Ela O'Farrill
Ela O’ Farrill | |
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Datos generales | |
Nombre real: | Ela O’ Farrill |
Fecha de nacimiento: | 28 de febrero de 1930 Santa Clara, Cuba |
Fecha de fallecimiento: | 24 de octubre de 2014 México |
Ocupación: | compositora y guitarrista |
Ela O’ Farrill. Fue una compositora y guitarrista cubana.
Síntesis biográfica
Nace en Santa Clara el 28 de febrero de 1930. Estudió en la Escuela Normal de Maestros de su ciudad natal.
Se trasladó a la capital y tomó clases de música con el maestro César Portillo de la Luz, composición con Enrique Beliver y Vicente González-Rubiera.
Trabajó en el show Canciones en la Noche, en el Hotel Nacional, con Sonia Calero y un gran elenco; tambiénen el teatro Amadeo Roldán en el show “Los Autores y sus Intérpretes”; y en el Gato Tuerto, el nigthclub de moda en 1960.
Su música fue utilizada por el cineasta danés Theodor Christensen (1914-1967) para su documental Ella (Ellas en español), rodada en parte de la Escuela para Instructores de Arte de La Habana de 1963, y estrenada en Cuba en 1964. El documental, de 34 minutos de duración, trata sobre la incorporación de la mujer cubana a las milicias. Christensen es considerado uno de los pioneros del cine documental y en los años 60 en el ICAIC asesoró a cineastas en formación, como Nicolás Guillén Landrián. Su asistente en Ella fue Héctor Veitía, hoy director de cine, y el camarógrafo, Jorge Herrera, fallecido en Nicaragua en 1981 fue el director de fotografía, y el editor fue Roberto Bravo.
Fue su gran amiga Elena Burke, quien nació el mismo día que ella y falleció en el 2002. A ella le compuso especialmente “Señora sentimiento”. También dedicó a la gran cantante cubana Fredesvinda García Valdés la canción “La Freddy”, con motivo de su debut en el espectáculo del hotel Capri.
Salió al exilio en 1969 vía México donde se radicó. De ella escribió, la compositora Marta Valdés:
Antes de encaminarse definitivamente en el mundo de la música como compositora e intérprete, Ela O’Farrill se había desempeñado como maestra.
A partir de 1959, las canciones que Doris de la Torre o la pianista Numidia Vaillant habían sacado a relucir como cosa curiosa “de la muchacha de Santa Clara”, empezaron a sonar en la voz y la guitarra de su autora. Eran canciones perfectas y no tardaron en aparecer grabadas en las voces de quienes –todavía al inicio de sus luminosas trayectorias– andaban en busca de un repertorio firme y novedoso que los auxiliara en el empeño de perfilar sus estilos. Boleros como No tienes por qué criticar, Son cosas que pasan, Cuando pasas tú, Nada son mis brazos y Adiós, felicidad, de esta primera etapa, figuraron en el repertorio más sonado de los años sesenta, en voces como Elena Burke, Pacho Alonso, Fernando Álvarez, Oscar Martin o Bola de Nieve, quienes las llevaron al disco. La propia autora con su voz y su guitarra, al frente de un grupo de excelentes músicos, se encargó de dejar marcada la memoria de sus contemporáneos en la intensa vida nocturna de La Habana así como en la enorme y variada programación de recitales y conciertos que se ofrecían en los museos y salas de concierto de todo el país.
Su canción dedicada a la singular cantante Freddy, ha retornado al ambiente musical en un salto de medio siglo y adquiere un tono especial en la versión de la joven cantante Haila. Sara González, en el Volumen II de su serie discográfica Cantos de mujer, desempolva Nada son mis brazos; la española Martirio, en uno de sus discos más recientes, Primavera en Nueva York, en diálogo con un grupo de excelentes jazzistas, pone a prueba Son cosas que pasan. Omara Portuondo ha realizado una nueva versión de Adiós, felicidad, que incluye en su disco Gracias, merecedor, en el año 2009, del codiciado Premio Gramy Latino.