Árbol


Árbol
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Concepto:Es una planta, de tallo leñoso, que se ramifica a cierta altura del suelo.

Árbol . Es una planta, de tallo leñoso, que se ramifica a cierta altura del suelo. Presentan una mayor longevidad que otros tipos de plantas. Ciertas especies de árboles (como las secuoyas) pueden superar los 100 m de altura, y llegar a vivir durante miles de años. En la Tierra hay alrededor de 3 billones de árboles, y su cantidad se redujo un 46% desde que comenzó la civilización humana, dando en promedio 422 árboles por persona, pero, cada año se pierden 15.000 millones de ejemplares.

Partes

Los árboles están formados por tres partes: la raíz, el tronco y la copa. Los dos primeros son los que diferencian, fundamentalmente, a un árbol de un arbusto. Los arbustos son más pequeños y no tienen un único tallo sino que están formados por varios. No obstante, ha de señalarse que algunas especies se pueden desarrollar como árboles pequeños o como arbustos, dependiendo de las circunstancias ambientales.

Raíz

Las raíces fijan el árbol al suelo. Las raíces pueden tener una raíz principal, o bien, ser numerosas raíces en las que ninguna de ellas predomina, adoptando la forma de raíz ramificada fasciculada. Las raíces aéreas son más raras dentro de los árboles, pero se dan en algunas especies que viven en entornos pantanosos, por ejemplo el mangle (Rhizophora).

Tronco

El tronco sostiene la copa. Su capa exterior se llama corteza o súber, de espesor y color variables, que sirve para proteger la savia. Sus características (color, forma en que se desescama, etc.) son una ayuda a la hora de diferenciar las especies arbóreas. A modo de ejemplo, puede señalarse que el haya común la tiene gris y lisa hasta edades muy avanzadas; el pino piñonero la tiene de color pardo gris o pardo rojizo, es escuamiforme, forma surcos oscuros y grandes planchas; y el olmo común, por ejemplo tiene color pardo gris, cuarteado por grietas, tanto horizontales como transversales.

Si se corta un tronco de manera longitudinal, por ejemplo en un tocón, pueden verse los anillos, que delatan la forma en que ha ido desarrollándose ese árbol. Cada año se forma un anillo. Contándolos puede saberse la edad del árbol, si bien esto es más fácil en los árboles de zonas templadas, ya que en los trópicos con un clima regular a lo largo del año, no se aprecia la formación de anillos anuales. Los anillos estrechos evidencian años de dificultades y pobre alimentación de manera que el crecimiento es retardado. Los años de crecimiento más rápido se ven en anillos más anchos. Hay un centro del tronco más oscuro, el duramen o corazón, son células leñosas muertas de donde procede la mejor madera para usar como combustible, y luego unos anillos más claros hacia el exterior, la albura. Entre la albura y la corteza hay una sola capa de células por la que el tronco está creciendo, llamada cambium; se divide a su vez en dos partes: la interior formará el xilema (albura y duramen) y la exterior forma la corteza interna (floema).

Ramas

Las ramas suelen brotar a cierta altura del suelo, de manera que dejan una franja de tronco libre. Las ramas y hojas forman la copa. La copa adopta formas diversas, según las especies, distinguiéndose básicamente tres tipos: la alargada y vertical, la redondeada o la que se extiende de manera horizontal, como si fuera una sombrilla. Las ramas salen del tronco, se subdividen en ramas menores y en estas están las yemas y las hojas. De la yema nacerá una flor, una rama, u hojas. Las yemas que quedan en el extremo de las ramitas se llaman yemas terminales. Suelen estar cubiertas por escamas o catafilos como forma de protección.

Hojas

A través de las hojas el árbol realiza la fotosíntesis y puede por lo tanto debe alimentarse. Las raíces absorben el agua con minerales disueltos en ella. Suben por el tronco hasta las hojas. Allí reaccionan con el carbono procedente del anhídrido carbónico y forman azúcares. Luego el azúcar se transforma en celulosa, que es la materia prima de la madera. La hoja tiene una parte superior (haz) y otra inferior (envés), en el que se encuentran los estomas, pequeñas aberturas por las que penetra el anhídrido carbónico y por los que sale el agua sobrante y el oxígeno.

