Combate de La Plata (1957)

Combate de La Plata
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Fecha:17 de enero de 1957
Lugar:La Plata, zona del actual Municipio de Guamá, en la oriental provincia de Santiago de Cuba entre La Magdalena y Palma Mocha, Bandera de Cuba Cuba
Descripción:
Cuartel perteneciente al ejército del tirano Fulgencio Batista
Resultado:
Demostró la presencia del núcleo inicial del Ejército Rebelde en las montañas
Líderes:
Fidel Castro, Raúl Castro, Juan Almeida Bosque,
Ejecutores o responsables del hecho:
Tropas del Ejercito Rebelde

Cuartel de La Plata. Perteneciente al ejército del tirano Fulgencio Batista. Con dos ráfagas de ametralladora disparadas por Fidel, a las dos y 40 de la madrugada del 17 de enero de 1957 comienza el combate de La Plata, el primero victorioso del Ejército Rebelde. El núcleo guerrillero de apenas 20 hombres pobremente armados daba así fe de su existencia y disposición combativa, y pronto comenzaría a engrosar sus filas con el ingreso de campesinos y de combatientes provenientes de las ciudades.

Ubicación

Ubicado en La Plata, zona del actual Municipio de Guamá, en la oriental provincia de Santiago de Cuba entre La Magdalena y Palma Mocha en un pequeño valle en el que desembocaba el río del mismo nombre. En aquel momento había un caserío donde habitaban campesinos y el mayoral de la finca La Plata.

Antecedentes

Luego del revés sufrido en Alegría de Pío, tras el desembarco del yate Granma, el 2 de diciembre de 1956, parte de los 82 navegantes fueron capturados o muertos, pero otros, con ayuda de campesinos se agruparon y expresaron su fe ilimitada en la vía escogida para la victoria final y cumplieron el compromiso de continuar la guerra en lo más intrincado de la Sierra Maestra.

El plan de ataque

El 14 de enero de 1957, las tropas rebeldes acamparon en las cercanías de la desembocadura del río La Plata, con el plan de atacar el puesto militar de ese lugar, donde custodiaban la costa sureña cinco soldados batistianos e igual cifra de marineros, al mando de un sargento de la Marina de Guerra.

La tropa dirigida por Fidel Castro la integraban 29 guerrilleros, 18 de ellos expedicionarios del Granma, 8 eran campesinos sumados oficialmente a la guerrilla, entre los que se encontraban Guillermo García y Crescencio Pérez, y 3 eran jóvenes enviados por Celia Sánchez que dirigía el Movimiento 26 de Julio en Manzanillo.

De estos 29 hombres, 22 participaron directamente en el combate, 3 de ellos no participaron en el ataque al cuartel: Faustino Pérez había bajado al llano a cumplir las misiones encomendadas, Ramiro Valdés tenía lesionada una rodilla y Carlos Bermúdez se encontraba muy debilitado físicamente.

Para la toma del apostadero (una casa de madera y techo de zinc), disponían de 24 armas: nueve fusiles con miras telescópicas, cinco semiautomáticos, cuatro de cerrojo, dos ametralladoras Thompson, dos pistolas ametralladoras, una escopeta calibre 16 y un revólver.

La llegada de la lancha que traía insumos y el relevo del cuartel confundieron a los rebeldes, y pospusieron la acción. Entonces Fidel dispuso un plan de vigilancia y exploración para asegurar el triunfo, convencido de que una derrota significaría perder el escaso armamento y quedar indefensos.

Para el ataque al cuartel, Fidel dividió el grupo guerrillero en 4 escuadras:

Primera Escuadra: Dirigida por Julito Díaz y sus hombres, Camilo Cienfuegos, Benítez y Calixto Morales, que cercarían la casa de guano ubicada a la derecha.

Segunda Escuadra: Dirigida por Fidel Castro y sus hombres, Universo Sánchez, Luis Crespo, Calixto García, Fajardo y Ernesto Che Guevara, que atacarían por el centro.

Tercera Escuadra: Dirigida por Raúl Castro, con sus hombres atacaría por la izquierda.

Cuarta Escuadra: Dirigida por Juan Almeida Bosque, con sus hombres, atacaría por la izquierda conjuntamente con la escuadra de Raúl.

Mientras, otros vigilaban a personas apresadas horas antes a pocos metros del puesto, incluyendo a Chico Osorio, despiadado mayoral colaborador del ejército batistiano, quien en medio de una embriaguez dio exactos detalles sobre la guarnición.

Es así como en la madrugada del 17 de enero, con dos ráfagas de ametralladora disparadas por Fidel comienza el combate de La Plata.

El combate

El combate duró cerca de 40 minutos, la fuerza dictatorial fue derrotada y tuvo dos muertos y cinco heridos —tres, muy graves, murieron poco después—, además de tres prisioneros; el resto logró huir. Desde este primer combate se puso de manifiesto lo que sería norma para el Ejército Rebelde: el respeto y la atención médica a los heridos enemigos.

Los guerrilleros no sufrieron bajas, y ocuparon ocho fusiles Springfield, más de mil balas, una ametralladora, ropa, mochilas, comida, y otros insumos.

Eran aún las 4:30 a.m. cuando los rebeldes dejaron a los heridos al cuidado de sus compañeros de armas y marcharon rumbo a Palma Mocha, adonde llegaron al amanecer del 17 de enero, para continuar internándose en la serranía, con la euforia de la primera victoria y la seguridad de que esta se multiplicaría, hasta convertirse en alborada con la liberación definitiva.

Aunque la censura de prensa no permitió difundir la noticia a los cubanos y demás países del mundo, las Fuerzas Armadas del régimen estuvieron obligados a reconocer que Fidel Castro comandaba un grupo de combatientes dispuestos a enfrentárseles. La esperanza de Cuba palpitaba en la Sierra Maestra.

La derrota sufrida por las Fuerzas Armadas del tirano, no puede situarse entre las grandes desde el punto de vista militar, pero sí fue el primero desde el 10 de marzo de 1952; humillante y vergonzoso además, ya que habían afirmado que Fidel y sus seguidores perecieron en los “encuentros” con sus unidades militares.

Significación del ataque

El combate de “La Plata”, no fue de gran envergadura desde el punto de vista militar, pero si tuvo una gran significación histórica y es que echó por tierra toda la propaganda manejada por el enemigo, diciendo que Fidel y su gente habían sido aniquilados en “Alegría de Pío”, demostró la presencia del núcleo inicial del Ejército Rebelde en las montañas, y su decisión de luchar hasta vencer. Fue, además, muy alentadora para la moral de quienes habían iniciado su empresa liberadora con un costoso revés y la pérdida de entrañables compañeros de ideales.

El núcleo guerrillero pobremente armados daba así fe de su existencia y disposición combativa, y pronto comenzaría a engrosar sus filas con el ingreso de campesinos y de combatientes provenientes de las ciudades

La acción dio la certeza de que mediante tácticas de guerrilla era posible superar las bien entrenadas y profesionales tropas de la tiranía.

Sobre esa primera victoria revolucionaria, uno de sus protagonistas, Ernesto Che Guevara dijo: "Fue un llamado de atención, la demostración de que el Ejército Rebelde existía y estaba dispuesto a luchar, y para nosotros, la reafirmación de nuestras posibilidades de triunfo final".

Fuente