Sexualidad infantil
|
Sexualidad infantil. La sexualidad, como expresión esencial de la personalidad se forma a lo largo de toda la vida humana, aunque tiene sus etapas sensitivas en la infancia y la adolescencia temprana y tardía, en el proceso de educación general en virtud de los conductos formales y no formales. Los fines, las aspiraciones, las formas de expresión y consecución de la sexualidad de cada individuo, se asimilan por medio de la influencia formativa del núcleo familiar, de la sociedad, las instituciones educativas y todos los elementos sociales en su totalidad. La formación y desarrollo de la personalidad como fenómeno psicosocial complejo, es el resultado de la asimilación por parte del ser humano de los frutos de la dinámica cultural, en el que se capacita para convivir en una determinada etapa y época, desarrollándose de manera consecuente con tales fines. En este espacio integral, corresponde a la educación de la sexualidad la tarea de promocionar el crecimiento pleno de la sexualidad como manifestación de la personalidad, interrelacionada sistemáticamente con las demás esferas de la labor educativa.
Estereotipos sexista
Los estereotipos sexistas tienen una influencia negativa en niños y niñas, aunque estas últimas siguen siendo las más afectadas en la medida en que se les presenta como el sexo inferior, impidiendo que puedan desarrollar todo su potencial humano y negarles en muchas ocasiones el reconocimiento como seres humanos en su pleno desarrollo. Los estereotipos sexistas convierten a las mujeres en seres pasivos, disponibles para el servicio de los demás y dependientes. Los libros de texto, al igual que los libros infantiles deben proporcionar la vía a seguir para la transformación de una situación insatisfactoria. Los tenemos a unos y a otros etiquetados, encasillados, obligados a adaptarse a la imagen que se le ha dado, inculcado de lo que se espera de ellos y ellas.
Sexualidad en la primera infancia
Para los/as niños y niñas pequeños, la sexualidad es algo natural y sus inquietudes se relacionan con la edad. Diversos estudios han comprobado que alrededor de los 3 años se comienza a diferenciar entre niños y niñas; más adelante se inicia la exploración de los genitales y a distinguir las diferencias físicas entre los padres y ellos mismos, hasta que aparecen los juegos con connotaciones sexuales como jugar al doctor, la doctora o al papá y la mamá. La sexualidad en la primera infancia coincide con el período de la vida, que transcurre durante los primeros grados de la enseñanza primaria, por lo que los juegos de roles constituyen actividades fundamentales para la formación de valores, actitudes y sentimientos en los niños y niñas de estas edades, lo que requiere una orientación que permita asumir los roles correspondientes a su sexo, evitando conductas sexistas. Los niños y las niñas de estas edades son capaces de comprender cosas más complejas relacionadas con su salud, enfermedad y sexualidad así como respuestas básicas fundamentadas en ejemplos concretos de su vida. Se muestran interesados por conocer sobre su nacimiento, las diferencias sexuales, el matrimonio y la muerte. Además muestran muchos temores. Se caracterizan además por el establecimiento de una escala jerárquica de motivos que orientan su conducta. En estas edades se desarrollan las relaciones sociales en el ámbito escolar.
Influencia social
Las niñas y niños están expuestos a una gran cantidad de información para la cual no están preparados. Muchos/as menores pasan horas delante de la televisión, recibiendo ideas y mensajes negativos relacionados con el sexo, o sea que, de no tener una adecuada preparación. Las respuestas a las inquietudes infantiles sobre la sexualidad deben ser claras y precisas. Es imprescindible que los padres, las madres y los/as educadores/as se preparen para enfrentar las preguntas y responder con toda naturalidad. La atmósfera que debe reinar es de gran sinceridad, confianza y ofrecer a los pequeños, de acuerdo con la edad, una información veraz y oportuna para que cumplan el doble objetivo de informar y formar a la vez. Si enfrentamos las conductas o las interrogantes infantiles con el silencio, la evasión, la mentira o la tergiversación de los hechos, sólo obtendremos errores en el conocimiento verdadero. La curiosidad normal del niño, al no ser satisfecha, no desaparecerá, sino que por el contrario, conducirá al surgimiento de una atracción desproporcionada hacia los temas sexuales.
La educación sexual constituye un eslabón fundamental en la formación de valores, cuando se educa basada en la concepción científica del mundo, educando de esta manera sentimientos que contribuyan al enriquecimiento de la vida del ser humano, entre los miembros de la familia, y sus relaciones interpersonales.
Fuentes
- Castellanos Simons, B. et al (1997). Hacia una Sexualidad Responsable y Feliz. Para maestros y maestras de Secundaria Básica. (parte I y II). Editorial Pueblo y Educación. La Habana.
- González Hernández, A. Castellanos Simons, B.( 2003) Sexualidad y Género: Alternativa para su educación ante los retos del siglo XXI”, Editorial Científico-Técnico. La Habana.
- Ruiz Gamio, X. [et al.] La perspectiva de género desde la enseñanza primaria. http://biblioteca.idict.villaclara.cu/UserFiles/File/revista%20varela/rv0610.pdf (tomado el 3- 12- 08).
- Lazo Díaz L.M. Tesis de Maestría. Preparación de los maestros/as en formación para la Educación de la sexualidad infantil. 2010.