Eduardo Arroyo

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Eduardo Arroyo
Información sobre la plantilla
NombreEduardo Arroyo
Nacimiento26 de febrero 1937
MadridBandera de España España
OcupaciónPintor

Eduardo Arroyo. Pintor, escultor y grabador español, es una destacada figura del movimiento neofigurativista

Síntesis Biográfica

Su infancia y juventud

Pintor y escritor español, nacido en Madrid. Está considerado como uno de los principales representantes de la figuración crítica, de contenido fundamentalmente político y social. En sus obras destaca, sobre todo, su habilidad para mezclar imágenes preexistentes de diversa procedencia, con una fuerte impronta de ilustrador.

Trayectoria artística

Estudió

           periodismo y, en 1958, se traslada a París con la intención 
           de convertirse en escritor. Su conocimiento del francés le 
           permitió integrarse sin demasiados problemas en la vida diaria, 
           pero no en el mundo literario, por lo que decide instalarse en el 
           barrio de los pintores en vez de en el de los escritores. Frecuentó 
           asiduamente la comunidad de exiliados españoles sobrevivientes 
           de la Guerra Civil, lo que hizo que se aficionase por la pintura y 
           que se acentuara su compromiso político y la crítica 
           al régimen de Franco. 


En 1963 expone

           sus retratos de los Cuatro Dictadores en el espacio dedicado 
           por la III Bienal de París a la denuncia del totalitarismo 
           y la represión, bajo el nombre de L'Abattoir, es decir, 
           El matadero. 



Son los retratos

           de Hitler, Mussolini, Franco y Salazar. Cada uno lleva los respectivos 
           emblemas y banderas nacionales, así como las especialidades 
           en las que ha sobresalido. 


A mediados de

           los años sesenta ofrece una visión violenta de la Historia 
           de España en obras como El minero Silvino Zapico es arrestado 
           por la policía (1967); Sama de Langreo (Asturias), septiembre 
           1963; La mujer del minero Pérez Martínez, Constantina, 
           llamada Tina, es rapada por la policía (1970) o El estudiante 
           Rafael Guijarro se tira por la ventana a la llegada de la policía 
           (1970).


Simultáneamente

           a la crítica antifranquista, se preocupó por el compromiso 
           del arte y la vanguardia. Creía que el arte de vanguardia, 
           lejos de cambiar las condiciones de vida y el sistema de dominación, 
           se había integrado en el seno de la cultura dominante. Entiende 
           la vanguardia como una prolongación de la moda a la que hay 
           que hacer frente. Por ello, en sus obras incluye ácidos comentarios 
           sobre las figuras indiscutibles de la vanguardia como, por ejemplo, 
           a Marcel Duchamp en la serie El fin trágico de Marcel Duchamp 
           (1965).


A Joan Miró

           dedicó la serie Miró rehecho o las desgracias de 
           la coexistencia, en 1966-1967. Al escoger la figura de Miró, 
           Arroyo tenía en cuenta que se trataba de un artista consagrado 
           de la vanguardia, opuesto al régimen de Franco y que mantenía 
           una postura crítica respecto a la situación política 
           de España. 



En Espagne

           je te vois y en España te miro el culo se inspira 
           en la obra La masía, de Miró, pero convierte 
           el huerto en un campo de exterminio. 



En otros cuadros

           como Casa de la Cultura en Valdepeñas, I y II o Inauguración: 
           los cuatro hermanos o cómo hacerse interpelar por los servidores 
           subdesarrollados, narra acontecimientos concretos, de carácter 
           policial y represivo, introduciendo motivos iconográficos característicos 
           del pintor catalán.


La revisión

           de la vanguardia continúa con Salvador Dalí. Escoge 
           al pintor favorito de Dalí, Velázquez, para realizar 
           Velázquez, mi padre, donde Arroyo se autorretrata como 
           un niño en pañales en brazos del autor de Las meninas, 
           sobre un fondo en el que el cielo de la sierra se ve amenazado por 
           los nubarrones y proyectiles de la guerra civil. Otra obra es Diferentes 
           tipos de bigote reaccionario español o varios aspectos del 
           Sindicato de Actividades Diversas.


En 1974 viaja

           a Valencia y allí es detenido debido a su actividad antifranquista 
           y expulsado de España. En 1976, tras el fallecimiento de Franco, 
           regresará a la Península comenzando una nueva etapa 
           artística. Todas estas circunstancias hacen que su obra no 
           sea conocida en España hasta la década de 1980.


A partir de 1976

           Arroyo realiza una serie de obras que tratan el exilio, donde reflexiona 
           sobre los exiliados. Uno de sus ciclos más intensos es Reflexiones 
           sobre el exilio.


Algunos ejemplos

           son La vuelta de los exiliados, Regreso de Companys a Barcelona 
           o Ángel Ganivet se arroja al río Dvina.


En Ángel

           Ganivet se arroja al río Dvina sintetiza las dramáticas 
           vivencias de este andaluz desterrado a las frías tierras del 
           Norte. Recoge el momento en el que tras arrojarse a las heladas aguas 
           del río Dvina, sólo emergen sus zapatos. Ganivet fue 
           un exiliado que nunca regresó, por ello no aparece corporalmente 
           representado sino a través de sus zapatos agujereados y sus 
           calcetines zurcidos.


En Feliz quien

           como Ulises ha hecho un largo viaje, I y II, Arroyo aborda la 
           situación de aquellos exiliados que sí volvieron a casa 
           y que la encontraron tan cambiada, que ellos mismos se sintieron irreconocibles, 
           se sintieron extraños en su propio hogar.


A partir de 1980

           lleva a cabo las series Los Deshollinadores y Toda la ciudad 
           habla de ello. En esta última, explora la noche y vincula 
           su obra con el cine negro. Proliferan por sus cuadros los gangsters, 
           los escaparates, rascacielos, neones, atropellos y acechos. El color 
           dominante es el negro. Un ejemplo, el cuadro titulado Alivia.


Eduardo Arroyo

           es sobre todo un artista polifacético. Como escritor destacan 
           las obras Panamá Al Brown (1982) y Sardinas en aceite (1990). 
           También ha diseñado escenografías teatrales, 
           como su interpretación de la pieza de Calderón de la 
           Barca La vida es sueño. 
         En 1982 el centro 
           Georges Pompidou, de París, le dedicó una gran exposición 
           retrospectiva y ese mismo año el gobierno español le 
           concedió el Premio Nacional de Artes Plásticas

Su vida personal

Discografía

Filmografía

Fuentes