Epístola de Judas

Epístola de Judas
Información sobre la plantilla
Autor(es):Judas
Categoría:Escritura sagrada
Lugar:Palestina


Epístola de Judas. Una de las cartas universales incluida en la lista más primitiva de escrituras del Nuevo Testamento (probablemente del [siglo II] d. de J.C.), aunque ninguno de los Padres eclesiásticos la citó ni siquiera la mencionó antes de Clemente de Alejandría (c. 150 - c. 215).

Ubicación

La mayoría de los teólogos piensan que la epístola fue escrita en Palestina.

Vista General de Judas

Los problemas que se tratan eran comunes en la cuarta parte del primer siglo cuando las herejías estaban creciendo (Judas 1:3).
Judas les recuerda a los creyentes que la oposición es inevitable y que se necesita tener compasión para con los pecadores; también les recuerda de los atributos inefables de [Dios]. El denuncia a los que socavan la fe verdadera (Judas 4-16). Judas también advierte a sus lectores del castigo de Dios en el Antiguo Testamento (Génesis 6:1-4; 19:24; Números 14:29, 37) de personas, ángeles y ciudades de los cuales se esperaba más. El deja saber sin duda alguna que Dios todavía castiga el pecado. Judas 17-25 exhorta a una perseverancia continua. El autor les hace recordar que los apóstoles habían profetizado la venida de burladores (2 Pedro 3:3) los cuales aman las cosas terrenales y siembran semillas de discordia entre los creyentes.

Contenido

El autor de la misma (Jud. 1) se designa sencillamente como «hermano de Jacobo», una posible alusión a Jacobo, el autor de la epístola de Santiago y autoridad de la iglesia de [Jerusalén]. En tal caso, Judas sería el hermano del Señor, y no el apóstol. La mención del nombre de Judas entre los hermanos del Señor parece ser una corroboración de estas deducciones (Mt. 13:55; Mr. 6:3). Jud. 17 parece asimismo implicar que el autor no pertenecía al grupo de los apóstoles. Nada sabemos de este Judas, a excepción de que los hermanos del Señor no creyeron en Él en su vida terrena (Jn. 7:5), pero que se convirtieron en discípulos de Él después de su resurrección (Hch. 1:14). Según Hegesipo (alrededor de 110-180 d.C.) citado por Eusebio (Historia Eclesiástica 3:20) dos nietos de Judas, el hermano del Señor, comparecieron ante el emperador Domiciano, porque eran de linaje davídico. Fueron dejados libres como personas inofensivas. Este relato confirma la deducción lógica de 1 Co. 9:5, por la que Judas estaría casado. La cita de Eusebio implica que Judas murió antes del año 80 d. C.
La epístola de Judas dice de su autor que es «siervo (o, "esclavo") de Jesucristo» (Jud. 1). Se dirige muy generalmente «a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo» (Jud. 1). El vocabulario de Judas está fuertemente marcado por la terminología cristiana. Entre los cristianos de lengua griega, ciertos términos habían ya adquirido un sentido preciso y reconocido, sobre todo gracias a las enseñanzas de los escritos de Pablo. Judas da también evidencias de conocer a fondo el lenguaje de la LXX.
Se dan en la epístola tres ejemplos para mostrar cómo la apostasía había sido castigada en el pasado:

  • (A) Algunos de los que habían sido salvados de Egipto fueron, sin embargo, destruidos.
  • (B) Los ángeles caídos son mantenidos en cadenas eternas para el juicio.
  • (C) Sodoma y Gomorra se hallan bajo el efecto del juicio.

Después, los injuriadores son avergonzados con el ejemplo de la conducta del arcángel Miguel, que cuando estaba de derecho luchando contra satanás por el cuerpo de Moisés, no le maldijo, sino que dijo: «El Señor te reprenda» (Jud. 9).
Se mencionan tres estadios de apartamiento del camino de la verdad, con un ¡Ay! sobre aquellos que se hallan en esta condición:

  • (A) El camino de Caín: la naturaleza y voluntad del hombre, con su aborrecimiento contra el pueblo de Dios (cfr. 1 Jn. 3:12).
  • (B) El error de Balaam por recompensa, o corrupción eclesiástica (cfr. Ap. 2:14).
  • (C) La contradicción de Coré, oposición a la realeza y al sacerdocio de Cristo (cfr. Nm. 16). Los tales están doblemente muertos, por naturaleza y apostasía, y están reservados para las tinieblas eternas.

El motivo de estas exhortaciones fue la eclosión de una herejía con tendencias inmorales y peligrosas por las que los lectores de Judas podían hallarse en peligro. Es posible que se tratara de una falsa doctrina análoga al gnosticismo naciente refutado por las Epístolas Pastorales y por el Apocalipsis (Jud. 3, 4, 10, 15, 16, 18). La epístola de Judas pone en guardia a los creyentes contra los diversos tipos de error básico anteriormente mencionados. Judas exhorta a tos cristianos a perseverar en la fe que les ha sido dada de una vez por todas. Los exhorta a resistir a aquellos que, fingiendo ser creyentes, en realidad han dejado al Señor. Después de la indicación de los destinatarios (Jud. 1, 2), el autor indica el tema de la epístola (Jud. 3, 4), indicando después el castigo que habrán de sufrir los falsos doctores (Jud. 5-16). Judas expone a continuación cuál debe ser el comportamiento de los verdaderos cristianos en tales circunstancias (Jud. 17-23). Concluye con una magnífica doxología a la gloria del Dios Salvador (Jud. 24, 25). Los primeros Padres de la Iglesia no mencionan esta epístola de una manera formal, indudablemente a causa de su brevedad. Hacia el final del siglo II, es plenamente utilizada en las iglesias, tanto griegas como latinas. La epístola se halla en la versión Vetus Latina y en la lista del fragmento de Muratori. Clemente de Alejandría, Tertuliano y más tarde Orígenes la mencionan como de Judas. Es evidente que esta epístola formó parte, desde el principio, del canon del Nuevo Testamento.
Generalmente se aduce que Jud. 14 es una cita del libro apócrifo de Enoc. Sin embargo, no hay evidencia de que Judas citara este libro. Hay, sí, una cierta correspondencia en el lenguaje entre la profecía del patriarca Enoc citada por Judas en el versículo 14 y la incorporada en el libro apócrifo de Enoc, pero el contenido es radicalmente diferente. En el libro de Enoc el texto dice: «He aquí, Él viene con miríadas de sus santos, para ejecutar juicio sobre ellos, y destruir a los malvados, y reprender a todos los carnales por todo lo que los pecadores e impíos han hecho y cometido contra Él.» No hay razón para dudar que ambos pasajes se refieran a la misma profecía, pero tampoco hay evidencia alguna de que una fuera copiada de la otra. Nada hay acerca de lo que los pecadores impíos han hablado en el libro de Enoc, ni tampoco se usa la expresión «destruir a los malvados» en Judas. Las fraseologías son diferentes. Pero además el libro de Enoc afirma que Dios viene a ejecutar juicio sobre sus santos. Esta es la doctrina del libro de Enoc, que afirma que el juicio «vendrá sobre todos, incluso sobre todos los justos». Además, está la cuestión de la fecha de redacción del libro de Enoc, que parece ser posterior a la Epístola de Judas.

Fuentes