Fiebre amarilla
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La Fiebre amarilla, conocida en la antigüedad como "Vómito negro" e "Infección por Bunyavirus", es una enfermedad infecciosa aguda potencialmente epidémica producida por el virus Charon evagatus , un Flavivirus del grupo de los Arbovirus, (a la familia Flavivirus tambien pertenecen el virus del Dengue y el virus de la Hepatitis C ), que se caracteriza por fiebre de grado variable, ictericia (color amarillo de la piel y las mucosas, lo cual le da el nombre a la enfermedad), hemorragias y albuminuria en ocasiones intensa. Esta enfermedad fue erradicada de nuestro país desde 1908 por los salubristas cubanos, bajo la dirección de Carlos J. Finlay, quien estuvo al frente de los servicios de Sanidad desde 1902 hasta 1908.
Código CIE 10: A95
Sumario
Etiología
El virus de la fiebre amarilla es trasmitido, según se trate de la modalidad urbana, por el mosquito Aedes aegypti, o la rural o selvática, por el mosquito Haemagogus y otras especies infectadas, ambos por picaduras a monos. La fiebre urbana se adquiere al picar el mosquito Aedes aegypti a alguna persona enferma y trasmitirla por picadura a otra.
Epidemiología
Se cree que la enfermedad apareció en África y posteriormente por la introducción de esclavos a América apareción en este continente en el que fué descrita por primera vez en el siglo XVII en Yucatán, México.
En América, la enfermedad urbana atacó por igual durante siglos a hombre y mujeres, sin distingos de raza. En América Tropical la Fiebre amarilla selvática produce numerosos casos en la parte septentrional de Sudamérica y la cuenca del Amazonas, incluyendo los llanos de Colombia y las regiones orientales de Perú y Bolivia. Se reportan casos esporádicos en todos los países del continente americano, desde México a la Argentina, con excepción de El Salvador, Uruguay y Chile.
Desde 1942 no se ha notificado caso alguno de Fiebra amarilla urbana trasmitida por Aedes aegypti en América, exceptuando Trinidad, donde se reportaron algunos casos en 1954.
En África aún se registran brotes urbanos, pues es endémica en muchas regiones. En Burkina Faso, en 1983, se notificaron 286 defunciones, y de 1986al 88 surgieron brotes en Nigeria, donde más de 30 000 personas enfermaron y más de 10 000 fallecieron. En ese continente se diagnostica en Angola, Zambia, Tanzania, Uganda, Kenia, Etiopía, Somalia y el Sudán Meridional.
En Asia no hay evidencia de que la Fiebre amarilla haya existido. Otro tanto puede decirse de la costa del extremo oriental de África.
En las zonas endémicas de fiebre amarilla urbana la mayoría de los casos afectan a niños, al ser inmunes la mayoría de los adultos. La fiebre amarilla puede ser menos grave en niños, con una relación de las infecciones subclínicas respecto a las clínicas de 2:1; las infecciones subclínicas, abortivas o leves, que se caracterizan por fiebre y cefalea (dolores de cabeza), pueden pasar inadvertidas excepto durante las epidemias.
Cuadro clínico
La enfermedad cursa muchas veces asintomática o de forma leve, con cuadros febriles bruscos y fugaces que se interpretan como fiebre de origen desconocido; sin embargo, cuando se desarrolla el cuadro clásico, bien sea grave o moderado, se distinguen tres períodos después de un periodo de incubación de 3 a 6 días.
- El primer período o de infección dura alrededor de 3 días y se caracteriza por fiebre, nauseas, vómitos, cefalea intensa, dolor lumbar y en todo el cuerpo, así como postración.
Los enfermos se quejan de fotofobia, la cara aparece congestionada y los ojos inyectados. Se describe una lengua enrojecida en los bordes y gran saburra central; la fiebre se eleva a 40ºC y se acompaña de un pulso lento (signo de Fagot). Los leucocitos disminuyen y se observa albuminuria. - En el segundo período o de remisión , la fiebre desciende por crisis, lo cual dura algunas horas; en este caso el paciente casi siempre evoluciona bien.
- En los casos graves el cuadro no cede y se pasa al período de intoxicación o tercera fase , donde aparecen los síntomas y signos típicos.
La ictericia se hace evidente, el pulso enlentece y se presentan sangramientos frecuentes, en forma de hematemesis (vómitos de sangre, el clásico “vómito negro”, que antaño dio nombre a la enfermedad). La albuminuria es la regla y el corazón suele afectarse en forma de miocarditis. Por último, se presenta delirio y agitación antes de la muerte, que ocurre en línea general entre 4 y 6 días.
Los casos moderados acusan un período de convalecencia corto y una recuperación sin secuelas. El primer episodio deja inmunidad permanente por lo que la enfermedad no recidiva.
Las complicaciones de la Fiebre amarilla aguda consisten en hemorragia grave, insuficiencia hepática e insuficiencia renal aguda. La muerte puede ocurrir entre los 7 y 10 días. El 50% de los casos graves puede morir, algunos pacientes que sobreviven a la fase aguda pueden fallecer más tarde por insuficiencia renal o lesión miocárdica.
