Orden de los Cartujos
Orden de los Cartujos | |
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Nombre latino | Ordo Cartusiensis |
Siglas | OCart |
Nombre común | Orden Cartujana o Cartujos |
Fundador | San Bruno de Colonia |
Fundación | junio de 1084 |
Lugar de fundación | ciudad Cartuja distrito de Grenoble, Francia |
Lema | Stat Crux dum volvitur orbis "La cruz está fija mientras el mundo gira" |
La Orden Cartujana o Cartujos, es una de las congregaciones monásticas y religiosas más antiguas de la cristiandad, y por ende, una de las que ha sabido mantener y respetar las prácticas de sus orígenes basados en la continua fidelidad a las ideas de su fundador Bruno de Châteauneuf. Los cartujos son religiosos contemplativos, que dedican toda su existencia a Dios a través de su escucha y el silencio.
Debido a la devoción de sus religiosos, a lo largo de su historia, dicha orden no ha sufrido drásticos cambios, ni rupturas internas radicales que pudieran crear una separación de las primeras pautas establecidas, por lo que la vida cotidiana de los monjes no sufrió grandes canjes. Las reformas que fueron hechas en la misma, no marcaron grandes diferencias con respecto a otros movimientos monásticos.
Sumario
Historia
La Orden de los Cartujos fue fundada por el hoy conocido como San Bruno de Colonia en junio de 1084 junto a sus 6 compañeros, bajo la protección del obispo San Hugo de Grenoble, quien le mostró el camino de este sitio solitario que sería la primera comunidad cartuja. Por lo que, en el Valle de la Chartreuse, en Cartuja, en un lugar muy poco habitado, cercana a la ciudad francesa de Grenoble, se estableció la casa – madre de todas las comunidades cartujas del mundo, que a día de hoy es llamada Gran Cartuja. Así nació entonces una galería con una capilla y algunos edificios destinados a la vida comunitaria, una zona despoblada, para que los monjes pudieran llevar una vida de contemplación y oración; que unido al rigor del retiro, sería un elemento importante para una vida fraternal, algo fundamental para San Bruno.
Dicha orden es el fruto de un cambio que la Iglesia Católica experimentó en la segunda mitad del siglo XI y que de alguna forma afectó al mundo del monacato profundamente. La orden de los cartujos se creó sobre la base de la vida dedicada a Dios en soledad y aislamiento como los antiguos ermitaños, enlazados a los ideales de pobreza y desprendimiento del mundo. Al vivir aisladas del mundo, bajo una estricta clausura, las comunidades cartujanas, han estado formadas por un número de miembros relativamente pequeño. En sus inicios solo se admitía en cada monasterio 13 padres (incluido el prior) y 16 hermanos. Con el de cursar del tiempo, el número de miembros fue aumentando, pero nunca las comunidades excesivamente numerosas han sido permitidas. A mediados del siglo XII, se crearon también las comunidades de monjas cartujanas, con un modo de vida similar al de las comunidades masculinas.
Vida de los monjes
Las Cartujas, es el nombre que reciben las comunidades monásticas donde habitan los cartujos. Dicha cartuja está gobernada por un prior elegido por los padres y hermanos del monasterio. La orden de los cartujos evita el ceremonial y la grandeza, por lo que siempre consideraron necesario no elevar a sus priores al rango de abades, debido a todo el esplendor que esto implicaría.
El estilo de vida de los mojes está plasmados en los Estatutos, los cuales comunican el espíritu de su vida solitaria, en la máxima tranquilidad de su celda, para el rezo continuo, el trabajo humilde y pobre. Los mismos guardan los habituales tres votos de pobreza, castidad y obediencia, a los que adicionan dos votos, el de la estabilidad en el monasterio y el voto de conversión d costumbres. Desarrollan así la vida fraternal, el rezo litúrgico en común, la obediencia tanto al superior de la casa (el Prior) como al Cabildo General que toma todas las decisiones que atañen a la vida de la Orden.
Los mismos no perciben su soledad como un abandono, ni una renuncia; sino lo aprecian como un espacio de libertad que es parte de la elección de vida que han hecho; donde se expresan de forma plena en sí mismos a favor de la humanidad, alzando un rezo universal permanente. Esta orden desde sus inicios de la mano de su fundador, afirma la necesidad de una búsqueda universal del hombre entero, el sentirse plenos interiormente, para elevar así, su ideal de la verdad.
