubes", donde aparece como un sofista jocoso y burlesco, y que no merece mayor consideración.

Más problemas plantea la interpretación del Sócrates platónico. La posición tradicional es que Platón puso en boca de Sócrates sus propias teorías en buena parte de los diálogos llamados de transición y en los de madurez, aceptándose que los diálogos de juventud reproducen el pensamiento socrático. Esta posición se vería apoyada por los comentarios de Aristóteles sobre la relación entre Sócrates y Platón, quien afirma claramente que Sócrates no "separó" las Formas, lo que nos ofrece bastante credibilidad, dado que Aristóteles permaneció veinte años en la Academia.

El relativismo y Sócrates

El rechazo del relativismo de los sofistas llevó a Sócrates a la búsqueda de la definición universal, que pretendía alcanzar mediante un método inductivo; probablemente la búsqueda de dicha definición universal no tenía una intención puramente teórica, sino más bien práctica. Tenemos aquí los elementos fundamentales del pensamiento socrático.

Los sofistas habían afirmado el relativismo gnoseológico y moral. Sócrates criticará ese relativismo, convencido de que los ejemplos concretos encierran un elemento común respecto al cual esos ejemplos tienen un significado. Si se dice de un acto que es "bueno" será porque se tiene alguna noción de "lo que es" bueno; si no se tuviera esa noción, ni siquiera se podría decir qué es bueno para alguien.

Lo mismo ocurre en el caso de la virtud, de la justicia o de cualquier otro concepto moral. Para el relativismo estos conceptos no son susceptibles de una definición universal: son el resultado de una convención, lo que hace que lo justo en una ciudad pueda no serlo en otra.

Sócrates, por el contrario, está convencido de que lo justo ha de ser lo mismo en todas las ciudades, y que su definición ha de valer universalmente. La búsqueda de la definición universal se presenta, pues, como la solución del problema moral y la superación del relativismo.

Muerte de Sócrates.

Muerte

Su amistad con Alcibíades (uno de los Treinta Tiranos de Grecia) le valió la enemistad de muchos y, cuando éstos dejaron el gobierno, se vio envuelto en un juicio en el que se lo acusaba de corromper a la juventud introduciendo nuevos dioses. Corría el año 399 a.n.e. Al parecer dicha acusación, formulada por Melitos, fue instigada por Anitos, uno de los dirigentes de la democracia restaurada.

Fue condenado a muerte. Pasó los últimos días en la celda recibiendo a sus discípulos y conversando con ellos de Filosofía (así lo relata Platón en sus diálogos Critón y Fedón). Se rehusó a escapar, habiendo algunos de sus amigos arreglado su huida. Llegado el día, bebió la cicuta que le alcanzó el verdugo y murió apaciblemente.

La influencia de Sócrates

Sócrates ejercerá una influencia directa en el pensamiento de Platón, pero también en otros filósofos que, en mayor o menor medida, habían sido discípulos suyos, y que continuarán su pensamiento en direcciones distintas, y aún contrapuestas. Algunos de ellos fundaron escuelas filosóficas conocidas como las "escuelas socráticas menores", como Euclides de Megara (fundador de la escuela de Megara), Fedón de Elis (escuela de Elis), el ateniense Antístenes (escuela cínica, a la que perteneció el conocido Diógenes de Sinope) y Aristipo de Cirene (escuela cirenaica).

Fuentes