Las hojas son un elemento primordial a la hora de diferenciar entre las distintas especies arbóreas. Pueden señalarse cuatro tipos básicos de hojas:

  1. Acículas . Tienen formas de aguja, delgadas y finas. Son típicas de las coníferas. Pueden estar situadas en las ramas individualmente (como en el abeto blanco o la douglasia verde), o bien formar ramilletes de 2, 3, 5 o más en los braquiblastos (como en el alerce europeo o en el cedro del Líbano). Las acículas, además, pueden aparecer en hilera, esto es, penden en un plano más o menor horizontal, o bien radial, pues penden regularmente de todos los lados del eje.
  2. Escuamiformes . Tienen forma de escama y son propias de algunas coníferas (como en el ciprés común o la tuya occidental).
  3. Pinnatifolios . La lámina foliar está a su vez dividida en una especie de hojas más pequeñas, llamadas folíolos, pero todos en el mismo raquis; puede verse en el serbal de los cazadores. Las hojas pinnadas en sentido estricto tienen los folíolos dispuestos de manera regular a ambos lados del pecíolo, mientras que en las palmeadas (pinnatipalmeadas) cada folíolo se inserta en un punto central, como se ve en el castaño de Indias.
  4. Hojas simples e indivisas . Cada hoja se inserta individualmente en la rama por el pecíolo o tallo. Si no tienen ese tallo se les llama sésiles. Dentro de estas hojas simples se diferencian dos grandes grupos, los árboles de hojas opuestas y los de hojas alternas. En las hojas opuestas siempre hay dos hojas, una enfrente de otra, que nacen del mismo nudo del eje del vástago. Así ocurre en los arces y en el olivo. Dentro de este tipo de hojas opuestas, las hay verticiladas, es decir, aquellas en las que surgen tres hojas o más en cada nudo, como ocurre en la catalpa. En las hojas alternas, en cada nudo del eje del vástago hay solo una hoja, y la siguiente está en otro nudo y nace hacia otro lado. De hojas alternas son la mayor parte de los árboles de fronda de clima templado, como los olmos, los robles y las hayas.

Pueden tener una sola forma (aovada, acorazonada, sagitadas, reniformes, lanceoladas, etc.) o bien ser recortada, lobulada, con entrantes más o menos marcados. El borde de la hoja (borde foliar) también es un elemento de distinción, pues puede ser entero (liso), crenado, dentado (con pequeños picos), aserrado y doble aserrado (como dientes de sierra), sinuado y lobulado; además, el borde puede ser espinoso (con espinas en el borde, como en el borde dentado punzante).

Flores y frutos

Algunos árboles, las coníferas, son gimnospermas y se caracterizan por portar estructuras reproductivas llamadas conos, pero la mayoría de las especies son angiospermas (actualmente Magnopliophyta) y tienen algún tipo de flor. El gingko es un caso particular, ya que aunque es gimnosperma, no es una conífera. Algunas son flores aisladas, como se ve en las magnolias, pero otras están juntas formando ramilletes llamados inflorescencias. No todos los árboles tienen flores completas, con órganos reproductores masculinos y femeninos, sino que algunos tienen flores femeninas y flores masculinas (abedul, nogal, roble); es más, en algunas especies, hay ejemplares que solo tienen flores masculinas y las femeninas están en otros ejemplares distintos (Dioico), como por ejemplo en el gingko.

