Bernardo Neustadt

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Bernardo Neustadt
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Nacimiento9 de enero de 1925
ciudad de Iași,
Rumania Bandera de Rumania
Fallecimiento7 de junio de 2008
ciudad de Martínez,
Gran Buenos Aires,
provincia de Buenos Aires,
República Argentina Bandera de Argentina
Causa de la muerteparo cardiorrespiratorio
Ocupaciónperiodista
CónyugeAdriana Díaz Pavicich
Obras destacadasLas argentinas y los argentinos,
Cuando éramos cuarto poder (2000),
No me dejen sola (1995),
Prohibido no pensar (2005)
PremiosTelevisiva: Premio Konex de Platino 1987,
Espectáculo: Jurado Premios Konex 1981.

Bernardo Neustadt (Rumania, 9 de enero de 1925 - Gran Buenos Aires, 7 de junio de 2008) fue un periodista antiperonista argentino, enemigo de Cuba y cómplice de la dictadura cívico-militar-eclesiástica argentina (1976-1983).

Durante 30 años fue conductor del programa periodístico de derechas Tiempo Nuevo, uno de los más vistos en su momento. Fue el primero en hacer periodismo político de opinión por televisión en Argentina. Se hizo rico mediante los sobornos que le brindó el presidente neoliberal Carlos Saúl Ménem durante sus diez años de Gobierno.[1]

Síntesis biográfica

Cuando su padre trabajaba en la embajada argentina en Bucarest. Seis meses después, la familia Neustadt se instalaba en Argentina. Su infancia y adolescencia se caracterizó por la indiferencia y dureza que le dispensaron sus padres y su educación como "pupilo", bajo un régimen de internado en colegios católicos.

A los 14 años de edad, ingresó a la Editorial Haynes, propietaria del periódico El Mundo. Fue cronista deportivo en sus comienzos y dirigió la revista Racing. Neustadt fue el primero en hacer periodismo político de opinión por televisión en Argentina. Durante la dictadura militar autodenominada como Proceso de Reorganización Nacional y los gobiernos democráticos de Raúl Alfonsín.

Trayectoria como periodista

Bernardo Neustadt Junto a Mariano Grondona fue conductor del programa periodístico Tiempo Nuevo, Se convertirtió en uno de los periodistas políticos más importantes de Argentina, conocido también por sus ideas antiperonistas. Sì chika, Fue secretario privado del Vicepresidente del gobierno de Juan Perón, el contraalmirante Alberto Tessaire. Como vicepresidente del 2º gobierno del General Perón, el contraalmirante Tessaire tuvo bajo sus órdenes a su periodista de confianza, Bernardo Neustadt. En un documento del 19 de noviembre de 1952, bajo el clásico sello justicialista consta que 'el ciudadano Neustadt Bernardo, matrícula individual Nº 4.232.285, clase 1925, es afiliado al Partido Peronista'. El contralmirante lo utilizaba para tareas delicadas, como por ejemplo solicitar contribuciones económicas a algunos empresarios o entregar dinero de manera no oficial a la Alianza Libertadora Nacionalista dirigida por Guillermo Patricio Kelly

De las canchas de fútbol Neustadt pasó al Congreso, donde fue cronista parlamentario de la revista PBT, en la que publicaba diálogos ficticios bajo el seudónimo de "El Ratón de la Rotonda". Después, fue secretario privado del almirante Tessaire y, a partir de mayo de 1953, agregó la tarea de jefe de prensa del Consejo Superior Peronista . En octubre de 1954, Neustadt pasó a la Secretaría de Estado de Asuntos Políticos, donde fue ascendido a Director General de Relaciones con las Organizaciones del Pueblo. Medio siglo más tarde, Neustadt en su sitio web www. Bernardo neustadt.org recuerda sus 60 años de periodismo y cuenta la historia de otra manera: El 7 de octubre de 1954 por decreto del Poder Ejecutivo se lo designó Secretario General y Director General de Relaciones con las Organizaciones del Pueblo. A los dos meses se le empezó a plantear que no podía seguir trabajando sin su carné de afiliación. Se negó a alinearse al justicialismo: fue echado y la Secretaria se disolvió. Sus opiniones lo ubican en la derecha, alineándose con los presidentes de esa línea ideológica, a los que sirvió de "prensa oficialista" Carlos Menem y el Proceso de Reorganización Nacional.

Bernardo Neustadt fue un hombre poseído por su vocación, Inspirado, polémico, sagaz y ubicuo, supo sintetizar en sí mismo como ningún otro las grandezas y las miserias del oficio de informar. Creador del gran show político televisivo, trabajador infatigable, profesional todoterreno se destacó tanto en la prensa escrita como en la radio y en la TV, su larga y profunda huella precursora en el periodismo argentino aún hoy sirve de ejemplo, para bien o para mal, incluso para quienes más lo denostaron, dueño de un estilo directo y simplificador, durante sus años de mayor influencia, los políticos le rindieron pleitesía y hasta llegó a ser el mayor ideólogo del menemismo durante la década pasada. Los que lo han conocido más íntimamente aseguran que cierta melancolía que lo acompañó toda la vida devenía de su triste infancia y adolescencia, pupilo en rígidos colegios católicos y por la indiferencia y dureza que le dispensaron sus padres.

