Diferencia entre revisiones de «Alberto Sicilia»

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{{Personaje_artístico|nombre= Alberto Sicilia Martínez |seudonimo=El poeta del camión|imagen=[[Imagen:Alberto Sisilia2.jpg|thumb|José Martí.]]|descripcion= Poeta camionero cabaiguanense|fecha_de_nacimiento=|lugar_de_nacimiento=|fecha_de_fallecimiento=|lugar_de_fallecimiento=|area=|obras_destacadas=Retrato de grupo, Nuevos juegos prohibidos, Toda la luz todavía, Todo el amor en décima.}}
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==Tema:== Alberto Sicilia Martínez: Poeta, profesor y camionero del municipio Cabaiguán de la provincia Sancti-Spíritus.
 
==Tema:== Alberto Sicilia Martínez: Poeta, profesor y camionero del municipio Cabaiguán de la provincia Sancti-Spíritus.

Revisión del 16:36 4 jun 2010

Plantilla:Personaje artístico

==Tema:== Alberto Sicilia Martínez: Poeta, profesor y camionero del municipio Cabaiguán de la provincia Sancti-Spíritus.

¿Quién es?

Este personaje se llama Alberto Sicilia Martínez El poeta del camión, un increíble joven escritor miembro de la UNEAC, de oficio camionero de un Chevrolet 58 verde (y por demás, conductor) que desde que recuerda, anda encaramado en su inseparable camión, recorriendo la ciudad, quien en la actualidad centra sus viajes mayormente desde Cabaiguán hasta Cienfuegos, pasando antes por Villa Clara. Hombre de constitución fuerte y mirada sincera, ampliada por los cristales de aumento de los espejuelos que con frecuencia lo acompañan.

Este Inspirado por el continuo bregar por las carreteras cubanas, manejando el camión verde real, muy cerca de su padre, con quien tiene una relación muy especial y el beber durante sus viajes de nuestras tradiciones, mezclarlas con los símbolos universales han sido vital para su obra contribuyendo a entregarnos una fresca, diversa y armoniosa poesía.

Su obra

De esos interminables recorridos nació su poemario El camión verde (Letras Cubanas, 1994); y a ellos también se debe A favor de la roca (Luminaria, 1998). Textos suyos aparecen en antologías dentro y fuera de Cuba: Retrato de grupo (Letras Cubanas), Nuevos juegos prohibidos (Letras Cubanas), Toda la luz todavía (Luminaria) y Todo el amor en décima, editado en Islas Canarias. Asimismo algunas revistas cuentan con su firma: El Caimán Barbudo, La Gaceta de Cuba, Revolución y Cultura, Letras Cubanas. Además ha participado en concursos como: Muchos Días de la poesía cubana (1987), Fayad Jamís (1989), Revolución y Cultura (1997), Pinos Nuevos (1998) y Regino Pedroso (1998), terminó frente a un volante, si ya se le había otorgado la carrera de Marxismo e Historia. Además es miembro de la UNEAC, fundador de más de cinco talleres literarios. Y sus poemarios El Camión Verde y A Favor de la Roca han merecido distinciones tanto nacionales como internacionales. ¿Por qué tan pocos títulos publicados? Jura que es cuestión de tiempo, porque dedica muchas horas a la formación de jóvenes; y manejar es una tarea ardua y agotadora. He escrito suficiente poesía, pero soy muy quisquilloso. Por ahora puedo anunciar que ya está listo el cuaderno Cercado por las aguas, pero lo que ahora quita el sueño es ese proyecto cultural que está por nacer y será como una especie de Jardín de la poesía.

¿Cómo poeta, Profesor y camionero?

Quizás lo que muchos ignoren es que ese hombre robusto y de carácter afable es una de las más premiadas figuras de la poesía actual. Su nombre es Alberto Sicilia. Según el Es un chofer de un camión que escribe poesía o un poeta que maneja un camión, yo no podría definir esta doble condición. Para Alberto tanto su oficio de chofer como el ser poeta han tenido una gran importancia en su vida. No quiso que ninguno de sus dos oficios quedara por debajo del otro. Llevando las cosas al mismo tiempo ocupo cada minuto, lo divido para que crezcan juntos, no solo la literatura, sino también el propio trabajo de camionero que lo aprendió junto a su padre. Aunque siempre quiso ser escritor —le atrae sobremanera la Filosofía—, no pudo terminar el preuniversitario pues se enfermó y suspendió Física. Por ello se hico bachiller en la Facultad. Eso está recogido en El camión verde, donde escribó: Einstein me olvida y me maldice. Eso es una historia del preuniversitario. Todo comenzó cuando el y un grupo de alumnos desaprobaron la asignatura de física. El en ese tiempo ya estaba inmerso en sus dos oficios, sacó la licencia de conducción y no le prestó mucha atención al contenido. Los platos rotos los pagó Einstein, porque en el poemario El camión verde dise que este me olvida y me maldice. Por no aprobar la física no pudo coger la carrera de Historia que era lo que le gustaba. Enredado en la escritura estuvo Sicilia desde pequeño, llevaba un diario y describía los viajes familiares por toda la Isla, sobre todo, las plantas y los animales. Ese amor por la naturaleza me lo inculcó mi madre. Ya en la adolescencia me atrapó la poesía y me inserté en el movimiento literario de Cabaiguán. Además no pocos se interrogan también cómo Alberto se las arregla para distribuir su tiempo entre la creación, los talleres literarios que coordina en Cienfuegos, Santa Clara y Cabaiguán, su esposa, sus cuatro hijos (uno de 22 años, campeón panamericano de kayak), las ocho horas diarias de viaje, una pequeña parcela de tierra, donde sueña fundar un proyecto comunitario para atender a jóvenes con ansias de escribir... A ciencia cierta, ni él mismo puede explicárselo. Debe ser aunando esfuerzos entre todos los que me rodean, apoyándome en una esposa que adoro y ha sido tan cuidadosa de mis hábitos y costumbres durante los últimos 15 años de mi vida. Ella, sin duda, merece una medalla olímpica.

¿Por qué tan pocas publicaciones?

En primer lugar por un respeto casi religioso a una calidad estética. El escritor debe trabajar bastante la literatura y no apurarse en publicar. Dice: Por mi parte tengo mucho recelo en cuanto a las ediciones, pienso que este trabajo debe ser muy cuidadoso así como el diseño del libro y creo que nuestro país tiene mucho que desarrollar en ese ámbito para que los escritores alcancen con sus publicaciones las metas a las que aspiran.

¿Dónde quedaron las narraciones que antiguamente escribía?

Dice: Ese es un capítulo muy interesante en mi vida. El género cuento para mí es muy delicado, es algo que lleva mucha dedicación. Yo escribía algunos que captaban la realidad en todos los componentes y eran realmente críticos. Por eso recibí algunos censuras, considero errores de funcionarios, que se hicieron marcadas en ese época. Por eso decidí dejar a un lado la narrativa. Ahora también trabajo la crítica social pero en la poesía.

¿Y no le preocupa que la juventud no lo pueda leer en estos momentos porque las bibliotecas carezcan de ediciones de sus libros?

Dice: Eso he podido subsanarlo con mucha promoción oral. He estado participando en eventos donde ofrezco recitales, lecturas. También he publicado en revistas y asistido a programas radiales para que de alguna manera se vaya conociendo la obra.

Fuentes

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