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*Martínez Gabino, Aida. “Arqueología de la costa norte de La Habana”. (inédito). En Fondos del Museo Municipal de La Habana del Este.  
 
*Martínez Gabino, Aida. “Arqueología de la costa norte de La Habana”. (inédito). En Fondos del Museo Municipal de La Habana del Este.  
 
*Núñez Jiménez, Antonio. “Geografía de Cuba “. La Habana, 1960
 
*Núñez Jiménez, Antonio. “Geografía de Cuba “. La Habana, 1960
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*Testimonios de combatientes del Movimiento Revolucionario 26 de julio de Guanabacoa y Cojímar, citados en: “Historia de la lucha clandestina. Localidad de Cojímar”. En Fondos del Museo Municipal de La Habana del Este.

Revisión del 12:09 8 mar 2024

Historia del municipio Habana del Este (La Habana)
Información sobre la plantilla
Cronología
Características generales
Comunidad primitiva
Período colonial
Origen de los nombres de Regla y Casablanca
Desarrollo socio-económico
Luchas independentistas
Movimiento obrero y revolucionario
Religión
Sociedades de socorros mutuos e instituciones fraternales
Período neocolonial
Transporte
Salud publica
Educación
Luchas y movimiento obrero
Partidos políticos
Revolución en el poder
Desarrollo demográfico
Desarrollo económico
Labor del PCC y tradiciones de lucha del territorio
Datos socio culturales e históricos del municipio
Asociaciones fraternales
Construcciones religiosas
Construcciones civiles
Centros culturales ubicados en lugares de significación histórica
Instituciones culturales
Agrupaciones de la cultura popular tradicional
Plazas y parques

Origen del nombre

La primera ocasión en que se emplea el término “La Habana del Este” para invocar o designar al territorio donde hoy se asienta ese municipio es en 1949, cuando el arquitecto Manuel Febles Valdés ministro de obras públicas del gobierno de la neocolonia de turno del Presidente Carlos Prío Socarrás, presenta un proyecto para unir a La Habana Vieja con los terrenos situados al Este de la bahía, mediante un túnel bajo el canal de la entrada de la misma y desarrollar en aquel territorio prácticamente virgen, una nueva ciudad con repartos residenciales, comerciales e industriales exclusivos de la burguesía que se llamaría La Habana del Este[1]

A partir de entonces, durante el período de ese gobierno y en el siguiente de Fulgencio Batista y Zaldívar, se incrementó la urbanización de ese espacio, surgiendo nuevos repartos y aumentando la especulación de terrenos. La propaganda en la prensa y en los mapas y planos comerciales de los nuevos repartos hacía uso de la nueva denominación: “Alamar, la cima de La Habana del Este” o “Residencial Vía Túnel, la llave de La Habana del Este”, por mencionar algunos ejemplos[2]. Mientras que la Ley- Decreto 2034 de 27 de enero de 1955 aprobada por el Consejo de Ministros de la República oficializaba el nombre de la “ciudad de La Habana del Este” para la naciente urbe, desde la bahía hasta el Itabo[3].

Con el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959, el Gobierno Revolucionario transforma el proyecto burgués por otro de beneficio social y en febrero del propio año 1959 encarga al Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV) dirigido por Pastorita Núñez, la construcción de una comunidad habitacional popular que se denominaría “La Habana del Este”, compuesta por 3 unidades vecinales, la primera de ellas, inaugurada el 16 de noviembre de 1961. La nueva ciudad de La Habana del Este recibiría el nombre de “Camilo Cienfuegos” el 28 de octubre de 1965 pero nuevamente se emplearía el término de La Habana del Este en 1972 para designar al seccional de la Región de Guanabacoa que abarcaba las localidades de Camilo Cienfuegos, Casablanca, Cojímar, Guiteras y Alamar hasta que al ponerse en vigor una nueva división político- administrativa en 1976, este fue el nombre escogido para designar al nuevo municipio constituido el 31 de octubre de ese año, al tomar posesión para su primer período de mandato la Asamblea Municipal del Poder Popular[4]

Antecedentes históricos

Aunque es nuevo como municipio, la historia de ese territorio, vinculado fundamentalmente a la Villa de Guanabacoa, abarca más de cuatro siglos. Su espacio territorial fue testigo y sus pobladores sujetos activos, de los principales procesos históricos de la región habanera: poblamiento aborigen, conquista y colonización española, esclavitud, ataques de corsarios y pitaras, defensa costera, la toma de La Habana por los ingleses, desarrollo de la economía de plantación y la industria azucarera, sublevaciones abolicionistas, conspiraciones y guerra de independencia, intervención yanqui, desmanes y corrupción seudorrepublicanas, lucha clandestina contra la tiranía batistiana, toma del poder por el pueblo revolucionario, medidas populares, alfabetización, liberación de las playas, reforma agraria, nacionalizaciones, movimiento de microbrigadas y Poder Popular.

Características generales

Geografía física

La Habana del Este es un municipio de la Provincia Ciudad de La Habana que tiene una extensión territorial de 144,9 Kilómetros cuadrados que representa aproximadamente el 20% de todo el espacio territorial de la provincia, siendo el municipio de mayor tamaño entre los 15 que la integran[5]

Su población asciende a unos 178 000 (Datos preliminares y no oficiales del Censo del 2002) habitantes que significa un incremento considerable de personas respecto al censo de 1981 donde la población registrada fue de 105 048 habitantes, de los cuales 52 698 eran hembras y 52 350 varones[6] Se estima que continúa el predominio de la población femenina (51 %).

En cuanto a la división político- administrativa interna, La Habana del Este se compone de ocho consejos populares:

Consejo Popular Extensión Habitantes
Camilo Cienfuegos 6,2 km2 15 000
Antonio Guiteras 8,3 km2 27 000
Cojímar 4,2 km2 18 000
Alamar Playa, Loma y Este 15,2 km2 90 000
Guanabo 31,0 km2 15 000
Campo Florido 80,0 km2 13 000

Ubicación geográfica

La Habana del Este limita al Norte con las aguas del Estrecho de La Florida; al Sur y al Oeste, con los municipios de Regla y Guanabacoa, de la propia Provincia La Habana, al Sur también con San José de Las Lajas, de la Provincia Mayabeque; al Este con los municipios de Jaruco y Santa Cruz del Norte, de la misma provincia y al Oeste con el Canal de entrada de la Bahía, que lo separa del municipio de Centro Habana.

El municipio está situado en una zona costera de unos 25 kilómetros aproximadamente, desde la bahía hasta el Rincón de Guanabo, que se caracteriza por una costa acantilada interrumpida por una amplia faja de playas de arenas finas que son las mejores de la provincia[7]

Relieve

El relieve es básicamente llano, aunque en Cojímar es aterrazado y a lo largo del territorio existen algunas lomas, poco elevadas, de rocas calizas, pertenecientes a las Alturas Habana- Matanzas, como por ejemplo: la llamada Sierra o Alturas del Morro, que incluye la Loma de La Cabaña, el propio Peñasco del Morro y la Altura del Hospital Naval; la Sierra Cojímar formada por la loma San Pedro; la Sierra de Bacuranao, donde se destacan las llamadas Colinas de Villa Real y las Alturas de Tarará y la Sierra Sibarimar[8] Al sur de esa alturas y surcados por los ríos del territorio, se hallan valles interiores con fertilísimas tierras y hermosos paisajes.

La costa

La costa de La Habana del Este es irregular, caracterizada por entrantes y salientes. Las desembocaduras de algunos ríos forman ensenadas, en este caso se encuentran las de Cojímar, Bacuranao, Tarará y Sibarimar, esta última, en la desembocadura del Río Guanabo.

A esas ensenadas se suman entrantes más pequeños conocidos como caletas y los puntos salientes de la costa se denominan puntas.

De Oeste a Este, esos entrantes y salientes son:

Entre la Bahía de La Habana y la Ensenada de Cojímar

  • Punta Fajonal.
  • Punta Talanquera.
  • Punta del Pinganillo.
  • Caleta del Atalaya.
  • Punta Campanilla (Punto más sobresaliente).

Entre las ensenadas de Cojímar y Bacuranao

  • Punta Jamina.
  • Caleta de Guayacanes.
  • Caleta Grande.
  • Punta Colorada.
  • Caleta de las Cruces.
  • Sardinero Chico.
  • Punta Guayacanes (Punto más sobresaliente).
  • Sardinero Grande.
  • Caleta de Judíos.

Entre las ensenadas de Bacuranao y Sibarimar

  • Punta Bacuranao.

Entre las ensenadas de Tarará y Sibarimar

  • Punta Tarará.
  • Punta del Cobre o de Bajurayabo.
  • Boca Ciega.
  • Punta Macao (Punto más sobresaliente).

Entre la Ensenada de Sibarimar y el límite Este del municipio

  • Punta del Rincón de Sibarimar.

Las playas del Chivo, Cojímar y Alamar, se caracterizan mayormente por pequeños espacios de arena entre rocas conocidas por dientes de perro, pero a partir de la Ensenada de Bacuranao hacia el Este, se encuentra una cadena de playas de finas arenas, muy atractivas para la recreación turística que son: Bacuranao, Tarará, Méganos, Santa María del Mar, Boca Ciega, Marbella, Playa Cuba, Guanabo, La Veneciana y Brisas del Mar, que en conjunto son denominadas las Playas del Este.

Hidrografía

La hidrografía del territorio se caracteriza por ríos que corren desde el interior hacia la costa norte formando abras y desfiladeros. De Oeste a Este, las más importantes corrientes fluviales son los ríos Cojímar, Bacuranao, Tarará, Boca Ciega, Jústiz, Guanabo, Matadero, Tivo Tivo y Peñas Altas. Los mismos, por las características del clima y su configuración, no son navegables, excepto en las desembocaduras de los que forman ensenadas y en algún que otro tramo, por embarcaciones menores.

El Río Cojímar presenta meandros atrincherados entre las elevaciones costeras y el estrecho valle por el cual corre.

También existen algunas lagunas como la de Berroa y la de Itabo así como dos importantes presas: la Zarza y La Coca, que junto con los ríos Peñas Altas y Tivo Tivo, se utilizan para la irrigación de los planes agrícolas[9]

Clima

El municipio, al presentar como límite norte las aguas del Estrecho de La Florida, posee un clima influido por la acción del mar cuya temperatura media anual es de 28 grados centígrados, las precipitaciones medias anuales de 1 200 mm y con una humedad promedio anual relativa de 75 %[10]

Geología

El municipio está situado en una zona costera del tipo abrasivo acumulativa, o sea, con costas acantiladas de terrazas antiguas bajas y de barras compuestas por material detritica (formación de tipo seboruco aflorado) con costas debidas a la abrasión marina y química. Tiene un tipo de plataforma insular sumergida de superficie estrecha, sin cayos, con cadenas de arrecifes submarinos o sin ellos y amplia distribución de terrazas submarinas o abrasivas.

La zona está constituida por estratos sedimentarios, predominantemente carbonatados, con un cauce de llanuras costeras sumergidas en el mar. Tiene también zonas bien identificadas cubiertas de sedimentación delgada y discontinuas, mayormente fluviales y en el interior es del tipo no carbonatadas, o sea, un relieve casi sin fenómenos cársicos.

Tiene yacimientos medianos y pequeños de Petróleo, grandes yacimientos de rocas calizas y marga. La formación geológica es del Cretáceo y una pequeña parte del Neógeno.

Los minerales arcillosos predominantes son: montmerillenite y un poco caolinites. Son suelos generalmente profundos con un color predominantemente pardo, con ausencias de perdigones generalmente. La CCC oscila alrededor de 50 Ms / 100 g, tiene un ph de alrededor de 5 y la materia orgánica es mayor de un 3 %.

También presenta suelos rojos fértiles (sobre la serpentinita) del tipo poco profundo y negro magnético en Bacuranao, Bajurayabo y Oeste de Guanabo Viejo. Presenta en la zona costera afloramiento de rocas calizas y otras rocas con productos rojos de interperismo, con suelos únicos humicos-carbonatados y con suelos mulatos erosionados[11]

Vegetación

En cuanto a la Regionalización Geobotánica, el municipio se encuentra enclavado en el denominado Distrito Central en el Sector 2, que caracteriza a la Región Habana- Matanzas (alternación de bosques en las llanuras con vegetación de cultivos y abundante Reystone en las partes bajas). La mayoría del territorio se caracteriza por ríos y lagunas con vegetación de cultivos, plantaciones, siembra, huertos y pastos artificiales con un sector de vegetación de espontáneos árboles y arbustos, especialmente Marabú y Aromas.

Tiene también una zona definida de vegetación de costas marinas con Cuabillas de costa suriena marítima, incienso de playa a veces con tunas en las costas de arrecifes o Uvas Caletas y Boniato de playa, en las playas arenosas. Además tiene dos zonas entre Bacuranao y Bajurayabo de sabanas serpentinosas con gramíneas pequeñas, arbustos microfólicos y plantas enanas.

El municipio cuenta con dos zonas donde existen variedades endémicas: los farallones de Cojímar, donde se encuentra la “Pipper Cojimararum Trel” y las lomas de La Coca, con dos variedades de espermatofitos endémicos[12]

Fauna

Casi no se han efectuado investigaciones zoogeográficas propiamente dichas, ni estudio de la distribución especial de las distintas especies animales.

En el caso de nuestro municipio, su fauna está comprendida dentro de la clasificación de animales mesófilos. Dentro de esta clasificación se combinan cuatro de los cinco tipos de población, estos son:

  1. Zoocomplejo de sabana de arbustos y gramíneas.
  2. Zoocomplejo de sabana premontañosa arbustivo-herbácea.
  3. Zoocomplejo de sabana de tipo parque con árboles perennifélicos.
  4. Zoocomplejo de bosques semicaducifólicos.

Características económicas

En el municipio se desarrollan como actividades económicas fundamentalmente la industria turística, la ganadería, la construcción, los servicios en general y una variada industria en ascenso.

El turismo tiene en las Playas del Este, el polo de mayores potencialidades precisamente por tratarse de las mejores playas de la provincia. En esa zona existe y continúa desarrollándose, una infraestructura hotelera y extrahotelera para garantizar la asimilación de turistas nacionales y extranjeros. Por otro lado, se desarrolla también el complejo turístico de la Villa Panamericana, en Cojímar, que cuenta con un hotel, dos aparthoteles y una red extrahotelera.

