Vino blanco
Vino Blanco | |
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Bebida alcohólica obtenida de la fermentación del zumo de la uva. | |
Origen | |
Color | Dorado o amarillento. |
Variantes | Chardonnays, Chenin Blanc, Gewurtztraminer, pinot blanco, Pinot Grigio, pinot gris, vinos de Riesling, y Sauvignon Blanc |
Composición | |
Tipo | Vino |
Graduación alcohólica | 12,5 |
Servida en | Copa |
Vino Blanco. El vino blanco es una bebida versátil su naturaleza de restauración le hace una bebida agradable ideal en celebraciones. Es un aperitivo en sí mismo, y puede ser consumido en comidas.
Sumario
Categorías principales
El vino blanco puede presentar toda la gama de matices: desde extremadamente seco a muy dulce, pero resulta fácil clasificarlo en seis categorías principales.
- Los vinos «ligeros y secos», que hay que beber cuando son jóvenes, rara vez se añejan en barrica de roble. Se embotellan sin azúcares residuales y son pobres en extractos (los componentes que dan sustancia, o cuerpo, al vino). Estos vinos deben servirse fríos, solos o para acompañar alguna comida.
- Los vinos blancos «secos y amplios» contienen más materia y, aunque se consideren técnicamente secos, poseen la dulzura de los frutos maduros. Son vinos que pueden haber envejecido en barrica y/o en botella. Los vinos blancos más amplios normalmente pueden envejecer en botella.
- Los vinos «aromáticos» proceden de determinadas variedades y pueden ser secos o semisecos.
- Los vinos «semisecos» se suelen embotellar antes de que la totalidad de los azúcares de la uva se haya transformado en alcohol. Su ligereza y su débil graduación alcohólica los hacen menos aptos para ser consumidos en compañía de platos consistentes.
- Los más «dulces» de todos son los vinos intensamente concentrados, que se consumen lentamente porque su materia es compleja.
Elaboración
El vino blanco se elabora con uva blanca, aunque no tiene porque ser siempre así, existen algunos blancos y champagne francés elaborados con uvas tintas. La elaboración de los blancos es uno de los procedimientos más complejos y minuciosos que existe en la producción de vino.
Estrujado y despalillado
Tras la vendimia, la uva pasa desde las tolvas de recepción a las máquinas de despalillado (máquina que separa la uva del raspón) y estrujado. El despalillado es un procedimiento opcional, puesto que existen muchos vinos que se estrujan con raspón. Al primer mosto obtenido por gravedad sin necesidad de realizar ningún tipo de presión mecánica se lo denomina mosto yema, flor o lágrima, es el mosto más valorado y de primera calidad que puede mezclarse con el del primer estrujado o no. El estrujado es la operación que presiona de forma controlada la fruta pero sin romper las pepitas y escobajos. La pasta obtenida del primer estrujado puede volver a estrujarse sucesivamente para obtener vinos de segunda calidad. Finalmente, la pasta final completamente estrujada, denominada hollejo o bagazo, se usa para su destilación y elaboración de orujos y licores.
Maceración
Consistente en dejar en contacto la piel de la uva con el mosto durante un número variable de horas y con una temperatura baja (maceración en frío), se consigue que las sustancias aromáticas de calidad, contenidas en el hollejo, pasen al mosto. El frío es para evitar el inicio de la fermentación. Esta operación es relativamente costosa, solo se suele realizar en blancos donde se quiere obtener la máxima calidad.
Escurrido
Esta fase es opcional y algunas bodegas la realizan tras el desfangado. El objetivo es obtener un mosto de máxima calidad. Se hace por simple gravedad, caída del mosto, sin tener que realizar ninguna acción mecánica enérgica sobre las uvas, si acaso un ligero paso por escurridores especiales.
Desfangado
Una vez macerado y escurrido el vino se realiza la separación de los fangos, se separa el vino de los restos de hollejos, pepitas, herbáceos, tierra y cualquier partícula que pueda contener el vino. El proceso se realiza dejando reposar el vino durante algunas horas para que las partículas en suspensión se depositen en el fondo. Es habitual que este proceso se realice simultáneamente a la maceración, manteniendo la cadena de frío para evitar la fermentación. Con la maceración y desfangado se consigue limpiar el vino de sustancias y malos sabores.
Fermentación
La fermentación es la gran transformación de zumo a vino. Se produce cuando una serie de levaduras naturales (hongos) se comen el azúcar que contiene el mosto, liberando alcohol y anhídrido carbónico (gas). La fermentación en los vinos blanco suele realizarse, en la mayor parte de las bodegas, en cubas de acero inoxidable de gran tamaño, no obstante es posible realizar este mismo proceso en barril de madera, obteniendo un vino con matices diferentes.
El control humano en la fermentación se realiza en la selección de las levaduras usadas y en el control de tiempo de la fermentación, es decir, la cantidad de azúcar que quedará en el vino, y por tanto si se tratará de un vino seco (menos de 5gr. por litro), semiseco (entre 15-30 gr. por litro) o dulce (más de 50gr. por litro). Para obtener vinos dulces o semisecos, hay que detener el proceso de fermentación, que se puede hacer mediante procedimientos químicos, añadiendo anhídrido sulfuroso (sulfitos) o bien mediante procedimientos manuales o físicos, enfriando el líquido en el momento en que el contenido de azúcar es el deseado.
Trasiego
Se realice o no la maceración sobre lías del vino, el siguiente paso son uno o varios trasiegos, que consiste en el paso del vino de un recipiente a otro para dejar los restos sólidos en el anterior. Lo habitual es someter al vino a un par de trasiegos entre noviembre y enero, pues las bajas temperaturas de estas fechas protegen mejor al vino de contaminaciones de microorganismos.
Clarificación y estabilización
Finalmente se lleva a cabo la clarificación mediante sustancias proteínicas que a modo de velo, arrastran al fondo las últimas sustancias en suspensión que puedan quedar en el vino tras el trasiego. En algunos casos este procedimiento se realiza mediante el filtrado, pasando el vino por un elemento poroso o membrana con el mismo objetivo. Tras este paso ya se puede proceder al embotellado del vino.
Tipos de vinos blancos
- Chardonnay. Es el más común. Se lo considera la reina de los vinos blancos. Es medianamente ácido, y tiene un dejo a nueces, roble, frutas, vainilla y muchas otras especias.
- Pinot Grigio. Es el segundo elegido de los amantes del vino. Es ideal para combinarlo con mariscos y comida de mar, gracias a su aroma cítrico.
- Sauvignon Blanc. Es muy popular. Tiene un sabor levemente ácido, es un tipo totalmente aromático, con un sabor a limón y uvas.
- Riesling. Tiene un aroma frutal y un sabor medianamente ácido. Se considera que este vino junto con la cocina asiática forman una combinación explosiva en el paladar.
- Viognier. Este vino tiene un aroma tropical, como la banana o el durazno. Tiene uno de los niveles de alcohol más altos en comparación con otros vinos blancos. Se puede combinar con comida tropical o con queso brie.
Además de estos vinos existen muchas otras variedades, como semillon, muscat, roussanne o marsanne, entre otros.