Casa de Amelia Peláez (Remedios)
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Un rincón Remediano de Amelia Peláez: En el siglo XIX se establece en Remedios la familia de Amelia Peláez, dejando su huella artística en nuestras instituciones.
== La casita de la calle Tetúan ==
En una de las típicas callejuelas remedianas, de solo dos cuadras de extensión, conocida antiguamente por Tetuán y que actualmente lleva el nombre del mártir revolucionario Felipe Rodríguez del Río existe una casita colonial de dos plantas, la que le da una pincelada poética al lugar y la cual merece ser restaurada y conservada, no solo por su ubicación dentro del centro histórico urbano de la ciudad recientemente declarada Monumento Nacional, sino también por cuanto de gloria artística representa para Cuba la que fue su dueña y admiradora:. Amelia Peláez
== Se establece los ancestros de Amelia en Remedios ==
Es curioso y quizás muchos ignoren el porque Amelia sin haber nacido, vivido y muerto en Remedios, estuviera tan vinculada a esta ciudad y hasta fuera propietaria de la mencionada casita. Pero esto es fácil de explicar y lo vamos a hacer seguidamente: El progenitor en Cuba de su familia Paterna don Bernardo Laredo y Bermejo, español dedicado al comercio, llegó a esta entonces Villa a principios del siglo XIX. Aquí se estableció, hizo una más que regular fortuna y desde 1832 fue regidor del cabildo remediano hasta su muerte ocurrida en 1858.
En 1822 don Bernardo Contrajo matrimonio con Maria Farto González, Natural de Santa Clara. De esta unión nacieron cuatro hijos; entre ellos, Manuela Laredo Farto, casada luego con el abogado asturiano Julián Peláez del Pozo, fue alcalde de Remedios en 1855 y después desempeñó el cargo de asesor de la tenencia de gobierno.
Manuela y Julián tuvieron seis hijos, tres hembras y tres varones. Uno de estos fue el medico Manuel Peláez Laredo, quien se casó con la habanera Carmen del Casal y de la Lastra, hermana del poeta Julián. La joven fijo su residencia en Yaguajay, donde el se dedico a ejercer la profesión y les nace su hija Amelia el 5 de enero de 1896, según lo acredita la certificación expedida el día 6 de septiembre de 1979 por la encargada del registro Civil de dicha Villa, en la que consta estar asentado el nacimiento en el tomo 8, folio 37, con fecha 14 de Febrero del citado año.
Pues bien, Como ya antes dejamos anotados, don Bernardo, el progenitor, llego a reunir cuantiosos bienes. Tuvo muchas propiedades en esta Villa, la mayoría en la zona donde se encuentra la casita de referencia. Esos bienes fueron, por derechos hereditarios, pasando a sus descendientes en sucesivas generaciones. La casita, primero se le adjudicó a su hija Manuela Laredo Farto, de ésta pasó a su hijo Manuel Peláez del casal.
Es por ello, que en sus viajes a esta ciudad se aloja en casa de su hermano, pero también visitaba a sus tíos y sobre todo a las primeras de apellidos Laredo Lapeyre y Escobar Laredo, por el hecho de habitar estas las dos magnificas casas contiguas, fabricadas en 1825 por su bisabuelo, sitas en la calle entonces llamada Amargura (en la actualidad Alejandro del Río) una de las cuales hace esquina a la antigua calle San Antonio, Hoy Enrique Malaret.
Además, desde los bisabuelos, en Remedios vivieron muchos familiares de Amelia; entre ellos su hermana Julia, casada con el también remediano Alfredo Ruiz Corrales, matrimonio que habitaba la casa hoy se señalada con el número 37 de la calle Maceo, edificio colonial puntos de la saleta, adornados con bellos vitrales, se inspiró la pintora durante las temporadas pasadas allí, a tal extremo de especializarse en esas motivaciones inscritas en el lienzo de muchos de los mejores logros de su fecunda producción pictórica.
== Donación del legado y obras artísticas ==
Otro exponente de cuanto afectivo la unía a Remedios es la donación que hizo a nuestro Museo de Historia y Arte de dos cuadros debidos a su pincel cuando la artística cultivada la Escuela Clásica: Un Jardín en la Quinta de los molinos y Un cementerio.
Pero, independientemente de esos deberes familiares, aún nos parece verla; apenas dejaba el equipaje se apresuraba para ir a ver la casita, no como propietaria, eso a ella no le interesaba, sino porque a su refinado temperamento artístico luego le era grato evocarla en el ambiente de ese tan típico rincón remediano, como parte de un todo del gran patrimonio de sus remotos antepasados.
Fuentes
- Tomado de la revista ISLA escrito por Natalia Raola Ramos. Historiadora de la Ciudad de San Juan de los Remedios.
