Combate de Santa Cruz del Sur

Combate de Santa Cruz del Sur
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Mambises cubanos
Fecha:28 de septiembre de 1873
Lugar:Camagüey
Descripción:
El simultáneo e impetuoso ataque, superó los primeros obstáculos. Por el lado oeste, golpe principal del ataque mambí, la sorprendida guarnición del puesto avanzado enemigo se repliega al cuartel próximo, y abandona en la precipitada fuga uno de los tres cañones de la Plaza.
Resultado:
Victoria sobre las fuerzas españolas.
País(es) involucrado(s)
Cuba
Ejecutores o responsables del hecho:
José González Guerra y Coronel Bernardo Montejo

Combate de Santa Cruz del Sur. A las ordenes de José González Guerra, 200 infantes apoyarían al coronel Benítez, mientras el teniente Coronel Bernardo Montejo, con medio centenar de hombres de infantería, atravesaría el Camino Real de la Calzada hacia el Este de la población, con el objetivo de llamar la atención enemiga, situándose en el Playazo, lugar intransitable por la existencia de una extensa zona de mangle, muy pantanosa.

Planeamiento de la acción

Los coroneles Manuel Suárez y el norteamericano Henry Reeve (El Inglesito) con 150 jinetes ocuparían la entrada a la calzada (acceso principal).

A los primeros disparos, el Inglesito tenía la orden precisa de lanzarse a la carrera, penetrar en el pueblo y llegar a la costa con el fin de distraer al contrario:

Tres piezas de artillería española, perfectamente colocadas, dominaban las entradas del poblado, de manera que su fuego podían dirigirlo de frente y cruzado; además, en el extremo de la calzada por donde debía avanzar Reeve, había un fortín defendido por tropas regulares.

Combate

El simultáneo e impetuoso ataque, superó los primeros obstáculos. Por el lado oeste, golpe principal del ataque mambí, la sorprendida guarnición del puesto avanzado enemigo se repliega al cuartel próximo, y abandona en la precipitada fuga uno de los tres cañones de la plaza.

De este punto los españoles retroceden a una trinchera continua, desde la que ofrecen entonces tenaz y prolongada resistencia.

Ocupado el cuartel, se tomó también el polvorín, donde había almacenada una cantidad considerable de material de guerra.

Por su parte, el Inglesito, al frente de su tropa de asalto con el comandante Federico Diago de segundo, bajo un inmenso fuego de la guarnición del fuerte El Monitor que defendía la calzada o camino principal del pueblo, avanzó impetuosamente con cincuenta jinetes; recorrió según lo ordenado la calle hasta Playa Bonita, y sobre la marcha desalojó a los voluntarios de su cuartel, situado cerca de la playa, sin recibir de éstos un sólo disparo de respuesta. Al retirarse encontró sorpresivamente un emplazamiento con su trinchera, de cuya existencia no se percató durante su avance y que lo recibió con un cañonazo, del cual resultó ileso.

En un gesto de indescriptible arrojo y valentía, contraatacó con decisión este emplazamiento, que le cerraba el paso, y obligando a las tropas de la línea y voluntarios que lo defendían a huir, consiguió ocupar, momentáneamente, la pieza de artillería. Ramón Roa dijo :

"Y bajo el humo Reeve tocó la pieza con la punta de su machete, diciendo: está tomada, al tiempo que un artillero español le disparó su carabina a quemarropa, hiriéndolo gravemente".

El Inglesito fue transportado en camilla. El cañón se perdió por esta causa, aunque este hecho no afectó al curso victorioso de la acción.

Resultados

Incendiado casi todo el pueblo y obstaculizados los movimientos insurrectos por el voluminoso botín, era necesario disponer la retirada.

Una fuerza de reserva constituida por 100 infantes y 20 jinetes al mando del coronel Lino Pérez, que estaba concentrada a dos kilómetros de distancia del perímetro del poblado para cubrir la retirada; se incorporó al Cuartel General, para ayudar en el traslado del pesado material de guerra ocupado.

Las victoriosas fuerzas mambisas iniciaron el regreso a la región de Najasa, pero los movimientos se efectaron con lentitud a causa del temporal de viento, el agua reinante y a la gran impedimenta. A las cuatro de la tarde acamparon en el palenque, a cinco leguas de Santa Cruz. Ese día, Máximo Gómez escribió el parte de guerra:

"(…) La población fue ocupada por espacio de dos horas durante las cuales se apoderaron los nuestros de una pieza de artillería, que fue inutilizada, por no poder conducirla, ciento cuarenta y dos rifles, ciento veintinueve fusiles, sables, espadas, machetes, ochenta mil cápsulas de distintas clases, cuatro mil cartuchos, ciento treinta libras de pólvora, medicinas, trescientas mudas de ropa, gruesas cantidades de dinero... Entre los heridos el intrépido Coronel Reeve"

Feliberto Pettit Tiá considera que el triunfo insurrecto tuvo una gran repercusión en la población civil. Las familias santacruceñas simpatizaban con el ejército independentista. El combate del 28 de septiembre de 1873 se inscribe entre los más importantes de la guerra.

Fuentes