Félix IV
San Félix IV | |
---|---|
Papa de la Iglesia católica | |
21 de julio de 526 - 22 de septiembre de 530 | |
Predecesor | Juan I |
Sucesor | Bonifacio II |
Información personal | |
Nombre secular | Félix |
Nacimiento | Desconocida Samnio, Imperio romano |
Fallecimiento | 22 de septiembre de 530 Imperio romano Véase Anexo:Tumbas papales |
Santidad | |
Festividad | 22 de septiembre |
San Félix IV. En algunas listas aparece con el nombre de San Félix III[1]. Papa de la Iglesia Católica entre el 21 de julio de 526 y el 22 de septiembre de 530. En muchos textos en los que se reconoce legitimidad al antipapa Félix, figura con el ordinal IV.
Pontificado
Al producirse la muerte del papa Juan I se produjo una vacante papal de 58 días, pues los dos bandos imperantes en el clero, progodo y prooriental, se enfrentaron. Ante tal situación la princesa Amalasunta (526 - 534) presionó a su padre Teodorico para que forzara la elección del papa lo que permitió que Félix fuese consagrado. Las relaciones con los godos mejoraron al producirse la muerte de Teodorico y asumir la princesa Amalasunta las funciones de regencia de su hijo Atalarico. Este situación produjo un incremento del poder que los pontífices venían ejerciendo sobre la ciudad de Roma; hay datos que revelan que aumentaron las propiedades, bienes y edificios, lo que obligo a Félix III a incrementar el número de presbíteros para atender las nuevas necesidades.
La correspondencia de Félix III con Cesáreo de Arles revela una creciente preocupación por la mala formación de muchos presbíteros y por el retorno de algunos de éstos al estado laical. Para evitarlo, el papa recomendaba un examen riguroso de las condiciones de cada candidato. Como la necesidad de contar con el apoyo de los godos forzaba a suspender las medidas contra el arrianismo, Félix volcó sus esfuerzos en la lucha contra el pelagianismo. Por su encargo, Próspero de Aquitania recopiló textos de san Agustín hasta redactar un documento de 25 capítulos que definía la doctrina de la gracia. Dicho texto fue adoptado en el Concilio de Orange en julio del 529 y reveló ser eficaz.
Los mosaicos de San Cosme y San Damián, antiguo templo pagano, ahora convertido en iglesia cristiana, muestran el que parece ser el retrato de Félix; se trata en tal caso del primero de los pontífices cuya imagen ha llegado a nosotros. Son muchas las edificaciones y obras que se le atribuyen, reflejando una voluntad de sustituir la imagen de Roma pagana por otra, de una ciudad cristiana. En sus últimos días intentó introducir una nueva norma, designando a su archidiácono Bonifacio como sucesor y entregándole el pallium. El Senado no quiso admitirlo pero tras la muerte del papa se abrió un serio debate.
Notas
Fuente
- Francisco Javier Paredes Alonso, Maximiliano Barrio, Domingo Ramos-Lissón y Luis Suárez: Diccionario de los Papas y Concilios. Volumen I: Edad Antigua y Media. Barcelona: Editorial Ariel, 1999, 1ra Edición. ISBN: 84-344-0513-X