La ganadería se desarrolla fundamentalmente por medio de la Empresa Pecuaria Bacuranao, que comparte La Habana del Este con el vecino Municipio de Guanabacoa.

Cuenta La Habana del Este, en el Valle de Berroa, con la primera Zona Especializada de Logística y Comercio (Zelcom s.a.) del país, que incluye una Zona Franca y un Parque Industrial. En el propio valle y en sus alrededores, existen varios centros industriales y de servicios como fábricas de calzado y sus accesorios, textil, de pegamentos, de materiales de la construcción, de equipos, de medios de computación, de productos cárnicos, de derivados de la harina y de otros alimentos, un frigorífico, un mercado concentrador y otros centros[13]

La actividad constructiva, si bien no tiene en la actualidad el ritmo de décadas anteriores cuando el pujante movimiento de microbrigadas construía centenares de viviendas y obras sociales, continúa siendo una actividad de consideración teniendo en cuenta que La Habana del Este es un municipio en desarrollo.

Los servicios de distintos tipos: comercio, gastronomía, transporte y otros, completan el cuadro de las actividades más importante del municipio desde el punto de vista económico[14]

Política

Relación entre lo urbano y lo rural

El espacio territorial que ocupa el municipio es esencialmente rural porque la mayor parte del mismo corresponde con esas características, sin embargo resulta interesante que lo más representativo de ese territorio no es el campo sino los núcleos urbanos existentes que, aunque ocupan un espacio reducido, tienen un gran desarrollo urbanístico y arquitectónico y una alta densidad demográfica.

A esa combinación de lo rural y lo urbano hay que adicionar las mediaciones entre lo uno y lo otro, que son los espacios suburbanos y semirrurales. La Habana del Este cuenta, al Oeste del Río Bacuranao, con 4 núcleos poblacionales eminentemente urbanos: Alamar, Antonio Guiteras, Cojímar y Ciudad Camilo Cienfuegos.

Los cuatro centros urbanos mencionados se caracterizan por un elevado nivel de urbanización en cuanto al trazado de sus vías de comunicación y sus redes técnicas así como un predominio de edificios multifamiliares en los que se combinan las edificaciones altas, las medianas y las consideradas de baja altura.

Por otro lado, la franja costera que acompaña a las Playas del Este está urbanizada con repartos residenciales también con un moderno nivel de urbanismo pero que por hallarse en la periferia del municipio e interrelacionarse con las áreas rurales y semirrurales que las circundan, se consideran núcleos suburbanos mientras que asentamientos humanos interiores como Campo Florido, Bajurayabo y Caserío Guanabo, entre otros de menor importancia, se consideran semirrurales por el estrecho vínculo y dependencia del área rural que constituye su entorno.

En todo caso, habría que definir a La Habana del Este como un municipio donde se combinan armoniosamente lo rural que predomina, lo urbano que constituye su sello y sus mediaciones: lo suburbano y lo semirrural.

Comunidad primitiva

Se ha comprobado que en el espacio territorial del actual municipio de La Habana del Este hubo asentimientos humanos antes de la llegada de los conquistadores españoles. La presencia de los aborígenes que hoy llamamos indocubanos en el estadío de la Comunidad Primitiva, parece que estuvo ampliamente difundida, representada por comunidades perfectamente diferenciadas en sus niveles de desarrollo y comprendidas en los tres grupos reconocidos: Guanahatabey, Siboney, Ciboney o Sibuney y Taínos o con las denominaciones de Siboney Guayabo Blanco, Siboney Cayo Redondo y Sub- Taíno de Cuba[15].

Los más numerosos aborígenes en la Zona fueron Preagroalfareros que dependían para su subsistencia de la caza menor y la pesca a lo largo de la costa y en las márgenes de los ríos, lagunas, así como la recolección de moluscos marinos y fluviales, abundantes en el territorio.

También se hallaban aunque en menor medida, grupos agroalfareros que, además de desarrollar las actividades de los grupos anteriores, desarrollaban una agricultura rudimentaria en pequeñas parcelas y una incipiente actividad artesanal o industrial referida a confecciones textiles, redes e instrumentos de trabajo fundamentalmente. [16]

En el territorio se han encontrado entierros asociados con cerámicas, como en el caso de los recuperados en las excavaciones arqueológicas en los sitios Tarará y Guanabo I. Esto pudiera deberse a que grupos agroalfareros utilizaron provisionalmente en sus incursiones a las costas las mismas cuevas que anteriormente estuvieron ocupadas por grupos preagroalfareros[17]. En el sitio “Cueva de la Santa”, en Colinas de Villa Real fueron hallados 34 individuos enterrados correspondientes a 26 niños y 8 adultos así como escasos desechos alimenticios[18]

En la propia zona, en la “Cueva de la Virgen” se han localizado representaciones de arte rupestre, además de entierros y fragmentos de cerámica[19]

En el municipio abundan sitios con nombres indígenas, lo cual forma parte del legado de sus culturas. Guanabo, Sibarimar, Tarará, Cojímar, Bacuranao, Itabo y otros, son algunos ejemplos.

Algunos asentamientos aborígenes del territorio coinciden con sitios donde hoy se levantan poblamientos y centros turísticos como Cojímar, Bacuranao (Playa), Tarará u Guanabo. Esto no significa que los españoles dieran continuidad a esos núcleos poblacionales indígenas inmediatamente después de la conquista, pues en ellos no se fundaron villas y pueblos, excepto en Cojímar, donde en mayor medida se le da continuidad al reunir en sus tierras indios errantes y continuar nucleándose la población.

Sitios arqueológicos

  1. Cueva del Indio.
  2. Cueva de la Santa.
  3. Cueva de La Virgen.
  4. Hoyo de Cojímar.
  5. Tarará I.
  6. Tarará II.
  7. Tarará III.
  8. Solapa Grande de Santa María.
  9. Solapa de la Avispa.
  10. Itabo I y II.
  11. Guanabo I.
  12. Conchal de Cojímar.
  13. Conchal Playa Las Hermanitas.
  14. Conchal de Celimar.
  15. Sitios submarinos.
  16. Punta de Macao.

Etapa colonial

El territorio que conforma el actual municipio de La Habana del Este estuvo inicialmente vinculado a la Villa de San Cristóbal de La Habana, fundada en 1514 y establecida definitivamente junto a la Bahía de La Habana el 16 de noviembre de 1519; esta fue por mucho tiempo la única villa existente en el territorio occidental, y a Guanabacoa, fundada por el cabildo habanero como pueblo de indios el 12 de junio de 1554[20] y devenido en la Villa de la Asunción de Guanabacoa, el 14 de agosto de 1743.

La primera referencia colonial sobre este territorio la hallamos en un acta capitular del cabildo habanero de fecha 29 de enero de 1552 cuando este aprobó la apertura de una toma de agua en la ladera opuesta a la ciudad, y al pie de la altura de La Cabaña[21]

La primera cita de habitantes españoles y construcción en el territorio, está vinculada a la defensa de la villa. El 15 de abril de 1553 el cabildo acuerda la ubicación en El Morro de dos hombres que velaran de noche “demás de la velada de día” y se mandó a construir en la peña una casa de tejas para el resguardo de los vigías y de la pólvora llevada junto a dos cañones[22]

Con la fundación del pueblo de indios de Guanabacoa el 12 de junio de 1554, el territorio de la actual La Habana del Este quedó vinculado al mismo, pues en el acta de fundación se hace constar no sólo el sitio para la fundación de un pueblo sino también la extensión territorial aledaña donde los indios debían desarrollar la agricultura y la ganadería y esta abarcaba desde el carenero de Cojímar siete leguas al Este hasta Xiquiabo y desde el embarcadero de Marimelena otras siete leguas hacia el Sur hasta Seibabo[23].

Confirma la existencia de población en Cojímar desde mediados del siglo XVI el ataque a La Habana del corsario Francés Jacques de Sores desde el 1ro de julio hasta el 5 de agosto de 1555. La villa fue saqueada y el Gobernador Gonzalo Pérez de Angulo se refugió en Guanabacoa. El 2 de agosto, Jacques de Sores se dispuso a sorprender en Cojímar al Gobernador Angulo y al cura de Guanabacoa, Fray Alonso de Ulloa, pues tenía referencias sobre su presencia en el lugar, pero, al no encontrarlos, apresó a algunos negros y a un español herido con su mujer, así como quemó varias estancias[24]

Como puede observarse, en 1555 el sitio conocido por Cojímar tiene presencia de pobladores indígenas, de colonizadores españoles y de esclavos africanos, germen de una futura población y de la heterogeneidad y mestizaje que caracterizará al territorio en lo adelante. La existencia de estancias de españoles en el lugar y la convivencia de negros en ellas iba en detrimento de los indígenas a los cuales se les había otorgado el derecho a las tierras del Este y Sur de La Habana, en torno al pueblo o reducto indígena de Guanabacoa.

Ejemplos de cómo se continuó colonizando por españoles esas tierras reservadas a los indígenas lo son las sucesivas mercedaciones que se hicieron a partir de 1555.

En 1567,1568,1569,1570 y 1577 se mercedan corrales y haciendas en Cojímar, Guacuranao o Bacuranao, Guajurayabo o Bajurayabo, en Guanabo, la zona que después se denominaría Campo Florido y en las Alturas del Morro.

Las estancias estaban vinculadas sobre todo, a las corrientes fluviales del territorio para su aprovechamiento en las siembras y la crianza de animales, fundamentalmente en los ríos Cojímar, Bacuranao, Tarará y Guanabo, donde se fomentarían, con el decursar del tiempo, pequeños núcleos poblacionales.

El siglo XVII sería definitorio en la ocupación del espacio, a partir de 1620 se harían nuevas mercedaciones de tierra, desde el Morro hasta el Rincón de Sibarimar. El territorio del actual municipio es prácticamente colonizado durante el siglo XVII como lo demuestra el hecho de cederse las tierras realengas que quedaban entre los corrales y en la franja costera, a fines de siglo, a distintas personas, ya que la corona de España no estaba interesada en la posesión directa de las tierras de Cuba y al principio de la colonización practicó un “dejar hacer” a la oligarquía local que se formaba. No hubo hatos en la región y sí corrales con extensiones que oscilaban entre 1 y 50 caballerías.

Actividades económicas

Las actividades económicas desarrolladas durante el siglo XVI fueron la cría de ganado, principalmente cabras, chivos, vacas y cerdos y cultivos varios de frutos menores[25]

La primera referencia a la industria azucarera la hallamos en 1603 cuando se establece un “Cachimbo” en las márgenes del río Cojímar denominado San Pedro[26] y a partir de 1620 se hacen varias solicitudes al cabildo de La Habana para la construcción de ingenios en Cojímar, Guacuranao o Bacuranao y Guanabo convirtiéndose en la principal actividad económica del territorio en la primera mitad del siglo XVII[27]

El ascenso de la industria azucarera continúa en la siguiente centuria con la fundación de los ingenios “La Chumba” o “San José de Miraflores”, el “Nuestra señora de las angustias” y “San Vicente”, todos en el corral de Guanabo y en el de Guanabo Arriba[28]

Gran auge toma la industria azucarera en el territorio a partir del Siglo XVIII, convirtiéndose en la primera actividad económica del territorio, con su centro en la zona de Guanabo donde llegarían a registrarse 20 ingenios[29]

El desarrollo de las actividades agrícolas, ganaderas y azucareras motivó tala indiscriminada de árboles en la región, especialmente de Cojímar a Bacuranao.

En los primeros años de la colonización en los terrenos que hoy constituyen La Habana del Este, los colonos no sabían para que servían éstas tierras según sus hábitos de consumo. Dedicaron años a implantar cultivos que conocían y a los cuales estaban acostumbrados. En Cojímar realizaron esfuerzos por lograr cosechas de trigo y todo el lomerío del Este de la Habana fue sembrado de Cacao, con muy pobres resultados aunque se realizó una gran cosecha en 1681. Lo que explica que el río Cojímar en su nacimiento y en su curso medio tomara el nombre de Cacao[30]

Desde la altura de La Cabaña hasta el Rincón de Sibarimar hubo, como en toda la Isla, profusión de conucos o estancias para cultivos menores, en los que se emplearon durante siglos la rutina y falta de técnica características de la agricultura del campesino medio español.[31] También en el territorio, durante la etapa colonial, se explotó la pesca (Cojímar y Guanabo) y pálidamente la minería en las reales minas de Bajurayabo.

En 1826 existían en Guanabo 18 ingenios azucareros, 3 cafetales y 4 potreros con el empleo de unos 3 mil esclavos y en Cojímar, con la aparición de los primeros comercios y balnearios en 1813,[32] se convierte ésta zona en la playa preferida para los habitantes de La Habana intramuros y extramuros, Guanabacoa y Regla, iniciándose la actividad económica balnearia que le diera fama[33]

Al concluir la Guerra de independencia en el territorio en 1898, la riqueza azucarera del mismo se había perdido y para el siglo XX, otras serían las fuentes de ingreso en la región. Esto se debió a la tea incendiaria aplicada por los mambises y los cambios tecnológicos operados por la industria la cual llevó a la desaparición de los trapiches y pequeños ingenios.

Defensa costera

Jacques de Sores, corsario francés, fue el único corsario o pirata del que tenemos constancia que haya incursionado por el territorio del actual municipio, no obstante, el mar que baña las costas del mismo fue escenario, de ataques piratas a naves españolas. Así tenemos que el 18 de julio de 1627, una pequeña escuadra holandesa que actuaba como corsaria, atacó un convoy español, custodiado por buques de guerra, y apresó la nave almirante que conducía la mayor parte del Oro, frente a la costa de Cojímar.

También frente a Sibarimar el galeón “Nuestra Señora de las Mercedes” fue abordado por piratas que produjeron su hundimiento con dos millones de escudos que transportaba.