Bernardo Neustadt, por primera vez, entró en una redacción a los 14 años y nunca más se alejó del periodismo. Fue cronista deportivo en sus comienzos y dirigió la revista Racing, el club de sus amores y otra fuente, claro, de desdichas. Su carácter taciturno y solitario facilitó su entrega completa a una profesión por demás absorbente. No obstante, tuvo tres matrimonios y otras relaciones más informales con mujeres, pero no deja descendencia. Se inició en el diario El Mundo,donde llegó a dormir cuando lo echaron de su casa y fue en Clarín donde abrazó definitivamente el género en el que se destacaría: el periodismo político. Allí competiría a brazo partido con Jacobo Timerman, con quien coincidía en una sola cosa: el mutuo fastidio que se profesaban. Encontró la horma de su zapato cuando, en 1961, llegó por primera vez a la televisión, en la que trabajó con Pinky, en Nosotros.

Cinco años más tarde, crearía su obra máxima: Tiempo Nuevo, el programa por el que desfilaría toda la dirigencia política argentina a lo largo de los siguientes treinta años. Allí volvería célebres sus múltiples chascarrillos "lo dejamos ahí", "terminé", "duermo cuatro horas" dirigidos, invariablemente a "doña Rosa", siempre, claro, auspiciado por una interminable lista de "empresas a las que les interesa el país".

Acusado permanentemente de haber sido camaleónico y de convertir al periodismo en un gran negocio, fue un mercenario. Pero él sólo fue tomado como chivo expiatorio: es un deporte nacional, desde hace muchos años, reproducir, especialmente por televisión, sus errores y dichos más polémicos en distintas épocas. Paradójicamente, se trata de uno de los periodistas más censurados a lo largo del tiempo.

Tiempo Nuevo fue varias veces levantado y hasta su compañero Mariano Grondona, tan gorila como Neustadt lo abandonó en 1989, cuando Neustadt se acercó demasiado a Menem.

Comenzó allí un declive pronunciado de su enorme influencia. Después de haber fundado las revistas Todo, Extra y Creer y de haber sido N° 1 en la primera mañana radial, no se resignó fácilmente al ostracismo. Dio pelea desde la FM Milenium, que ayudó a fundar, y cuando la televisión abierta le cerró las puertas se refugió en sucesivas señales de cable. Expresaba su furibundo antiperonismo en Ambito Financiero y tenía un blog, en el que escribió hasta el día antes de morir.

«Fui exitoso durante más de cuarenta años, sin el reconocimiento de la gente que teoriza sobre este oficio», le dijo a Jorge Fernández Díaz ―otro mercenario de los medios de difusión― cuando este escribía la biografía no autorizada Bernardo Neustadt: el hombre que se inventó a sí mismo. Tenía razón: no sólo lo execraron desconocidos, sino periodistas muy destacados, de las más variadas tendencias políticas, que crecieron bajo su protectora ala. Siempre repetía que le gustaría que su epitafio dijera: «Ayudó a pensar». Fue un enemigo declarado del pueblo argentino.

Fue el creador de "Doña Rosa", una persona "común y corriente", que usaba de interlocutora, para inculcar su pensamiento en la clase media. También inmortalizó "no me dejen sólo", cuando finalizaba su programa Tiempo Nuevo. Neustadt no dejaba de recordar: "Duermo tres horas por día", para mostrar el tiempo que le dedicaba a su profesión. Se levantaba temprano para hacer radio, en los últimos tiempos desde su casa de Martínez. Escribía y hacía televisión. Sus productores lo recuerdan por las exigencias a la hora del trabajo, pero también por el aprendizaje.

Pasó por todos los formatos del periodismo y se fue adecuando a los cambios tecnológicos, con la revolución comunicacional de Internet. En sus últimos días, siguió escribiendo en su blog www.bernardoneustadt.org. Uno de los fundadores del periodismo en el país, terminó haciéndolo con las herramientas de la época actual. Y comunicándose como lo hacen las nuevas generaciones. Pidió que en su lápida se coloque la frase: "Aquí yace un hombre que ayudó a pensar". Entrevistó a los más influyentes líderes mundiales, y a los políticos que manejaron el poder en la Argentina. Bernardo Neustadt quedará en la memoria del periodismo en la Argentina. Como un reflejo de los diferentes momentos de la política nacional. En el recuerdo del público que seguía Tiempo Nuevo. En el de sus seguidores dentro de la profesión. En el de sus colegas. En el de sus "aliados" de pensamiento y sus "adversarios" en las ideas. A pesar de su pedido: "¿Lo dejamos ahí?

Libros publicados

  • 1995: No me dejen solo
  • 2000: Cuando éramos cuarto poder
  • 2005: Prohibido no pensar
  • La argentina y los argentinos

Premios

  • 1987: Televisiva: Premio Konex de Platino.
  • 1981: Espectáculo: Jurado Premios Konex

Muerte

Bernardo Neustadt falleció el 7 de junio de 2008, a los 83 años, de un paro cardiorrespiratorio mientras almorzaba en su casa de Martínez, informó su secretaria. Sus restos fueron velados en su domicilio. Nadie asistió a su funeral.

Fuentes