Traslación del cuerpo de San Marcos (pintura)
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Traslación del cuerpo de San Marcos. Pintura representativa de la escuela de Venecia.
Sumario
Ubicación
Se exhibe en la Galería de la Academia de Venecia
Obra
El Guardián Grande, en 1547 le confió a Tintoretto, la realización de un amplio cuadro que cubriera una de las paredes de la institución la Scuola Grande di San Marco, naciendo el Milagro del esclavo, de gran éxito. El matrimonio del pintor y Faustina Episcopi, la hija del Guardián refuerzan los lazos. En 1562, Tomasso Rangone en el cargo de Guardián Grande, continúa con el encargo, pagando tres nuevos "telaris", entre los que destaca esta imagen. San Marcos nombrado por San Pedro, obispo de Alejandría, se traslada a predicar a tierras egipcias, donde el pueblo le tomó por hechicero, siendo objeto de un masivo linchamiento a la vez que arrastraban su cuerpo por las calles de la ciudad; medio muerto fue arrojado a un calabozo para proceder al mismo martirio al día siguiente, falleciendo al no poder aguantar el sufrimiento. Los cristianos robaron el cuerpo y enterrado en la iglesia fundada por él. Después de varios años, la iglesia iba a ser derribada para aprovechar sus piedras en la construcción de un palacio para el emir. Los mercaderes, Bonus de Malamocco y Rusticus de Torcello, aprovechando una tempestad llevan el cuerpo, todavía conservado, a su embarcación. De esta manera, en la zona de la derecha aparece el grupo principal con el cadáver de San Marcos, acentuando los escorzos por el esfuerzo. Una mujer tirada en el suelo intenta sujetar al camello mientras un hombre en la zona izquierda parece enrollar una cortina roja. La sorprendente perspectiva de una plaza ancestral, una arquería a la izquierda y al fondo un edificio renacentista, ocupan el centro. Un conjunto de figuras que escapan de la lluvia, como si se moviera la escena, apreciándose en el cielo nubarrones negros con rayos como agua en el pavimento. Pinceladas sueltas iluminan al santo para acentuar el protagonismo, formando interesantes contrastes lumínicos, mientras que las figuras de las arcadas semejan seres fantasmales.
Trasmite
Una excepcional sensación atmosférica, logrado en el efecto aéreo entre los personajes y las diagonales que se adueñan de la composición, dando fuerza a los temas bíblicos y leyendas sacras de la época. La profundidad, tanto en las figuras como en la arquitectura, anticipan un estilo futuro del Barroco y de la gran eclosión de su arte alcanzado en dos momentos para la Scuola de San Rocco.