La última acción pirata conocida ocurrió en 1806 cuando buques ingleses atacaron la fragata española “Pomona”, que transportaba más de doscientos mil pesos en Oro, acción que fue neutralizada por el cañoneo del castillo de Cojímar.[34]

Para la defensa de La Habana y concentración de las flotas se construyeron los fuertes: Castillo de la Real Fuerza (1577), “Castillo de San Salvador de la Punta” (1600) y el “Castillo de los Tres Reyes del Morro” (1630), para completar la cadena defensiva; de ellos sólo el del Morro está enclavado en La Habana del Este, donde precisamente comienza el territorio del Municipio. Las tres fortalezas mencionadas aparecen en el Escudo de armas de la Ciudad de San Cristóbal de La Habana.

Para el completamiento de la cadena defensiva de La Habana se construyó el Castillo de Cojímar y un torreón en Bacuranao. Anteriormente, en Cojímar se levantó un torreón, según el historiador Pérez Beato en 1642. Este torreón aparece en grabados de la primera mitad del siglo XVIII. Al construirse el Castillo en 1649, quedó como cocina del mismo. El torreón fue demolido a fines de la década del 20 del siglo pasado para construir la actual Ave 152-B que bordea el malecón.

Después de la toma de la Habana, el gobierno colonial español edifica “la Fortaleza más grande y más importante de las tres Américas”: el Castillo de San Carlos de la Cabaña, en 1774.[35]

Las últimas construcciones militares construidas por los españoles en el territorio fueron las baterías No. 1 y No. 2 de la defensa costera, en 1896.

Los torreones de Cojímar y Bacuranao aparecen en el escudo de Armas que el Rey Felipe V dispensa a Guanabacoa el 14 de agosto de 1743, al otorgarle el título de villa. También aparecen en el cuello del uniforme para grandes solemnidades del cabildo de la Villa de Guanabacoa, autorizado por el Rey Carlos IV por real cédula del 21 de octubre de 1793.

Ataque inglés a La Habana en 1762

En el actual territorio de La Habana del Este, se escenificaron las primeras y más importantes acciones del ataque militar de Inglaterra a La Habana, desde el 7 de junio de 1762 hasta el 12 de agosto de 1763, a saber: bloqueo de sus costas, desembarco por Bacuranao, destrucción de su torreón, toma del Fuerte de Cojímar y asedio por tierra y mar del castillo del Morro; para lo cual decenas de miles de soldados ingleses recorrieron toda la franja costera desde Bacuranao hasta el Morro combatiendo con amplia superioridad en armas y hombres a los defensores, el Capitán de navío Luis de Velasco en el Morro y el Coronel Carlos Caro, en Cojímar y Bacuranao.

A estas fuerzas españolas se les unía el criollo José Antonio Gómez de Bullones (Pepe Antonio) quien, en los alrededores de la Villa de Guanabacoa organizó una milicia de 100 hombres con 8 fusiles y 70 machetes para hostigar a los invasores extranjeros.

Pepe Antonio con su milicia hostigó a una brigada de exploración inglesa el mismo 7 de junio al atardecer, en el espacio entre Cojímar y Guanabacoa, causándoles la muerte de 20 soldados, hacerle 23 prisioneros y ocuparles 150 armas, por lo que los ingleses tuvieron que retroceder y regresar a Cojímar.

El heroico hecho, ocurrido en las cercanías de Cojímar, ha sido considerado por algunos historiadores como la primera carga al machete en suelo cubano.

Poblamiento y desarrollo de Cojímar

Los primeros pobladores y poblados después de los aborígenes están vinculados a la fundación del pueblo de indios de Guanabacoa y el primer núcleo poblacional del actual municipio La Habana del Este lo fue Cojímar.

Las primeras referencias sobre la presencia estable de colonizadores en la zona datan de 1554, fecha en que ocurren mercedaciones de tierra en Cojímar y paulatinamente se va formando un núcleo poblacional. En 1633, existe constancia de la donación de mil ducados por los habitantes de Cojímar para la construcción del torreón en ese lugar. En 1649, al concluirse el mismo, el sitio lo poblaban 137 personas en 37 viviendas.

Aunque en realidad Cojímar nunca fue fundado oficialmente, se ha tomado como fecha de fundación del pueblo la terminación del castillo (15 de julio de ese año) aunque se celebra el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, estrella del mar y los navegantes, según la creencia católica, fecha en que, a partir de 1879, se celebraban las fiestas patronales del pueblo.

Cojímar existe como pueblo desde el siglo XVII, existía una prohibición de construir viviendas en los alrededores del castillo y no es hasta 1831, con la publicación de un edicto del cabildo de Guanabacoa, que se autoriza y dispone la construcción de viviendas, permiso al que estaba negado el comandante militar de la zona.

El propio Cabildo publica un edicto el 3 de noviembre de 1837 en el que le otorga a Cojímar oficialmente el nombre de “Nuestra Señora del Rosario”, en virtud de un oratorio establecido por Vicente González en la casa de Cecilio Jácome consagrado a dicha virgen desde 1823. El nuevo nombre impuesto por el Cabildo fue totalmente ignorado tanto por la población como hasta las propias autoridades españolas, que siguieron llamándolo Cojímar[36]

Cuando en Europa y Norteamérica se ponen de moda los balnearios veraniegos a mediados del siglo XIX, la burguesía criolla cambia su costumbre de veranear en los ingenios, cafetales o en las quintas de recreo del Cerro, Marianao, Puentes Grandes y Santa María del Rosario, para reunirse en las costas de la playa de Baracoa, El Vedado y Cojímar, el litoral más cercano con un amplio brazo de arena al fondo del estero, fue desdeñado por los semiaristócratas, a pesar de las ya conocidas riquezas mineromedicinales de sus aguas. Cojímar desde principios del siglo había sido descubierto por la población desposeída de los barrios pobres de Regla, Casablanca, Santa María del Rosario y Guanabacoa, lo que dio carácter de playa popular que mantuvo hasta el triunfo de la Revolución que dio el derecho al pueblo de bañarse en todas las playas y balnearios[37]

La construcción de la carretera que enlazó la Villa de Guanabacoa con Cojímar, mediante colecta pública, lidia de gallos y una función en el Liceo de Guanabacoa el 10 de octubre de 1864, la apertura de confortables baños para familias blancas y personas de color (separados y con precios diferenciados) y la construcción de una ermita católica bajo la advocación de Nuestra Señora del Monte del Carmelo (Virgen del Carmen) en 1879, motivó a familias acomodadas de Guanabacoa principalmente, a construir casas para veranear en Cojímar y la edificación de varios hoteles en el pueblo lo convirtió en afamado balneario donde la gran población habanera veraneaba, condición de playa que mantuvo hasta mediados de la década de 1940 al abrirse la Vía Blanca, moderna vía de comunicación entre la Capital y Varadero que contribuyó al fomento de las hoy llamadas Playas del Este. En 1870, en pleno período de desarrollo balneario, se establece en Cojímar el punto de entrada y salida del cable submarino para la comunicación telegráfica entre Cuba y Cayo Hueso, en los Estados Unidos, operada por la empresa norteamericana Western Unión[38]

Finalizando el siglo, según el Padrón Vecinal, Cojímar aumenta su población a mil seiscientos trece habitantes. Desde los primeros tiempos, en Cojímar se asentaron pescadores de humilde vivir y aunque presentes en todas las épocas, nunca constituyeron fuerza mayoritaria de la población pues nunca excedieron de medio centenar que vendían el producto de su faenar en el resto del poblamiento, generalmente constituido por personas acomodadas que vivían en cómodas mansiones coloniales que constituyen hoy su centro histórico.

José Martí publica el 30 de enero de 1891, en “El Partido Liberal” de México, su artículo nuestra América donde dice:

“... ¿Cómo somos? Se preguntan; y uno a otro se van diciendo como son. Cuando aparece en Cojímar un problema, no van a buscar la solución a Dantzig. Las levitas son todavía de Francia, pero el pensamiento empieza a ser de América[39]

Fundación y desarrollo de Guanabo

El primer núcleo poblacional en la zona de Guanabo fue Rincón de Sibarimar, hoy Rincón de Guanabo, fomentado a partir de 1747, de tal importancia que constituyó un “Partido Pedáneo” de la tenencia de Gobierno de Guanabacoa y que en 1824 pasó a formar parte del Partido de Guanabo[40].

La toponimia prehispánica nos ha legado su nombre con dos referencias a la morfología de su paisaje: “Lugar donde abundan las aguas y el guano”, y Sibarimar en nombre de una hacienda de la Isla de Cuba, el cual en las guías de Forasteros de 1813 se le llamó Rincón de Sibarimar[41]. Sibarimar contó con una ermita que fue la primera construcción religiosa en la zona de Guanabo. Las órdenes religiosas de los Jesuitas y Franciscanos poseían extensas propiedades de tierras en el lugar.

La fundación del pueblo de Guanabo propiamente, data del 26 de julio de 1803, con el nombre de “Santa Ana de Guanabo”, al construirse la iglesia bajo la advocación de la Santa Ana, dos kilómetros al sur de la actual localidad, en el sitio que hoy conocemos como “Caserío Guanabo”, perteneciente entonces al Partido de Sibarimar, sitio que, no obstante contaba con alguna población desde antes de la fundación oficial.

En 1810 el pueblo contaba con 6 casas de tejas y 14 de guano, habitadas por 132 personas blancas y 29 negros esclavos. En 1827 había 40 casas con 194 personas, de los cuales 130 eran blancos, 34 negros libres y 30 esclavos. En el año 1837 vivían en Guanabo 271 personas. En 1843 había 55 casas con 212 blancos, 27 negros libres y 34 esclavos[42].

En 1824 se disuelve el Partido de Sibarimar y asume el control de la región el Partido de Guanabo. El Partido de Guanabo limitaba al Norte con la costa, al Sur con los Partidos de Peñalver y Tapaste; al Oeste con el Partido de Bacuranao y al Este con el de San Antonio de Río Blanco. De forma triangular, contaba con los caseríos de Guanabo, Boca de Jaruco, Rincón de Sibarimar y Jiquiabo.

En 1825 se constituye en el pueblo la primera compañía volante de milicias del escuadrón Fernando VII del ejército español.

La primera escuela del pueblo data de 1834, construida y sostenida por suscripción popular. Don Camilo J. García fue su maestro.

En 1877 la población de todo el Partido era de 3 376 personas: 2 586 blancos, 398 negros libres, 362 negros esclavos y 30 asiáticos. El núcleo principal de la población blanca era de origen canario[43]. La población blanca es aumentada en más del doble respecto a los inicios del siglo, debido a planes desarrollados por el gobierno colonial para aumentar el poblamiento de la Isla con personas blancas.

La zona de Guanabo fue eminentemente azucarera durante todo el siglo XIX, con algunos potreros y cafetales.

Al finalizar la contienda mambisa, Guanabo quedó prácticamente en ruinas. Por otro lado, el auge que había cobrado el vecino Campo Florido, le restó importancia al pueblo, incluso la Iglesia de la Santa Ana, destruida por la guerra fue trasladada de Guanabo a Campo Florido.

El antiguo pueblo de Guanabo quedó convertido en un caserío insignificante y dependiente de Campo Florido. La urbanización y esplendor de las playas de Guanabo, en el siglo XX, haría que se conociera en lo adelante como “Guanabo” a aquellas mientras que el asentamiento original sería llamado Caserío Guanabo.

Fundación de Campo Florido

Con los nombres de Guanabo Arriba y Guanabo Abajo se conocieron dos corrales de esta región desde mediados del siglo XVII.

El 10 de Octubre de 1859 arriba a la zona el ferrocarril Regla- Matanzas en construcción, que permitiría el rápido traslado del azúcar producida por los ingenios hacia los embarcaderos de Regla. Se construye una estación y un almacén propiedad del Marqués de Campo Florido, propietario del ingenio Tivo Tivo.

Manuel Infanzón, que había adquirido tierras en el lugar, proyecta y propone al ayuntamiento de Guanabacoa la fundación de un poblado con el nombre de "San José de la Granja”. El proyecto fue autorizado por el gobernador civil de la Isla y comunicado a la Corona española el 27 de enero de 1868, la cual fue aprobada por Real orden el 27 de mayo del propio año[44].

El 27 de junio de 1886 se inicia la venta en lotes del demolido ingenio La Chumba, siendo el primer comprador Francisco Rosell y Cazañas. En los terrenos adquiridos por Rosell se construye la que sería primera vivienda del pueblo de Campo Florido.

A partir de 1884 se acepta definitivamente el nombre Campo Florido (Mayorazgo de los marqueses de igual nombre) sustituyendo legalmente al de San José de la Granja. Seis años después el pueblo cuenta con 500 habitantes.

Segregado de Peñalver y Guanabo, Campo Florido se constituyó en un nuevo barrio rural del término de Guanabacoa.

División política-administrativa

Hasta el 14 de agosto de 1743, el territorio del hoy municipio La Habana del Este, perteneció a la jurisdicción de la Villa de San Cristóbal de La Habana que desde 1592 había recibido el título de Ciudad[45].

Al recibir Guanabacoa del Rey Felipe V el título de Villa y jurisdicción propia en 1743 la mayor parte del actual territorio de La Habana del Este quedó comprendido dentro de la jurisdicción de la Villa. Desde una línea imaginaria al Oeste, que se decía de “los hitos de los cañones” de las fortalezas del Morro y La Cabaña[46] en la Playa del chivo hasta Boca de Jaruco, al Este. La línea de hitos atravesaba desde la playa hasta la Ensenada de Tiscornia, (aproximadamente entre la actual Unidad Vecinal # 1 de la Ciudad Camilo Cienfuegos y el Estadio Panamericano).

El territorio al Oeste de esa línea, que incluía las fortalezas del Morro y La Cabaña, seguirían perteneciendo a la jurisdicción de la ciudad de San Cristóbal de La Habana.

División del territorio en partidos pedáneos y cuartones

La Tenencia de Gobierno de Guanabacoa se componía de varios partidos pedáneos. El actual territorio de La Habana del Este formaba parte de los partidos de Buenavista, Bacuranao, Guanabo y una pequeña porción del partido de Peñalver. El partido Buenavista se dividía en 1850 en 5 cuartones.

Este partido abarcaba desde la línea de hitos de los cañones hasta el río Bacuranao y desde la costa norte hasta bordear la Villa de Guanabacoa y limitar con el partido de San Miguel del Padrón.

