Islamismo

Islam
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Fundador:Mahoma
Número de seguidores:1.000 millones
Texto sagrado:Corán
Lengua Litúrgica:árabe
Corrientes:sunitas y chiitas
Religiones relacionadas:Cristianismo y Judaísmo

El Islam es una de las religiones con mayor número de fieles en la actualidad: aproximadamente 1.000 millones en todo el mundo. Se extiende por sobre todo Oriente Medio, el sureste de Asia y todo el norte de África.

La palabra Islam procede de la lengua árabe y significa sumisión u obediencia a Dios. Sus creyentes son los musulmanes, palabra que significa los que siguen el Islam. El fundador del Islam fue un profeta llamado Mahoma. Por eso, a los musulmanes se les llama a veces mahometanos.

El Islam se divide en dos ramas fundamentales: los sunitas (que siguen la línea directa de Mahoma) y los chiitas (descendientes de Alí,primo y yerno de Mahoma). Los sunitas constituyen la inmensa mayoría de los musulmanes (en torno al 90%). Hay otros grupos, pero tienen pocos seguidores: jarichitas, imamíes, drusos, alauita etc.

Principales Creencias del Islam

En el Islam existen cinco artículos de fe. La creencia firme en ellos permite a hombres y mujeres pertenecer a la comunidad del Islam. Un buen musulmán ha de tener:

  • Fe en Alá, como el único dios. La profesión de fe del Islam dice: No hay más dios que Alá.
  • Fe, asimismo, en los ángeles de Dios.
  • Fe en los libros sagrados, especialmente en el Corán.
  • Fe en los profetas, especialmente en el profeta Mahoma.
  • Fe en la vida después de la muerte ( el día del Juicio final).

Efectivamente, el Islam predica la fe en la vida después de la muerte. El musulmán cree en la resurrección y en el juicio final, en el que se repasarán todas las acciones buenas y malas del ser humano. Alá decidirá, entonces, el premio o el castigo eternos para cada uno.

Por otra parte, para el musulmán existen cinco deberes fundamentales, los llamados pilares del Islam, que son los siguientes:

  • La sumisión a Alá como dios único.
  • La oración. El musulmán debe rezar cinco veces al día, en unos momentos precisos, e inclinado hacia La Meca: al amanecer, al mediodía, por la tarde, a la puesta del Sol y al anochecer. Además, antes de rezar, ha de lavarse especialmente la cara, los pies y las manos, porque eso significa que se presenta puro para rezar.
  • La limosna. Los musulmanes que tienen una cierta posición económica han de dar limosna a los pobres o necesitados.
  • El ayuno. Hay que ayunar de día, mientras haya Sol, durante un mes seguido, que se llama Ramadán. Mientras es de día, no se puede comer ni beber nada.
  • Si tiene medios económicos, el musulmán debe peregrinar una vez en su vida a La Meca, durante unos días precisos del año.

Costumbres Islámicas

Además de los preceptos o leyes anteriores, los musulmanes siguen unas costumbres propias. Por ejemplo, cuando nacen, se les recitan unos versos al oído para ahuyentar los malos espíritus; además, a los seis días, a los niños se les hace la circuncisión (una sencilla operación que consiste en quitar un pequeño trozo de piel del pene), como a los judíos.

El musulmán no puede comer carne de cerdo ni tampoco puede beber vino o cerveza ni probar el alcohol.

El libro donde se recogen estos y otros preceptos es el Corán, que contiene todas las normas religiosas, morales y legales básicas del Islam.

Calendario

El calendario islámico comienza con la Hégira, es decir, la emigración de Mahoma de La Meca a Medina. Ese año equivale al 622 del calendario gregoriano. Los años del calendario lunisolar pueden tener 354 ó 355 días. Por eso, para establecer un año islámico, no basta con restar 622 años al calendario gregoriano. Los días festivos islámicos, basados en el calendario lunisolar, se celebrarían en distintas fechas cada año si los lleváramos al calendario gregoriano.

Celebraciones y Fiestas

El viernes es el día en que los musulmanes celebran su fiesta semanal, como el domingo lo es para los cristianos, y el sábado, para los judíos. En ese día, el almuecín o almuédano llama a los creyentes para que acudan a la mezquita y recen con sus compañeros, separados los hombres de las mujeres.

