Veinte años después (novela)

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Veinte años después
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Portada de la novela ilustrada
Título originalVingt ans après
Autor(a)(es)(as)Alejandro Dumas
GéneroNovela histórica
Primera edición1845
PaísFrancia

Veinte años después es una novela escrita en 1845 por Alejandro Dumas (Alexandre Dumas). Es la continuación de la obra Los tres mosqueteros del propio autor.

Marco histórico

Richelieu y Luis XIII han muerto, su hijo aún no ha llegado a la mayoría de edad, y en su lugar gobierna el país como regente nuestra conocida Ana de Austria. Regente nominal, porque el verdadero poder lo ejerce otro cardenal, Mazarino. Según Dumas, el actual cardenal es, además de astuto diplomático, rastrero, cobarde, avaro, falso y otras virtudes por el estilo. Muchos franceses tampoco estaban conformes con él, entre ellos los burgueses, los miembros del parlamento y algunos nobles desposeídos o postergados. La única que lo sostenía era la reina, con quien (se deja traslucir) Mazarino se habría casado en secreto. La devoción a los reyes aún se mantenía, y eso era todo.

En Inglaterra hay dos partidos, peleados a muerte. El rey Carlos I, absolutista obcecado, es presentado por Dumas como el espejo de la nobleza y la caballerosidad. Y el otro es Cromwell, líder de la oposición puritana (los puritanos eran fanáticos que se tomaban la Biblia muy en serio, y estaban dispuestos a exterminar a quien no piense como ellos). Como Carlos I no es puritano en modo alguno, deciden asesinarlo.

Historia

Continuando la historia de los tres mosqueteros, Athos, Porthos y Aramís. D’Artagnán es teniente de los mosqueteros y tiene unos cuarenta años, Porthos y Aramís algunos más, y Athos andan en los cincuenta. Se han vuelto, no más reposados, sino más calculadores, salvo el cabeza inocente de Porthos.

Athos y Aramís, por repulsión que sienten hacia Mazarino, son frondistas, o sea sordamente rebeldes. A D’Artagnán también le da asco Mazarino, pero por interés (D’Artagnán quiere ser capitán del regimiento de mosqueteros) y por devoción a la reina sirve al Cardenal y milita en sus filas, aunque gruñendo a cada paso.

Aquí comienza Dumas una detallada trama de historia de Francia, donde se exponen las complicadas alianzas y conspiraciones de lo que se llamó la Fronda, protesta de los dichos nobles y burgueses contra Mazarino. Del otro lado están los defensores a ultranza de la monarquía, que también desprecian al Cardenal.

Mazarino tiene necesidad de gente valiente para sus misiones y repara en D’Artagnán, encargándole que reúna nuevamente a los cuatro mosqueteros. D’Artagnán convence al ingenuo de Porthos, prometiéndole el favor del cardenal para obtener una baronía (su mayor deseo), pero no puede reclutar a Athos y a Aramís, que ya tienen tomado su partido.

Athos y Aramís, por pura conciencia de clase, corren a Inglaterra para tratar de salvar a Carlos. Allí van también D’Artagnán y Porthos enviados por Mazarino para negociar con Cromwell. En el camino se encuentran y sienten que su nobleza los impulsa a revivir la antigua unión y auxiliar al monarca inglés en serios apuros.

¿Pero quién aparece en estos momentos? ¡Mordaunt, hijo de la malvada Milady de Winter! y de no se sabe quién. Por consiguiente, hijastro de Athos.

Mordaunt es más malo que la madre y se la tiene jurada a medio mundo. Por de pronto, en plan de venganza, jura pasar a cuchillo a nuestros cuatro protagonistas por haberle ajusticiado a la mamá. De paso, también quiere sacar de en medio a Carlos I, quien le quitó el título y la herencia por los méritos maternos. También piensa matar a algunos más, pero esto ya se vuelve muy complicado.

Nuestros héroes hacen las mil y una en Inglaterra y casi logran salvar al rey, pero por un pelo no lo consiguen; a Carlos I le cortan la cabeza. Eso es histórico, y Dumas no lo puede modificar, aunque no le faltan ganas. De paso, toda esta parte es lo mejor del libro por lo apasionante del juicio y ejecución de Carlos y la personalidad de Cromwell. Históricamente, es mucho más relevante que los miserables embrollos de la Fronda y Mazarino.

Volviendo a Francia, deben pasar nuevas aventuras que les devuelvan el favor de la reina, logrando al final cada uno los objetivos que se propusieron al inicio del libro cada par siguiendo un partido diferente.

El Vizconde de Bragelonne

Para hacer un enlace y dar pie a la obra siguiente (El Vizconde de Bragelonne), la reina Ana de Austria recomienda a su hijo, el futuro Luis XIV de Francia, que tenga en cuenta a D’Artagnán como un valiente y fiel servidor. Aparece también el vizconde de Bragelonne, un joven tan romántico y de buenos sentimientos que sus padecimientos oscilan entre lo lastimoso y lo risible. Es hijo de Athos y de una duquesa. Es el único que no lo sabe, a pesar de que es más que evidente y hay pistas a cada paso. En el próximo libro la completa.

Opiniones sobre el libro

  • Es interesante el libro, captura en la lectura y presenta una historia quizá más digerible y emocionante que el primer libro. Lo cierto es que Dumas se emocionó con los personajes que creó.

Fuentes