El cuartón de Cojímar, perteneciente a este partido, abarcaba la zona comprendida entre la línea de hitos y el Río Cojímar y entre la costa y la Sierra Cojímar, es decir, prácticamente se corresponde con la actual área del Consejo Popular de Cojímar.

El cuartón La Sierra, abarcaba desde la costa hasta la Sierra Cojímar y desde el Río Cojímar hasta el Río Bacuranao, lo que hoy constituye el territorio de Alamar.

El cuartón la Lima, bordeaba la Villa de Guanabacoa, desde la ensenada de Tiscornia hasta el Río Cojímar y desde la Sierra Cojímar hasta el límite con el partido de San Miguel del Padrón. Parte de este cuartón corresponde al Reparto Guiteras en la actualidad y el resto se halla dentro del actual municipio de Guanabacoa.

El cuartón de Buenavista, que daba nombre al partido padaneo, abarcaba el área entre la Sierra de Cojimar, el Río de igual nombre, las inmediaciones del poblado de Santa Fe y el límite con San Miguel del Padrón. En la actualidad corresponde a la Zona de Berroa, que pertenece al Consejo Popular de Guiteras.

El Partido de Bacuranao contaba con varios cuartones; pero solo el cuartón de la Boca (que se extendía desde el Río Bacuranao hasta Boca Ciega y desde la costa hasta la Sierra de Cojímar) y parte del cuartón San Rafael (el poblado de Bajurayabo) se encuentran actualmente dentro del límite municipal La Habana del Este, el resto del partido se encuentra dentro de los límites actuales del municipio de Guanabacoa.

El partido de Guanabo se extendía desde el Río Jústiz hasta el Jiquiabo y desde la costa hasta el valle interior del Río Guanabo, alternándose su pertenencia a las tenencias de gobierno de Guanabacoa y de Jaruco. Se componía de varios cuartones: Jústiz, De la Boca, y Rincón, del corral de Guanabo, de las Munives y Loma Blanca. Parte de estos dos últimos pertenecen en la actualidad a Jaruco y Santa Cruz del Norte.

En el corral Guanabo se hallaban los pueblos de Guanabo y Campo Florido, el cuartón de la Boca y Rincón se corresponden con la Playa de Guanabo y la Zona de Peñas Altas, se hallaban en el cuartón de las Munives.

El Partido de Peñalver o Pepe Antonio que en la actualidad pertenece, casi totalmente, al municipio de Guanabacoa, tiene algunas pequeñas áreas rurales que se hallan hoy dentro del límite municipal de la Habana del Este, en la Zona de Campo Florido.

División política-administrativa en el año 1878

En 1878 el régimen colonial adopta una nueva división político-administrativa en provincias y municipios. De acuerdo a ella, la mayor parte del actual territorio del municipio La Habana del Este se incorpora al término municipal de Guanabacoa. Los partidos pedáneos son sustituidos por los llamados Barrios Rurales; así el partido Buenavista se convierte en el barrio rural de Cojimar con la misma extensión territorial . El partido de Bacuranao pasa igualmente a barrio con la misma extensión territorial. Guanabo es segregado de Guanabacoa y se convierte en un barrio del término municipal de Jaruco y posteriormente se crea el barrio de Campo Florido, del municipio de Guanabacoa, con territorios que habían sido de los partidos de Guanabo y Peñalver.

El territorio al Oeste de la línea de hitos, que incluía El Morro, La Cabaña y los terrenos que hoy ocupa la Ciudad Camilo Cienfuegos, se incorporó al término municipal de La Habana y dentro de ese municipio, al barrio de Casablanca.

De esta manera, al finalizar el siglo XIX y terminar la etapa colonial, el territorio del actual municipio La Habana del Este estaba repartido en tres términos municipales: Guanabacoa - la mayor parte -, La Habana - el extremo Oeste- y Jaruco, el extremo Este.

La parte del territorio perteneciente a Guanabacoa estaba dividida entre los barrios rurales de Cojímar, Bacuranao, y Campo Florido, correspondiendo a los actuales Consejos Populares de: Cojímar, Antonio Guiteras, Alamar Playa. Alturas de Alamar, Alamar Este, Campo Florido y parte de Guanabo.

La parte perteneciente a Jaruco, formaba el barrio de Guanabo y hoy es parte del Consejos Populares de Guanabo y Campo Florido.

Conspiración de Aponte

La conspiración de José Antonio Aponte y Ulabarra, con participación, fundamentalmente de negros y mulatos libres y esclavos, tuvo al territorio del actual municipio de La Habana del Este como escenario de una de las sublevaciones organizadas por los conspiradores[47].

En el ingenio “Peñas Altas”, se subleva su dotación, dirigida por el lugarteniente de Aponte, Juan Bautista Lisundia, auxiliado por Juan Barbier y Francisco Javier Pacheco, este ingenio se hallaba en las inmediaciones del sitio donde hoy existe un apeadero del ferrocarril eléctrico que une las bahías de La Habana y de Matanzas, que lleva el mismo nombre del ingenio.

La sublevación se inicia el 15 de marzo de 1812 en el ingenio “Peñas Altas” y en el “Trinidad” y aunque el extenso territorio de ambas plantaciones cañeras incluía parte de los actuales municipios de Jaruco y Guanabacoa, las principales acciones ocurrieron en territorio del actual municipio de La Habana del Este.

Antonio Orihuela, mayoral del Peñas Altas logró reunir un grupo de sanguinarios rancheadores, esclavos traidores y otros voluntarios, se enfrentó a los sublevados, logró aplacarlos y hacerlos prisioneros.

El Capitán General Don Salvador del Muro y Salazar, Marqués de Someruelos celebró en la Habana un aparatoso juicio, cuyo objetivo principal era ofrecer un escarmiento a los cubanos que abrigaban ideas separatistas y abolicionistas y principalmente a los negros y mulatos libres y a los esclavos[48].

Lisundia, Barbier y Javier Pacheco fueron condenados a la horca y sus cabezas expuestas en lugares públicos. La cabeza de Lisundia en el ingenio Peñas Altas y la de Barbier en el ingenio Trinidad. José Antonio Aponte y Ulabarra corrió igual suerte y su cabeza fue expuesta en su casa en el Barrio de Guadalupe, en La Habana[49].

Este conspiración se proponía como fines, en primera instancia, terminar con la esclavitud en Cuba y con el dominio colonial español.

Guerra de independencia de 1895

La Guerra Grande o de los 10 años, iniciada por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868 en La Demajagua, pasó sin graves consecuencias para la Región Occidental aunque tuvo lógicas repercusiones. La Guerra de Independencia de 1895 a diferencia de aquella, tuvo por escenario toda la isla por lo que en La Habana también se combatió contra el colonialismo español durante la contienda que José Martí había denominado “la guerra necesaria”. El movimiento independentista no se hizo sentir con fuerza en La Habana hasta que llega al territorio la columna invasora de Gómez y Maceo durante el 1 de enero de 1896. No obstante, ya desde antes, surgieron actividades conspirativas que demuestran el surgimiento del sentimiento anticolonialista en la región.

Conspiración de los hermanos del silencio

En el territorio se conspira a favor de la independencia desde antes de la llegada de la invasión. El 14 de octubre de 1895 se funda en Campo Florido una organización secreta de laborantes que llevaría por nombre “Los Hermanos del Silencio”, de la cual formaría parte, entre otros, el patriota Fernando García y Grave De Peralta, Margarito Zarza “Chacho”, Sergio Cejas, José Luis Cejas, Ramón Severino Castellanos, Joaquín Medina, Manuel Martínez, Jesús Ochoa y Domingo Lugones.

El objetivo principal de Los Hermanos del Silencio, consistía en la obtención de armas y pertrechos para los insurrectos, además de otras acciones como la quema de ingenios, y cañaverales. Las acciones de este grupo sirvieron de apoyo a las huestes independentistas en su paso por el territorio[50].

Acciones militares de 1896 a 1898

El territorio que hoy corresponde a La Habana del Este pertenecía al Teatro de operaciones militares de la Brigada Norte perteneciente a la 2da División Habana, del 5to Cuerpo de Ejército del Ejército Libertador Cubano. El Jefe de esa brigada fue el Brigadier Rafael de Cárdenas Benítez y entre sus regimientos, se hallaba el Habana de Caballería con el Coronel Néstor Aranguren Martínez, al frente, que operó en este territorio.

En la organización militar española, el territorio pertenecía a la 3ra Región Militar y la comandancia de la zona estaba situada en la Casa de la Familia Rosell, que la había abandonado, en Campo Florido.

Campo Florido y Guanabo fueron escenarios de la guerra. Resulta difícil separar el espacio del teatro de operaciones militares dentro de la cual se encuentran estas dos poblaciones, entre los actuales municipios de Jaruco, Santa Cruz del Norte, Guanabacoa y La Habana del Este, por lo que reseñaremos las acciones más importantes ocurridas no sólo dentro del territorio de Guanabo y Campo Florido, sino también en el área inmediata a los mismos, pero perteneciente hoy a otros municipios[51].

El 16 de febrero de 1896 irrumpen las tropas mambisas en Campo Florido e incendian la estación de ferrocarriles, recuperando un arsenal escondido por los Hermanos del Silencio. Esta Acción resultó muy arriesgada pues la comandancia española tenía su cuartel general a escasos metros del lugar y el Alférez Rafael Hernández “Longo”,

Lugarteniente de Aranguren, quien dirigió la operación, sólo contaba con seis hombres bajo su mando; además una semana antes, tropas mambisas habían tiroteado el tren de pasajeros entre Campo Florido y Portilla, razón por la cual las tropas españolas estaban sedientas de venganza[52].

Ese propio día, las fuerzas cubanas ajustician en Campo Florido a un recalcitrante enemigo de los cubanos, el hacendado Don Sebastián de Macías, dueño del Ingenio Tivo Tivo[53].

Fuerzas del General Antonio Maceo, luego del ataque a Santa Cruz del Norte, hicieron rumbo al ingenio Jiquiabo, donde el General pernoctó, situándose a unos 5 kilómetros de Campo Florido.

La jornada del 1 de marzo de 1896 comenzó con la destrucción de un tramo de la vía férrea de Regla a Matanzas, hostilizando también un convoy con carros blindados de protección. Varios escuadrones cortaron los hilos telegráficos y telefónicos, arrancando los postes de Minas, Campo Florido y Bacuranao[54].

La respuesta del Gobernador Valeriano Weyler a las hazañas mambisas en territorio norte de la capital, que lo cubrieron del más escandaloso ridículo, fue nombrar y destacar en la zona a uno de sus más criminales militares, al Teniente Coronel Narciso de Fonsdeviela quien en represalia asesinó el 3 abril en la estación de ferrocarril de Campo Florido a: Margarito Sales ‘’Chucho”, Sergio y José L. Cejas, Ramón Severino Castellanos, Joaquín Medina, Manuel Martínez, Jesús Ochoa y Domingo Lugones; acusados de pertenecer a Los Hermanos del Silencio, cuatro de los cuales eran inocentes.

Un nuevo hecho de sangre ocurre el 16 de abril ejecutado por los lobos Fonsdeviela al asesinar a un grupo de campesinos que transitaban por el camino de Minas.

El 23 de mayo del mismo año 1896, tropas del regimiento Habana de Caballería atacan e incendia el caserío Guanabo y en la acción ajustician al secretario del juzgado por sus actividades anticubanas. Los españoles ofrecieron fuerte resistencia atrincherándose en las casas del pueblo y en la Iglesia de la Santa Ana, por lo cual fue necesaria la acción de la tea incendiaria mambisa[55].

De nuevo es averiada la línea de ferrocarril en el Kilómetro 19 entre Campo Florido y Jaruco por tropas mambisas, el 12 de diciembre y al siguiente día, se produce el combate sobre el puente del río Guanabo entre las tropas de la Brigada Norte y fuerzas hispanas.

Aunque en marzo de 1897 se sustituye al Teniente Coronel Fonsdeviela de Guanabacoa por el Coronel Manuel Tejerizo, ocurre otra masacre de inocentes campesinos en la loma Fiebrarás, de la Finca del mismo nombre, el 23 de abril donde son asesinados: Donato Félix Bello, Leonardo Llerena, Andrés Guillama, Francisco Días, Eligio Gil, Martín Puentes, Camilo Cejas, Eleno Guerra y su hijo J. Caballín, el niño Margarito Urole y Cruz Ferrer.

El 19 de mayo de 1897, estando acampado en “La Viuda”, el General De Cárdenas, es atacado por los españoles y se retira a Guzmora pero en respuesta el Teniente Coronel Raúl Arango quemó el ingenio San Rafael y se internó en la Sierra de Jaruco.

El 27 de mayo de 1897, tropas al mando del Brigadier Rafael de Cárdenas atacan nuevamente a Guanabo.

El 8 de agosto de 1897, en La Pita y Boticario, en las cercanías de Campo Florido, tropas cubanas del Regimiento Jaruco, tirotean a una columna española perteneciente a la 5ta Región Militar; en septiembre, las tropas cubanas combaten en San Francisco; el 12 de enero de 1898 el Coronel Alfredo Lima ataca el Ingenio Jiquiabo, también en el área próxima a Campo Florido y el día 20 de ese propio mes, los insurrectos atacan en el poblado de Santa Bárbara a tropas del Batallón Bavastro y del 4to escuadrón del Regimiento Pizarro.

Al aprobar España la autonomía para Cuba el 25 de noviembre de 1897, el Capitán General de la Isla, Don Ramón Blanco, se propuso una política de atraer a los Jefes mambises a deponer las armas haciéndoles ver que el nuevo régimen cambiaría la situación política y social del país.

En respuesta a la cobarde y engañosa propuesta enemiga, el alto mando libertador ordenó ejecutar a cuantos oficiales españoles se acercaran con tales propuestas.

El Teniente Coronel de Ingenieros del ejercito español Joaquín Ruiz, quien había sido jefe de Néstor Aranguren en las obras de acueducto de Albear, se presentó ante el joven y bravo mambí para convencerlo de que depusiera las armas. El valeroso revolucionario luchador por la independencia de su Patria, sin perder tiempo ordenó su ejecución inmediatamente el 13 de diciembre de 1897[56].