En los países donde no hay mezquitas, los musulmanes pueden ir a oratorios, que son lugares preparados para orar. Incluso pueden hacer la oración en el campo, mirando en dirección a La Meca.

Además del viernes, los musulmanes recuerdan la vida de Mahoma y sus hechos más importantes en una serie de fiestas. Los musulmanes tienen dos festividades: Eid al-Fitr ( ‘banquete de caridad’) y Eid al-Adha ( ‘celebración del sacrificio’), otros agregan el día viernes.

  • Eid al-Fitr: significa el fin del Ramadán (el mes de ayuna). La noche anterior al primer día de esta fiesta también se considera particularmente auspiciosa. Por la mañana temprano, la comunidad en conjunto realiza diferentes oraciones y celebra un desayuno que marca el fin del ayuno del mes más importante para el mundo musulmán.
  • Eid al Adha: es representada por los musulmanes de todo el mundo con la ofrenda de un sacrificio animal (comúnmente una vaca o un cordero) como una acción de gratitud para Dios por salvar la vida del hijo del profeta Abraham. Con esta festividad, los musulmanes recuerdan que el islam significa sumisión, ya que nadie mostró mejor su sumisión a Dios que Abraham (en árabe: إبراهيم Ibrahim), quien estuvo dispuesto a sacrificar a su propio hijo como prueba de su lealtad a Dios.

Estas dos festividades las celebran los creyentes visitando los hogares y comiendo los platos especiales cocinados para esta ocasión. Todos se sientan juntos. Por tradición los niños reciben regalos, las gratificaciones y los dulces entregados por sus seres queridos como símbolo de amor. La forma de desear una feliz fiesta es pronunciando las palabras: ¡Eid Mubarak!

Influencia islámica en la cultura cubana de origen africano

Varios hallazgos y pistas conllevan a visibilizar un componente islámico en la conformación de la nacionalidad cubana, que fue aportado por esclavos africanos traídos a Cuba desde el noroeste de la actual Nigeria donde se asentaba la etnia yoruba.

A lo largo de toda la historia de la etnología cubana escasos han sido los investigadores que han destacado, de una manera u otra, la impronta del componente islámico en la conformación de la nacionalidad cubana.

Las publicaciones sobre ese tema se han limitado a resaltar las migraciones hacia Cuba de los dadanos árabes, libaneses y sirios principalmente, que lograron construir una comunidad que todavía trabaja por la conservación de sus tradiciones.

Sin embargo, nuevos hallazgos han confirmado que el Islam llegó a Cuba mucho antes, de la mano de esclavos africanos arrancados del noroeste de la actual Nigeria y, posiblemente, como un sustrato de aquella cultura yoruba que, desde esa época, se estableció entre sus descendientes y hoy constituye uno de sus mayores patrimonios.

  • Historia:

La historia y la cultura de los diversos pueblos que ocupaban las tierras africanas cambió a partir del siglo vii d. n. e. cuando los árabes penetraron por el norte del continente y ocuparon la región conocida como Magreb (en árabe, al-Yazirat al-Maghrib, “la tierra de ocaso del Sol”, “la tierra del Oeste”, “la tierra de Poniente”), que incluye a los actuales países de Marruecos, Argelia, Libia, Egipto, el Sahara Occidental y el norte de Mauritania, Malí, Níger, Chad y Sudán.

La política de proselitismo religioso que caracterizó a los califas en sus conquistas por el Islam extendió la nueva fe hacia el sur con varias estrategias que iban desde la guerra hasta los misioneros, muchas veces personificados en mercaderes. De esta manera, por la vía del comercio, llegó el Corán al norte de Nigeria, el país en que se establecieron los yorubas, la etnia a la que pertenecía una parte importante de los esclavos traídos a Cuba en el siglo xix. Al decir del intelectual nigeriano Según Bamigbetan Baju: ¨¨La introducción de la religión islámica en Nigeria estuvo precedida por anteriores contactos con el mundo exterior, procedentes del norte y el noroeste de África. Los contactos fueron el resultado de una gradual migración procedente del norte hacia el área nigeriana, en busca de un clima más favorable, alejado del desierto del Sahara. Otros contactos más significativos y permanentes se establecieron entre Nigeria y África del Norte y el Oriente Medio, como resultado de la penetración del Islamismo a través del noroeste de Nigeria y de la gradual expansión del comercio transahariano.¨¨ Estos primeros contactos datan del siglo vii d. n. e., pero las conversiones a la nueva religión se hicieron notables hacia el xi d. n. e.2.

