Diferencia entre revisiones de «Esclavitud en Cuba»

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Esclavos de Cuba. De África fueron traídos, secuestrados por traficantes europeos con la complicidad de reyezuelos africanos, cientos de miles de esclavos, que junto a los españoles, chinos y otras etnias, dieron origen a un pueblo nuevo: el cubano.

El primer permiso para introducir esclavos en Cuba

Fue en 1517, cuando el rey Carlos I de España firmó permiso para la introducción de esclavos africanos en las islas caribeñas, aunque desde hacía dos años las autoridades de Santiago de Cuba habían solicitado al monarca hispano el envío de doce negros desde la Isla La Española.

Es don Fernando Ortiz, quien afirma en su libro Los negros esclavos que hoy sabemos con certeza que en 1518 habían esclavos en Cuba, bien fuesen traídos cuando la introducción era libre o bien en virtud de las primeras licencias –lo que es más probable- con fecha anterior o bien porque los introdujeran algunos de los vecinos de Santiago de Cuba que en aquel año obtuvieron licencias para importarlos. Nos consta de manera indubitada que cuando Hernán Cortés partió de Cuba para la conquista de México, en 1518, llevó consigo algunos negros de esta isla, que utilizó junto con los indios para el arrastre de la artillería a través del suelo azteca.

Desde la conquista a la ocupación de La Habana por los ingleses

Esclavos trabajando en los cañaverales

Debido al poco desarrollo de la agricultura desde los años iniciales de Colonización hasta 1763, en que los ingleses ocuparon La Habana, en Cuba entraron solo unos 60 000 esclavos, mientras que desde esa fecha hasta la abolición de la esclavitud, en 1886, en poco más de cien años, entró casi un millón de africanos. En 1867 en Cuba existían 345 741 esclavos, 22 809 menos que en 1862; en 1877 la cifra alcanzó 150 566, lo que equivale a decir que en este último año habían disminuido aproximadamente a la mitad en relación con 1862.

Categorías de esclavos

En Cuba los esclavos se clasificaban en bozales o de nación, bozalones, ladinos, criollos, mulecones y muleques. Hubo también coartados y emancipados. Los bozales eran los nacidos en África que no hablaban español y bozalones los que resultaban muy torpes; a los niños adolescentes se les llamaba muleques y mulecones cunado pasaban de la adolescencia; los ladinos eran así designados cuando aprendían la lengua de sus amos; los nacidos en Cuba recibían el nombre de criollos y a los nietos se les llamaba rellollos. El coartado era el esclavo que poseía libertad parcial, con sus ahorros el coartado pagaba la propia libertad a su dueño. Emancipado era el negro que capturado por un barco inglés autorizado a entrar en Cuba y, puesto bajo la protección del capitán general, debía ser declarado libre después de varios años de trabajo forzado.

Etnias y procedencias de los esclavos

Vinieron Mandingas, Yolofes y Fulaces; Gangaes, Longobáes, Maní, Quisí, Minas, Lucumíes, Carabalíes, Suamos, Bibí, Brícamos, Congos, Motembos, Musundis, Mombasas, Sacuaes y de otras comarcas africanas directa ó indirectamente algunos.

Mestizaje, transculturación, sincretismo

La contribución de las naciones y tribus africanas en la formación de nuestro pueblo y de su cultura es decisiva. Congos, lucumíes o yorubas, mandingas, carabalíes y otros se mezclaron con el tronco formado por los pueblos ibéricos: castellanos, andaluces, gallegos, catalanes, vascos y otros, que a su vez se juntaron con la sangre taína y ciboney y después con yucatecos y chinos y otros tantos pueblos, el francés entre éstos, para formar el cubano. Los negros africanos contribuyeron a enriquecer la música nuestra, la poesía, el folklor; sus músculos fueron decisivos para convertir a Cuba en la azucarera del mundo, en hacer transitable toda su geografía, en levantar villas y ciudades. Su aporte a la gesta libertadora fue también decisiva. Al fundirse la sangre de negros y blancos surgió el mulato, el cubano lleva el color de la futura nacionalidad; de los ritmos hispánicos fundidos aquí con los de África emergió la música afrocubana; de la influencia recíproca de la literatura oral de los negros y de la literatura escrita de los blancos, brotó la poesía de Ballagas y Guillén; del choque de la religiones del Continente Negro con las creencias cristianas se sincretizaron los mitos y los ritos de unos y otros. El mestizo en lo recial; la transculturación en la música, la poesía, en el folklore y otros sectores de la vida cultural; el sincretismo en lo religioso; de la autodefensa común de la libertad, surgió la unidad popular para forjar una nueva nación: la cubana.

