Leopoldo de Gregorio Esquilache

Marqués de Esquilache
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Diplomático y político español de origen italiano al servicio de la casa de Borbón.
Ministro de Carlos III
1759 - 1766
Datos Personales
NombreLeopoldo de Gregorio Esquilache
Nacimiento1700 ó 1708
Messina, Italia
Fallecimiento15 de septiembre de 1785
Venecia, Italia
OcupaciónDiplomático y político

Leopoldo de Gregorio Esquilache (Marqués de Esquilache). Creó la lotería y el montepío de viudas y huérfanos de militares; dictó las ordenanzas para el reemplazo militar; reguló el despacho con Roma; reorganizó los propios y arbitrios de los pueblos; modernizó la capital con un sistema de alumbrado nocturno de las calles, además de edificar la Casa de Postas y la Aduana.

Síntesis biográfica

Nace en Messina, entre 1700 ó 1708, (nordeste de Sicilia) en Italia. Miembro de una familia humilde, se inició como contable en la casa comercial Barretta, siendo designado como asentador de víveres del ejército napolitano en 1742. La eficacia demostrada por Leopoldo de Gregorio llegaría a oídos del rey Carlos que le nombró administrador general de las aduanas del reino de Nápoles, ascendiendo en 1753 a la Secretaría de Hacienda.

Sus servicios fueron recompensados con el título de Marqués de Squilace en 1755. Se ocupó de las Secretarías de Guerra y Marina, lo que motivó el descontento de un amplio grupo de cortesanos encabezado por el ministro Tanucci. Desde sus elevados cargos puso en marcha un importante plan de reformas financieras y militares.

Terminología

El nombre de Esquilache es la castellanización del italiano Squillace, municipio marítimo de la provincia de Catanzaro, en la italiana Calabria. Es la antigua Skyllition de la era helénica.

Marqués de Esquilache

Su eficacia en la gestión y su cercanía al reformismo ilustrado del monarca le hicieron ascender a puestos de mayor responsabilidad, siendo nombrado secretario de Hacienda, Guerra y Marina, el hombre más destacado de aquel equipo gubernamental, y también el más envidiado y odiado.

Fue Ministro de Carlos III en sus reinados en Nápoles y España. Era asentador de víveres del ejército cuando el rey Carlos VII (el futuro Carlos III de España) le confió la administración de las aduanas de Nápoles (1748).

Cuando el rey dejó Nápoles para ocupar el Trono de España (1759), se llevó con él a un equipo de colaboradores con Esquilache a la cabeza. Inmediatamente fue nombrado secretario de Estado de Hacienda. Acumuló un gran poder, lo cual, unido a su condición de extranjero y a las reformas que realizó, le granjeó muchos enemigos; pronto llovieron sobre Esquilache las acusaciones de corrupción, que nunca pudieron probarse.

Durante su estancia en el poder (1759-66) creó la lotería y el montepío de viudas y huérfanos de militares; dictó las ordenanzas para el reemplazo militar; reguló el despacho con Roma; reorganizó los propios y arbitrios de los pueblos; modernizó la capital con un sistema de alumbrado nocturno de las calles, además de edificar la Casa de Postas y la Aduana (sedes actuales de la Comunidad de Madrid y del Ministerio de Hacienda); limitó los privilegios del clero, exigiendo a la Iglesia el cumplimiento del Concordato y reduciendo su jurisdicción en beneficio del poder real, la edificación de suntuosos edificios, como la Casa de Correos (más tarde Ministerio de la Gobernación).

El motín

El motín de Esquilache

Insurrección madrileña del 23 al 26 de de 1766 los cuales dieron lugar a la salida de España de Esquilache, era propia del régimen despótico de la época.

Por una parte, la Corte vivía en un ambiente de opulencia ante una población que sufría carestías en los alimentos básicos. Por otra, nobles y eclesiásticos, en especial jesuitas afectados por las reformas, habían hecho causa común con el pueblo llano. Sea como fuere, conjura o no, el motín general en Madrid obligó al Rey a aceptar las condiciones más o menos impuestas: salida de Esquilache del gobierno y su marcha inmediata a Nápoles y reforma de todo el gabinete, desterrando de él a los miembros no españoles del mismo.

Otras peticiones no se atendieron: el precio de los productos alimenticios siguió alto, al no intervenirse en la política de abastos, y se mantuvo la Real Orden que regulaba las obligaciones sobre la vestimenta con capa corta. Poco después, Carlos III no dudaría tampoco en expulsar a los jesuitas.

Esquilache abandonó definitivamente España en abril de 1766 desde el puerto de Cartagena, con rumbo a Nápoles. El día 5 de abril del citado año, a punto de salir hacia Italia dejó escrito: «yo he limpiado Madrid, le he empedrado, he hecho paseos y otras obras... que merecería que me hiciesen una estatua, y en lugar de esto me ha tratado tan indignamente».

Con el fin de acabar con la impunidad de los criminales nocturnos en las ciudades, dictó un bando en 1766 que prohibía los tradicionales sombreros redondos y capas largas que usaban los embozados; aquel «atentado» a las costumbres españolas por parte de un extranjero fue el detonante de una insurrección popular contra el ministro conocida como el motín de Esquilache, que estalló simultáneamente en las principales ciudades del reino; en Madrid fue saqueada la propia casa de Esquilache.

Detrás del motín se hallaba la Compañía de Jesús, enemiga del regalismo monárquico y de las avanzadas reformas protagonizadas por el ministro, que organizó la conspiración sirviéndose del descontento popular ante la sucesión de malas cosechas, escasez y carestías desde 1762. De resultas del motín, el rey depuso a Esquilache de todos sus cargos y le envió a Italia, no sin antes compensarle con la concesión de rentas y honores. Se embarcó en Cartagena el 13 de abril de 1766 y permaneció durante seis años Sicilia, durante los cuales no cesó de recordar al rey sus servicios y reclamar su rehabilitación.

Se le concedió el nombramiento de embajador de España en Venecia, ciudad en la que permaneció hasta su muerte en 1785.

Muerte

Muere el 15 de septiembre de 1785 en Venecia, Italia.

Teatro y cine

Obra de teatro basada en el Marqués de Esquilache y el Motín, de Antonio Buero Vallejo “Un soñador para un pueblo”, (1958), y una adaptación al cine: Esquilache, con varias candidaturas a los Premios Goya (1989).

Bibliografía

  • Navarro Latorre, J. Estado actual de los problemas históricos del Motín de Esquilache. Madrid : Artes Gráficas Municipales. 1966.

Fuentes

  • Diccionario Enciclopédico Salvat Universal. España : Salvat Editores, S.A. 1981. Tomo 9. pág 146.
  • wikipedia.org