Las cartujas: actualidad
La orden de los cartujos y su lema: "La Cruz permanece inmóvil mientras el mundo da vueltas", también representada en su escudo, demuestra el alcance que posteriormente tendría dicha orden. Alrededor del mundo se han creado diversidades de cartujas con un total que supera los 270 monjes y 60 monjas, los cuales forman parte de al menos 23 cartujas constituidas entre Europa(donde tiene mayor presencia, América y Asia.
Grupos de monjes cartujos
La orden de los cartujos es una comunidad compuesta por dos grupos de monjes, los llamados padres, que son los que reciben la ordenación sacerdotal y los llamados hermanos cartujos no ordenados.
- Los Padres cartujos son sacerdotes, es decir que han recibido el sacerdocio y viven la mayor parte del tiempo en el silencio de su casita llamada "celda". Se dedican a la lectura espiritual, al rezo vocal del Oficio Divino. Su vida se caracteriza por su marcada sencillez y simplicidad, a pesar de que las comunidades cartujanas, en su momento llegaron a ser poseedoras de extensos y espléndidos patrimonios y monasterios, pero a pesar de esto, jamás trascendió su riqueza a su vida cotidiana, ya que continuaron viviendo dentro de las mismas pautas de soledad y pobreza como los antiguos ermitaños, acompañados de su sobrio hábito blanco.
Los padres desarrollaron un modo de vida, donde se enfatiza su dedicación a la oración y al estudio por varias horas al día, las cuales son divididas también, por los trabajos en la iglesia, en conjunto con la tranquilidad de su celda. Ante lo complicado que podría ser preservar la vocación eremítica, San Bruno pretendió que los monjes pudieran contar con un apoyo humano y espiritual en el grupo, aspecto en el que se encuentra otra de las singularidades de la Cartuja.
- Dentro del grupo de los Hermanos se encuentran los conversos, los cuales hacen profesión de votos, tales como los padres y los llamados hermanos donados, que son aquellos que no hacen votos solemnes de por vida. Además de su vida contemplativa, los Hermanos desarrollan obras para la vida del Monasterio, y en su quehacer diario, destinan varias horas al día, a los oficios manuales, llamados obediencia.
- También en una comunidad pueden existir los llamados familiares, que son aquellas personas que llevan una vida semimonástica y se dedican fundamentalmente al trabajo manual; aunque es muy poco frecuente en dichas comunidades.
La liturgia cartuja
A pesar de la reforma litúrgica luego del Concilio Vaticano II, la misa cartuja continúa conservando algunas peculiaridades propias acomodadas a su forma de vida. Actualmente el rito cartujo se celebra conforme a su versión revisada en 1981 y conserva lo esencial del Rito de Grenoble del siglo XII. Dicho rito se caracteriza por su gran simplicidad y sobriedad. Destacan en la liturgia, los tiempos de silencio, así como la prohibición de todo instrumento musical, aunque la misma se acompaña por el canto cartujano, salvaguardado cuidadosamente a través de los años. El centro y la cima de la vida comunitaria, es la celebración del Sacrificio Eucarístico. En la celebración de la misa comunitaria, los cartujos sacerdotes, de acuerdo con su vida eremítica, celebran la misa en las solitarias capillas del claustro.
El silencio
La parte esencial de la vida del cartujo, es el silencio. Solamente utilizan la palabra en el canto o en determinado momento donde sea estrictamente necesario, como en las tareas cotidianas.
Cada año hacen un retiro de ocho días en sus celdas. Para lograr este silencio que necesitan, es vital el respeto a su aislamiento individual. Entre algunas de las actividades externas que realizan, se encuentran los recreos y salidas del monasterio, teniendo libertad en ese periodo para conversar, pero realmente nunca tienen por costumbre entrar a los pueblos.
No realizan una labor de predicación, y tampoco mantienen hospitales, ya que su objetivo principal no es la santificación a través del trabajo, porque están seguros del bien social que hacen a sus semejantes, con su entrega a la adoración y contemplación de Dios.
Al cine
La evidencia documental de la vida de la comunidad cartuja, llega a través del director alemán Philip Gröning y su documental El gran silencio (Die große Stille, 2005).
Para lograr el acceso a la reservada vida de la Gran Cartuja, los monjes demoraron 16 años para aceptar dicha petición de Gröning, ya que necesitaron ese tiempo para reflexionar al respecto. El realizador convivió con ellos un total d seis meses, grabando día a día la vida de los mismos, respetando por sobre todas las cosas su forma de vida.