Partido Revolucionario Cubano
|
Partido Revolucionario Cubano organización política fundada por José Martí por la necesidad de crear un órgano o agrupación que le proporcionara una línea programática a la nueva guerra en preparación, y a la vez fungiera de dirección partiendo del análisis del proceso emancipador latinoamericano y el propio caso cubano, además de lo útil e impostergable que resultaba dar coherencia y unidad a los esfuerzos independentistas.
En el logro de ese empeño resultaba esencial incluir los intereses y características de los diferentes grupos de emigrados, así como de los diversos elementos integrantes de la sociedad cubana, a fin de crear, en un futuro, una república sin predominio de clase social alguna y de carácter popular.
Sumario
La necesidad del Partido
Constituía una necesidad lograr la superación de las principales causas que mantenían desunido al patriotismo consecuente frente a sus enemigos. Era impostergable la creación de un espacio político en el que se juntaran cuantos estuvieran dispuestos a la acción revolucionaria, sin limitación alguna por el color de la piel, el sexo, la nacionalidad, la posición social, el grado de desarrollo de sus criterios sobre el ordenamiento social, la ubicación dentro o fuera de la patria, la participación o no en las anteriores contiendas.
Solo podría triunfar una organización capaz de obtener el consenso y el apoyo de las grandes mayorías y vencer los temores que inmovilizaban y las prevenciones que desviaban los esfuerzos.
A la vez, debían transformarse los métodos de dirección y superar las contradicciones principales entre: militares y civiles, cubanos radicados en la Isla y en el exilio, patriotas veteranos y de la nueva generación, ricos y pobres, patronos y obreros, habitantes de las provincias occidentales y orientales, cubanos y españoles, negros y blancos. Asimismo, se crearían las condiciones para la confluencia de las ideas que dirigirían la acción: "La unidad de pensamiento, que de ningún modo quiere decir la servidumbre de la opinión, es sin duda condición indispensable del éxito de todo programa político".
Para encauzar el pensamiento y la acción patrióticos, Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano (PRC), máxima expresión de su genio político, en el que demostró su capacidad para aunar al pueblo y dirigirlo hacia el logro de sus más altos propósitos.
Bases del PRC
El 15 de enero de 1892 José Martí, redactó las Bases del Partido Revolucionario Cubano, aprobadas y proclamadas por las emigraciones cubanas y puertorriqueñas el 10 de abril de ese mismo año. A continuación se reproduce un fragmento del artículo cuarto de las citadas bases:Historia
Fundación
El Partido Revolucionario Cubano se constituyó oficialmente el 10 de abril de 1892. Así concluyó el proceso que había comenzado algo más de tres meses antes cuando se habían aprobado las bases y estatutos secretos de la organización, en Cayo Hueso.
Entre sus objetivos principales estaba organizar, dirigir y llevar a cabo lo que Martí calificara como la Guerra Necesaria.
Una semana antes de la constitución oficial del partido, Martí se refería en el Periódico "Patria" a las características de la organización que ya se gestaba: "Él es, de espontáneo nacimiento, la grande obra pública. Es, sin más mano personal que la que echa el hierro hirviente al molde, la revelación de cuanto tiene de sagaz y generosa el alma cubana".
También trató acerca de la significación que debía tener el partido:Labor unificadora
Varios meses después de haberse constituido el Partido, José Martí volvió a escribir en el Periódico Patria, esta vez el 25 de junio de 1892, acerca de la organización y cómo había sido su nacimiento:Se esperó, donde la espera parecía conveniente a la dignidad y firmeza de la organización, a la opinión de desinterés absoluto y naturaleza popular que merece por sus métodos y fines el partido; y la espera ha sido la victoria. Con un gran sentido de la responsabilidad y con infinita modestia, José Martí aceptó y asumió las funciones de Delegado del Partido Revolucionario Cubano.
El 8 de abril de 1892, dos días antes de constituirse oficialmente la organización, el Consejo de Presidentes y Delegados de Club, presidido por José Dolores Poyo, confirmó la elección de Martí como delegado, y de Benjamín Guerra como tesorero.
El 9 de mayo de 1892, en una comunicación a los presidentes de los Cuerpos de Consejo de Key West, Tampa y Nueva York, José Martí expresó lo que significaba para él esa responsabilidad:Yo proclamo, señor presidente, con el derecho que me da el conocimiento íntimo de la labor de creación del Partido Revolucionario, que el pueblo cubano emigrado acaba de demostrar en un caso propicio para el entusiasmo insensato o para los consejos suicidas del recelo, aquella grandeza del pensamiento sobrio, aquel ejercicio caritativo y vigilante del derecho individual, aquel respetuoso miramiento a los derechos presentes y futuros de la porción de la patria privada, y aquella confianza y desistimiento que parece ser condiciones esenciales de la permanencia y beneficio del poder periódico en las repúblicas.
Martí se refirió además a las virtudes de su pueblo, y más adelante trató acerca de las funciones específicas del delegado del Partido Revolucionario Cubano sobre las cuales aseveró que no eran mera fantasmagoría y creación del papel, o corona hipócrita y visible de un edificio político artificial. Precisó que el Partido Revolucionario Cubano constituía la ordenación final, y ya en grado de acción, de los esfuerzos continuos de los emigrados de Cuba por tener a la patria en condiciones de vida digna y próspera, y por tales motivos proclamó que aceptaba orgulloso, como si sintiera la consagración sobre mi frente, el oficio de delegado con que mi pueblo libre me honra.
El 13 de mayo de 1892, en otra comunicación a los presidentes de los clubes del Partido Revolucionario Cubano, en el Cuerpo de Consejo de Key West, volvió a hacer referencia a la trascendencia y significado que le concedía a esa responsabilidad:Así trabajó José Martí y en forma tesonera cumplió sus obligaciones como delegado del Partido Revolucionario Cubano, cargo para el cual sería reelegido en años posteriores.