Tamaño y edad

El tamaño de los árboles va desde los 3 metros de altura hasta los más de cien que pueden alcanzar las secuoyas, la especie que se considera de mayor tamaño. Las alturas de los árboles más altos del mundo han sido objeto de controversia y exageración. Modernas medidas verificadas hechas con aparatos láser, otros métodos de medida, o con medidas de cinta corrida realizada por investigadores o miembros de grupos como la U.S. Eastern Native Tree Society, han demostrado que los antiguos métodos de medición a menudo no son fiables, a veces producen exageraciones de 5 % a 15 % o más por encima de la verdadera altura. Pretensiones históricas de árboles que crecieron hasta más de 130 metros o incluso 150 ahora se consideran en gran medida poco fidedignas, y atribuidas al error humano. Mediciones históricas de árboles caídos realizadas con el tronco postrado en el suelo se consideran algo más fidedignas. Actualmente se acepta que las especies más altas son:

  1. Sequoia sempervirens: 115.56 m, Parque Nacional Redwood, California, Estados Unidos.
  2. Eucalyptus regnans: 99.6 m, al sur de Hobart, Tasmania, Australia.

En cuanto a la edad, los árboles son los seres vivos que pueden vivir mayor cantidad de años. Los árboles más longevos son las secuoyas, que pueden llegar a vivir 2000-3000 años. Le siguen algunas especies pináceas propias de la alta montaña y el drago canario. Se ha calculado que el drago de Icod de los Vinos, aunque se le llama "milenario", tiene una edad 500 y los 600 años. Los árboles más antiguos se determinan por la dendrocronología o crecimiento de los anillos, que puede verse si el árbol es cortado, o en catas tomadas desde la corteza hacia el centro del tronco. La determinación exacta solo es posible para árboles que producen anillos de crecimiento, generalmente en climas con estaciones diferenciadas. Los árboles en climas tropicales, que no diferencia entre estaciones no tienen anillos distintivos. También es solo posible en árboles que son sólidos por el centro. Muchos árboles viejos se van vaciando por dentro cuando están muertos al decaer la madera muerta. Para alguna de estas especies, la edad estimada se ha hecho sobre la base de extrapolar los ritmos de crecimiento actuales, pero los resultados son normalmente en gran medida fruto de la especulación. White (1998) propone un método de estimar la edad de árboles grandes y antiguos en el Reino Unido, a través de la correlación entre el diámetro de la rama del árbol, carácter de crecimiento y edad.

Los dos más antiguos árboles son:

  • Pino longevo, en California, EE.UU., en Montañas Blancas. Se estima que nació en el 3050 a. C.: 5068 años (Por temor a vandalismos, el Servicio Forestal de Estados Unidos se ha negado a revelar sus coordenadas exactas y ni siquiera se han difundido imágenes del mismo).
  • Pino longevo (al que se le dio el apodo de Matusalén), en Condado de Inyo, California, nacido hacia el 2832 a. C.:4850 años.

El grosor de un árbol es normalmente más fácil de medir que la altura, pues se trata solo de medir con cinta alrededor del tronco, tensarlo y así hallar la circunferencia. El árbol con el tronco más grueso del mundo es un baobab africano: 15.9 m, Glencoe Baobab (medido cerca del suelo), provincia de Limpopo, Sudáfrica. El célebre árbol del Tule en Oaxaca, México que es una especie de ahuehuete (Taxodium mucronatum): 11.62, Árbol del Tule, Santa María del Tule, Oaxaca, México.

Distribución y hábitat

Hay árboles por todo el mundo, siendo particularmente ricas en diversidad de especies arbóreas las franjas tropicales. Los árboles tropicales se hallan en las selvas tropicales y ecuatoriales de América Central, América del Sur, África y Asia. Pero también hay árboles en las zonas templadas y llega hasta latitudes muy altas. En este último caso, los bosques suelen presentar menos diversidad de especies y estar formados por una o pocas especies.

Los árboles son parte predominante del ecosistema de los continentes debido a que previenen la erosión, constituyendo los elementos primordiales del paisaje, la agricultura, los llamados ecosistemas forestales, los bosques y las selvas, además de encontrarse dispersos en ambientes como las sabanas o las orillas fluviales. Los árboles tienen gran importancia ecológica, puesto que fijan el suelo, impidiendo que la delgada capa fértil quede barrida por las lluvias o los vientos. Proporciona refugio y alimento a numerosas especies animales.

