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Consecuente con esta tendencia, Estrada Palma publicó en el periódico Patria, el [[21 de diciembre]] de [[1898]], una circular donde expuso las razones por las que se disolvía el PRC. ''Nuestra obra ha terminado porque la Patria está redimida''. Este planteamiento se hizo 11 días después de haberse firmado entre [[España]] y [[Estados Unidos]] el [[Tratado de París]] ([[10 de diciembre]] de 1898), en el cual no se hacía referencia alguna a la independencia de Cuba y la isla antillana era tratada como botín de guerra.
  
Para algunos historiadores, tal actitud de don Tomas al disolver el PRC refleja su miopía política y su falta de fe en la capacidad del pueblo cubano. Subraya el investigador [[Ibrahim Hidalgo]]: {{Sistema:Cita|O no le interesaba participar en las actividades reivindicativas de su país de origen o conscientemente impidió la formación de una fuerza política organizada en Cuba.}}
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Para algunos historiadores, tal actitud de don Tomas al disolver el PRC refleja su miopía política y su falta de fe en la capacidad del pueblo cubano. Subraya el investigador [[Ibrahim Hidalgo]]<ref>[[Ibrahím Hidalgo]]: ''Cuba, 1895-1898. Contradicciones y disoluciones''.</ref>: {{Sistema:Cita|O no le interesaba participar en las actividades reivindicativas de su país de origen o conscientemente impidió la formación de una fuerza política organizada en Cuba.}}
  
 
La miopía política es contagiosa. Los distintos clubes revolucionarios y Cuerpos de Consejo acataron la decisión del Delegado. El [[30 de diciembre]], el Cuerpo de Consejo de [[Key West]] aceptó la disolución del PRC. Un día después, apareció el último número de ''Patria''.
 
La miopía política es contagiosa. Los distintos clubes revolucionarios y Cuerpos de Consejo acataron la decisión del Delegado. El [[30 de diciembre]], el Cuerpo de Consejo de [[Key West]] aceptó la disolución del PRC. Un día después, apareció el último número de ''Patria''.

Revisión del 21:15 21 feb 2011

Partido Revolucionario Cubano
Información sobre la plantilla
Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
PRC.jpg
Siglas o Acrónimo:PRC
Fundación:10 de abril de 1892
Disolución:30 de diciembre de 1898
Tipo de unidad:Política
Secretario/a General:José Martí
Ideología política:Independentista
País:Bandera de Cuba Cuba
Sede:Cayo Hueso

Partido Revolucionario Cubano organización política fundada por José Martí por la necesidad de crear un órgano o agrupación que le proporcionara una línea programática a la nueva guerra en preparación, y a la vez fungiera de dirección partiendo del análisis del proceso emancipador latinoamericano y el propio caso cubano, además de lo útil e impostergable que resultaba dar coherencia y unidad a los esfuerzos independentistas.

En el logro de ese empeño resultaba esencial incluir los intereses y características de los diferentes grupos de emigrados, así como de los diversos elementos integrantes de la sociedad cubana, a fin de crear, en un futuro, una república sin predominio de clase social alguna y de carácter popular.

La necesidad del Partido

Constituía una necesidad lograr la superación de las principales causas que mantenían desunido al patriotismo consecuente frente a sus enemigos. Era impostergable la creación de un espacio político en el que se juntaran cuantos estuvieran dispuestos a la acción revolucionaria, sin limitación alguna por el color de la piel, el sexo, la nacionalidad, la posición social, el grado de desarrollo de sus criterios sobre el ordenamiento social, la ubicación dentro o fuera de la patria, la participación o no en las anteriores contiendas.

Solo podría triunfar una organización capaz de obtener el consenso y el apoyo de las grandes mayorías y vencer los temores que inmovilizaban y las prevenciones que desviaban los esfuerzos.

A la vez, debían transformarse los métodos de dirección y superar las contradicciones principales entre: militares y civiles, cubanos radicados en la Isla y en el exilio, patriotas veteranos y de la nueva generación, ricos y pobres, patronos y obreros, habitantes de las provincias occidentales y orientales, cubanos y españoles, negros y blancos. Asimismo, se crearían las condiciones para la confluencia de las ideas que dirigirían la acción: "La unidad de pensamiento, que de ningún modo quiere decir la servidumbre de la opinión, es sin duda condición indispensable del éxito de todo programa político".

