Gaspar Melchor de Jovellanos

Melchor Gaspar de Jovellanos
Información sobre la plantilla
Gaspar Melchor de Jovellanos.jpg
Escritor español de relevante trayectoria política
NombreMelchor Gaspar María de Jovellanos y Ramírez
Nacimiento5 de enero de 1744
ciudad de Gijón,
región de Asturias,
Reino de España Bandera de España
Fallecimiento27 de noviembre de 1811 (67 años)
Puerto de Vega,
concejo de Navia,
región de Asturias,
Reino de España Bandera de España
Causa de la muertepulmonía

Gaspar Melchor de Jovellanos Gijón, 5 de enero de 1744 - Asturias, 27 de noviembre de 1811). Escritor español y jurista español de relevante trayectoria política. Fue uno de los promotores de la Sociedad Patriótica Sevillana.

En la provincia de Matanzas (República de Cuba), existe un municipio Jovellanos que desde 1870 ―cuando la Capitanía General de Cuba era una colonia del Reino de España― lleva el nombre en honor a esta persona.

Síntesis biográfica

Gaspar Melchor de Jovellanos, bautizado como Baltasar Melchor Gaspar María de Jove Llanos y Ramírez. Hijo de una familia de la pequeña nobleza de Gijón nace el 5 de enero de 1744 en este lugar. Tras cursar sus primeros estudios en Gijón, en 1757 marchó a Oviedo para estudiar filosofía en su universidad.

En 1760, bajo la protección del obispo local, parte hacia Ávila para realizar estudios eclesiásticos. Tras una esmerada educación, se graduó de bachiller en Cánones entre los años 1760 y 1764. Tras el abandono de la carrera eclesiástica se centró en la Magistratura.

Trayectoria como político y jurista

El año 1767 fue nombrado alcalde del crimen de la audiencia de Sevilla. Después de licenciarse ocupó en 1767 la plaza de magistrado de la Real Audiencia de Sevilla. Allí fue alcalde del crimen y oidor en 1774.

En 1775 fue uno de los promotores de la Sociedad Patriótica Sevillana, de la que fue secretario de artes y oficios. Su estancia en Madrid tras ser nombrado alcalde de casa y corte hasta 1790 coincide con el impulso reformista que caracteriza el reinado de Carlos III. Es una etapa de participación activa en numerosos organismos (Academias de la Historia, española, la de San Fernando, la de Cánones, y la de Derecho; así como la Sociedad Económica, o la Real Junta de Comercio, Moneda y Minas), lo que le convierte en una figura destacada de su tiempo. Tras la muerte de Carlos III, al cual dedica uno de sus discursos más conocidos, el elogio de Carlos III (1788), se produce un considerable cambio en la situación política interna, que afecta a los círculos ilustrados.

Jovellanos es desterrado a Gijón (1790-1798) y en este período, publica algunas de sus obras más importantes. En el campo de la economía redacta su informe sobre el expediente de la ley agraria (1794); y en el de la política cultura, su memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos y diversiones públicas y sobre su origen en España (1796).

Obras públicas

Jovellanos cultivó varios géneros literarios (como poesía y teatro) pero sus escritos principales fueron ensayos de economía, política, agricultura, filosofía, costumbres; desde el espíritu reformador del despotismo ilustrado. Entre ellas destacan el informe sobre la ley agraria que escribió en una primera versión en 1784, pero que no envió hasta 1787 a la Sociedad Económica Matritense, quien la remitió al Consejo de Castilla y que se publicó en 1795.

En ella Jovellanos se muestra partidario de eliminar los obstáculos a la libre iniciativa, que dividía en tres clases: políticos, morales y físicos. Entre ellos estaban los baldíos, la Mesta, la fiscalidad, la falta de conocimientos útiles de los propietarios y labradores, las malas comunicaciones y la falta de regadíos, canales y puertos. Para corregir esta situación Jovellanos propone que los baldíos y montes comunales pasaran a propiedad privada, disolver la Mesta, cercar las fincas, y que los arrendamientos estuvieran basados en el pacto libre entre los colonos y los propietarios, además de la limitación de los mayorazgos y la supresión de la amortización eclesiástica o de la eliminación de las trabas sobre los agricultores, además de la reforma de los impuestos.

A esto habría que añadir la reforma de la enseñanza, para hacerla más práctico, dándole más importancia a las materias científicas, y la inversión del Estado en obras públicas. Estas medidas crearían las condiciones para la constitución de un mercado de tierras, un aumento de la producción y la creación de un mercado nacional unificado que posibilitarían que aumentara la población y su nivel de vida, lo que serviría de base para el inicio de la industrialización.

