Azarquiel
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Azarquiel o Al-Zarqali. Su nombre completo era Abu Ishäq Ibrahim Ibn Yahyà al-Zarqalluh. Fue un importante astrónomo de Al-Ándalus, debido al color azul de sus ojos le pusieron el apodo de Azarquiel, con el que fue reconocido toda su vida. Sus obras ejercieron una grandísima influencia en la ciencia europea hasta el siglo XVI. Inventor de novedosos instrumentos, enriqueció con aportaciones propias su ya importante labor de recopilación de los conocimientos existentes.
Sumario
Síntesis biográfica
Nació en el año 1029, en Toledo, España.
Primeros años
A pesar de que era semi analfabeto, trabajó como herrero u orfebre y, se destacó por su destreza en el trabajo de los metales y comenzó a elaborar instrumentos científicos de precisión, como astrolabios, probablemente a petición de los astrónomos árabes y hebreos del reino taifa de Toledo. La comunicación con estos eruditos y la inteligencia de Al-Zarqalí pudo llevarle a una notable comprensión de la ciencia astronómica de forma autodidacta, lo que le llevó a crear innovaciones a partir del astrolabio, como la azafea.
Legado
Realizó importantes observaciones astronómicas, que compila en su tratado titulado «Tablas Toledanas». Esta obra servirá de base, años más tarde, para la confección de las llamadas Tablas Alfonsíes, realizadas por Alfonso X el Sabio (1221-1284) y sus colaboradores. Las tablas Toledanas fueron abundantemente traducidas a otros idiomas, desde el original árabe al latín, al romance y al hebreo, entre otros, lo que propició la gran difusión de su trabajo. Azarquiel fue el inventor en Toledo de la azafea, un astrolabio universal, que simplificó el manejo del astrolabio tradicional e introdujo tal precisión en el cálculo de la latitud que en lo sucesivo permitió a los nautas orientarse en los dos hemisferios . Este astrolabio podía ser utilizado en todas las latitudes y estaba basado en la proyección de la esfera sobre un plano que pasa por los polos.
Hacia 1149, Roberto de Chester, al adaptar las tablas astronómicas de al-Battani y de Azarquiel, llevó la trigonometría islámica a Inglaterra e introdujo la palabra sinus (seno) en la nueva ciencia. Azarquiel fue también un importante innovador de astrolabios. Asimismo, Ibrahim al-Sahlí de Valencia en 1081 construyó el globo celeste más antiguo que se conoce, una esfera de latón de 209 milímetros; en su superficie, en cuarenta y siete constelaciones, había grabada 1.015 estrellas con sus respectivas magnitudes. El antiguo minarete de la Mezquita Mayor de Sevilla, que se conoce como "La Giralda", hacia 1190 era observatorio a la vez que alminar; allí Ÿabir Ibn Aflah hacía observaciones para su Islar al-Maÿisti o "Corrección del Almagesto". Al-Zarqali hizo una serie de observaciones astronómicas desde Toledo (en árabe Al Tulaytalah) y fue de donde salió sus Tablas Toledanas, de sus observaciones. Estas tablas fueron traducidas al latín en el siglo XII.
Azarquiel fue uno de los más importantes astrónomos de Al-Andalus. Vivió en el siglo XI en Toledo y entre sus grandes aportaciones al saber astronómico se encuentra la azafea zarqaliyya de cuya construcción y uso se conservan varios manuscritos árabes en la Biblioteca de El Escorial , así como una traducción al romance mandada hacer por el rey Alfonso X el Sabio e incluida en el volumen III de los Libros del Saber de Astronomía.
En el siglo XI, el astrolabio, por sus múltiples aplicaciones a la medida de coordenadas, determinaciones horarias y en prácticas astrológicas, fue el máximo exponente del grado de desarrollo al que llegó la ciencia hispanoárabe . No obstante su sencillez de manejo, presentaba serios inconvenientes por lo que algunos astrónomos entre los que se encontraba Azarquiel modificaron y perfeccionaron este instrumento, dando lugar a la llamada "azafea". Copérnico, en su famoso libro De Revolutionibus Orbium Clestium expresa su agradecimiento a al-Battani (albategnius) y a Al-Zarqali (Arzachel), nombrando sus trabajos varias veces. Beer y Madler en su libro Der Mond (1837) menciona características de la superficie lunar después de Al-Zarqali (Arzachel).
Otros inventos
Empezó su vida científica como un simple artesano que construía los aparatos que se le encargaban. Su habilidad e ingenio natural pronto hacen que sea el el jefe del cenáculo y cuando cayó Toledo en manos cristianas, continuó trabajando en el al-Andalus. Probablemente se le debe una serie de instrumentos de observación de los cuales se conservan o el texto de la descripción original en árabe, o la traducción hebrea o la versión castellana medieval mandada hacer por Alfonso X el Sabio en "Los libros del saber de astronomía". Azarquiel también fabricó una clepsidra en Toledo. Oyó hablar de cierto aparato que hay en la ciudad de Arín, en la India y del cual decían que señalaba las horas por medio de unas aspas o manos, desde que salía el Sol hasta que se ponía. Entonces se propuso construir un artificio parecido por medio del cual supiera la gente qué hora del día o de la noche era, y además pudiera conocer la edad de la Luna. Para ello construyó grandes estanques en una casa de las afueras de Toledo, a orillas del Tajo, cerca de un lugar llamado Puerta de los Curtidores, haciendo que se llenaran de agua o se vaciaran según el crecimiento o mengua de la Luna. Estas clepsidras duraron hasta que el rey Alfonso VII quiso saber cómo y de dónde llegaba el agua de los estanques y cómo se efectuaba el movimiento, mandando desmontar una de ellas, esta destrucción ocurrió en el año 528 de la hégira (1134 d.C), a cuenta del astrónomo judío Hamis Zabara, pues pidió al Rey que fuera él el encargado de desmontarla para estudiar su funcionamiento y poder mejorarlo; pero luego no supo montarla y quedó inutilizado.
También tuvo interés en el tema de la precesión de los equinoccios. Escribió un trabajo sobre ello, hoy en día desaparecido, en el que describe de qué manera podría explicarse este hecho. Como la Tierra es un astro que recibe la influencia básica del Sol y de la Luna y, en menor medida, de los otros planetas del Sistema Solar, su movimiento de rotación presenta una ligera variación a lo largo del tiempo.
En grandes períodos de tiempo, los polos del planeta no se dirigen siempre al mismo sitio, sino que van modificando la dirección a la que apuntan debido al movimiento de rotación terrestre; esto es lo que se denomina precesión de los equinoccios. En el fondo, es como si la Tierra se comportara como una peonza; su eje, a medida que gira, cambia ligeramente. Vivió en Toledo hasta que en 1085 la conquista castellana de la ciudad lo llevó a emigrar a Sevilla, donde murió.
Muerte
Murió en Sevilla, España; en el año 1087.
Obras
- Tratado de tablas Toledanas.
- Tratado de la azafea.
- Tratado de la lámina de los siete planetas.
- Almanaque de ammonio.
- Tratado relativo al movimiento de las estrellas fijas.
Traducciones
- Obra Scriptorium.