Para encauzar el pensamiento y la acción patrióticos, Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano (PRC), máxima expresión de su genio político, en el que demostró su capacidad para aunar al pueblo y dirigirlo hacia el logro de sus más altos propósitos.

Bases del PRC

El 15 de enero de 1892 José Martí, redactó las Bases del Partido Revolucionario Cubano, aprobadas y proclamadas por las emigraciones cubanas y puertorriqueñas el 10 de abril de ese mismo año. A continuación se reproduce un fragmento del artículo cuarto de las citadas bases:
El Partido Revolucionario Cubano no se propone perpetuar en la República Cubana, con formas nuevas o con alteraciones más aparentes que esenciales, el espíritu autoritario y la composición burocrática de la colonia, sino fundar en el ejercicio franco y cordial de las capacidades legítimas del hombre, un pueblo nuevo y de sincera democracia, capaz de vencer, por el orden del trabajo real y el equilibrio de las fuerzas sociales, los peligros de la libertad repentina en una sociedad compuesta para la esclavitud.

Historia

Fundación

El Partido Revolucionario Cubano se constituyó oficialmente el 10 de abril de 1892. Así concluyó el proceso que había comenzado algo más de tres meses antes cuando se habían aprobado las bases y estatutos secretos de la organización, en Cayo Hueso.

Entre sus objetivos principales estaba organizar, dirigir y llevar a cabo lo que Martí calificara como la Guerra Necesaria.

Una semana antes de la constitución oficial del partido, Martí se refería en el Periódico "Patria" a las características de la organización que ya se gestaba: "Él es, de espontáneo nacimiento, la grande obra pública. Es, sin más mano personal que la que echa el hierro hirviente al molde, la revelación de cuanto tiene de sagaz y generosa el alma cubana".

También trató acerca de la significación que debía tener el partido:
Y lo primero que se ha de decir, es que los cubanos independientes y los puertorriqueños que se les hermanan, abominarían de la palabra de partido si significase mero bando o secta, o reducto donde unos criollos se defendiesen de otros: y a la palabra partido se amparan, para decir que se unen en esfuerzo ordenado, con disciplina franca y fin común, los cubanos que han entendido ya que, para vencer a un adversario desecho, lo único que necesitan es unirse.

Labor unificadora

El Partido Revolucionario Cubano no era una agrupación tradicional más, sino era una organización político-militar pluriclasista
Varios meses después de haberse constituido el Partido, José Martí volvió a escribir en el Periódico Patria, esta vez el 25 de junio de 1892, acerca de la organización y cómo había sido su nacimiento:
Los partidos políticos que han de durar; los partidos que arrancan de la conciencia pública; los partidos que vienen a ser el molde visible del alma de un pueblo, y su brazo y su voz; los partidos que no tienen por objeto el beneficio de un hombre interesado, o de un grupo de hombres, -no se han de organizar con la prisa indigna y artificiosa del interés personal, sino, como se organiza el Partido Revolucionario Cubano, con el desahogo y espontaneidad de la opinión libre". Y agregó al detallar el proceso previo que culminó con la creación del Partido Revolucionario Cubano: "A veces, esperar es morir. A veces, esperar es vencer. Y esto ha sucedido en el Partido Revolucionario Cubano.

Se esperó, donde la espera parecía conveniente a la dignidad y firmeza de la organización, a la opinión de desinterés absoluto y naturaleza popular que merece por sus métodos y fines el partido; y la espera ha sido la victoria. Con un gran sentido de la responsabilidad y con infinita modestia, José Martí aceptó y asumió las funciones de Delegado del Partido Revolucionario Cubano.

El 8 de abril de 1892, dos días antes de constituirse oficialmente la organización, el Consejo de Presidentes y Delegados de Club, presidido por José Dolores Poyo, confirmó la elección de Martí como delegado, y de Benjamín Guerra como tesorero.

