Cable submarino Cuba-Venezuela

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Cable submarino Cuba-Venezuela
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Concepto:El cable submarino de fibra óptica instalado entre Cuba y Venezuela debe estar operativo a mediados de 2011.

Cable submarino Cuba-Venezuela. El 24 de enero del 2007 se firmó en Caracas un acuerdo para la creación de una empresa mixta, conformada por la entidad estatal de telecomunicaciones de Venezuela (TELECOM) y la cubana TRANSBIT. El objetivo que se persigue es poner a funcionar a mediados de 2011 un cable submarino de fibra óptica que conectará a ambas naciones, así como a otros países del área, y les permitirá una mayor independencia en las comunicaciones.[1]

Cuba tiene un ancho de banda de 323 megabits por segundo (Mbps) por vía satelital, pues hasta ahora las leyes del bloqueo de Washington le impiden acceder a cualquiera de las decenas de cables que pasan por zonas cercanas a sus costas.[2]

En el país se ofrece el servicio de Internet a través de instituciones médicas, educativas, gremiales o de entidades del gobierno. Aunque no existe una política que se oponga a la prestación del servicio directo a los particulares este sólo se brindará cuando haya recursos financieros y técnicos para garantizar una oferta sostenible.

Historia

Antecedentes

Cables de fibra óptica que rodean a Cuba

Todas las comunicaciones internacionales de Cuba se realizan a través de conexión satelital, a pesar de que a 32 kilómetros de sus costas pasa el más cercano de una nutrida red de cables submarinos a los que el bloqueo norteamericano le impide acceder.

Como consecuencia de estas injustas sanciones, Cuba no tiene acceso al menos a una veintena de sitios y productos (algunos de ellos con sede en terceros países pero con intereses en Estados Unidos).[2] Ruteadores como Cisco, buscadores como Google –en algunas aplicaciones específicas–, espacios para ambientes de programación como Borland, bases de datos como Oracle, o antivirus como Panda bloquean el acceso desde Cuba o a nacionales cubanos.

El 24 de enero del 2007 se firmó en Caracas un acuerdo para la creación de Telecomunicaciones Gran Caribe S.A., entidad encargada del proyecto de tender un cable de fibra óptica entre Cuba y Venezuela.

En febrero del 2007, en entrevista con Granma Internacional, el entonces presidente de TELECOM Venezuela, ingeniero Julio Durán, se refirió a ese proyecto como una primera interconexión física dentro de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), la cual sería uno de los pilares fundamentales de una red latinoamericana que garantizaría la independencia en las telecomunicaciones de las naciones pertenecientes a esa iniciativa integracionista: Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Honduras, Dominica, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda.[1]

Se creó una gran expectativa entre las empresas de telecomunicaciones de Estados Unidos cuando el presidente estadounidense Barack Obama anunció que facilitaría los enlaces de telecomunicaciones con Cuba. Al final la iniciativa no llegó a nada y se frustró por la falta de mecanismos legales para concretarse.[3]

En abril de 2009 el gobierno de Obama anunció, entre otras medidas, la autorización para que empresas de Estados Unidos pudieran enlazar a los dos países por fibra óptica o satélite, ofrecer roaming (servicio celular) y hasta prestar servicio de televisión.

En enero de 2010 la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos ratificó a Cuba en la lista de exclusión para inversiones de infraestructura en el sector. En marzo, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro autorizó la prestación de servicios de mensajería instantánea a la isla, pero descartó la conectividad por cualquier vía.

Fibra óptica

En un primer paso en la búsqueda de la independencia en las comunicaciones de Latinoamérica se crearon las condiciones jurídicas y económicas para tender un cable de fibra óptica que en un primer momento unirá a Cuba, Venezuela y Jamaica.

A un costo de casi 70 millones de dólares, el cable unirá puntos cercanos a La Guaira (cerca del aeropuerto venezolano de Maiquetía) y la oriental ciudad de Santiago de Cuba a una distancia de mil 552 kilómetros.[4] Otro segmento se entrelazaría entre una zona norte de Jamaica y Siboney, a 23 kilómetros de Santiago de Cuba, donde estará el que viene de Venezuela. El cable submarino tendrá una vida útil de 25 años y la inversión se recuperará en plazos que están comprendidos dentro de las normas para estos proyectos.

Con financiamiento de bancos venezolanos y capitales propios, el cable tendrá capacidad para extender en el futuro segmentos hacia Haití, República Dominicana y para Las Antillas Menores. La firma franco-china Alcatel Shanghai Bell, con experiencia y prestigio en este tipo de proyectos es la encargada de llevar este proyecto a buen éxito.

La existencia del cable permitirá a Cuba multiplicar por tres mil veces las velocidades actuales de transmisión de datos, imágenes y voz. Esto no implicará el cese de los servicios de Internet mediante satélite aunque abaratará en 25 por ciento los costos de operación.

El 22 de enero de 2011 comenzó en Venezuela la instalación del cable submarino con un acto oficial. Los ministro venezolanos de Ciencia y Tecnología, Ricardo Menéndez, y Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, participaron en la ceremonia transmitida en directo de la emisora Venezolana de Televisión (VTV), junto al embajador de Cuba, Rogelio Polanco.[5]

Está previsto que el barco que lleva el cable, de una extensión total de 1.600 kilómetros, llegará a Playa Siboney, en Santiago de Cuba, el próximo 8 de febrero.

Algunos datos

Referencias

Fuentes