Gertrudis Gómez de Avellaneda

Plantilla:Personaje artísticoEscritora Cubana del siglo XIX, hija de un oficial de la Marina española y de una camagüeyana. Antes de cumplir los nueve años «ya escribía apasionados versos», según declara en sus páginas autobiográficas. Pronto compuso novelas y dramas y se distinguió como actriz en funciones de aficionados. En su ciudad natal estudia francés y realiza abundantes lecturas, sobre todo de autores españoles y franceses. En abril de 1836 sale de Santiago de Cuba hacia Europa con su padrastro, también militar español, y su madre. Después de una corta estancia en Burdeos, reside un año en La Coruña y más tarde en Sevilla, donde conoce a Ignacio Cepeda, con el que tiene amores frustrados. Por esta época empieza a publicar en revistas y periódicos, estrena su primer drama (Leoncia, 1840) y es acogida por los liceos de Sevilla, Málaga y Granada. Amiga ya de Lista, Gallego, Quintana, Espronceda, Zorrilla, Bretón, Hartzentbusch, el Duque de Frías, se traslada a Madrid, en cuyo Liceo es recibida como Socia de Literatura. Probablemente hacia 1844 comenzaron sus amores con el poeta Gabriel García Tassara, de los cuales es fruto una hija, que muere a los pocos meses de nacida (1845). En junio del mismo año obtiene los dos premios (uno utilizando como seudónimo el nombre de su hermano, Felipe de Escalada) en un certamen poético organizado por el Liceo. Al año siguiente contrae matrimonio con Pedro Sabater, que muere en Burdeos apenas tres meses después.

Tras un retiro conventual, la Avellaneda vuelve a Madrid y despliega una intensa actividad intelectual; entre 1846 y 1858 estrena en teatros de Madrid, a veces con gran éxito, no menos de trece obras dramáticas, entre ellas Hortensia (1850), Los puntapiés (1851) y La sonámbula (1854), no impresas y actualmente perdidas. Hacia 1853 intenta ingresar en la Academia Española, pero le es denegada la solicitud por ser mujer. Por esa época rompe definitivamente con Cepeda. Dos años después se casa con el coronel Domingo Verdugo, conocida figura política, que en 1858 es víctima de un atentado: en la convalecencia de las heridas recibidas, viaja con su esposa por distintos lugares de Francia y España y posteriormente es designado para un cargo oficial en Cuba, por lo que la Avellaneda regresa a su isla natal en noviembre de 1859.

Aquí se le tributa un homenaje nacional en el teatro Tacón de La Habana el 27 de enero de 1860, en el que fue coronada con laureles por la poetisa Luisa Pérez de Zambrana, considerándosele así como la poetiza más excelsa del nuevo mundo.

La Avellaneda dirige en La Habana la revista Álbum cubano de lo bueno y de lo bello (1860) y, en unión de su esposo, realiza un recorrido triunfal por varias ciudades de la isla, incluyendo Puerto Príncipe, en donde es también homenajeada. Posteriormente al fallecimiento de su esposo parte la Avellaneda con su hermano Manuel hacia Estados Unidos, pasa por Londres y París y regresa por fin a Madrid en 1864.
Durante los cuatro años siguientes reside en Sevilla. Entre 1869 y 1871 se dedica a cuidar la edición revisada de sus Obras literarias.

Entre las publicaciones periódicas en las que colaboró durante su vida están: El Cisne (Sevilla, 1838), La Alhambra (Granada, 1839), La Aureola (Cádiz, 1839), El Recreo Compostelano (Santiago de Compostela); Álbum Literario Español, El Laberinto, Álbum del Bello Sexo; o, Las mujeres pintadas por sí mismas, Revista de Madrid, El Globo, Semanario Pintoresco, El Heraldo, Revista Literaria de «El Español», La América, El Correo de la Moda (Madrid); Faro Industrial de La Habana, El Liceo de La Habana, Cuba Literaria, Diario de la Marina, La Idea, El Trabajo, El Siglo (La Habana); Gaceta de Puerto Príncipe. Prologó el Viaje a la Habana (1844), de la Condesa de Merlín, dos novelas de Teodoro Guerrero (1857, 1864) y el tomo de Poesías (1860) de Luisa Pérez de Zambrana. Tradujo poemas del francés. De las traducciones de su obra pueden citarse dos ediciones en inglés de su drama Baltasar (New York, 1908, y London, 1914), la traducción, también al inglés, de Guatimozín, último emperador de Méjico (México, 1898) y de las cartas de amor (La Habana, c. 1956.) Utilizó el seudónimo de La peregrina.

En junio de 1845 obtiene los dos premios (uno utilizando como seudónimo el nombre de su hermano, Felipe de Escalada) en un certamen poético organizado por el Liceo.

No sólo en sus poemas líricos y dramáticos hizo la Avellaneda frecuentes referencias a su amor a la libertad y a la justicia, y a su repulsa a la tiranía, sino también en prosa.

¡Adiós, patria feliz, edén querido!
Doquier el hado en su furor me (impela,
tu dulce nombre halagará mi (oído...
o bien:
¡Perla del mar! Cuba hermosa...
Salud, oh, tierra bendita,
tranquilo edén de mi infancia!...
Salud, salud nobles hijos
de aquesta mi dulce patria, etc;...


Gertrudis Gómez de Avellaneda sentía gran pasión hacia España, pero jamás habló de España como patria con el fervor que impartió a sus palabras al llamar "patria feliz, edén querido" a Cuba.