Sida: confesiones a un médico

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Confesiones a un médico
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Sida confesiones a un medico.jpg
Jacqueline Teillagorry, propuso ilustrar la tapa con el óleo póstumo de Arturo Suárez, un paciente que se infectó por VIH y falleció de Sida en el 2003
Título originalSida: Confesiones a un médico
Autor(a)(es)(as)Lorenzo Jorge Pérez Ávila
Editorial:Lazo Adentro, 2007
Diseño de cubiertaAlexander Carcedo Olivé
ISBN959-283-010-X
Sitio web
bvssida
Notas
Arturo Suárez Cobián, Sin título, óleo sobre tela 89 x 117 cm

Sida: Confesiones a un Médico no dejará impasible al lector: más que las cifras de VIH/Sida, encontrará el conflicto humano y social de cada caso, de los niños huérfanos o con sus padres enfermos, de las familias y los profesionales de la salud que lo enfrentan y el desvelo de la Revolución para que los enfermos puedan vivir con respeto, dignidad, igualdad y derechos.

Escribir unos párrafos sobre un libro inédito que puede servir de reflexión, aprendizaje y experiencias para nuestro país, incluso para otros países, sobre una epidemia que tanto dolor y sufrimiento ocasiona ineternacionalmente, se convierte en una tarea compleja. Cuando en el mundo se alcanzaban los primeros triunfos contra enfermedades infectocontagiosas, sobre todo las prevenibles por vacunas, y era de extraordinaria satisfacción ver la desaparición y el control de la viruela, la poliomielitis y otras, aparece en la década del ochenta del Siglo XX una tragedia para la humanidad de la cual no ha escapado ningún país, y por lo tanto la especia humana. En Cuba, gracias a la política revolucionaria de prioridad total a la salud pública, se estuvo al tanto del desarrollo y el conocimiento científico en la experiencia de la aparicion y evolución del virus transmisor del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, luego señalizado como VIH/Sida. Desde 1985, gracias al entrenamiento adquirido y a la vigilancia epidemiológica activa, enfrentamos este gran reto epidémico, al obtener las primeras informaciones sobre la presencia de la enfermedad y la transmisión de la misma en nuestros hermanos internacioinalistas que regresaban de sus misiones en África. Los casos que se encontraban infectados se convirtieron en transmisores lógicos de sus compañeras y, en algunos casos, de sus descendientes. Es un libro creado por su autor Jorge Pérez Ávila; en el que se recogen vivencias y experiencias sobre las características de la epidemia en Cuba, y un aporte internacional para conocer las reflexiones y conductas que siguieron las autoridades cubanas para elevar el nivel de vida de los enfermos y contribuir con acciones gubernamentales de salud a minimizar los daños físicos y sociales que produce esta enfermedad.

Confesiones

Contenido

  • Prólogo /5
  • I. el primer diagnóstico /11
  • II. discriminaciones, miedos y estigmas /21
  • III. un final ineserado /33
  • IV. los cuatros ataúdes /39
  • V. yo no soy como esas, yo quería divertirme... /45
  • VI. los dos Hipólitos /49
  • VII. los primeros niños /55
  • VIII. detección en la montaña /61
  • IX. no todo lo que brilla es oro /67
  • X. un hecho singular /75
  • XI. una noche de placer y tres enfermedades /79
  • XII. un seropositivo graduado /87
  • XIII. la enfermera enamorada /95
  • XIV. dos ingresos inusuales /99
  • XV. ¿<<friquis>> o roqueros? /104
  • XVI. una pareja discordante /115
  • XVII. uno de los casos más tristes /125
  • XVIII. el mitómano /130
  • XIX. los cuatro médicos /138
  • XX. contaminaciones inusuales /149
  • XXI. los seropositivos sí pueden /154
  • XXII. un diagnóstico no compartido /161
  • XXIII.un amor sin limites /173
  • XXIV. su primera experiencia sexual /178
  • XXV. dos situaciones dificíles /183
  • los especialistas opinan /189

Datos del autor

Lorenzo jorge perez.jpg
Jorge Pérez Ávila, quién se ha dedicado a combatir la epidemia en Cuba durante más de veinte años y fuera el director del primer sanatorio para seropositvos VIH/Sida, narra historias y conflictos de personas: portadores, autoridades, profesionales, trabajadores de la salud, familiares y enfermos, para testimoniar de manera excepcional el verdadero rostro de la mayor pandemia que ha enfrentado la humanidad y nuestro país a partir del Siglo XX comenta para la revista cubana La Jiribilla:
"Fueron recelos vanos. sida: confesiones... es un libro de importe profesional, social y ético, y le asiste por añadidura el raro valor del altruismo: su staff trabajó de forma voluntaria, gratis; el título es un regalo para los que seocupan de la prevención y control de las infecciones detransmisión sexual, el VIH y el sida por amor al Amor y la Vida...".

¿podría autodefinirse con una palabra?

Reflejo sida confesiones a un medico.jpg
"Los que me conocen, saben que no me gusta andar definiéndome, y menos con una palabra; es difícil hablar de uno mismo; amigos y conocidos me preguntan cómo deben llamarme ocómo me gustaría que me llamaran: ¿director,vicedirector, profesor,doctor, investigador? El amigo Estruch, al presentar Sida: confesiones... me nombró “Jorgito”, yexplicó que me decía así porque, según él, soytan carismático y cariñoso, que nadie me llama de otro modo. Pero, ¿quién soy yo?, ¿a qué me gustaba desde niño?, ¿de qué me gradué en la Universidad?, ¿qué es lo que me gusta ser y acer? Yo soy el médico el ser humano Jorge érez; y por eso, al argen de mis tareas dministrativas, y de ue combiné durante arios años los cargos e vicedirector del IPK director del SSV, iempre, hasta el día de oy, he conservado la onsulta, el pase de isita, la profesión de aestro de Medicina, y asta hace poco hice uardias médicas de 24 horas. Me satisface efinirme así: ¡yo soy l médico, esa es la azón de mi vida, rimero he sido médico y espués todo lo demás!".
"Bajo de estatura y grande de genio, dirigente, durante años, del Sanatorio de Santiago de las Vegas (Los Cocos)]], Jorge Pérez está entre las autoridades sanitarias que desde 1983 se repararon para la detección de los primeros infectados por el VIH en Cuba —hecho que se produjo a finales de 1985 — y que desde ntonces combaten la epidemia en el país haciendo de tripas corazón para redimir a los enfermos del estigma el SIDA y evitar que ste se constituya en un rave problema de salud n la Isla".
Aparte de la capacidad ue tendría Jorge para scribir, y de la probabilidad de que alguién costeara la edición de Sida: confesiones..., su publicación fue un deseo largamente soñado y compartido por él con personalidades y amigos:
" El texto no surgió de la nada”, explicó, escribí cartas o hablé con mis pacientes cara a cara y guardé escritos, grabaciones, pruebas de mis nexos con ellos; ahora es una realidad, pero en el entretanto vivió y se conformó en mi mente, a la espera de que le dedicase eltiempo que él necesitaba".

Fuente