El grado de humedad y la naturaleza del terreno suelen determinar qué tipo de bosque se dará, y no solo la temperatura o la latitud. Cuanto mayor sea la humedad, más espeso será el bosque. La aridez determina que los árboles se encuentren en ejemplares aislados o bosquecillos en torno a una fuente de agua, como un pozo o un río. Dependiendo de la altura se darán unas especies u otras. Normalmente en las partes bajas habrá bosques de frondosas como robles, hayas y castaños, y más arriba aparecerán las coníferas. Cuanta mayor sea la altura, más empezará a ralear el terreno, hasta que llegue un momento en que desaparezcan los árboles y solo queden hierbas perennes y líquenes. Esa línea máxima que pueden alcanzar los árboles es la llamada línea de árboles. Dependiendo de la exposición al sol, los vientos o la pluviosidad, puede darse la circunstancia de que en una ladera crezcan los árboles hasta una altura y en la otra, más expuesta, la línea de árboles esté a menor altura.

Varios biotopos se definen en gran medida por los árboles que los habitan, como por ejemplo el bosque templado de caducifolios. Un paisaje de árboles disperso por un amplio espacio es la sabana. Un bosque de gran edad se llama bosque primario.

Variedad

Hay diversos tipos de clasificaciones dentro de las especies arbóreas. Por el tipo de hoja, se puede distinguir entre árboles caducifolios o planifolios, que pierden su follaje durante una parte del año, normalmente la estación fría en los climas templados, y la árida en los climas cálidos y áridos, y árboles perennifolios, que no es que no pierdan las hojas, sino que no las pierden todas a la vez ni tampoco con ritmo anual, sino más largo.

La principal distinción es la que se establece entre árboles de crecimiento monopódico y árboles de crecimiento simpódico. En los monopódicos el crecimiento en longitud se basa en un tallo principal vertical del que salen, con ángulos marcados, ramas laterales subordinadas, de menor grosor. El crecimiento monopódico da lugar a un porte piramidal, como el que es característico de las coníferas. En el crecimiento simpódico, las ramas derivadas se desarrollan cerca del ápice (extremo) de aquellas en que se asientan, sustituyéndolas en el crecimiento. Las copas de estos árboles suelen ser más esféricas o cilíndricas y menos piramidales.

En inglés, pero habitualmente no en castellano, se trata de árboles a las palmeras (palm trees). El biotipo palmeroide se presenta en varios grupos de plantas, destacando las cícadas (Cycadophyta) y, especialmente, las angiospermas de la familia arecáceas (Arecaceae).

Importancia

Los árboles son un importante componente del paisaje natural debido a que previenen la erosión y proporcionan un ecosistema protegido de las inclemencias del tiempo en su follaje y por debajo de él. También desempeñan un papel importante a la hora de producir oxígeno y reducir el dióxido de carbono en la atmósfera, así como moderar las temperaturas en el suelo. También, son elementos en el paisajismo y la agricultura, tanto por su atractivo aspecto como por su producción de frutos en huertos de frutales como el manzano. La madera de los árboles es un material de construcción, así como una fuente de energía primaria en muchos países en vías de desarrollo.

Bibliografías

  • "Árbol", Gran Enciclopedia Ilustrada. Ediciones Danae, S.A., 1981. ISBN 84-7505-275-4. Tomo II.
  • "ÁRBOL", Enciclopedia de Ciencias Naturales. Editorial Bruguera, S.A., 1967. Volumen 1.
  • Gregor Aas y Andreas Riedmiller: Gran Guía de la Naturaleza. Árboles. Editorial Everest, traductor Eladio M. Bernaldo de Quirós, ISBN 84-241-2663-5, 4.ª edición, 1993.
  • Font Quer, P. (1993). Diccionario de Botánica. Editorial Labor. Barcelona.
  • Teofrasto (1988). Historia de las Plantas. trad. J. Mª López-Regañón. Gredos. Madrid.
  • Plinio (1999). Historia Natural, trad. y notas de F. Hernández (libros IXXV) y J. de Huerta (libros XXVI-XXXVII). Universidad, México.

Fuentes