Susanoo (mitologia)

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Susanoo
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Susanoo o Take-haya-Susa-no-wo, es considerado en el sintoísmo el dios del mar, las tormentas, y de las batallas. Es el hermano de Amaterasu, la diosa del Sol, y de Tsukuyomi, el dios de la Luna.

Historia

Los primeros registros que se tiene Susanoo datan del siglo VIII dC. Según la mitología japonesa, el dios de la tormenta y el mar Susanoo fue uno de los tres hijos nacidos del dios Izanagi-no-Mikoto y la diosa Izanami-no-Mikoto. Susanoo nació cuando su padre, Izanagi, lavó los restos del inframundo de su cuerpo, al lavarse la nariz.

Es hermano de Amaterasu la diosa del sol y una figura sumamente importante en la antigua religión sintoísta y Tsukuyomi el dios de la luna notoriamente malhumorado. Las historias sobre estos hermanos hablan de rivalidad entre hermanos, traición y asesinato.

Desde su nacimiento, Susanoo mostro una actitud fría y carácter muy agresivo, siendo éste el Dios con más poder en batalla que sus otros hermanos mayores, mostro grandes habilidades a la hora de dirigir batallas y aniquilar a sus enemigos, con la finalidad de conseguir la victoria en todas ellas.

Cuando su padre el dios Izanagi, repartió los reinos con sus hijos, a Susanoo le fue entregado el mar, la tierra y el trueno. Con lo que no quedó muy conforme, ya que le pareció muy injusto, por lo que desató su enorme ira en contra de sus hermanos que tenían lo que para él era los mejores reinos.

Ante esto el dios Susanoo inicio una guerra contra su hermana Amateratsu, ya que ella poseía los reinos que el siempre anhelaba poseer. Reta a su hermana a un juego en donde ellos tenían que crear a muchos más dioses de menor rango que el otro, viendo esto Susanoo arranca de Amaterasu un collar que cargaba con 5 cuentas de la fertilidad de ella y las mastica y escupe en la tierra cinco veces creando de esto a cinco dioses violentos y agresivos al igual que él.

Amateratsu arranca la espada de Susanoo y la parte en tres pedazos y de estos tres pedazos nacen hermosas diosas que poseían una belleza muy parecida a la de la diosa, ante esta situación Susanoo se declaró ganador invicto de esa competencia, proclamando así las tierras de Amateratsu como suyas a lo que esta diosa inteligentemente le dijo que ella era la que había ganado la contienda por que el creó esos dioses a partir de ella, siendo ella la ganadora.

Este Dios no aceptó haber perdido la contienda y se enfureció tanto que decidió destruir el palacio donde vivía la diosa Amateratsu destruyendo la Hiladeria Sagrada, que es como se llamaba su hogar, descuartizó al caballo celestial que pertenecía a Amaterasu, repartió sus restos alrededor del santuario y decidió quemar todo, al ver esta horrible escena Amaterasu se asustó tanto y se encerró en una cueva en donde crearía la oscuridad eterna.

Ante esa situación Susanoo fue desterrado de los cielos al mundo humano, asignándole la peor maldición posible para un dios: convertirse en mortal.

Poder y Atributos

A pesar de su mala reputación entre los dioses sintoístas, a Susanoo se le atribuye el hecho de dar ciertos dones culturales a la humanidad, incluida la agricultura. También se le atribuye la fundación de la dinastía gobernante en Izumo, a través de su yerno Oho-kuni-nushi. Y la ubicación de un importante santuario sintoísta dedicado al dios.

En el arte japonés, se lo representa a menudo con el pelo salvaje que sopla en los vientos, empuñando una espada y luchando contra el monstruo de ocho cabezas Yamato-no-Orochi. Se le reconoce como una deidad valiente que ayuda en la lucha contra el mal y que se subordina gentilmente a los Kami supremos del cielo. Susanoo es uno de los dioses sintoístas más atractivos y fascinantes. Tiene mal genio y puede ser impetuoso, pero siempre tiene buenas intenciones.

A Susanoo se le asoció con el poder de las tormentas y el mar en la mitología. Su conexión con el agua comenzó al momento de su nacimiento. Otras historias dicen que Susanoo tomó agua del mar y la llevó a la tierra como lluvia. También creó bosques cortando su barba y cabello y plantando las hebras en las laderas de las montañas.

Santuarios

Fuentes

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