Este hecho tuvo gran repercusión y provocó diversas interpretaciones y reacciones. No obstante, a pesar de las difamaciones e insidias, la figura del valiente joven oficial cubano predominó como ejemplo de entereza y fidelidad a la causa de la libertad del pueblo cubano.

Revelado su paradero por Pío Romero, un vecino del lugar en que solía descansar – Finca “La Pita”, cerca de Campo Florido, hoy corresponde al Municipio de Jaruco en su límite con La Habana del Este- Aranguren es sorprendido el 27 de enero de 1898 por una partida de españoles dirigida por el Comandante Benedicto y guiada por el cubano traidor Bartolo Ramos, que lo rastreaban afanosamente para vengar la muerte de Ruiz. Aquí, mientras dictaba una carta a su secretario Félix Pereira, lo sorprende el enemigo. Una lluvia de balas cae sobre el joven coronel, al cual faltaban sólo 18 días para cumplir 25 años de edad; cae herido, logra sobreponerse y ocultarse en un campo cercano donde se desploma y es rematado salvajemente.

Su cadáver fue arrastrado hasta la comandancia española en Campo Florido y allí expuesto, hasta que fue trasladado por tren a Regla y de allí en Ferry a La Habana.

Una extraordinaria hazaña de la Guerra de Independencia fue protagonizada por el General Rafael de Cárdenas Benítez, cuando al frente de 8 hombres dejan sus caballos en la desembocadura del Río Cojímar y se dirigen hasta Casablanca, en los bajos de la formidable fortaleza de La Cabaña, y a su regreso, almuerzan en la hacienda del norteamericano Charles Warner (antigua casona en el Km. 71/2 de la carretera de Cojímar al Morro, a la entrada de la hoy Ciudad Camilo Cienfuegos) después se dirigieron a la finca Villalta, donde los padres Escolapios tenían un caserón colonial (conocida como Finca de Los Curas) y allí fueron avituallados y obsequiados con 2 caballos. La hacienda del norteamericano y la estancia de los Escolapios estaban ubicados en el territorio de Cojímar[57].

Expediciones mambisas

La primera expedición que desembarcó en costas del territorio fue la del General de Brigada Joaquín Castillo Duany por Sibarimar o Boca Ciega a bordo del vapor “Three Friends” ,con apoyo de las tropas del General José María Aguirre, la que s e enfrentaron valientemente a las cañoneras españolas del General Ochoa. Dos días después se vuelven a encontrar las tropas de Aguirre y las de Ochoa, en el mismo lugar, hechos ocurridos el 5 y el 7 de julio de 1896.

El 24 de Mayo de 1897, arriba otra expedición mambisa, al mando del Coronel Ricardo Delgado en el Buque Dauntles que desembarcó por la Boca del Río Bacuranao, trayendo más de 450 fusiles, 190 mil cartuchos, machetes, explosivos, un cañón y otros útiles.

Otra expedición insurrecta que tocó tierra cubana en el territorio de La Habana del Este, fue el vapor “Sommer Smith”, que arribó a la ensenada de Sibarimar o Boca Ciega el 9 de septiembre de 1897. Esta expedición trajo 500 mil cartuchos, fusiles, machetes, ropas, alimentos, y equipos además de 19 combatientes, entre ellos el chileno Luis Ahumada. Al frente vino el propio General Rafael de Cárdenas, quien había salido clandestinamente hacia Estados Unidos., dada la precaria situación que presentaba las tropas libertadoras en la provincia y regresó con la expedición.

Reconcentración de Weyler

Durante la reconcentración de Weyler se ubicaron en el pueblo de Cojímar los campesinos situados desde Bacuranao hasta el Morro y desde la costa hasta Guanabacoa, utilizando con este fin el Hotel Cojímar.

En Campo Florido, se situaron los campesinos que se hallaban en el territorio desde Minas hasta Guanabo, ocupando los sótanos y la casa de la esquina de la Calle Real y el camino a Minas ( Calles Martí y Mártires de Girón, en la actualidad) situando la fosa común de los reconcentrados en el lugar donde hoy se halla el Parque de los Mártires de Girón[58].

Un testigo de la Zona, entrevistado el 9 de noviembre de 1977, relató el triste peregrinar de su familia:

“Nacido en San Matías, Boca de Jaruco, en 1886 residía en Jústiz. Cuando tenía 10 años de edad su familia vivía en la Finca de Donoso. De allí lo sacaron para reconcentrarlos a los 14 miembros de la familia. Al final de la reconcentración sólo regresaron con vida 7. Había perecido la mitad exacta de la familia. Todos regresaron en muy mal estado; apenas se mantenían en pie y hablaban con tanta debilidad que casi no se les entendía. Entre los 7 perecidos se encontraban el padre y dos hermanos.”

“Primero los reconcentraron en Campo Florido, donde comenzaron a sufrir toda clase de privaciones. Comían las sobras de los soldados. De Campo Florido los llevaron a Guanabacoa, donde sólo permanecieron 3 días, sin que se les facilitaran recursos. De Guanabacoa lo trasladaron a Cojímar donde permanecieron el mayor tiempo. Comían tripas y cáscaras de calabazas hervidas con pedazos de macaos, allí comenzaron a morirse”[59].

Guerra Cubano-Hispano-Norteamericana

Declarada la guerra a España por los Estados Unidos, quienes intervinieron en la contienda cubana, bloquean las costas de la isla e intentan atacar a La Habana.

En el actual territorio de la Habana del Este se produce un hecho durante esta etapa, cuando el 6 de mayo de 1898 tres cañones de 97 milímetros, de tiro rápido de la defensa costera española, situados en las costas de Cojímar hacen fuego a buques de la escuadra norteamericana que bloqueaban La Habana, averiando uno de los buques.

En Cojìmar y Campo Florido se reconcentraron los campesinos del territorio. Este genocidio de Valeriano Weyler le costó a Cuba la muerte de un tercio de su población aproximadamente, además de otras graves consecuencias.

Fin de la contienda

El 12 de diciembre de 1898 el Ejercito Libertador, hace su entrada en Campo Florido, teniendo como abanderada a Rosa Portieles, hija de ese pueblo. Fue la entrada triunfal de los mambises, aunque no significó la independencia de Cuba a causa de la intervención norteamericana.

República neocolonial

El territorio municipal del actual municipio de La Habana del Este continuaría en las primeras décadas del siglo XX con el desarrollo de las únicas localidades establecidas en el siglo anterior: Cojímar, Guanabo y Campo Florido hasta 1930 en que se iniciaron nuevas urbanizaciones de extensas áreas con fines especulativos. La industria azucarera, que comenzó su decadencia a mediados del siglo anterior, había quedado seriamente deteriorada después de la guerra de independencia, fundamentalmente por la acción de la tea incendiaria desplegada en ingenios y cañaverales por las huestes mambisas llevando a los hacendados a la ruina no pudiendo competir con el capital inversionista norteamericano que durante la intervención se apropió en gran medida de la mayor agroindustria cubana. Por esta causa, en los primeros años del siglo XX, desapareció esa industria del territorio.

La ganadería volvió a ocupar el lugar perdido en la economía local, desarrollándose sobre todo la producción lechera y los derivados de ésta; y daría sus primeros pasos la industria turística, manteniéndose la pesca a lo largo del litoral. El comercio, el transporte y las construcciones inician un despegue acorde al desarrollo del turismo y las nuevas urbanizaciones.

La división político - administrativa se mantuvo en lo fundamental aunque en 1902 Guanabo, que era considerado un barrio de Jaruco, pasó nuevamente al Municipio de Guanabacoa manteniendo el estatus de barrio hasta el 7 de febrero de 1909 en que por disposición del gobierno municipal de Guanabacoa se incluyó dentro del Barrio de Campo Florido.

La zona actual de Camilo Cienfuegos siguió perteneciendo al Barrio de Casa Blanca del municipio de La Habana. El resto del territorio continúo bajo el término municipal de Guanabacoa que quedó integrado por los barrios de Cojímar, Campo Florido y Bacuranao.



50 DESARROLLO DE COJIMAR.

Cojímar, no afectada por acciones bélicas en la contienda independentista, continuó siendo el floreciente balneario, cuyas playas: El Cachón (de arenas) y Nuestra Señora de la Asunción (Rocosa) le dieron fama entre los habitantes de La Habana, Guanabacoa, Regla y Casablanca.

El 10 de marzo de 1907 se inaugura el suntuoso Hotel Campoamor, con la asistencia de Doña Carmen Zayas Bazán viuda de Martí y su hijo el Capitán José Francisco Martí Zayas Bazán, entre otras personalidades (62). El hotel contaba con un lujoso comedor, hermosa pista de baile y elegante roof garden y casino. Se hablaban cuatro idiomas y constituyó el lugar preferido de la burguesía criolla habanera para disfrutar de la “Luna de Miel” (63).

El agrimensor Andrés Balaguer traza en 1905 un plano geométrico del nuevo reparto “Residencial Loma” y 3 años después, el rico industrial jabonero catalán, Don Joaquín Boada estrena su fastuosa casa – quinta “Pedralves” construida por el artífice del ArtNouveau Mario Rotllant, con exóticos jardines con plantas traídas de tres continentes, en 1908. (64)

El Hotel Campoamor, el exclusivo reparto “Residencial Loma” y la “Quinta Pedralves” marcó un nuevo intento burgués en convertir la playa de Cojímar en un elegante balneario al que llamaban “La taza de oro de la costa norte”.

Este intento burgués trajo aparejado la implantación en Cojímar de los últimos adelantos de la época.

En 1906 se monta una pequeña planta generadora de energía eléctrica en la casa del Dr. Antonio Espinal, propietario de cuatro terrenos en la playa y se pone un servicio de taxis con vehículos Ford a Guanabacoa y La Habana.

El transporte regular con ómnibus lo establecen Maño y Bolaño en 1915 para lo cual son reparadas las calles a solicitud y gestión del Dr. Francisco María Héctor (65).

En 1916, el Hotel Campoamor se convierte, a partir del 1ro. de julio, en el centro médico- educativo “Preventorio Antituberculosis José Martí”, se inaugura un nuevo balneario: el “Cojímar Beach Club” y el millonario industrial chocolatero, Milton S. Hershey, recibe la aprobación para operar un servicio de ferrocarril eléctrico entre el barrio de Casablanca y la playa de Cojímar y compra 150 000 m 2 de terrenos parcelados.

En marzo de 1918 el ingeniero civil Abel Fernández parcela las fincas “El Vedado” o “La Vega”, al Sur y “Manuel el Chiquito” al Oeste, ambas, en la parte alta de Cojímar, como modernos repartos de calles trazadas en cuadrículas perfectas de 100 metros de lado. (66)

La crisis económica conocida como “Las vacas flacas” provocó la decadencia de los veraneantes y turistas y el fracaso del intento burgués de convertir a Cojímar en balneario exclusivo. La crisis dificultó la urbanización de nuevos repartos.

El primer parque de Cojímar, con el nombre del comandante mambí Alberto Barreras, se inaugura el 22 de febrero de 1923 y ese año comienza el servicio del tren eléctrico de Casablanca a Cojímar con 36 viajes diarios (67).

Un bodegón con fonda especializada en productos frescos del mar inaugura Manuel García con el nombre de “Las Arecas”. Después tomó el nombre de salón Villar por el apellido del nuevo propietario y más tarde tomó el actual nombre de “La Terraza” al que le diera fama internacional el escritor Ernest Miller Hermingway a través de dos de sus famosas novelas.

Un furioso ciclón destruye el “Cojímar Beach Club”, derrumba el techo de la iglesia y la casi totalidad de las humildes casas de los pescadores, el 20 de octubre de 1926 (68) . El acreditado meteorólogo empírico, Roberto Ortiz, residente en Cojímar, predijo y precisó que el meteoro penetraría por Surgidero de Batabanó y saldría al estrecho de la Florida por La Habana.

En los últimos años de la década del 20, Cojímar se convierte en un atractivo y pintoresco centro de verano. La Playa se dota de un hermoso puente para bañistas, se inaugura un nuevo y moderno hotel, el “Loma”, es hermoseada la playa con pequeños parques y un malecón que bordea el estero desde La Puntilla hasta los nuevos Baños de “Doña Pilar” y el cabaret “”El Pirata”. Un nuevo auge constructivo siembra de regias mansiones no sólo el exclusivo Residencial Loma, sino diseminadas ya por todo el pueblo, principalmente las calles Real o Martí y Pezuela. Desde 1926 se conecta con toda la Isla y el resto del mundo con la instalación del servicio telefónico. Comienza a intentarse la materialización del proyecto de urbanización de los terrenos entre el Castillo del Morro de y Cojímar. El presidente Gerardo Machado, en un acto de servilismo al gobierno norteamericano, llamó a la futura ciudad costera “Atlantic City” (69), así en idioma inglés, y Cojímar sería el exclusivo balneario de la misma. Personeros y funcionarios del gobierno machadista se apresuraron a adquirir parcelas de terreno y edificar lujosas mansiones con mármoles y vitrales.

A pesar de la coterraneidad de políticos y funcionarios machadistas, jóvenes cojimeros tomaron parte en la lucha antimachadista. La colocación y estallido de una bomba en la residencia de Chuchú Lunar, en la Calle Victoria esquina a Real, La quema del “Castillito” donde vivía Souto, Jefe de la porra y la participación de algunos comercios y motoristas del tren eléctrico el 2 de agosto de 1931 y el 29 de julio de 1933 en huelgas antimachadistas.

A pesar del reducido número de pescadores presentes en todo el tiempo, los pescadores cojimeros han sido protagonistas de no pocas espectaculares vivencias marinas, el 10 de marzo de 1930 “Pepe” Mazón arponea un pez dama de diez metros y 32 centímetros en su embarcación “El Gofiero”. Fue el segundo ejemplar capturado en Cuba y el segundo en tamaño. (70)

Después de una prolongada lucha de carácter popular el régimen despótico de Gerardo Machado es derrocado el 12 de agosto de 1933 producto de una huelga general revolucionaria.

Ocuparon entonces la presidencia diferentes figuras que no pudieron estabilizar el gobierno de la república.