El 9 de mayo de 1892, en una comunicación a los presidentes de los Cuerpos de Consejo de Key West, Tampa y Nueva York, José Martí expresó lo que significaba para él esa responsabilidad:
Y la obedezco y cumpliré con los deberes que me impone, seguro, y por esto sólo orgulloso, de que en el descargo de ellos nada podré hacer que supere el patriotismo previsor, sagaz y abnegado de los que me eligen.
Seguidamente manifestó su visión acerca del papel que le correspondería al frente del Partido Revolucionario Cubano:
El mayor mérito propio pesa como una vergüenza sobre el hombre, cuando descubre por el contraste, la escasez del mismo mérito en su pueblo; y la abundancia de virtud pública llena de fuerza y autoridad al encargo de representarla.

Yo proclamo, señor presidente, con el derecho que me da el conocimiento íntimo de la labor de creación del Partido Revolucionario, que el pueblo cubano emigrado acaba de demostrar en un caso propicio para el entusiasmo insensato o para los consejos suicidas del recelo, aquella grandeza del pensamiento sobrio, aquel ejercicio caritativo y vigilante del derecho individual, aquel respetuoso miramiento a los derechos presentes y futuros de la porción de la patria privada, y aquella confianza y desistimiento que parece ser condiciones esenciales de la permanencia y beneficio del poder periódico en las repúblicas.

Martí se refirió además a las virtudes de su pueblo, y más adelante trató acerca de las funciones específicas del delegado del Partido Revolucionario Cubano sobre las cuales aseveró que no eran mera fantasmagoría y creación del papel, o corona hipócrita y visible de un edificio político artificial. Precisó que el Partido Revolucionario Cubano constituía la ordenación final, y ya en grado de acción, de los esfuerzos continuos de los emigrados de Cuba por tener a la patria en condiciones de vida digna y próspera, y por tales motivos proclamó que aceptaba orgulloso, como si sintiera la consagración sobre mi frente, el oficio de delegado con que mi pueblo libre me honra.

El 13 de mayo de 1892, en otra comunicación a los presidentes de los clubes del Partido Revolucionario Cubano, en el Cuerpo de Consejo de Key West, volvió a hacer referencia a la trascendencia y significado que le concedía a esa responsabilidad:
En mis manos ya el reconocimiento definitivo de la elección de delegado del Partido Revolucionario Cubano con que mis compatriotas ponen a prueba mi anhelo de servirlos.

Así trabajó José Martí y en forma tesonera cumplió sus obligaciones como delegado del Partido Revolucionario Cubano, cargo para el cual sería reelegido en años posteriores.

Disolución

Desde que Tomás Estrada Palma asumiera la jefatura del PRC, a la muerte de Martí, la organización fundada por el Apóstol había dejado de ser aquel instrumento formidable de sus comienzos, concebido para unir y disponer para la acción a los patriotas cubanos e impedir que se desvíen de la obra común los elementos revolucionarios. Estrada Palma convirtió al Partido en un recaudador de fondos en vez de servir de guía a los revolucionarios que combatían en Cuba contra el colonialismo español.

Consecuente con esta tendencia, Estrada Palma publicó en el periódico Patria, el 21 de diciembre de 1898, una circular donde expuso las razones por las que se disolvía el PRC. Nuestra obra ha terminado porque la Patria está redimida. Este planteamiento se hizo 11 días después de haberse firmado entre España y Estados Unidos el Tratado de París (10 de diciembre de 1898), en el cual no se hacía referencia alguna a la independencia de Cuba y la isla antillana era tratada como botín de guerra.

Para algunos historiadores, tal actitud de don Tomas al disolver el PRC refleja su miopía política y su falta de fe en la capacidad del pueblo cubano. Subraya el investigador Ibrahim Hidalgo[1]:
O no le interesaba participar en las actividades reivindicativas de su país de origen o conscientemente impidió la formación de una fuerza política organizada en Cuba.

La miopía política es contagiosa. Los distintos clubes revolucionarios y Cuerpos de Consejo acataron la decisión del Delegado. El 30 de diciembre, el Cuerpo de Consejo de Key West aceptó la disolución del PRC. Un día después, apareció el último número de Patria.

Referencias

  1. Ibrahím Hidalgo: Cuba, 1895-1898. Contradicciones y disoluciones.
  • Rolando Rodríguez: La forja de una nación. Tomo I, II y III. 2005.
  • Rolando Rodríguez: Las máscaras y las sombras.
  • La neocolonia, organización y crisis, del Instituto de Historia de Cuba; y el Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba, del Centro de Estudios Militares de las FAR.

Fuentes