La bibliografía coincide en relacionar el Islamismo con el pueblo haussa (houssa), surgido gracias a la mezcla de poblaciones sudanesas con bereberes y árabes, y dedicado al comercio de oro, sal y esclavos. Este perfil comercial, al parecer, los vinculó con los pastores fulanis (o peules) provenientes del norte del actual Sudán, quienes ya habían abrazado la fe de Mahoma, a tal punto, que se convirtieron en los consejeros religiosos de los gobernantes haussa en lo relacionado con los horarios de las plegarias, la construcción de mezquitas, la jerarquización religiosa del ejército, la propagación de la fe, etcétera. El gobierno haussa se caracterizó por sus adelantos políticos. Baste señalar que sus dominios estaban divididos en ciudades-estado con un status muy parecido a las ciudades-estados griegas.

Según algunas referencias, los haussa no mostraron toda la convicción que merecía el Islam al mezclarlo con sus prácticas animistas autóctonas. En consecuencia, los fulani, más imbuidos, llevaron a cabo una yihad contra ellos. Se piensa que, por esa época, a fines del siglo xviii Osman dan Fodio, un fulani del estado haussa de Gobir, se rebeló contra el poder con una yihad basada en el paganismo de los haussa. Fue investido como Comandante de los Creyentes, así llamó a su ejército, y desató una gran invasión sobre los territorios vecinos. Ante cada conquista estableció un nuevo sistema de gobierno basado en emiratos que rendían tributo y vasallaje a Sokoto (Camerún-Macina), su capital, además de declarar al Islam como religión de Estado. Se reconoce que este ejército atacó la región septentrional de los yoruba y, después de sucesivas incursiones, logró por fin en 1832 disgregar definitivamente al Imperio de Oyó.

Esta relación entre las culturas receptoras y el Islam tuvo características especiales, pues en muchas regiones la fe islámica se estableció con todo su rigor, pero en otras se fundió con los ritos animistas, creando un universo religioso variopinto, cuyas referencias distintivas tendieron a difuminarse, conformando un todo homogéneo. Es posible que esas culturas africanas que llegaron a Cuba, a partir del desarraigo violento, hayan traído elementos religiosos islámicos muy fundidos en su patrística. Fenómeno reconocido por la doctora Luz María Martínez Montiel cuando afirma:

¨¨Con la islamización de los pueblos al sur del Sahara nace una etapa, en que un rasgo portador de nuevos valores culturales, no sólo se integra sino que se convierte en cultura de quienes lo reciben, y al transformarlo se africaniza. [Y más adelante subraya]: … con el proceso de islamización, los que llegaron aportaron un bagaje cultural que se sumaba a los pueblos receptores. Las nuevas culturas de esta parte del continente, son la resultante de ambos componentes.¨¨

Pistas de un fundamento árabe-islámico en la teogonía del panteón yoruba

La teogonía del panteón yoruba ofrece algunas pistas de lo que pudiera ser un sustrato árabe-islámico. En una novela del diplomático y politólogo cubano Ernesto Gómez Abascal titulada El enviado del Sultán, en la que se narra la visita a Cuba de un alto oficial turco a fines del siglo xix, el personaje principal, Amhed Pashá, se sorprende cuando escucha, en un fiesta de santo en Regla, a los practicantes saludarse con el clásico Asalamu Aleikum-Aleikum Asalam, algo que consideraba exclusivo de los musulmanes. Además, al escuchar el nombre de algunos de los orishas crece su sorpresa, pues Obatalá, para su árabe circunstancial, significa Obat-Alá (la enviada de Alá), Yemayá es Yem-a-aya, (Oh, agua), la palabra babalawo parece decir Bab-Alá-ijob (el que guarda la puerta de Alá).

Estos elementos, refiere este autor, surgieron en una conversación con un chofer musulmán, que tuvo asignado en uno de los países árabes en que estuvo destacado como embajador de Cuba.

