Javier Sotomayor

Revisión del 11:11 26 sep 2011 de Yudejc (discusión | contribuciones) (Patrocinador del grupo Salda Mayor)
Javier Sotomayor Sanabria
Información sobre la plantilla
Sotomayor1.jpg
NombreJavier Sotomayor Sanabria
Nacimiento13 de octubre de 1967
Limonar, Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Otros nombres"Saltomayor", "Príncipe del Limonar", "Rey de la alturas", "Saltanubes" o “Soto”
OcupaciónGloria deportiva cubana (Atletismo)
PremiosPríncipe de Asturias
Resultados deportivos
Plusmarcas2,43 m, 2,44 m y 2,45 m.

Javier Sotomayor Sanabria. Especialista en salto de altura. Apodado como "Saltomayor", "Príncipe del Limonar", "Rey de la alturas", "Saltanubes" o simplemente "Soto". Su extraordinario desempeño en los más importantes escenarios competitivos del orbe, sus récords y títulos, le erigen como el más grande saltador de altura de todos los tiempos.

En 1984 implantó récord nacional, con un salto de 2.33 metros. Siendo juvenil, en 1986 llegó a la élite del orbe con un récord mundial juvenil, 2.36. En 1988 impone récord mundial, con 2.43, en Salamanca, España. Igual marca, pero bajo techo, protagoniza en el mundial de Budapest, 1989, año en que también elevó la marca al aire libre a 2.44, en Puerto Rico. En 1993, otra vez en Salamanca sumó un centímetro más y llevó el récord universal a 2.45 metros[1].

Se encuentra casado con María del Carmen García (Subcampeona de salto de altura de los Panamericanos de La Habana'91 y tiene tres hijos. Ha obtenido numerosas distinciones por su incomparable trayectoria, entre los que cabe destacar el Premio Príncipe de Asturias del Deporte, que le fue concedido en 1992 en reconocimiento a sus valores humanos y deportivos, y trofeo "Deporte inspiración para la Juventud” otorgado en el 2011 por el Comité Olímpico Internacional (COI).

Síntesis biográfica

Nacido a las 10 am del 13 de octubre de 1967 en Limonar, Matanzas. Se inicia en el atletismo a edad muy temprana. Su tío, sin saberlo, le inclinó al deporte pues les regaló a sus padres un cronómetro y cada vez que Javier tenía que hacer un encargo, contaba cuánto tardaba en ir y venir, siempre trataba de bajar de su marca. Es la escuela practicaba muchos deportes: salto de altura, de longitud, carreras de 60 y 1000 metros y béisbol. Sus cualidades naturales para las pruebas de saltos le llevaron a optar por la modalidad de altura, donde pronto demostró lo acertado de su decisión: con apenas 15 años logró sobrepasar el listón sobre los dos metros. Sus aptitudes para esta modalidad le permitieron estudiar en la Escuela Superior de Perfeccionamiento Deportivo (ESPA) de La Habana.

Su ascenso fue meteórico, hasta el punto que se ganó el sobrenombre de Príncipe de las Alturas, pero algunos lo llaman Rey porque aún ningún atleta ha podido alcanzar o sobrepasar sus marcas. De ello se encargaron su primer entrenador, José Godoy, y posteriormente Guillermo de la Torre.

Una lesión al comienzo de la década de los noventa le obligó a abandonar temporalmente este deporte. Esto le permitió proseguir con sus estudios de Cultura Física. Ese año trajo una noticia triste para el campeón de Matanzas: el fallecimiento de su amigo y entrenador Godoy.

Le gusta la música y refiere tener buena disposición para seleccionar la que corresponde al momento preciso, adora el mar aunque confiesa no ser buen nadador, le gusta la comida criolla y es amante de la naturaleza. Posee tres damas importantes en su vida: su abuela, madre y esposa, han sido su constante motivación, brindándole apoyo en sus horas triste y han disfrutado de sus triunfos aún encontrándose lejos.

