Augusto Bejerano Díaz

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Plantilla:Personaje histórico

Augusto Bejerano Díaz nació el 5 de mayo de 1942, hijo de Emilio y Francisca en Los Palacios, Pinar del Río, de origen campesino, de un total de 10 hermanos era el sexto, iba a la escuela rural alcanzando el tercer grado. Era de pelo castaño laceo, ojos negros, delgado y de mediana estatura, un joven bueno, serio y educado, responsable en el cumplimiento de las tareas.

Félix González, quien era vecino lo describe como un joven bueno, lo conoció vendiendo caramelos en el punto de ventas que tenía el padre para ayudar a la familia, fue una época muy difícil la que vivieron.

Revolución en el poder

Al Triunfo de la Revolución solo contaba con 17 años, pero vivía muy alegre por los cambios que trajo esta para los pobres y humildes. En octubre de 1960 tras la formación de las Milicias Nacionales Revolucionarias, Augusto se incorpora a ellas y a su vez a la lucha contra los bandidos, nunca decía que no a nada, tenía muchos deseos de defender la patria y lo que se había logrado. Se incorpora al Batallón 35 en la Compañía No.1. Augusto desde el Triunfo de la Revolución pertenecía a las patrullas urbanas, cumpliendo diversas tareas de movilización y participación.

En los primeros meses del año 1961, fue movilizada su compañía por orden del compañero Víctor Páez, Coronel del Ejército Rebelde y el Capitán Evelio Borjas con la misión de capturar a los bandidos contrarrevolucionarios, donde se destacó por su valentía y decisión.

En el mes de febrero de 1962, fue nuevamente movilizada su compañía para la protección de los polvorines de Caiguanabo, era uno de los más de cien soldados y oficiales que tenían la misión de proteger los almacenes y materiales de guerra. Se dio la orden de que nadie podía moverse de su puesto, todo el entorno era rodeado por montañas rocosas, en ocasiones él y su compañero Idilio de la Peña, gustaban de cantar canciones mexicanas pues siempre andaban con una guitarra, se iban próximos a un cafetalito, a Augusto sus compañeros lo identificaban con el apodo de Mameyón.

Muerte

El 13 de mayo de 1962, en el eco de la montaña, se sintió un tiro e inmediatamente todos corrieron al lugar y allí mal herido en el estómago estaba Augusto.

Su compañero Idilio fue a usar un juego con él y no se percató que su fusil FAR de 7,62 mm, de fabricación Belga, estaba cargado con una bala en el directo, estaba prácticamente atónito por el hecho, ambos se querían como hermanos. Rápidamente lo montaron en un carro rumbo al municipio Consolación del Sur, lugar más cercano donde podía dársele atención médica, en el camino no dijo una palabra, iba mal herido, la bala le había entrado por el abdomen y había salido por detrás, momentos después fallecía.

Un descuido, la no observación de las reglas militares, le privaron la vida a un joven revolucionario que solo contaba con 20 años de edad.