Por otra parte algunos trabajos de importantes antropólogos y etnólogos cubanos han dejado testimonio de la presencia del islamismo en la cultura africana trasplantada a Cuba. Por ejemplo, además del patakí en el que se sitúa a Obatalá atravesando el desierto de norte a sur, de ahí su vestimenta blanca, Ortiz destaca en varias de sus obras las referencias que remiten a una influencia musulmana en la cultura africano-cubana. ¨¨Algunos brujos de los que siguen la regla de Obatalá, llaman Alá al “que todo lo puede”. La religión islamita marcó huellas indelebles en la teología de los negros de las regiones africanas, con las que mantiene secular contacto, cuando no logró atraerles del todo a sus dogmas. Bastantes esclavos musulmanes (mandingas, yolofes, fulás, macuás, etc.) entraron en Cuba, los cuales llaman probablemente Alá al dios Olorúñ de los yorubas; aparte de que (según Elisée Reclus: Nouvelle Géographie Universelle; la terre et les hommes, Paris, 1887-1894) Obatalá u Obbat-Allah -como él describe- significa “señor Alá”. Además, al islamismo pasaron grandes masas de yorubas (según Charles Henry Robinson: Le pays de Hacussa: kano, Paris, 1898.). ¨¨

Específicamente en su obra Los negros brujos (1906), Ortiz hace varias afirmaciones que respaldan la tesis de la convivencia del Islamismo con la cultura yoruba. Tanto en lo relacionado con las ondulaciones postero-pelvianas, provenientes de Egipto, como los amuletos “brujos” con grafías árabes, los métodos de adivinación a partir de tableros rociados con arena, hasta señalar a Agañdzú (el desierto) como abuelo de Shangó, por lo que es posible apreciar las reminiscencias árabe-islámicas en el universo yoruba. No obstante, una de las referencias más recurrentes es asociar a los mandingas, otra de las etnias africanas, como los portadores del elemento árabe en varios aspectos de su cultura. Dice don Fernando: (…)¨¨ los mandingas, muy lujosos con sus anchos pantalones, chaquetillas cortas y turbantes de género de seda azul o rosa y bordeados de marabú. (…) [Y más adelante vuelve a decir]: Otras comparsas se llaman “Mandinga Moro Rojo” o “Mandinga Moro Azul”, títulos que nos recuerdan con exactitud el mahometanismo tan extendido entre los negros mandingas, y por otra parte, al especificar un color, tratan de revivir por un momento el simbolismo de los colores en África como distintivos propios de tal o cual tribu. Sin duda, al saber una de la otra, las comparsas mandingas moras buscaron algo que las diferenciara y escogieron el color, exactamente como lo hubieran hecho sus antepasados en África.¨¨

  • Hallazgo de la Casa de los Árabes apoya los criterios de Don Fernando Ortiz:
Casa de los arabes en Cuba

Aparte de estas referencias, el hallazgo por especialistas de la Casa de los Árabes, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, de un documento atesorado por el Archivo Nacional de Cuba, vino a apoyar los criterios de Ortiz sobre los mandingas y a respaldar la tesis de la estrecha convivencia del Islam con las culturas africanas en Cuba.

Dicho documento es la transcripción de un interrogatorio practicado al anciano de 75 años Juan José Calbo en la Real Cárcel de la Ciudad de Matanzas el 19 de agosto de 1844, a cuatro meses del estallido y represión de la Conspiración de La Escalera. Calbo, de nación mandinga, comparece ante el oficial por habérsele ocupado un pliego de papeles escritos al uso de su tierra.7 Ante el interrogatorio el anciano responde: (…)¨¨o escrito contiene barias oraciones que hacía el [ininteligible] a la hora de acostarse, a la de levantarse, a la de salir el sol, a las de comer y a las de ir al trabajo, no pudiendo hacer explicaciones más extensas porque no sabe traducir; pero sí asegura que las mencionadas oraciones eran dirigidas al Ser Supremo para darle gracias y pedirle Mercedes.¨¨

La copia de los rezos ocupados al señor Calbo fueron escritos en caracteres árabes.

  • Significación:

Hallazgos como los referidos, unidos a estudios más profundos de las expansiones musulmanas en África, los contactos y préstamos lingüísticos entre el árabe y las lenguas yorubas, los paralelismos de las concepciones teológicas entre uno y otro sistema religioso, además de verificaciones geográficas para hallar los vínculos comerciales en la era precolonial y otras indagaciones colocarán, por fin, a la cultura árabe-islámica en el lugar que merece en el universo tributario que conformó ese ajiaco orticiano que es la cultura cubana de origen africano.

Véase también

Fuentes

Bibliografía

  • Colectivo de autores: Historia de África, Universidad de La Habana, 1979