Trayectoria deportiva

El 4 de marzo de 1978, cuando contaba con 10 años, Carmelo Benítez, un captador de talentos de la base, se presentó en su escuela primaría “Antonio Maceo” para realizar pruebas selectivas, fue colocado frente a la varilla la cual saltó limpiamente y fue elegido. Sin embargo su aspiración era ser corredor como Alberto Juantorena, su ídolo, por su doble hazaña en los Juegos Olímpicos de Montreal '76. Pero Carmelo le convenció para que se dedicase al salto de altura.

Posteriormente fue seleccionado para la Escuela de Iniciación Deportiva de Matanzas. Allí tuvo como profesor a José Anacleto Espinosa, que nada más verle supo que en su interior había un campeón.

En 1982 entró en la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético, donde conoció a José Godoy Sánchez. De su mano llegó al equipo juvenil y ya en el superó a los adultos y pudo concretar el sueño de todos los atletas cubanos: primero conseguir el récord nacional absoluto de su especialidad con 2,33 m y después triunfar en las arenas internacionales.

En 1984 “el profe” Godoy como cariñosamente le decía, lo promovió para la preselección nacional, otro saltomayor en su vida como el mismo refiere.

Con 1.94 metros de talla y 81 kilogramos de peso, hizo sus pininos a los 13 años y solo llegó hasta 1.65 metros, pero con diez centímetros menos de estatura en ese entonces. Poco a poco el chico desarrolló sus condiciones atléticas, pues a los 15 años dejó abajo la vara colocada a dos metros.

Desde ese momento, y con la conducción del experimentado entrenador José Godoy, el cubano llamó la atención de rivales, especialistas y aficionados, quienes lo veían como un campeón.

A los 16 años había dejado de ser un desconocido saltarín y entrado en el círculo de los elegidos. Superó con 2,23 metros el tope nacional juvenil en Santiago de Cuba, lo mejoró luego en La Habana en cinco ocasiones, hasta llegar a 2,33 durante el Memorial “Lázaro Peña”.

A los 19 años rompió el récord del mundo juvenil con 2,25 metros durante el Campeonato universal para la categoría en Atenas 1986.

No participo en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988; sin embargo, esta situación no le impidió superar en ese año el récord del mundo con un salto de 2.43 metros, en Salamanca.

En 1992, durante la celebración de las Olimpiadas de Barcelona, consiguió la medalla de oro con un registro de 2,34 metros, discreto para su nivel, pero inalcanzable para el resto de los competidores.

Era el dueño de la especialidad, tenía una gran confianza en sí mismo, pues en sus presentaciones, cuando los rivales comenzaban a saltar sobre 2,25 m, él lo hacía sobre 2,28 y muchas veces sobre 2,30.

Después del fallecimiento de su querido profe, pasa a ser su entrenador Guillermo de la Torre, un gran técnico. La adaptación entre ambos en un comienzo no fue fácil pero al final congeniaron y tanto es así que el mismo Soto expresó “Y si bien es cierto que Godoy me llevó a la gloria, Guillermo ha conseguido mantenerme en ella”. Tras esfuerzos y recuperaciones de lesiones retoma su ritmo y vuelve a ser el mismo de antes y Guillermo es reconocido como el triunfante preparador que lo acompaña en los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe de México 1990 (oro), Juegos Panamericanos de La habana 1991 (oro), Campeonato Mundial de Tokio 1991 (plata), Campeonato Mundial bajo techo de Sevilla 1992 (oro), Juegos Olímpicos de Barcelona´92 (oro), entre otros tantos eventos donde mantuvo su calidad como saltador de alturas.

Resultados

Cronología de récords nacionales   

Campeonatos del Mundo 

  • Certámenes al aire libre:

Medalla de Oro: Stuttgart 1993 (2,40 m)
                        Atenas 1997 (2,37 m)
Medalla de Plata: Tokio 1991 (2,36 m)
                          Gotemburgo 1995 (2,37 m)

  • Certámenes bajo techo:

Medalla de Oro: Budapest 1989 (2,43 m)
                        Toronto 1993 (2,41 m)
                        Barcelona 1995 (2,38 m)
                        Maebashi 1999 (2,36 m)
                        Medalla de plata: París 1985 (2,30 m)
Medalla de Bronce: Sevilla 1991 (2,31 m).