Guerra Necesaria
Tras la muerte de José Martí en 1895 Tomás Estrada Palma asume la jefatura del Partido Revolucionario Cubano y esté comienza a perder su carácter democratico, en gran parte debido a los métodos autoritarios de dirección de Estrada Palma, y su capacidad de movilización entre los trabajadores cubanos del sur de la Florida, convirtiéndose cada vez más en una institución puramente recaudadora de fondos para la guerra, en la cual no se discutían las perspectivas futuras, una vez concluida la guerra de liberación. Sólo unos pocos, entre los sectores más avanzados de la emigración, habían luchado por divulgar y mantener vivo el ideal martiano de la República democrática y comprendían que para alcanzarlo era necesaria una organización revolucionaria que aglutinara las fuerzas y orientara la acción.
La falta de proyecciones de la labor política creó en la mayoría de los cubanos del exterior una imagen del Partido como una agrupación de reducido radio de actuación, lo que unido a la propaganda tendente a presentar la intervención yanqui como la vía para alcanzar la independencia, condujo a diversos grupos al retraimiento en las contribuciones, a la pérdida de interés por el PRC y a poner todas sus esperanzas en el retorno a la patria tras la destrucción del poder colonial, que consideraban inminente. Estas tendencias alcanzaron tal magnitud que a mediados de mayo de 1898 se tomaron acuerdos contra la disolución del Partido y reafirmando el propósito de continuar cumpliendo con los deberes patrióticos hasta la constitución del gobierno en la Isla,[1] A fines de abril el Cuerpo de Consejo de Nueva York acordó unas resoluciones, hechas públicas en la prensa, en las cuales ratificaba que el PRC no culminaría su misión hasta dejar organizada definitivamente la República, y por tanto su representante continuaba siendo el Delegado, al cual reiteraba la adhesión, a la vez que se abría un registro en la secretaría del Cuerpo de Consejo para los que aceptacen las Bases, a quienes se invitaba a ingresar en los clubes, si no pertenecían a ninguno; a la vez, se inició una suscripción a favor de los fondos de la organización.[2]
Los patriotas de Tampa y Cayo Hueso tomaron medidas semejantes, enfrentadas a quienes pensaban que con la intervención los norteamericanos se harían cargo de los problemas que tenían los cubanos. Tal actitud dañaba terriblemente al Partido, que no podía delegar sus responsabilidades y tenía el deber de hallarse en primera línea. Probablemente se tuviera en mente a elementos infiltrados entre los "emigrados de última hora", individuos sospechosos de haber servido como voluntarios o espías, y que podrían hacerse pasar por revolucionarios furibundos[3] mientras alentaban aquellas ideas desmovilizadoras. Para contrarrestarlas se realizaron grandes asambleas en una y otra localidades, con la presencia de Juan Gualberto Gómez, comisionado especial de la Delegación. El objetivo fundamental de aquellas reuniones era fomentar las recaudaciones de fondos y cohesionar al Partido, que aún no había terminado su obra.[4]
Disolución
Tras finalizada la guerra Tomas Estrada Palma decidio que el PRC ya no cumplia ningún objetivo y el 21 de diciembre de 1898 publica en el periódico Patria una circular donde expuso las razones por las que se disolvía el PRC. Nuestra obra ha terminado porque la Patria está redimida. Este planteamiento se hizo 11 días después de haberse firmado entre España y Estados Unidos el Tratado de París (10 de diciembre de 1898), en el cual no se hacía referencia alguna a la independencia de Cuba y la isla antillana era tratada como botín de guerra. Para algunos historiadores, tal actitud de don Tomas al disolver el PRC refleja su miopía política y su falta de fe en la capacidad del pueblo cubano. Subraya el investigador Ibrahim Hidalgo[5]:La miopía política es contagiosa. Los distintos clubes revolucionarios y Cuerpos de Consejo acataron la decisión del Delegado. El 30 de diciembre, el Cuerpo de Consejo de Key West aceptó la disolución del PRC. Un día después, apareció el último número de Patria.
Referencias
- ↑ En la brecha, Periodico Patria, 18 de mayo de 1898.
- ↑ Este documento apareció en Nuestro Partido, LDM, 6 de mayo de 1898, y en Resoluciones del Cuerpo de Consejo, Periodico Patria, 30 de abril de 1898.
- ↑ La frase emigrados sospechosos y las valoraciones son tomadas de una carta de Fernando Figueredo al periódico Cuba, aparecida en Las necesidades de hoy, Patria, 1 de junio de 1898.
- ↑ La información ha sido resumida de Figueredo: Telegrama a Tomás Estrada Palma, Tampa, 4 de mayo, en La Brecha. Tomás Estrada Palma: Aviso
- ↑ Ibrahím Hidalgo: Cuba, 1895-1898. Contradicciones y disoluciones. Centro de Estudios Martianos, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello. 1999.
- Rolando Rodríguez: La forja de una nación. Tomo I, II y III. 2005.
- Rolando Rodríguez: Las máscaras y las sombras.
- La neocolonia, organización y crisis. Instituto de Historia de Cuba.
- Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Centro de Estudios Militares de las FAR.
Fuentes
- Radio Habana
- El Habanero
- El partido que José Martí fundó.
- Monografía El PRC tras la muerte de Martí del profesor Gustavo José Díaz García. Consultada el 21 de febrero de 2011.
- Artículo publicado en la Revista Bohemia el 16 de marzo de 2009 bajo el título de Cuba 1899: Cuando falta la unidad. Consultado el 21 de febrero de 2011.