Alejandro Oms

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Plantilla:Personaje deportivo Alejandro Oms se mantuvo activo en el béisbol durante 17 años 1922-41, en la Liga profesional Cubana entre 1922 y 1932 bateó dos veces sobre 400 y el resto sobre 300 para un promedio ofensivo de 352, únicamente superado de otro grande, Cristóbal Torriente.

Datos biográficos

Nacido en Santa Clara el 13 de marzo de 1895, Oms se dio a conocer como gran figura del diamante en el Boulanger Park, próximo a donde residía, de color negro y 5,8 pies de estatura, herrero de profesión a quien llamaron "Caballero", jugador profesional formó parte de las Ligas Negras su regreso a La Habana, fue para ingresar en el sanatorio para enfermos de tuberculosis "La Esperanza", hasta el 9 de noviembre de 1946, a la edad de 51 años cuando dijo adiós el "Caballero" para formar parte del recuerdo y la tradición beisbolera de Las Villas.

Labor como pelotero

Eladio Secades, maestro de la crónica deportiva que vio jugar al "Caballero" en sus mejores tiempos, escribió que "Oms era la sobriedad personificada, llegaba sin esfuerzo a los límites de la hazaña". Y agregaba: "Para él todo era fácil, todo lo hacía con esa espontánea naturalidad de la que solo disponen quienes nacen para jugar a la pelota". Y resumía "No necesitaba trapecio para convencer…". Alejandro Oms era un pelotero disciplinado muy seguro a la hora de realizar una jugada sin arriesgarse con solo oír el sonido del bate ya sabía cómo colocarse para asegurar la pelota y colocarse debajo de ella, difícil para salirle al pisa y corre, en esa época un error implicaba el no jugar y eso era fatal, muchos peloteros querían formar parte de la Liga Cubana, durante su etapa activa entre 1922 y 1932 bateó dos veces sobre 400 y lo hizo siempre sobre 300, enfrentándose a lanzadores prestigiosos y reconocidos mundialmente, fue respetado por su condición de zurdo para batear y tirar, Pedro A. Darias, narra que en octubre de 1927, en ocasión de enfrentarse en Yankee Stadium una selección de las Ligas Negras a la cual pertenecía Oms por su condición de negro y otra de las Grandes Ligas en serie a tres partidos, conectó igual número de jonrones que Herman "Babe" Ruth,, todos fuera del parque, hecho que llamó la atención de "Babe" Ruth, el rompe cercas neoyorquino que en esos encuentros alineó en el equipo de las Mayores, asombrado del poder de aquel hombre negro de solo 5,8 pies de estatura, el se interesó en conversar con el cubano, que ese mismo año había despachado 50 cuadrangulares en el circuito negro. En los días de esplendor del "Caballero", como en los de tantos otros grandes de la pelota de ayer, se ganaban sueldos de miseria y en no pocas ocasiones tuvo que jugar al tanto por ciento de lo que se recaudaba en taquilla, razón por la cual en 1941 llegó al retiro en la mayor pobreza. Oms conservó su estelaridad hasta la llegada de los años 40, y por inexcusable olvido, no fue incluido en la relación de los 100 mejores deportistas cubanos del Siglo XX, no obstante aparece en el Salón de la Fama de Cuba y el de las Ligas Negras de los Estados Unidos, en las que resultó un auténtico ídolo. Para comer, Oms tuvo que volver a la pelota activa. Jugó en el torneo semiprofesional de la Liga Comercial hasta que desde Venezuela, donde había sentado cátedra años atrás, le llegó un contrato. Pero este Oms cansado y enfermo no era el que ellos conocieron y pronto fue devuelto a La Habana. El gran cubano y amigo que fue Adolfo Luque, quien al frente del Cienfuegos ganó el título en la campaña 1945-46, le tendió una mano generosa y debido a tan piadosa oportunidad el "Caballero" volvió a la Liga Cubana. Pese a estar acabado para la pelota, Luque lo mantuvo en la nómina cienfueguera y para darle el gusto a su viejo amigo de retirarse "en el champion" que tanto prestigió, lo sacó dos veces de emergente. El 12 de octubre, Pedro "Natilla" Jiménez, lanzador del Habana, le dio la base por bolas. Una tarde después en La Tropical, se vio a ese inmortal de nuestra pelota que fue Alejandro "Caballero" Oms empuñar el bate por última vez. Para entonces, blanca la negra cabeza, fláxidos sus poderosos músculos, Oms era apenas una triste sombra del gran pelotero que fue -desdichada tarde-, el zurdo almendarista Agapito Mayor lo despedía con un ponche. Nunca más se vio al "Caballero" en un terreno de pelota. Seriamente enfermo, casi ciego y sin un peso en los bolsillos, quien fuera uno de los grandes guardabosques del béisbol volvió a su natal Santa Clara, y allí vivió con la ayuda de los suyos y el favor de los amigos. Cuando poco después regresó a La Habana, fue para ingresar en el sanatorio para enfermos de tuberculosis "La Esperanza", y allí, solo y olvidado, murió el 9 de noviembre de 1946, a la edad de 51 años a quien llamaron "Caballero", no se sabe si por su comportamiento dentro y fuera del terreno o por la elegancia con que solía desempeñarse en el terreno de pelota.


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