Durante su estancia en Sevilla fue uno de los participantes en la tertulia de Pablo de Olavide, lo que influyó para que comenzara a escribir poesía amorosa y redactó la primera versión de la tragedia El Pelayo (1769) y la comedia El delincuente honrado (1773). Pelayo o la muerte de Munuza es la única tragedia redactada por Jovellanos. Es obra de juventud, compuesta en Sevilla, en 1769, cuando su creador contaba con veinticinco años de edad, si bien fue corregida entre 1771 y 1772. La obra fue objeto de una reelaboración que dio lugar a una versión nueva, hecha entre 1782 y 1790.

Se debió transmitir en manuscrito. Solo en 1792 apareció una impresión, y esta de carácter pirata. Su representación no tuvo lugar hasta 1782, trece años después de ser escrita; en aquel año se estrenó en Gijón. A principios de octubre de 1792 tuvo lugar su estreno en Madrid». La contribución de Jovellanos a la comedia se reduce a una sola obra, y esta en los límites del género: El delincuente honrado, escrita en Sevilla para la tertulia de Olavide, y estrenada en Madrid veinte años más tarde, en 1767. Se trata de una comedia sentimental, derivación española de la «comédie larmoyante», creada en Francia por Nivelle de la Chausée.

También tradujo el primer libro de El paraíso perdido de John Milton. Fue el impulsor de una serie de mejoras en su ciudad natal, como la carretera Gijón-León, que aunque no vio terminada, significó el traslado del comercio marítimo asturiano desde el puerto de Avilés al de Gijón. Además, impulsó todo tipo de reformas en el ámbito nacional, siendo un ilustrado clave de la época.

Últimos años

En agosto de 1798 y después de sufrir un intento de envenenamiento, Jovellanos es cesado. Su salud, debido a los efectos del veneno, se vio seriamente deteriorada y después de descansar en Trillo (Guadalajara), regresa a Madrid para recoger sus cosas, trasladándose después a Gijón. Volvió a dedicarse al instituto pero los problemas económicos y también el desprestigio de su persona, crecían cada vez más. Después de aparecer una «delación anónima», Jovellanos fue detenido en su casa y hecho reo del Estado, en la madrugada del 13 de marzo de 1801.

Conducido hasta la isla de Mallorca, permaneció en ella encarcelado, primero en la cartuja de Valldemossa durante un año y después en el castillo de Bellver (Palma de Mallorca), hasta 1808, sin conseguir ser juzgado, a pesar de las múltiples peticiones que se hicieron al rey. Son estos los años en que Jovellanos demostró su entereza. Lejos de abandonar su actividad, se dedicó, en cuanto obtuvo el oportuno permiso, a leer y escribir: en Valldemossa empezó el Tratado teórico-práctico de enseñanza.

Se especializó en la historia de Mallorca y escribió las memorias histórico-artísticas de arquitectura, que contienen una evocadora y prerromántica descripción del Castillo de Bellver. Siguió escribiendo poesía y muchas cartas, que conseguía enviar burlando a sus vigilantes y censores. Cuando el motín de Aranjuez coloca en el trono a Fernando VII, Jovellanos queda en libertad, en marzo de 1808.

Muerte

Falleció en Puerto de Vega, un pueblo costero a 101 km al oeste de Gijón, el 28 de noviembre de 1811, a los 67 años de edad.

Fuentes

  • Artinano y Galdácano, G. (1913): Jovellanos y su España.
  • Artola (1953): Vida y pensamiento de don Gaspar Melchor de Jovellanos.
  • Benítez Claros, Rafael: Gaspar Melchor de Jovellanos. Profesor ordinario de Lengua y Literatura Española en la Universidad de Navarra.
  • Caso, José (2004): Vida y obra de Jovellanos. Oviedo: Cajastur, 2004.
  • Ceán Bermúdez, J. A. (1814): Memorias para la vida de don Gaspar Melchor de Jovellanos.
  • Menéndez Pelayo, Marcelino: «Vindicación de Jovellanos», en su Historia de los heterodoxos (tomo V).
  • Peñalver, Patricio (1953): Modernidad tradicional en el pensamiento de Jovellanos.
  • Sánchez Corredera, Silverio (2000). Jovellanos y el jovellanismo. Oviedo: Pentalfa Ediciones, 2000