Disfunción Eréctil
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Disfunción Eréctil. Denominada de este modo por urólogos y especialistas, y llamada de forma común como impotencia, ha sido descrita como el fracaso recurrente del varón, para obtener y mantener una erección suficientemente rígida para lograr actividad sexual satisfactoria, durante una relación sexual o bien, la interrupción de los intentos durante la misma. Casi todos los hombres han experimentado una disfunción eréctil en alguna ocasión, pero eso resulta normal. Algunos médicos consideran que existe un problema cuando en un 25% de los intentos no se logra una erección suficiente para lograr el coito, mientras que para otros la disfunción eréctil se presenta cuando se fracasa en el 50% de los intentos.
Sumario
Causas
Las causas físicas de una disfunción eréctil son más frecuentes en los hombres de mayor edad, a partir de los 40 años, y los problemas psicológicos en los hombres más jóvenes. Varias situaciones pueden desencadenar el problema, entre ellas:
Enfermedades que afectan a los vasos sanguíneos y disminuyen el flujo de la sangre hacia el pene como pueden ser: diabetes, hipertensión, enfermedades cardíacas o colesterol elevado. Del mismo modo, los problemas de erección también puede hacer acto de presencia ante patologías tales como daño en el sistema nervioso o tejido genital, así como lesiones medulares o deficiencia de óxido nítrico o testosterona en el organismo. También pueden existir problemas psicológicos que provoquen la conocida como disfunción eréctil psicógena[1].
Algunos medicamentos para tratar la hipertensión y la depresión producen disfunción eréctil como efecto secundario:
Síntomas
El cuadro clínico es por demás obvio, ya que no se presenta la erección del pene o ésta es incompleta, de tal manera que es imposible llevar a cabo la penetración vaginal y tener una relación sexual satisfactoria. Desde el punto de vista psicológico se puede acompañar de ansiedad, angustia y en algunos pacientes llegar al pánico. Se buscarán los signos o cambios compatibles con endocrinopatías, desarrollo corporal, ginecomastia, obesidad, etc. En sí, la sintomatología y signología orgánica de ésta, deberá ser buscada con una buena exploración.
Prevención
Lleve una vida sana, cambie los malos hábitos que afecten la salud de las arterias y las venas, principalmente el fumar, modere el consumo de alcohol, y de grasas saturadas. Haga ejercicio pues este ayuda a mantener en buen estado el sistema circulatorio además de que sirve para liberar la energía negativa que puede generar estrés o depresión. Muchos especialistas opinan que una de las mejores medidas preventivas es hacer el amor frecuentemente con una pareja querida, buscando el placer para ambos.
Diagnóstico y Tratamiento
Diagnóstico
La disfunción eréctil es un padecimiento que puede ser detectado a tiempo y aún revertido. No empieza por la perdida total de la erección; sino que aparece poco a poco y se presenta en varios niveles:
- Leve: se caracteriza por la pérdida de rigidez en la erección lo que se traduce en la dificultad para lograr la penetración vaginal.
- Moderado: la persona ha perdido más la capacidad eréctil.
- Severo: cuando el hombre ha perdido toda su capacidad de erección.
Es importante para el hombre que está experimentando problemas, hablar de sexualidad sin miedo, sin complejos; con su pareja o con el médico. Una actitud sana puede hacer la diferencia entre una vida plena y otra llena de frustraciones. En este sentido es importante entender que la sexualidad debe formar parte del interrogatorio que los médicos practican a sus pacientes para dar un perfil de salud inicial.
Tratamiento
El tipo de tratamiento va en estrecha relación con el problema específico que causa la impotencia. El primer paso es definir la causa, si es posible, para buscar la solución más conveniente según la opinión de su médico. Los especialistas sugieren el inicio del tratamiento con alternativas menos invasivas y continuar, en caso de no ver mejoría, con alternativas más agresivas. Las distintas alternativas de tratamiento pueden incluir una o varias de las siguientes, según lo considere el médico:
- Cambiar los hábitos de vida que puedan afectar el buen funcionamiento de las arterias y las venas. Dejar de fumar, moderar el consumo de alcohol y de grasas, hacer ejercicio, buscar técnicas de relajación.
- Cambiar o reducir la dosis de medicamentos que pueden causar impotencia.
Otros tratamientos incluyen
- Terapia transuretral y de inyección
- Medicamentos orales
- Dispositivos de aspiración (bombas de vacío)
- Implantes peneanos
- Cirugía vascular