Motivación lingüística

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Motivación lingüística
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Concepto:La motivación de una palabra puede definirse como la asociación casual entre la envoltura fónica y el significado. . La motivación es una característica cualitativa y cuantitativa de la forma interna que es inherente a toda unidad léxica.

Motivación lingüística. Aspecto esencial en la teoría de de la nominación, pues constituye el elemento fundamental y de mayor peso en el acto nominativo, confundiéndose, a veces, con otro concepto estrechamente: la forma interna. Aunque la motivación no puede analizarse separadamente de la forma interna de la palabra, puesto que en las unidades léxicas transparentes ambas pueden correlacionarse, en la mayoría de los casos, no es posible establecer una total identificación entre ambos conceptos. Una gran parte de los signos de la lengua son totalmente convencionales, otros presentan rasgos que permiten definirlos como motivados.

Denominaciones

La diversidad de criterios acerca del contenido de la motivación, sus propiedades y características, se refleja en las distintas denominaciones que recibe: signo del significado, intelección de la forma interna, condicionamiento de las relaciones internas, objetivación léxica, significado derivativo, estructura etimológica de la palabra y otras.

Clasificación

De acuerdo con el grado de motivación, puede clasificarse en: 1. Motivación externa o absoluta Condicionada por la forma fónica, se observa en las interjecciones y en las palabras onomatopéyicas. 2. Motivación interna o relativa Está presente en las unidades léxicas cuyo significado se determina por asociaciones intralingüísticas. Puede ser:

  • Morfológica: Se observa en las palabras derivadas y compuestas; en ellas el significado se deduce claramente del significado de las partes constituyentes de la palabra.
  • Semántica: El significado se origina por una transferencia del sentido, esto es, por una reinterpretación semántica de la palabra.


Vínculo entre la motivación sistémica y la discursiva

En el acto nominativo el hablante elige un rasgo del denotado y de esta elección depende la designación que se dará al objeto. Como en el denotado están presentes diversos rasgos y relaciones, cualquiera de ellos puede servir de base para crear la forma interna del objeto; así, este puede recibir distintas denominaciones en el discurso, las cuales sin ser sinónimos en el plano de los significados, en el sistema, sí lo son en el plano de los denotados. Desde el punto de vista de la comunicación, este proceso está condicionado por el hecho de que cualquier rasgo del denotado puede ser relevante o no en dependencia de la situación comunicativa; por tanto, la motivación discursiva tiene un carácter conceptual, es referencial y valencial.

Sin embargo, hay que subrayar que esta motivación se vincula estrechamente a la sistémica, puesto que entre todos los rasgos del denotado uno de ellos puede ser el más regular y, en cierta medida, el determinante. Este rasgo obligatorio, siempre inmanente en la palabra, sirve de base para crear la forma interna del vocablo. Además, la motivación lingüística es propia de las palabras derivadas y de las combinaciones de palabras; es precisamente en estas últimas donde se observa más claramente el vínculo entre el sistema y el discurso.

Valor informativo de las unidades léxicas motivadas

Existen diferencias entre las unidades léxicas motivadas en lo que respecta al grado de información que trasmiten. Ello se debe al hecho de que, aunque los rasgos que sirven de base a la denominación pueden ser de diversa índole, no todos tienen igual valor desde el puno de vista de la información y de la conveniencia práctica. Por ello, en las ramas aplicadas de la lingüística, como la terminología, la formación de signos comerciales, la toponimia y otras se cuestiona la regularidad y el aspecto pragmático de la forma interna de las denominaciones.

El contenido informativo de las denominaciones depende enteramente de los rasgos seleccionados: las unidades léxicas individuadoras aportan más información que las .generalizadoras, las unidades compuestas más que las simples. Desde el punto de vista del contenido informativo que poseen las unidades léxicas motivadas, se puede establecer la siguiente gradación:

1. Denominaciones con bajo valor informativo Son las que designan los objetos mediante letras, cifras o símbolos especiales como las siglas y las denominaciones simbólicas en la esfera terminológica. Estos símbolos expresan determinados conceptos especiales y su particularidad consiste en su carácter marcadamente convencional como son las simbologías de la lógica matemática, la física, la química y otras ramas de la ciencia y la técnica (° = grado; = por ciento, y otros). Dichas denominaciones son precisas y prácticas, pero por su bajo valor informativo se asemejan a los nombres propios inmotivados.

2. Denominaciones con un grado intermedio de valor informativo Son las calificativas que se basan en rasgos externos. Su limitación radica en que no manifiestan la esencia del objeto y, por consiguiente, su significado no puede deducirse directamente de la forma lingüística.

3. Denominaciones con alto valor informativo Son unidades léxicas que designan el objeto sobre la base de su función, posición y fijación en el sistema de los objetos a partir de su contenido y no de la forma.

Las denominaciones del tercer grupo, a pesar de su alto grado de valor informativo, presentan dos inconvenientes: a) Puede suceder que el habIante al denominar un objeto no elija el rasgo que posee una gran fuerza diferenciadora, sino otro cuya capacidad distintiva sea muy débil. En ese caso, la denominación puede dificultar la comprensión, producir un malentendido, por ser imprecisa, oscura para el destinatario del mensaje; b) el objeto nombrado puede tener diferentes usos y, en determinadas situaciones, puede no corresponder a la nueva esencia del objeto y reflejarla inadecuadamente.

En ambos casos la denominación pierde parte de su contenido y de su motivación y se tiende, por lo general, a cambiarla por otra más formal o más transparente para los hablantes.

Fuente

Cárdenas Molina, Gisela (2006). Teoría de la nominación. En: Español para todos más temas y reflexiones. La Habana. Editorial Pueblo y Educación.