El 6 de septiembre el presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt envía buques de guerra a las costas de Cojímar con intenciones intervencionistas. El Dr. Horacio Ferrer, ex-secretario de la guerra del depuesto presidente Carlos Manuel de Céspedes, solicita al embajador norteamericano Sumner Welles que se produzca un desembarco limitado por la Boca de Cojímar (71).

En el año 1938 los sicarios de Fulgencio Batista, jefe entonces del Ejército, asesinan a un grupo de supuestos conspiradores y arrojan sus cadáveres en “la cueva de los Camarones”, en las inmediaciones del Oeste de Cojímar, en un sitio que hoy se encuentra dentro de la ciudad Camilo Cienfuegos, sus nombres: Phillips Bermúdez, José Santo González, Sargento Raúl Margaran y el Cabo Domingo León (72) .

El ingeniero José Arellano instala una modernísima planta productora de hidróxido de magnesio, que se extrae del mar y otros productos químicos. El magnesio había adquirido un gran valor para aleaciones metálicas empleadas en la fabricación de aviones (73). El ingeniero Arellano había encomendado a un laboratorio norteamericano hacer un bojeo a Cuba y recoger muestras de las aguas marinas en distintos lugares para determinar el lugar donde fueran más ricas en minerales. Los lugares fueron las costas rocosas de Cojímar y las arenosas del Rincón de Guanabo, estableciendo la planta procesadora en Cojímar, en el lugar que se conoce como “Poceta de los curas” porque allí tomaban baños de mar los seminaristas franciscanos de Guanabacoa que veraneaban en Quinta Pedralves.

Salvador Blanco, comerciante y exportador de subproductos del tiburón, abundantes entonces en las costas al norte de La Habana, instala una planta procesadora de conservas para envasar bonito y atún, “Cuba Mar”, en 1940; aunque continúa procesando subproductos del tiburón y salando sus carnes que se vendían como Bacalao.

La primera unidad sanitaria le llega a Cojímar en 1942 al instalar el gobierno municipal de Guanabacoa un dispensario gratuito de pocos recursos e insuficiente personal (74).

El censo de la República de Cuba de 1943 registra una población de 7 051 habitantes, Cojímar cuenta ya con tres hoteles y numerosos comercios menores, cafeterías y bares que acentúan cada vez más su condición balnearia - residencial.

El siguiente año, el 18 de octubre, un huracán de gran intensidad conocido como el ciclón del 44, azotó localidad por más de 8 horas. Causó derrumbes, caídas de árboles 55 y de postes del tendido eléctrico, dejando a Cojímar a oscuras, sin agua potable y parcialmente destruida.

El yate del rico industrial Thorvald Sánchez y su patrón José “Cheo” Hernández Orihuela, pescador cojimero, protagonizaron el 20 de noviembre de 1944, una de las hazañas pesqueras relacionadas con Cojímar: la captura de un tiburón blanco de 32 pies de largo y 32 centímetros, cuyo hígado pesó 1005 libras, considerado el mayor tiburón pescado hasta esa fecha.

Son las décadas del 40 y el 50, con la creación del club Náutico de Cojímar, que respondía a los intereses de la pequeña y mediana burguesía, llega el desarrollo de los deportes. Los jóvenes cojimeros practicaron hasta 12 deportes.

La señorita Conchita Ibáñez participa el 25 de enero de 1946 en las competencias de tiro con arco, convocadas por el Liceo de Regla, y se convierte en la primera mujer cubana en competir oficialmente en un certamen de esta disciplina.

El 20 de junio del mismo año se estrena la piscina de curso corto en el Náutico de Cojímar. -la sexta piscina en el área metropolitana de la ciudad de La Habana- de donde surge un campeón nacional en estilo de dorso: Narciso Oliva y varios jóvenes del equipo de lucha conformaron el equipo nacional. El atleta José María López obtiene medalla de bronce en los primeros Juegos Panamericanos de Buenos Aires y el Cojimero José Yánez Ordaz, Ciudadano Ilustre de Cojímar, obtuvo medalla de bronce en los segundos Juegos Panamericanos de México y medalla de Plata en los terceros Juegos Panamericanos de Chicago, también en lucha, celebrados en 1951, 1955 y 1959 respectivamente. (75)

Convocado por el Comodoro del Club Náutico de Cojímar, se celebra el primer torneo de la pesca de la aguja en marzo del 1947.

También estas décadas se caracterizan por el desarrollo de nuevas urbanizaciones en áreas pertenecientes al barrio de Cojímar, vinculadas al proyecto de la Ciudad de la Habana del Este surgido en 1949.

Durante este período se producen algunas protestas obreras en la industria del pescado; pero en general no existió en Cojímar tradición de luchas obreras debido a la poca existencia de centros industriales y ninguna de gran número de trabajadores.

El censo de Población, Viviendas y Electoral, en su informe general de 1953, publicado el 28 de enero expresa que en el Barrio de Cojímar viven 18 682 habitantes.

DESARROLLO DE GUANABO.

Atacado e incendiado por las tropas mambisas el pueblo de Guanabo, éste quedó totalmente devastado. La iglesia parroquial de Santa Ana fue trasladada para Campo Florido que superó al pueblo de Guanabo en importancia.

Al cierre del siglo XIX, Guanabo había sido reducido a un pequeño caserío sin importancia que, en la actualidad se conoce como “Caserío Guanabo”. Incluso, en 1909 el pueblo de Guanabo pierde su condición de barrio y se inserta en el de Campo Florido.

Sin embargo en la playa, ya desde finales de siglo pasado, se habían establecido algunos pobladores, lo que constituyó el punto de partida del desarrollo de un nuevo núcleo poblacional (76). Los terrenos aledaños a la playa eran considerados realengos desde los inicios de la Colonia y fueron adquiridos más tarde por la Casa de Beneficencia de La Habana.

El representante a la cámara durante el gobierno de Machado, Arquitecto Gustavo Parodi, que poseía una lujosa residencia de veraneo campestre en el Caserío Guanabo, conocida como “Villa Lazarita”, compró los terrenos situados entre el caserío y la playa, a muy bajo precio pues eran cenagosos; disecó y parceló los terrenos y los vendió a precios muy superiores. En esta franja costera surgió la nueva urbanización de la Playa de Guanabo (77).

Las primeras casas, hoy las más antiguas, datan de 1927, del tipo chalet con arquitectura de madera y algunas de dos plantas, estilo típico de las casas de playa de la época (78). Diez años más tarde se estableció el servicio de correos.

Julio Laza Peolí, maestro de obras constructoras de las primeras casas de la playa de Guanabo, estableció por los años 30 un servicio de transporte con dos guaguas y un "pisa y corre” que cubría la distancia entre la playa y la estación del tren eléctrico de Hershey, en el Caserío Guanabo. Luego extendió el servicio a Campo Florido y Guanabacoa. Más tarde comenzaron las líneas de los Omnibus Aliados, la Ruta 62 “La Estrella” que amplió el servicio hasta La Habana (79).

Guanabo se convirtió en ciudad balneario en sólo un cuarto de siglo. La playa de Guanabo creció hacia el Oeste al parcelarse los repartos residenciales Boca Ciega y Alturas de Marbella, obra de Jorge Luis Echarte, quien construyó la carretera Playa Cuba - Playa Hermosa hasta el Rincón de Guanabo, al Este de la playa original (80).

La compañía Tarará Land Company, del norteamericano Royal S. Webster y Ferguson, fomentó en la boca del río Tarará el reparto residencial exclusivo “San Martín”. Después de la terminación de la Segunda Guerra Mundial y la construcción de la Vía Blanca, surge otra zona balnearia exclusiva, Santa María del Mar y Balcón de Santa María, creada por Gustavo Bécquer y la familia Grau Triana, los grandes accionistas Tipo de construcciones de madera típica de la urbanización de la Playa de Guanabo a partir de 1927. En la foto, lo que fue el Liceo de Guanabo. 57 años después de La Habana del Este. La obra teatral “Sibarimar” del actor Paco Alfonso, es una denuncia al brutal desalojo de los pescadores del lugar (81).

La Vía Blanca llegó a Guanabo en 1950. Los propietarios de viviendas y comercios aprovecharon la construcción de la carretera y auspiciaron con su dinero la pavimentación, ampliación y urbanismo de la calle 462, la 5ta Avenida y la avenida 5ta. C, impulsando grandemente la urbanización de la localidad.

Como zona de atracción turística, la Playa de Guanabo se llenó de hoteles, moteles, clubes, bares y comercio de todo tipo, lo que determinó una cuantiosa presencia de obreros flotantes. Los obreros del comercio se organizaron en el Sindicato de Hoteles y Restaurantes. Los trabajadores del transporte se organizaron en la Cooperativa de Omnibus Aliados (COA) y los de la construcción se mantuvieron al margen del gremio del sector por ser mujalista su directiva.

Los comunistas estaban presentes en todas las agrupaciones obreras de la localidad: comercio, transporte y la construcción. La barbería de Héctor Gallo Portieles y Cándido Jústiz Pileta operó como centro de enlace entre el partido comunista y el movimiento obrero. Las orientaciones emanaban de “Acho” Gallo, hermano de Héctor y Armando Interián, secretarios generales del Partido Socialista Popular en el barrio de Campo Florido y en todo el municipio de Guanabacoa, respectivamente. (82)

DESARROLLO DE CAMPO FLORIDO.

La devastación sufrida por el pueblo de Guanabo, hoy Caserío Guanabo por las tropas mambisas propició el crecimiento y prosperidad de Campo Florido.

En los años iniciales de la república mediatizada se levanta un nuevo plano del pueblo cambiando la toponimia de las calles por los patriotas de las contiendas independentistas: Martí, Maceo, Máximo Gómez, Néstor Aranguren y otros.

Durante la segunda intervención norteamericana, en 1907 vivían 930 personas, 339 más que las reportadas por el censo hecho por los norteamericanos en la primera intervención en 1899.

El continuo aumento poblacional hace que el 30 de julio de 1911 se construya la Iglesia del pueblo con apoyo de sus habitantes. El ciclón del año 1926 derrumbó la misma, pereciendo bajo sus escombros el cura párroco Ulpiano Aces.

Los periódicos “Semanario Ilustrado” y “Ecos Floridanos” se publicaron en 1913 bajo la dirección de Amado Borrel Sterling.

La figura local de mayor aporte a la cultura como artista en la comunidad lo fue Teresa Rosell Alfonso, nieta del fundador del pueblo la cual era poetisa, periodista, músico y compositora musical.

El ayuntamiento de Guanabacoa concede permiso en 1915 al vecino del pueblo Gabriel Maristani para instalar una planta eléctrica para la sustitución del alumbrado público de 20 lámparas de aceite y carbón por similar cantidad de bombillas eléctricas. Se establece el primer servicio de ómnibus partiendo de Campo Florido a Guanabacoa y hasta la Plaza de Marte y Belone (Parque de la Fraternidad), en La Habana, con dos vehículos para 18 pasajeros cada uno. Funcionaba el servicio de 7 a.m. a 6 p.m.

El censo de 1919 arrojó una población de 2 092 habitantes, de ellos 750 en el pueblo.

Las primeras calles se pavimentan en los años 20 que hasta entonces eran terraplenes y se construye el primer parque.

Desde finales del siglo XIX se construyeron viviendas con materiales precarios en la margen Este del río Guanabo, junto al camino que conduce a Jaruco, llamándose al nuevo asentamiento “Muela Quieta”. Al Norte de la localidad y al Oeste de la carretera a Guanabo se construyó el reparto “Alturas de Campo Florido”, parcelación con intentos de barriada pequeño burguesa de viviendas unifamiliares. Según el censo de 1943 la población es de 3 445 habitantes en todo el barrio. (83)

En 1934, a la sazón de la celebración del 2do Congreso del primer Partido Comunista de Cuba, se funda una célula de ese partido en Campo Florido, integrada por 16 miembros bajo la dirección de Andrés Avelino Gallo Portieles “Acho”. Es la primera célula del partido en el actual territorio de La Habana del Este. (84)

El 4 de Abril de 1936 reabre sus puertas el Liceo de Campo Florido, fundado en 1917, pero ahora con el nombre de “Unión Club” y bajo la presidencia del dirigente comunista Andrés Avelino “Acho” Gallo; se instituye celebrar anualmente el día de la apertura y se celebraron diversas actividades culturales en las cuales intervinieron Salvador García Agüero, Juan Marinello, Raúl Ferrer, Jesús Orta Ruiz “El Indio Naborí”, entre otros. Esta institución dirigida por un comunista, jugó un extraordinario papel en cuanto a la superación político- cultural y educacional del pueblo y sus alrededores.

Los partidos políticos de mayor influencia en la vida política local fueron el ABC, en la década del 30, el Partido Revolucionario Cubano, (auténtico) en la del 40 y el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) en los años 50.

El campesinado fue víctima de numerosos abusos, entre los que se destacan los desalojos en la finca Cafeni y Finca Majana, llegando al medio centenar los desalojos. La rebeldía campesina estuvo presente en cada felonía, destacándose como líderes de estas luchas Ramón Trujillo y Pedro Triana (85).

En la década de 1950 se crea la sociedad cultural “Avance Juvenil”, que, aunque era considerada una sociedad “para gente de color” según la fraseología y los prejuicios raciales de la época, era realmente integracionista, pues si bien sus miembros eran vecinos negros y mulatos, recibían influencia orientadora del dirigente comunista “Acho” Gallo.

SURGIMIENTO Y DESARROLLO DE “PARQUE RESIDENCIAL BAHÍA”.

El 2 de marzo de 1951, al ayuntamiento de Guanabacoa aprueba los planos y memorias del nuevo reparto “Parque Residencial Bahía”, el primero titulado como perteneciente al nuevo proyecto de la ciudad burguesa de La Habana del Este. (86) Era una gigantesca urbanización en áreas de 24 fincas de campesinos arrendatarios de las poderosas familias de terratenientes Velasco y Grau Triana.