Juegos Olímpicos

Medalla de Oro: Barcelona 1992 (2,34 m)
Medalla de Plata: Sydney 2000 (2,29 m)

Juegos Panamericanos

Medalla de Oro: Indianápolis 1987 (2,32 m)
                        La Habana 1991 (2,35 m)
                        Mar del Plata 1995 (2,40 m), este último salto récord continental

Juegos Centrocaribeños

Medalla de Oro: México 1990 (2,34 m)
                        Ponce 1993 (2,35 m)
                        Maracaibo 1998 (2,37 m), también marca del área en la última ocasión.

Desde que el estadounidense George Horine burló el listón en 2.00 metros exactos, en el Stanford Stadium de Palo Alto, Estados Unidos, el 18 de mayo de 1912, hasta que el soviético Rudolf Povarnitsin devino primer humano en conquistar el mítico muro de los 2.40 metros en Donyetsk, otrora la ex Unión Soviética, el 18 de agosto de 1985, transcurrieron 73 años.

Sin embargo, en las tres temporadas subsiguientes esa barrera creció igual cantidad de centímetros en las piernas de tres talentosos atletas: el ruso Igor Paklin (2.41), el sueco Patrick Sjoberg (2.42) y Javier Sotomayor, pero este último fue el único capaz de superarla en reiteradas ocasiones.

Plusmarcas

  • 2,43 m el 8 de septiembre de 1988 en Salamanca (España) y 2, 43 m el 4 de marzo de 1989 en Budapest, Hungría (vigente bajo techo)[2].
  • 2,44 m en el 25 de julio 1989 en San Juan Puerto Rico.
  • 2,45 m el 27 de julio de 1993 en Salamanca, España (vigente al aire libre).

El Soto ha impuesto en tres oportunidades nuevas marcas mundiales en el salto de altura, especialistas coinciden en afirmar que sus registros planetarios de 2,43 metros bajo techo y los 2,45 al aire libre del Rey de las alturas permanecerán incólumes durante algunos años más.

De los mejores registros en la historia del Salto de Altura, la mayoría pertenecen a Sotomayor, todos por encima de los 2,40 metros.

En la década de los noventa aparecen tres figuras cimeras de la historia del atletismo en Cuba, ellos son Ana Fidelia Quirot conocida como La Tormenta del Caribe, Iván Pedroso y Javier Sotomayor.

Condecoraciones

Fue seleccionado en varias ocasiones como el mejor atleta de Latinoamérica, recibió el premio Príncipe de Asturias de los deportes en 1993 y cinco veces el de la Agencia de noticias Prensa Latina. Ganó todos los premios otorgados por la Federación Internacional de Atletismo Amateur y fue registrado el 20 de octubre del 2008 en el Salón de la Fama del Atletismo de Centroamérica y el Caribe.

El 1 de junio de 2011, el Comité Olímpico Cubano (COC) le entrega el trofeo “Deporte inspiración para la Juventud”[3], que otorga el Comité Olímpico Internacional.

"Siento una gran satisfacción y orgullo que el COI me tome como ejemplo para la juventud"
Javier Sotomayor

Récords Imbatibles

Pocas son las modalidades del campo y pista cuyos récords mundiales al aire libre y bajo techo se encuentran en poder de un mismo atleta, como es el caso de Sotomayor, rey del salto alto. Sus marcas imbatibles de 2,45 m al aire libre y los 2,43 m bajo techo, lo establece como el Rey de las alturas.

Ha sido el único saltador capaz de sobrepasar la varilla sobre los 2,43 m, precisamente la marca con la cual asumió el liderazgo universal.

Además de Sotomayor y Sjoberg, únicamente otros cinco atletas rebasaron el listón situado a 2,40 m o más.

Fueron ellos el kirguiz Igor Paklin (2,41 m en 1985), el ucraniano Rudolf Povarnitsyn (2,40 m en 1985), el rumano Sorin Matei (2,40 m en 1990), el estadounidense Charles Austin (2,40 en 1991) y el ruso Vyacheslav Voronin (2, 40 m en 2000).

Los dos primeros, compitiendo entonces por la ex Unión Soviética, impusieron en ese momento récord del planeta, que en el caso de Povarnitsyn rompió la marca de 2,39 m, impuesta en 1984 por el chino Zhu Jianhua.

