Cárcel pública de Remedios

Cárcel pública de Remedios
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica
Descripción
Localización:Remedios
Uso inicial:Cárcel de Remedios
Uso actual:Filiar de Medicinas
Datos de su construcción
Inicio:1872

Cárcel pública en Remedios. Inmueble del siglo pasado que se utilizó como cárcel del pueblo de Remedios y en la actualidad se ubica en este sitio la Filiar de Medicinas.

Origen de la cárcel

La Cárcel antigua de este pueblo estaba en el edificio que tiempo después ocupó el Cuartel de Bomberos S. Jacinto y Santa Clara.

Pero siendo éste edificio tan pequeño para los muchos presos que existían, se pensó hacer una cárcel nueva. El iniciador de esta idea lo fue el Teniente Gobernador y Presidente de M. I. Ayuntamiento Manuel Quintero en el año 1872.

Para llevar esta idea a cabo se reunieron los señores concejales en un Cabildo extraordinario y pidieron el permiso de la Superioridad para abrir una suscripción voluntaria entre los vecinos.

El 17 de abril de 1872 el Gobernador General autorizó al Ayuntamiento de Remedios para que llevara a cabo esa suscripción; y éste empezó sus tareas el 22 de octubre del mismo año.

Cada vecino dio lo que pudo; lo mismo lo de la Jurisdicción toda, que los de la ciudad. Muchos de ellos aportaron millares de ladrillos, tejas, cal, madera, útiles de ferretería, algunos brazos y herramientas y la generalidad dinero.

Característica de la edificación arquitéctonica

Con tales elementos se comenzó la obra hasta que se dio por concluida; inaugurándose el nuevo Establecimiento Penal el 18 de octubre de 1874, siendo Gobernador el Sr. D. Pedro Pastors y Foxá, según expresa el rótulo que hoy hay en el portal de la cárcel. Esta cárcel fue construida en los Egídos de esta Ciudad, hacia el oeste y la entrada del camino de Guadalupe, frente a los que fue el Hospital militar.

Dicho edifico ocupaba una extensión de setenta varas cuadradas (59 metros y 360 milímetros). La mitad de sirvió de Cementerio antiguamente y la otra mitad fue cedida por D. Jo¬sé Antonio Díaz en 1849 con ese único y exclusivo objeto.

Sus linderos eran al norte con el camino de Guadalupe; al sur con la finca de Mesa y Seiglíe; al este con los arrabales de la población y al oeste con un sitio de don Manuel José de Rojas y con el potrero El Burro, constaba este Establecimiento penal de seis galeras grandes, en cada una de las que cabían cómodamente en sus respectivas tarimas 40 presos; tres de ellas eran para los presos blancos y las otras tres para los de color. Además existía otra galera para mujeres separadas de las anteriores y una pequeña para los chinos.

Existía además una buena sala de distinción, en donde se pagaban 50 centavos diarios por cada preso, además de ocho bartolinas, para los incomunicados y una Capilla bastante espaciosa donde se realizaban las misas y demás asuntos religiosos. Muchos presos de esta cárcel sufrieron horribles torturas mientras esperaban el momento de morir en manos del Verdugo.

También tenia la Cárcel una amplia y elegante Sala de Justicia para los actos judiciales, con un buen mobiliario y un dosel de raso encarnado que guarda el retrato de la Regente. Al lado estaba la Alcaldía y las habitaciones para los empleados y en frente un buen local para el Cuerpo de guardia exterior.

Por fuera adornaba el establecimiento un magnífico corredor de trece columnas que sostenían una azotea a la que se sube por una escalera de caracol. En el centro de este corredor estaba el ancho portal que sirve de entrada y que se encontraba dividido en dos por el rastrillo, comprendido entre dos grandes rejas, una de madera y otra de hierro.

La primera galera del ángulo derecho, es la que estaba destinada a la enfermería de la cárcel y que era una habitación bien ventilada y que reunía todas las condiciones higiénicas para cualquier caso. Esta enfermería se encontraba bajo la dirección médica del Dr. Facundo Ramos, Médico del Establecimiento.

Además de los dos Jefes que tenia la cárcel, habían otros empleados como un llavero el cual se nombraba José Barreiro, cuatro guardias y una brigada para el servicio interior de la cárcel, y un mozo de servicio porta-pliegos.

La alimentación de los presos se elaboraba por administración, y para el lavado de ropas existían el patio dos buenos tanques, que también se destinaban para baños. Luego de un tiempo se construiyó en el ángulo Sudoeste, por las circunstancias de la guerra, un buen fortín que resguarda por esa parte muy bien el Establecimiento.

Los presos de esta cárcel se dedicaban a varios oficios como tejidos de pita, cabezadas, cestas, sombreros de guano, medias de punto, etc.

Esta cárcel dependía de M. I. Municipio, el cual nombraba mensualmente a un Inspector para que fiscalizara todos los actos del Establecimiento. Esta cárcel tenía la categoría de segunda clase.

Restauración del inmueble

La cárcel se modernizó en 1908 al recibir el edificio grandes mejoras en su interior; pero conservando su aspecto primitivo. La capilla fue eliminada y se hicieron buenas instalaciones sanitarias. Se mantuvo por más de veinte y cinco años al frente del establecimiento el remediano Claudio Mz. de Villa y Herrera y el médico Dr O. de Caturla y García.

Dicho edificio estuvo abandonado por varios años hasta que con el Triunfo de la Revolución se utilizó por varios años como la Terminal de Ómnibus de esta Ciudad. En la actualidad tiene lugar en este sitio la Filiar de Medicinas.

Fuentes

  • Archivo historia Remedios

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