Las fincas, divididas en 2 lotes situados al Oeste y Este de la Carretera de Guanabacoa a Cojímar, se denominaban La Agustinita, La Rosita, San Lorenzo, La Josefina, El Almendro, San Francisco de Paula, La Belencita, Chávez, Aragón, San Agustín, Vista Hermosa, El Tamarindo, Santo Tomás, La Manuelita, Los Pérez, Las Noas, El Desamparo, Rosarito, Mercedita, El Fénix, Santa Rita, Vindedad, Güira y Merceditas, colindando con El Ingenito y Nueva Urría. Todas, pertenecientes al Barrio aún considerado rural, de Cojímar.

Las fincas fueron adquiridas por 4 compañías creadas al efecto de la urbanización: Compañía Parques residenciales al Este de la Habana, S.A, Compañía Parques Residenciales Santo Tomás, S.A, Compañía Parques Residenciales Las Noas, S.A y Compañía Parques Residenciales Guanabacoa- Cojímar, S. A.. Todas, propiedad de Pedro Grau Triana. Los planos aprobados se debieron al Arquitecto e Ingeniero Civil Agustín Suchegui.

El área aprobada ascendía a 2 612 087 metros cuadrados, proponiéndose urbanizar de inmediato 2 058 013 y dejar reservados para el futuro 554 074. Una porción del terreno reservado, se urbanizó a partir de 1957 con el nombre de “Residencial Vía Túnel”.

De inmediato se construyen las calles, aceras, contenes y redes técnicas y se venden las primeras parcelas a distintos particulares; pero la mayoría de los terrenos fueron adquiridos por la caja de los Retiros Comercial y textil. Dos plazas constituirían centros urbanos importantes: la Plaza del Este (Rotonda de Cojímar), donde la antigua Carretera de Guanabacoa a Cojímar se enlazaba con la moderna Vía Blanca en construcción y la proyectada Avenida del Túnel o Vía Túnel, y la Plaza de la Cordialidad, que enlazaría las antiguas Carreteras de Guanabacoa- Cojímar y de Cojímar- Casablanca con las futuras entonces Avenidas Monumental y Monumental del Norte, que se construirían posteriormente.

La primera construcción estructural que se hizo en el Residencial Bahía fue una nave para almacenes y oficinas de la Constructora Boreal, entidad contratada para la construcción de viviendas, que a su vez sirvió a los urbanizadores como oficinas del reparto. Esta nave está situada en la Calle 16, entre 2da y 4ta, con fondo para la Calle 15. En el Residencial Vía Túnel, las oficinas del reparto se situaron en una casa que se construyó en la cima de la Loma Urría, donde se unían, mediante un paso superior, las Avenidas Monumental y Vía Túnel, ambas en construcción entonces, y cuya cubierta o techo era de forma triangular simulando una cuchara de albañil, con la punta señalando 61 al Norte geográfico. Esa casa, por su configuración, comenzaría a ser llamada “Casa de los Tres Picos”.

El Reparto “Parque Residencial Bahía” era el primero de los repartos de la nueva ciudad de La Habana del Este; se proyectó desde 1949 (los planos aprobados estaban fechados el 17 de septiembre de ese año) cuando aún el túnel y la Monumental eran sólo sueños. La Vía Blanca en cambio, si se hacía realidad.

La atención prestada por el gobierno auténtico de Carlos Prío al proyecto de urbanización de La Habana del Este fue tal, que se detuvo la construcción de la plaza cívica o de la República y sus áreas circundantes considerada el principal plan constructivo del Estado, desde el Plan director del Gobierno de Machado.

El golpe del 10 de marzo de 1952 interrumpió la fabricación de las viviendas del Reparto Bahía debido al trauma ocasionado por el cuartelazo a toda la sociedad cubana.

Aprovechando la confusión creada, los fondos de la Caja del Retiro Comercial fueron robadas y quedaron paralizadas las terminaciones de las viviendas semiconstruídas.

El desarrollo de la localidad de Bahía, dividida en las secciones “Bahía Comercial” y “Bahía Textil”, al Este y Oeste de la Vía Blanca respectivamente, continuaría durante la etapa de la dictadura batistiana (87).

ETAPA DE 1952– 1958.

El derrocamiento del gobierno de Carlos Prío mediante un golpe militar perpetrado por Fulgencio Batista con el beneplácito de la embajada norteamericana en Cuba, cambió radicalmente la situación del país que lejos de resolver la crisis política en que se encontraba, la agravó.

En el término municipal de Guanabacoa, José C. Villalobos, alcalde desde 1940 y ferviente batistiano, continuó en el poder y así estaría hasta 1959. Los planes de construcción del túnel y la ciudad de La Habana del Este, continuarían con el nuevo gobierno, con la participación directa y decisiva del nuevo presidente, sus familiares y acólitos. EL TÚNEL DE LA BAHÍA DE LA HABANA.

El proyecto del Túnel es anterior al 10 de marzo de 1952. Fue concebida la idea en 1949 siendo Presidente de la república el “auténtico” Carlos Prío Socarrás, por su ministro de obras públicas el Arquitecto Manuel Febles Valdés.

Este proyecto burgués sustituyó viejas ideas que desde 1908 existían para construir un puente para comunicar ambos lados de la Bahía de La Habana y desarrollar en los terrenos baldíos del Este de la Ciudad un proyecto urbanístico exclusivista para las clases dominantes.

Por la Ley 1053 del 7 de agosto de 1953 se crea la “Financiera Nacional de Cuba”, encargada del financiamiento de muchas de las más importantes obras públicas de Batista. (88)

El 4 de agosto el Consejo de Ministros de la Dictadura emitía la Ley- Decreto No. 1550 para la construcción de un túnel por debajo de la bahía, basamento legal para la construcción de la obra y establecía la llamada “Zona General de influencia del túnel”, dividida en seis secciones, desde la bahía hasta el Itabo, para desarrollar la nueva ciudad de La Habana del Este. (89)

El proyecto se viabilizaba pues los herederos del capitalista cubano Dionisio Velasco Sarrá aportaron el 6% de la totalidad de terrenos que poseían en la “Zona General de influencia del túnel” a la empresa concesionaria.

La compañía francesa “Societé des Grands Travaux de Marseille” firmó contrato por 28 500 000.00 de pesos, el 6 de junio de 1955 con la Comisión Nacional de Fomento. Para el pago de la obra, los franceses aceptaron el empleo de bonos de la Financiera Nacional y la compra de 400 mil toneladas de azúcar, convenio que quedó sellado el 19 de septiembre de 1955, pactado por $ 35 millones que incluía el túnel y la Avenida Monumental.

La Ley- Decreto No. 2034 de 27 de enero de 1955 extendía la concesión para la explotación del túnel (cobro del peaje) a la Compañía de Fomento del túnel de La habana por 40 años.

La Directiva de la Cía de Fomento estaba integrada por elementos escogidos entre los principales accionistas de la llamada “Zona General de influencia del túnel”.

Presidente Pedro Grau Triana Vice-Presidente Alvaro Velazco Montalvo 1er Vice-Presidente Guillermo Rodríguez Salazar Tesorero Manuel Menéndez Massana Secretario Luis Grau Triana Secretario Tomás Felipe Camacho Vice-Secretario Guillermo Alamilla Gutiérrez

Las obras de construcción se iniciaron el 19 de septiembre de 1955 y la entrega oficial de “Societé” fue el 31 de mayo de 1958. Ese día, se efectuó un gran acto para su inauguración, en el que usaron de la palabra los alcaldes de La Habana y Guanabacoa, Justo luís del Pozo y José Calazán Villalobos, respectivamente así como el propio presidente Batista. Al día siguiente, 1ro de junio, comenzó el tráfico regular de vehículos. (90)

64 El túnel fue un gran negocio burgués por el que se beneficiaron por distintas vías, el gobierno, los accionistas de La Habana del Este, la burguesía azucarera y financiera y la compañía francesa ejecutora de la obra, sin embargo trataron de ocultarlo a la opinión pública y sólo exponían de la obra su incuestionable beneficio social y no las jugosas ganancias.

Quedaba claro que el túnel se hacía para beneficiar a la burguesía que viviría en los exclusivos repartos residenciales que se construirían en la nueva ciudad de La Habana del Este, levantada en mayor medida en terrenos del municipio de Guanabacoa y no para beneficio popular (91).


LA AVENIDA MONUMENTAL.

El proyecto de la Avenida Monumental era un gran alarde burgués, pues si bien era una vía necesaria para atravesar la nueva ciudad que se construiría, no era necesaria la inmensidad que se pensaba, de ahí su nombre.

La Monumental tendría nada menos que catorce sendas, seis de ellas serían las carrileras centrales para el tráfico de alta velocidad y otras ocho, colectoras, serían para el tráfico lento o local, escotadas por amplísimas aceras de 10 metros de ancho, contaría con cinco intersecciones por medio de pasos superiores o inferiores y un puente sobre el Río Cojímar.

Se extendería a lo largo de 7,1 kilómetros, desde el túnel hasta la intersección con la Vía Blanca, cerca de la “Gran Plaza del Este” o Rotonda de Cojímar, de allí continuaría con 4 sendas hasta entroncar con la carretera Central, por detrás del Cotorro y enlazarse con la Avenida de San Francisco de Paula o Calle 100 que continuaba hasta Marianao haciendo un verdadero anillo o circunvalación alrededor de la Gran Habana.

Estaría escoltada de altísimos edificios, áreas residenciales y comerciales y contaría con un modernísimo sistema de alumbrado.

El presupuesto original fue de 4,5 millones de pesos pero empezó a subastarse una parte de la misma por valores superiores a los 2 millones de pesos.

De 2,1 millones de pesos fue aumentando a 3,5 millones, con serios esfuerzos de los personeros del régimen de elevarlo a 6,5 millones, para lucrar con ello. Se planificó para construirse en 10 meses, es decir, para concluirla en el cuarto trimestre de 1957, sin embargo a finales de 1958 aún se pagaban certificaciones de obra. (92)


65 LOS ACCIONISTAS, LAS INMOBILIARIAS Y LOS REPARTOS RESIDENCIALES DE LA CIUDAD DE LA HABANA DEL ESTE.

Tres figuras jurídicas aprobadas por el Gobierno de la Dictadura de Fulgencio Batista dieron cuerpo legal a la ciudad de La Habana del Este, que desde el gobierno anterior de Prío se había proyectado. Los alcaldes de La Habana y Guanabacoa, si bien participaron en el lucro con el nuevo proyecto que en áreas de sus municipios se realizaban, no eran los dueños del negocio, el proyecto estaba en manos del propio presidente Batista.

La Ley-Decreto No. 1550 del 4 de agosto de 1954 autorizaba la construcción de un túnel bajo el canal de entrada de la Bahía de La Habana y definía como “Zona General de influencia del túnel” al territorio que desde 1949 se le llamaba La Habana del Este.

La Ley-Decreto No. 2034 del 27 de enero de 1955 aprobada el “Plano regulador de la ciudad de La Habana del Este” y por otro lado, el Decreto No. 1230 del 17 de abril de 1958 declaraba “Zona turística” a todos los terrenos situados al Este de la bahía que estaban en proceso avanzado de urbanización y que se localizaban en la llamada zona general de influencia del túnel.

Fueron un total de 25, las compañías inmobiliarias constituidas para el gran negocio lucrativo de la urbanización de la zona General de influencia del túnel o Habana del Este y sus repartos, todas vinculadas al Dictador Batista, sus personeros y familiares.

Se proyectó, en el terreno estatal de Morro- Cabaña, el llamado “Centro Ejecutivo de la Nación”, que consistía en un nuevo Palacio Presidencial y sede de los ministerios” y en los terrenos de los Velazco y Grau Triana numerosos repartos que se denominarían: La Habana del Este Metropolitana, Riveras del Puerto, Los Algarrobos, Fortín, Residencial Vía Túnel, Residencial Bahía, Residencial Alamar, Colinas de Villa Real, Ciudad Náutica del Este y otros.

Todos los planes burgueses vinculados a la ciudad de La Habana del Este: El túnel, la Monumental, la zona industrial, los centros comerciales y los repartos residenciales constituyeron un fabuloso negocio con el que se llenaron los bolsillos el presidente Batista, sus sicarios, la mafia norteamericana y la burguesía inversionista cubana, por varias vías: a saber, los presupuestos deformados, la compra- venta y revalorización de los terrenos, los juegos especulativos, el cobro del peaje del túnel, el sistema impositivo y otros sucios manejos. Pero todo aquello no ocurría en un ambiente de paz, sosiego y armonía; la dictadura asesinaba a miles de jóvenes, el hombre, la pobreza y la desnutrición aumentaba y la lucha insurreccional en la Sierra y las ciudades por la definitiva liberación arreciaba, incluso en el propio territorio donde el tirano había comenzado a levantar su fastuosa nueva ciudad de La Habana del Este, ocurrieron hechos importantes de la lucha armada.

COJÍMAR EN EL CONTEXTO DE LA HABANA DEL ESTE BURGUESA.

En esta etapa el desarrollo de Cojímar se ve detenido ante el avance de los repartos residenciales concebidos por la burguesía como parte de la ciudad de La Habana del Este, varios de los cuales construidos en terrenos pertenecientes al barrio de Cojímar, como Alamar , Bahía y Vía Túnel.

La antigua localidad de Cojímar quedaba incluida dentro de la Sección 1ra de la Zona General de Influencia del túnel.

En 1953 también se inauguran en la localidad la fábrica textil Lencería Scarlet y otra de elásticos.


GUANABO Y CAMPO FLORIDO.

De acuerdo al plano general de La Habana del Este, Guanabo estaba excluida de la nueva ciudad, pues ésta limitaba por el Este con el Río Itabo; sin embargo las playas de Guanabo con su desarrollo turístico y su condición de ciudad balneario, constituían una prolongación natural de la ciudad- sueño de la aristocracia criolla y no estuvo exenta de la especulación en los actos de compra- venta de terrenos; en esta etapa se urbaniza una nueva zona con participación de capital yanqui: el reparto Bellomonte.

Campo Florido también estaba excluido de los planes de La Habana del Este burguesa; según el censo de 1953 contaba con 2 638 habitantes en su núcleo urbano y 4 759 en toda la jurisdicción del barrio. La explotación del campesinado seguiría siendo la tónica característica de esta etapa en la localidad.