El estadounidense Conway también alcanzó los 2,39 m tuvo mejor desempeño en pista cubierta al igual que los alemanes Tranhardt y Mogenburg, pero el resto de los primeros del ranking mundial histórico han quedado en 2,38 m o menos.

Incluso tras los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 sólo tres atletas han conquistado esa altura, distante siete centímetros del récord de Sotomayor: el surafricano Jacques Freitag y el ucraniano Andrey Sokolovsky, ambos en 2005, así como el ruso Andrey Silnov, el 25 de julio de 2008.

Personaje que nunca olvida, José Godoy Sánchez

Explorar0002.jpg

José Godoy fue uno de esos sabios genuinos que, sin alcanzar títulos ni doctorados, conocen por intuición y cultivan con su experiencia autodidacta. Le inculco disciplina, seriedad y consagración, en él encontró a un padre, a un amigo mayor, le inspiró confianza y seguridad. Predecía sus buenos resultados y corregía sus defectos y con severidad paternal le hizo entender que el salto empieza por una carrera y no concluye hasta que se despide saludando a su público.

Era severo, pero siempre lo respetó, aprendió a descifrar su mirada y con solo mirar hacia donde “el profe” se encontraba se sentía seguro. Después de cada salto realizado y aunque hubiese ganado y hasta implantado un récords analizaban juntos el desempeño técnico, la realización de la táctica indicada, el estado de ánimo y la actuación de los principales rivales.

Reconoce la importancia de Godoy en su vida y sobre su “viejo” entrenador y amigo ha referido:

“Cuando miro mi pasado, sé que con Godoy mi vida dio un vuelco descomunal. El viejo no solo me enseñó a analizarme, sino me hizo consciente, desde el principio, de la necesidad de atender a las estadísticas y de que debía luchar por ser un fuera de serie. En cierta ocasión me dijo:
- Has logrado las mejores marcas del mundo en varias edades, 14, 15, 16… hasta 19 años. Tu salto en Santiago de Cuba, de 2,36, es el récord juvenil del planeta.
Y mirándome a los ojos me preguntó: ¿Podrás superarte a ti mismo?

Al morir mi querido maestro en enero de 1990, fue que valoré con repentina madurez, cuánto representaba para mi. Ese día me juré a mí mismo, tragándome las lágrimas que conquistaría el título olímpico que él tanto añoraba para mí. En Barcelona`92, mientras la multitud me aclamaba, con sus gritos y aplausos, yo sentía al “Viejo” a mi lado, sonriente, callado, como siempre, porque nunca necesitó muchas palabras para hacerse comprender”.

Mis ojos se humedecieron como los del novato que gana su primera prueba. No era para menos: ¡Había cumplido mi secreta promesa!

Si me preguntarán quién es mi personaje inolvidable, diría sin vacilar: José Godoy Sánchez “.

Sancionado injustamente

Tras ser injustamente sancionado a dos años sin competir por habérsele detectado supuestamente consumo de cocaína durante un análisis antidoping que le realizaron en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999, la Federación Internacional de Atletismo le condonó la sanción y con apenas tres meses de entrenamiento se adjudicó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos en Sydney.

Allí consiguió un salto de 2,29 metros en prueba ganada por el ruso Serguei Kliugin (2.31), y con la cual cerró para él su ciclo competitivo, pues al año siguiente apenas tomó parte en algunas citas atléticas hasta abandonar definitivamente las pistas que lo llenaron de gloria por más de una década.

Patrocinador del grupo Salsa Mayor

Es amante de la música, por ello comparte el tiempo libre con el Grupo musical Salsa Mayor el cual patrocina y el asesoramiento a las nuevas figuras del salto alto en la isla, hasta que desde hace unos meses ocupa el cargo de delegado de la Comisión Nacional de Atletismo.

Referencias

  1. IAAF, récords mundiales por categorías. Consultado el 14 de septiembre de 2011.
  2. IAAF, récords mundiales bajo techo. Consultado el 14 de septiembre de 2011.
  3. El COI premia a Sotomayor. Disponible en:Cubadebate. Consultado el 3 de junio de 2011.

Fuentes