Lázaro de Betania

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Lázaro
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Resurección de Lázaro.jpg
FallecimientoAño 33 D.C
Betania
Conocido porLázaro de Betania
FamiliaresMarta y María

Lázaro de Betania es un personaje bíblico que solo aparece en el Nuevo Testamento, hermano de María y Marta de Betania. Según los evangelios fue resucitado por Jesús al tercer día de estar muerto.

Vida de Lázaro

Lázaro de Betania es un personaje bíblico que solo aparece en el Nuevo Testamento, hermano de María y Marta de Betania. Vivió en Betania, un pueblo a las afueras de Jerusalén. En su casa se alojó Jesús al menos en tres ocasiones (Mt 21:17;1 Mc 11:1,2 11.12;3 Lc 10:38;4 Jn 11:15 ). Es muy famoso principalmente porque según el Evangelio de Juan (11:41-44)6 fue revivido por Jesús. A partir de esta historia su nombre es utilizado frecuentemente como sinónimo de resurrección.

El nombre Lázaro aparece solamente dos veces en el Nuevo Testamento; una vez en Lucas 16, 19-31, en la parábola del hombre pobre y su destino tras la muerte (es la única vez en que en una de las parábolas de Jesús se menciona el nombre de alguien), y después en Juan 11, en el relato de la resurrección de Lázaro. Después de su resurrección, Lázaro es mencionado como participando en la comida festiva en la casa de Simón el leproso, que fue preparado por Jesús en Betania (Juan 12, 1-2 y Mateo 26, 6), donde muchos fueron no sólo por Jesús sino también para ver a Lázaro, que había resucitado de entre los muertos (Juan 12, 9). Además, se informa en el Evangelio de Juan que los sumos sacerdotes decidieron, debido a la gran señal de la resurrección de Lázaro, que Jesús debía morir (Juan 11, 46-53); y quisieron matar a Lázaro también (Juan 12, 10).

Muerte de Lázaro

Y estaba enfermo cierto hombre llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de su hermana Marta.2 María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume y le secó los pies con sus cabellos. 3 Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús[a]: Señor, mira, el que tú amas está enfermo.4 Cuando Jesús lo oyó, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella. 5 Y Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. 6 Cuando oyó, pues, que Lázaro estaba enfermo, entonces se quedó dos días más en el lugar donde estaba. 7 Luego, después de esto, dijo a sus discípulos: Vamos de nuevo a Judea. 8 Los discípulos le dijeron: Rabí[b], hace poco que[c] los judíos procuraban apedrearte, ¿y vas otra vez allá? 9 Jesús respondió: ¿No hay doce horas en el día? Si alguno anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo. 10 Pero si alguno anda de noche, tropieza, porque la luz no está en él. 11 Dijo esto, y después de esto añadió[d]: Nuestro amigo Lázaro se ha dormido; pero voy a despertarlo. 12 Los discípulos entonces le dijeron: Señor, si se ha dormido, se recuperará[e]. 13 Pero Jesús había hablado de la muerte de Lázaro[f], mas ellos creyeron que hablaba literalmente del sueño[g]. Entonces Jesús, por eso, les dijo claramente: Lázaro ha muerto; 15 y por causa de vosotros me alegro de no haber estado allí, para que creáis; pero vamos a donde está él. Tomás, llamado el Dídimo[h], dijo entonces a sus condiscípulos: Vamos nosotros también para morir con El.

Llegó, pues, Jesús y halló que ya hacía cuatro días que estaba en el sepulcro. Betania estaba cerca de Jerusalén, como a tres kilómetros[i]; 19 y muchos de los judíos habían venido a casa de Marta y María, para consolarlas por la muerte de su hermano. Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, fue a su encuentro, pero María se quedó sentada en casa. 21 Y[j] Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Aun ahora, yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. 24 Marta le contestó: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final. 25 Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, 26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto? 27 Ella le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo[k], el Hijo de Dios, el que viene[l] al mundo. 28 Y habiendo dicho esto, se fue y llamó a su hermana María, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí, y te llama.29 Tan pronto como ella lo oyó, se levantó rápidamente y fue hacia El.

Pues Jesús aún no había entrado en la aldea, sino que todavía estaba en el lugar donde Marta le había encontrado. 31 Entonces los judíos que estaban con ella en la casa consolándola, cuando vieron que María se levantó de prisa y salió, la siguieron, suponiendo que iba al sepulcro a llorar allí. 32 Cuando María llegó adonde estaba Jesús, al verle, se arrojó entonces a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.

Y cuando Jesús la vio llorando, y a los judíos que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente en el espíritu, y se entristeció[n], 34 y dijo: ¿Dónde lo pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. 35 Jesús lloró. Por eso los judíos decían: Mirad, cómo lo amaba. Pero algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos del ciego, haber evitado también que Lázaro muriera?

Resurrección de Lázaro

Entonces Jesús, de nuevo profundamente conmovido en su interior, fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella. 39 Jesús dijo: Quitad la piedra. Marta, hermana del que había muerto, le dijo: Señor, ya hiede, porque hace cuatro días que murió. 40 Jesús le dijo: ¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios? 41 Entonces quitaron la piedra. Jesús alzó los ojos a lo alto, y dijo: Padre, te doy gracias porque me has oído. 42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que me rodea, para que crean que tú me has enviado. 43 Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: ¡Lázaro, ven fuera!44 Y el que había muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadlo, y dejadlo ir.

Complot para matar a Jesús

Por esto muchos de los judíos que habían venido a ver a María, y vieron lo que Jesús había hecho, creyeron en El. 46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho.

Entonces los principales sacerdotes y los fariseos convocaron un concilio, y decían: ¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales[p]. 48 Si le dejamos seguir así, todos van a creer en El, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar[q] y nuestra[r] nación. 49 Pero uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote ese año, les dijo: Vosotros no sabéis nada, 50 ni tenéis en cuenta que os es más conveniente que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. 51 Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa[s], sino que siendo el sumo sacerdote ese año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación; 52 y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos. 53 Así que, desde ese día planearon entre sí para matarle.

Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se fue de allí a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con los discípulos. 55 Y estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos de la región subieron a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse. 56 Entonces buscaban a Jesús, y estando ellos en el templo, se decían unos a otros: ¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta? Y los principales sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que si alguien sabía dónde estaba Jesús, diera aviso para que le prendieran.

Véase también

San Lázaro

Fuente