Sales minerales

Sales minerales
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Concepto:Son sustancias no orgánicas que las plantas toman directamente de la tierra y que rápidamente son asimiladas por el cuerpo humano.


Sales minerales. Son necesarias para el desarrollo y la salud del cuerpo humano. Constituyen no sólo la base de la tierra, sino de todo ser vivo.

Sales minerales presentes en el cuerpo humano

El cuerpo humano contiene:


Cuando el cuerpo no posee suficientes sales minerales, ni residuos de ellas, se favorece la aparición de muchas enfermedades.


Actualmente se puede determinar la forma en que ciertos elementos actúan en el cuerpo e influyen en la salud, pero aún quedan muchas cosas por descubrir en ese campo.

Calcio

El calcio es una sal mineral muy importante, sobre todo para los niños en período de crecimiento y las mujeres. Es el mineral que se encuentra en mayor cantidad en el cuerpo. Es necesario para la formación del esqueleto y previene la osteoporosis (descalcificación).

Sirve para la funcionalidad e integridad de los nervios y de los músculos, donde su principal influencia se desarrolla sobre la excitabilidad y sobre la liberación de los neurotransmisores.


También actúa como regulador de los latidos cardíacos y mejora la coagulación de la sangre. Juega un papel importante en la digestión de los lípidos y de las proteínas.
No puede ser asimilado si el cuerpo no tiene suficiente vitamina D.


Donde encontrarlo: los productos lácteos son los que contienen mayor cantidad de calcio, pero se puede encontrar, asimismo, en las frutas y las verduras, sobre todo en la mandarina y la naranja, el albaricoque, la piña, la uva, el apio, el nabo, la col rizada, la espinaca, el hinojo y la verdolaga.

Hierro

El hierro es un componente de la hemoglobina, la substancia roja de la sangre que transporta el oxígeno hasta las células del cuerpo. El hierro estimula el sistema inmunitario y procura al cuerpo la energía para funcionar. La anemia aparece cuando la cantidad de hierro contenida en el cuerpo es insuficiente, ello se manifiesta por una fatiga psíquica e intelectual.

Sólo una pequeña parte (5-10%) del hierro que tomamos con los alimentos es absorbido por el intestino. Una parte se almacena en el hígado, en la médula de los huesos, y en el bazo como hierro III, en la ferritina, y otra parte en la transferrina, la proteína de transporte, como hierro para la síntesis del heme proteico.


Donde encontrarlo: en las frutas, (sobre todo en las bayas y las moras) y las verduras. También en la yema de huevo y la carne, el hígado, las legumbres, los crustáceos.

Magnesio

Cada célula del cuerpo humano necesita magnesio para poder funcionar correctamente. El magnesio es particularmente importante para la transmisión del estímulo nervioso, el funcionamiento de los músculos (el corazón también es un músculo), el metabolismo y en asociación con el calcio, para la formación del esqueleto. Más de la mitad se encuentra en los huesos; el resto se encuentra sobre todo en los líquidos intracelulares de los tejidos.

Una carencia de Mg produce mayor riesgo cardiovascular y de osteoporosis.


Donde encontrarlo: en las hortalizas (sobre todo el perejil y los pimientos), el pan, el queso, la carne, el pescado y la leche.

Fósforo

Junto con el calcio, es el responsable de un buen esqueleto óseo y de unos dientes fuertes. Refuerza las uñas y el cabello, combate la fatiga, regula la temperatura corporal y favorece el crecimiento y la reconstitución de los tejidos corporales.

El fósforo es el segundo mineral en abundancia en el cuerpo y se encuentra en todas las células vivas. Implicando el correcto funcionamiento tanto de músculos como de nervios, colaborando a menudo con el calcio. Está relacionado catalíticamente con las funciones paratiroideas. Su campo de acción es la espasmofilia, la tetania, los problemas vasculares de tipo espasmódicos y determinadas formas de asma espasmódica.


Donde encontrarlo: principalmente en las leguminosas, el pan integral, las nueces, los productos lácteos. También en las frutas (sobre todo en los kiwis) y en las verduras coles y de espinacas.

Potasio

En combinación con la sal, el potasio permite al cuerpo mantener un buen grado de humedad. La necesidad de potasio en el cuerpo es directamente proporcional a la cantidad de sodio absorbido bajo forma de sal de cocina. Un buen equilibrio entre estos dos elementos regula los latidos del corazón y las contracciones musculares y favorece la eliminación de las toxinas, con lo cual se obtiene el visible resultado de tener una piel limpia y sana.


Donde encontrarlo: en las frutas (en los kiwis, los plátanos y los albaricoques) y las verduras. También en las nueces.

Sodio

El cuerpo humano está compuesto en un 70% de agua salada. Es evidente que la sal orgánica (sodio) es un elemento vital. Actúa en asociación con el potasio, pero la colaboración no es real y eficaz más que cuando los dos elementos están presentes de manera equilibrada (Ver Potasio).

La sal orgánica no tiene nada que ver con la sal de cocina (cloruro sódico) que puede destruir rápidamente el frágil equilibrio natural sodio-potasio y puede provocar trastornos renales y de vesícula, una tensión arterial muy elevada y afecciones cardíacas.


Donde encontrarlo: la sal de cocina es la principal fuente de sodio. Asimismo, se halla presente en muchos alimentos. Por regla general, los alimentos de origen animal son más salados que los alimentos vegetales.

Residuos minerales

En el capítulo precedente se han enumerado las principales sales minerales. El resto no deben estar presentes en nuestro cuerpo más que en cantidades infinitesimales. Es por ello que se las denomina residuos minerales. Si se sigue una dieta equilibrada y variada que contenga las suficientes frutas y verduras frescas, las necesidades de estos residuos están ampliamente cubiertas.

Fibras

Gracias a los zumos de frutas, se pueden absorber de manera muy económica y rápida una gran cantidad de substancias nutritivas importantes para la salud. Las frutas aportan al cuerpo energía y lo purifican.


Una fruta se digiere más rápidamente que las verduras -alrededor de 20 minutos- y constituye además una gran fuente de fibras. Durante el proceso digestivo, el cuerpo retira, de los alimentos que acabamos de comer, las vitaminas y las sales minerales que necesita, y todo ello bajo la forma de líquido. Lo que resta de los alimentos es lo que se denomina fibras y se evacúan del cuerpo.


Cuando todas las substancias nutritivas han sido separadas de estas fibras, ellas tienen una segunda función que es la de estimular los intestinos para reunir todos los desechos que serán evacuados rápidamente, además de limpiar el intestino y de ayudar a la absorción de la vitamina D. Si se consumen muchos alimentos ricos en fibras, se evitarán problemas relacionados con el estreñimiento y los cólicos.


Las frutas contienen muchas fibras, sobre todo en la piel. Si además de la ración cotidiana de zumos de éstas, se desayuna una fruta y se consume a lo largo de la jornada diaria algunas otras frescas, leguminosas, dátiles, higos, es evidente que el cuerpo habrá recibido bastantes fibras para poder llevar a buen término la digestión.


Donde encontrarlas: las judías secas, el maíz, los guisantes, las espinacas, las coles de Bruselas, las patatas, los dátiles, los higos, las uvas, los piálanos, los albaricoques, las ciruelas, las manzanas, las peras y las naranjas.

Véase también

Fuente

  • LIBÉRICA. Los Sumos de Frutas/ Libérica._España: Editorial Bélgica, 1984._72p