Auge azucarero

Un nuevo auge arrollador de la industria azucarera, tras la Revolución haitiana de fines del siglo XVIII, originó una verd

Ingenio donde los esclavos trabajaban largas horas

adera avalancha de esclavos africanos a Cuba, por lo que el gobierno colonial dió amplias facilidades para el comercio de hombres. El gobernador Luis de las Casas (1790-1796) fundó la “Compañía de Comercio Establecida para Consignaciones Pasivas de Negros Bozales.”

Embarque de esclavos

Horrores de la travesía de los esclavos

Barco en el que transportanban los esclavos

Los viajes de África a Cuba, de acuerdo con los vientos o la ausencia de éstos, demoraban en aquellos veleros cargados de piezas africanas, como se les llamaba, hasta ochenta días. Existen testimonios de los horrores del hacinamiento de las negradas en aquellas travesías: falta de aire, de comida, llenos de orines y excrementos, epidemias y todo género de sufrimientos. En otros casos, cuando se desataban epidemias o el barco podía ser capturado, simplemente echaban al agua a aquellos infelices para que murieran ahogados.

Llegada a Cuba

Cuando los negros llegaban a Cuba y los encerraban en los barracones, generalmente se les marcaba con un hierro candente para indicar el nombre de su nuevo dueño. Algunos africanos rebeldes se negaban a comer, y los traficantes les quemaban los labios con carbones ardientes.

Tachas de los esclavos. Cimarrones

Para la compra-venta de un esclavo se tenía en cuenta las tachas que poseían, según los amos, haberse quedado una noche fuera de la casa, tomar alguna peseta, ser respondón ratero, soberbio, jugador, cimarrón, borracho. Por lo que algunas de las tachas no eran más que las naturales rebeldías frente al abuso de los esclavistas. De las tachas de los esclavos ninguna tan severamente castigada como la de cimarrón, porque era la que más podía doler a la bolsa insaciable de su amo. Los castigos en exceso y el sentimiento innato de libertad en los seres humanos fueron las causas inmediatas de la fuga de los indios, negros, chinos, gallegos, canarios y otras etnias sometidas a la esclavitud o al colonato. Un esclavo debía trabajar diez horas diarias y en las zafras hasta diez y seis horas al día; le quedaban al negro esclavo seis horas para dormir y dos para descansar de día, pero estas medidas eran violentadas frecuentemente por los amos en su afán de obtener más ganancias a costa de la fuerza del trabajo de aquellos infelices.

La primera rebelión de esclavos

La primera rebelión de esclavos acaeció en 1533 cuando “el gobernador Manuel de Rijas pasó de Santiago de Cuba a Bayamo y de allí envió dos cuadrillas a las Minas de Jobabo en la provincia de Cueyba para someter cuatro negros que se habían alzado, los que pelearon hasta morir, y llevados sus cadáveres a la villa de Bayamo fueron descuartizados y puestas sus cabezas en sendos palos. ”

Amor a la libertad

Aporte fundamental de los africanos y sus hijos a la cultura nacional cubana fue su espíritu de rebeldía, su denodado amor a la libertad. Ellos fueron junto a los indios esclavizados los que constituyeron en montañas cuevas y ciénagas, los primeros baluartes contra la opresión colonialista y crearon las condiciones para la ulterior Guerra de Los Diez Años, donde los palenques afrocubanos se unieron al surgente Ejército Libertador.

La abolición de la esclavitud

El 27 de diciembre de 1868, Carlos Manuel De Céspedes, en su condición revolucionaria de Capitán General proclama: “La revolución de Cuba, al proclamar la independencia de la patria, ha proclamado con ella todas las libertades, y mal podría aceptar la grande inconsecuencia de limitar aquellas a una parte de la población del país. Cuba libre es incompatible con Cuba esclavista y la abolición de las Instituciones debe comprender y comprende por necesidad y por razón de la más alta justicia la de la esclavitud como la más inicua de todas.”

Fuentes

  • Antonio Nuñez Jimenez, Los esclavos Negros, Editorial Letras Cubanas.
  • Antonio Nuñez Jimenez, El pueblo Cubano, Editorial Letras Cubanas.
  • Instituto de Ciencias Históricas, La esclavitud en Cuba, Editorial Academia, 1986