Cascada Los Pizarro (Argentina)
Cascada Salto de los pizarro  | |
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| (Salto de los pizarro) | |
| Localización geográfica / administrativa | |
| Cuerpo de agua | |
| Accidentes del cuerpo de agua | |
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Salto de los pizarros. Cascada escondida en los Valles Calchaquíes, cerca del poblado de La Cocha, en el Sur, donde tras una caminata de una hora, los visitantes pueden mitigar el calor con un chapuzón en esas aguas cristalinas que se precipitan desde 80 metros de altura.
Ubicación
La cascada de Los Pizarro, ubicada en el departamento tucumano de La Cocha, ha sido protagonista en más de una ocasión en los medios de comunicación. Sin embargo, la realidad es que se trata de un monumento natural casi desconocido para la mayoría de los tucumanos, tanto de la capital como los oriundos del sur provincial. Ni hablar de que es un destino que escapa a personas de otras provincias o países que visitan el NOA argentino. Una hora y media en auto separa San Miguel de Tucumán de La Cocha, ubicada al sur de la provincia, siendo el departamento mas austral haciendo límite con la provincia de Catamarca. Para llegar hay que tomar la nueva Ruta 38 con dirección sur. A lo largo del camino es posible visualizar diferentes ejemplares de fauna autóctona, de las que nos tocó la posibilidad de avistar un lagarto (pensamos que se trata de un caraguay) de buen tamaño cruzando la ruta y varias garzas a la vera de la misma, que paradas con envidiable dureza en pose, asomaban sobre ramas y copas de los árboles.
Pasando Huasa Pampa, antes de llegar a la ciudad del tabaco, es preciso conectar con la RP334 con dirección oeste. Aquí el trayecto es mitad asfalto mitad tierra por lo que, los 30 minutos que aproximadamente se tarda hasta llegar al dique Los Pizarro, se debe mas que nada a la disminución de la velocidad necesarios para no afectar el vehículo. Si bien la señalización para llegar a destino es escasa, la realidad es que la gente del lugar sabe orientar sobre el camino a seguir, sumado a que uno puede guiarse fácilmente con el GPS del celular. Llegados al dique, donde la sombra de los árboles sirve para proteger los autos de los rayos del sol además de estacionamiento, es preciso cruzar el río para comenzar un trayecto que dura aproximadamente una hora. Desde allí puede decirse que el trayecto a pie hacia la cascada se divide en 3 tramos. El primero comienza al cruce del río siguiendo camino a la vera de un alambrado que circunscribe el terreno de una casa. Siguiendo este camino, una subida que no dura más de 5 minutos sirve a modo de entrada en calor y continúa luego hasta que el alambrado se topa con dos opciones: adentrarse en una densa arboleda de baja estatura o seguir camino hacia un cañaveral (el tipo de cultivo va a depender de la época del año en la que se realice el trekking).
La dirección para seguir es continuar por las plantaciones donde comienza la segunda parte del trayecto. Saliendo del primer camino y estando ya en el cañaveral se divisan tres posibilidades (a la izquierda, de frente y a la derecha), siguiendo el camino recto hasta adentrarse nuevamente en una espesa selva. Es recomendable hacerse de alguna rama gruesa para poder disuadir telas de araña y ramas con espinas que se cruzan en el camino. La caminata no es extensa pero la densidad de la vegetación anima a bajar el ritmo y estar atentos. Una segunda pasada de repelente viene bien. Caminando por el sendero desembocamos en el río nuevamente. Aquí comienza el tercer y ultimo tramo que consiste en seguir contra la corriente de agua alrededor de 30 minutos. Algunas piedras grandes para trepar y zonas donde hay que cruzar entre orilla y orilla para poder continuar son los obstáculos que ofrece el trayecto, aunque sin sumarle demasiada dificultad. Finalmente la imponente cascada se aparece acompañada de frondoza vegetación, como del sonido y brisa de sus aguas al caer. Tiempo obligado el de sentarse en la orilla del “piletón” formados a los pies de la caida de agua en alguna de las grandes rocas que decoran el paisaje y contemplar en 360° la magnífica arquitectura natural que se forma en torno al cañón de donde vierte la cascada.
La poca señalización genera situaciones de demora hasta encontrar el camino a seguir, pero una vez llegado a la cascada, es fácil recordar el tramo tanto para regresar al dique como para una futura visita. Así mismo, no hay merenderos ni lugar previsto de descanso, pero fácilmente se encuentra asiento natural en alguna roca o tronco de árbol. Es importante tener en cuenta que de tener poco tiempo o ante un clima que pueda cambiar radicalmente, se recomienda visitar acompañados de personas que conozcan la ruta para llegar o con tiempo de sobra para evitar inconvenientes de distinto tipo. Sin dudas, esta cascada, que es el salto de agua más alto en la provincia, es un lugar para visitar y pasar el día que supera con creces las expectativas.