Diagnóstico
El diagnostico presuntivo es clínico, se debe sospechar la enfermedad ante un cuadro de fiebre, cefalea, vómitos y mialgias en los residentes de las zonas endémicas o en visitantes no inmunizados que han viajado recientemente, unas 2 semanas antes, a estas zonas.
Para el diagnóstico de certeza se utilizan tres métodos:
- Aislamiento del virus o sus antígenos a partir de la sangre del enfermo.
- Determinación de títulos de anticuerpos neutralizantes, que se encuentran aumentados.
- Biopsia de hígado por necropsia, donde se observa una necrosis celular medio zonal.
Exámenes complementarios
- Al inicio de la enfermedad se observa leucopenia (disminución anormal de los leucocitos o glóbulos blancos de la sangre) intensa a expensas de los neutrófilos, aunque puede presentarse leucocitosis en los casos terminales.
- La hemoglobina se mantiene más o menos normal, excepto en los casos muy graves y en aquellos con sangramientos.
- Las plaquetas permanecen normales en las primeras 72 h, luego se observa trombocitopenia.
- El tiempo de protrombina y el de coagulación están prolongados.
- Se observa albuminuria en el 90 % de los casos.
- La bilirrubina se encuentra moderadamente aumentada en la sangre.
- Aumento de transaminasas séricas.
Tratamiento
Tratamiento preventivo
Lo más importante es la lucha contra el mosquito Aedes aegypti en las zonas urbanas y la protección contra los mosquitos en las zonas selváticas. La profilaxis se basa en evitar la picadura del mosquito empleando repelentes e insecticidas, cubriéndose el cuerpo con ropa, protegiendo las casas con mallas o telas metálicas y destruyendo las zonas de reproducción del mosquito Aedes Aegypti que consisten en acumulaciones de agua de todo tipo.
Existe la vacunación contra la Fiebre amarilla (Vacuna de virus vivos atenuados de la cepa 17D) para aquellas personas que viajan a regiones endémicas en esta enfermedad.
La vacunación es válida durante 10 años, aunque la inmunidad dura al menos 40 años y probablemente toda la vida. La vacuna de la fiebre amarilla no debe ser administrada a inmunodeprimidos o en pacientes bajo tratamiento con fármacos inmunodepresores, a embarazadas y a lactantes de menos de 4 meses de edad, ya que casi todas las complicaciones neurológicas se presentan en este grupo de edad.
- Debe evitarse la vacunación en personas con antecedentes de alergia al huevo, o como alternativa, puede realizarse una prueba cutánea para determinar si existe alergia importante que imposibilite la vacunación.
Tratamiento de la enfermedad
Es muy importante el tratamiento de sostén para aliviar los síntomas mayores (¡la Aspirina está contrindicada!) y poner al enfermo en manos de las autoridades sanitarias con gran prontitud para un tratamiento adecuado y evitar consecuencias fatales tanto para su vida como para la salud de la comunidad donde vive el enfermo.
Historia en Cuba
La Guerra de los Diez Años (1968-1978) obligó al sistema de salud pública colonial a subordinarse a la sanidad militar del ejército español. Un poco después, en el período entre guerras (1978-1895), se produce una verdadera recuperación de la organización de la salud pública colonial. Por esta época, el doctor Carlos Juan Finlay Barrés da a conocer al mundo científico, en 1881, su descubrimiento de la teoría metaxénica del contagio de enfermedades infecciosas y las medidas para la erradicación de la fiebre amarilla.
Al instaurarse la República el 20 de mayo de 1902, se nombra al doctor Diego Tamayo Figueredo, Secretario de Gobernación, que, inmediatamente nombró al doctor Carlos J. Finlay al frente de los servicios de Sanidad y al ilustre higienista doctor Manuel Delfín Zamora, en los servicios de Beneficencia. Los salubristas cubanos, bajo la dirección de Finlay, logran disminuir la mortalidad por tétanos infantil a partir de 1903; erradicar la fiebre amarilla definitivamente en 1908.
Véase también
Fuentes
- Fiebre amarilla. En: Roca Goderich R, Smith Smith VV, Paz Presilla E, y otros. Temas de Medicina Interna. 4ta Edición. Tomo 3. Editorial Ciencias Médicas. La Habana; 2002. pp. 570-573. ISBN 959-7132-82-6
- Fiebre Amarilla. En: Izquierdo Martínez M, Avellaneda Hernández A. Enfermedades raras. Un enfoque práctico. Instituto de Investigación de Enfermedades Raras. Madrid; 2004. pp. 23 - 25. ISBN 84-95463-21-0
Enlaces externos
- Historia de la Fiebre amarilla
- Fiebre Amarilla: La Primera Gran Epidemia 1649. Por Dr. José López Sánchez
- Finlay, un cubano que merece honor en las Américas y el mundo
- Fiebre Amarilla
- Fiebre Amarilla (en)
- Sistema de Información de Enfermedades Raras en Español SIERE
- Martínez BX. Dos casos de autoexperimentación.An Med (Mex) 2008; 53 (1): 47-54