SURGIMIENTO DE ALAMAR.

Alamar debe su nombre a una alusión al apellido de Guillermo Alamilla Gutiérrez, importante accionista del negocio de La Habana del Este, propulsor de este reparto. Las tierras urbanizadas eran propiedad de la Familia Velazco, arrendadas en parcelas a varios campesinos. La mayor parte, correspondía a la finca “La Noria”, que estaba arrendada a Saro Acosta en la década de 1940 y vendió sus acciones a Antonio Hernández. Otras parcelas eran las de Ovito Gamón, Carlos Gárciga, los Hernández y Tomás Llerena.

El primer reparto urbano del área que actualmente integra la localidad de Alamar fue el “Residencial Colinas de Villa Real”, en la Sierra de Bacuranao, aprobado por el Ayuntamiento de Guanabacoa el 26 de enero de 1954 que, según la propaganda burguesa, tuvo record de venta. Colinas, inicialmente se proyectó para abarcar ambos lados de la Vía Blanca pero posteriormente se urbanizó sólo al Sur de la misma. Se construyeron sus calles, aceras, cunetillas, un tanque elevado para el abasto de agua, sus redes técnicas, se hizo un gigantesco campo de golf con 18 hoyos pero, a pesar de estar vendidas muchas parcelas, se construyeron apenas 5 viviendas vinculadas al campo de golf, el reparto quedaría reservado para el futuro, sus propietarios decidieron esperar a la terminación del túnel para construir o revender sus parcelas y al final, el reparto no llegó a hacerse. (93)

La “Sección Residencial Alamar- El Olimpo”, aprobada por el Ayuntamiento de Guanabacoa el 7 de marzo de 1956, fue el segundo reparto, después se aprobaron el “Residencial Alamar” el 26 de junio de 1957 y “Costa Azul de Alamar”, el 3 de diciembre del propio año.

Después de sucesivos cambios, modificaciones y ampliaciones, Alamilla presentó al Ayuntamiento de Guanabacoa un proyecto de Reglamento urbanístico el 5 de abril de 1958 que unificaba todas las áreas y garantizaba la exclusividad del reparto. En esta etapa se construye la infraestructura de calles, aceras, cunetillas y redes técnicas de la localidad, se venden las parcelas y se inicia la fabricación de viviendas. (94)

Las oficinas del reparto se situaron en una casa construida en la loma San Pedro, en lo alto del paso superior de las Avenidas Monumental del Norte y de los Prados Altos, a la entrada del reparto, y los almacenes y el batching plant se hicieron en la Avenida Alamar, un sitio que comenzó a ser llamado “Batey de Alamilla” y que en la actualidad ocupa el Parque Hanoi.

Para el uso de los empleados y primeros vecinos del reparto se puso en funcionamiento un servicio de ómnibus hasta el Parque Central de La Habana que fue llamado “las guaguas de Alamilla”; se establecieron además dos restaurantes: uno junto a la desembocadura del Río Cojímar denominado “El Golfito” porque incluía un pequeño campo de golf y otro a la entrada por la Vía Blanca, donde se interceptan las Avenidas de los Cocos y de los Prados Altos, que sería sustituido después por un servicentro.

Restos de la Finca “La Noria”. 69 LA LUCHA ARMADA CONTRA LA TIRANÍA BATISTIANA.

REACCIÓN ANTE EL GOLPE DE ESTADO DEL 10 DE MARZO DE 1952.

Los partidos políticos aspiraban con el proceso electoral de 1952, a resolver la crisis que existía en el país, por la vía constitucional.

En el territorio del actual municipio La Habana del Este, como en muchos otros, el golpe del 10 de marzo de 1952 no originó una reacción significativa para la población pues había mucha confusión y falta de líderes, por lo tanto la oposición no se manifestó en acciones concretas; sin embargo en la zona de Campo Florido, jóvenes que procedían de las juventudes ortodoxa y auténtica y otros sin filiación política, manifestaron sus inquietudes por todo lo que significaba Batista y por haberse truncado las esperanzas puestas en el proceso eleccionario y la posible victoria del Partido Ortodoxo.

Campo Florido, Guanabo y Cojímar fueron zonas de activa participación en la lucha contra la dictadura. Varias eran las organizaciones que conspiraban, la más activa fue el Movimiento 26 de julio que contó con varias células en las tres localidades, todas dirigidas desde Guanabacoa que fue uno de los primeros municipios después de La Habana en organizar el movimiento.

El Partido Socialista Popular en el territorio apoyó las acciones de sabotajes y propaganda del movimiento, al tiempo que realizaba su propia labor, encaminada fundamentalmente al trabajo ideológico.

Premiadas de elementos oportunistas de extracción burguesa o pequeño burguesa y lideradas por politiqueros de los partidos políticos tradicionales, otras organizaciones como la “Triple A” y la fracción de Aureliano Sánchez Arango, ambas producto del Autenticismo, se encontraban también en la oposición y estaban representadas en el territorio.

El Movimiento 26 de julio tenía un carácter popular aglutinando en su seno a obreros, campesinos, profesionales, pequeños comerciantes y otros elementos de las pequeñas y medianas capas de la sociedad. Sus gérmenes están en el movimiento de oposición que generó el golpe del 10 de marzo en el territorio. (95)

El 25 de marzo de 1952 se reúne en la finca Trinidad de Campo Florido, René de los Santos dirigente de la Juventud Ortodoxa en el Municipio de Guanabacoa, con activistas de ese partido para conocer su disposición de enfrentar a la tiranía con las armas.

En esa localidad comienza a formarse un grupo dirigido por Fructuoso Castillo, mientras que otros jóvenes auténticos nuclean e intercambian criterios sin tener una orientación específica alrededor de Dionisio Morell Delgado. (96)

70 El 7 de diciembre de 1953 fue hallado el cadáver del cabo del ejército Gonzalo Miranda Oliva en terrenos costeros de Cojímar, entre esta localidad y la zona de La Cabaña, convirtiéndose en el primer mártir local de esta etapa. Pertenecía a la organización auténtica “Triple A” y desde el 10 de marzo de 1952 comenzó a conspirar contra la dictadura, apresado , víctima de una delación, torturado y asesinado por la tiranía. Fidel hace una importante mención en el primer documento emitido por él a nombre del Movimiento 26 de julio, el 8 de agosto de 1955, denunciando el crimen y calificando a Miranda como “Soldado revolucionario”.

Durante 1954 y hasta mayo de 1955 la tarea de mayor envergadura que cumplieron los revolucionarios del territorio fue la campaña por la amnistía a los presos políticos que finalmente liberó a los asaltantes al Moncada. A mediados de 1955 se creó la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio, rápidamente se procede a constituir las direcciones provinciales y municipales. El movimiento en el territorio del actual municipio La Habana del Este se subordinó a Guanabacoa, a la cual pertenecía.

ORGANIZACIÓN DE LA LUCHA.

A finales de 1955, en la casa del combatiente Rolando Castaño “Calderilla”, en Guanabacoa, se reúnen varios combatientes y constituyen el movimiento en ese término municipal, participando en esa reunión Pedro Miret Prieto, Armando Hart Dávalos y Antonio “Ñico” López, por la Dirección Nacional.

Como coordinador Municipal se eligió a René de los Santos, quien además atendería el frente de acción; como jefe de propaganda resultó electo Octavio Castilla. A la histórica cita acudieron entre otros Orlando Pérez, Rolando Castaño, los hermanos Carlos y Filiberto Bermúdez, así como Indalecio Fernández y su hijo Enrique, que resultarían mártires en la lucha. En representación de Cojímar asistió José Andrés Yánez Ordaz “Pini” y por Campo Florido Fructuoso Castillo.

Los jefes que más influyeron en el territorio fueron: René de los Santos, Sergio González López “El Curita” y Gerardo Abreu “Fontán”, este último representaba las brigadas juveniles del movimiento en La Habana.

En Cojímar se organizó una célula que agrupó a 11 combatientes, dirigida por “Pini” Yánez. Además, Francisco Aulet, dirigente de las brigadas juveniles del movimiento en el Instituto de La Habana, organizó en la localidad una brigada dirigida por Reinaldo Pérez. En Campo Florido fue nombrado Dionisio Morell Delgado como Jefe del movimiento, que contó con siete células en la localidad, los jefes de éstas y sus zonas de operaciones fueron las siguientes: Pascual Santivery, en Trinidad; Higinio Batista Delgado, en la Chumba; Freddy Zarza, en Bajurayabo; Luis Delgado, en la finca La Ceiba; Rolando Rodríguez, en Aranguren; Orlando Delgado, en el centro del pueblo de Campo Florido y Dionisio Pérez, en el Caserío Guanabo. Además de existir el grupo de Fructuoso Castillo. En estos grupos militaban más de 30 combatientes y una docena de colaboradores. 71

Morell mantenía contactos con el Doctor Oscar Zanetti, propietario de la Clínica Santa Ana, en Guanabo, que servía de centro conspirativo, al igual que la barbería del comunista Héctor Gallo y el billar de un auténtico conocido por Cheo. (97)

ACCIONES FUNDAMENTALES.

En febrero de 1956 “El Curita” organiza un atentado al tirano Batista en el carnaval habanero en cuya acción participa “Pini” Yánez, de Cojímar y colateralmente un sabotaje al desfile del carnaval, sólo se realizó el segundo.

A partir del año 1956 se realizaron prácticas de tiro en la finca de los hermanos Bernardo y Alejandro Delgado, en Campo Florido; también se guardaron armas en el lugar.

En la finca de Pascual Santivery también se efectuaron prácticas por revolucionarios enviados por la Dirección Municipal del Movimiento. A finales de 1956, por espacio de tres meses, el compañero Blas Roca Calderío, Secretario General del Partido Socialista Popular, tuvo la necesidad de esconderse en una casita de las calles 13 y 472, en Guanabo, donde fue llevado por el militante Federico Díaz.

En el territorio aparecen banderas del 26 de julio en importantes lugares; en Campo Florido, en el taller de confecciones textiles del centro del pueblo, colocada por Tomás Méndez y Dionisio Morell; en un molino de viento, en el tendido eléctrico y en el terreno de béisbol. En Guanabo se colocó otra en el Colegio de 5ta entre 492 y 494, mientras que en las obras de construcción de la Avenida de Cojímar-Norte en el reparto Vía Túnel y en Alamar , aparecen otras.

En agosto de 1957, el grupo de Cojímar que dirigía Reinaldo Pérez, actuando por órdenes de Francisco Aulet, coloca una bomba en el portal del Club de oficiales de La Cabaña que estaba situado en el edificio conocido por La Casona, logrando hacer estallar el artefacto.

El día 7, un avión AT-11 procedente de los Estados Unidos aterrizó en la Avenida Monumental en construcción, con un importante cargamento de armas para las acciones piloteado por Michael Yabor y Raúl Cross que fueron recibidos por Raúl Díaz Argüelles y el abogado Jorge Valdés Miranda.


Los hombres de la célula de la ruta 62 y combatientes de Campo Florido, colocan y hacen estallar una potente bomba en los transformadores de electricidad del caserío Guanabo. La bomba la confeccionó y entregó El Gallego de Minas. El sabotaje causó grandes daños y dejó sin fluido la zona. Participó en la colocación Eduardo Fernández Tápanes, Roberto y Elio Cuba Alfonso. Tras la acción fue apresado Eduardo Fernández y sometido a violentas torturas que repercutieron negativamente en su salud y a causa de ello murió en mayo de 1959.

72 El 1ro de enero de 1958 un comando dirigido por Cecilio Vázquez asalta un camión en Alamar que transportaba dinamita para las obras de parcelación de Alamar, en La Habana del Este en construcción.

El 20 del propio mes “El Curita” prepara un asalto al local de la Junta Electoral de Guanabacoa, uno de sus grupos lo realiza con éxito, junto a ellos participa el combatiente de Cojímar, Pini Yánez.

El 31 de enero de 1958 como parte de la celebración de la fiesta de San Juan Bosco en Campo Florido, el cura párroco pronunció un discurso insultando a Fidel Castro y sus seguidores a los que calificaba de “revoltosos y bandoleros” por lo que Dionisio Morell y los revolucionarios del pueblo deciden sabotear la fiesta con lanzamiento de botellas y piedras, con gritos de vivas a Fidel, a la revolución y al Movimiento 26 de julio, proclamando su apoyo a la Revolución y logrando el éxito de la acción, pues las fuerzas represivas no lograron detectar a nadie, pero quedó demostrado que en la localidad existía una combativa fuerza revolucionaria.

En febrero de 1958, “El Curita” planifica un sabotaje al campo de antenas de Guanabo que recibía la señal televisiva de los Estados Unidos, obteniendo información a través de un técnico de Guanabacoa que laboró en la planta. Para la acción se utiliza la casa del comerciante Enrique Cuarta en Guanabo, uno de los hombres del “Curita”. El 24 de febrero se trata de ejecutar la acción con la participación de Sergio, Julio Caunedo, Luis Pérez y Ela Gómez pero la intentona fracasa por la estrecha vigilancia de los cuerpos represivos, alertados por el secuestro de Juan Manuel Fangio.

El sabotaje al transporte estaba entre los objetivos principales de la lucha, por ello “El Curita” planeó que los hombres del Gallego de Minas incendiaran el tren expreso Habana-Santiago de Cuba y el 2 de marzo de 1958, entre los kilómetros 17 y 18, en las inmediaciones de Campo Florido, logran lanzarle cocteles Molotov e incendiar varios de sus carros, los cuales legaron a Campo Florido y se destruyeron.

El 4 de marzo en Bellomonte, Guanabo, es lanzado por los esbirros el cadáver del joven Rogelio Paredes Careaga, activo miembro del Movimiento 26 de julio. El cadáver de Rogelio presentaba huellas de torturas, con quemaduras y varias perforaciones de balas en el cuerpo y además la habían vaciado un ojo.

Enero y febrero de 1958 representaron saltos cualitativos y cuantitativos en las acciones revolucionarias en las ciudades y sobre todo en la capital. “El Curita” preparó un plan de alzamiento, sabotaje y acciones simultáneas en varios lugares de la capital. El territorio del actual municipio La Habana del Este también estaba previsto como escenario de la huelga general revolucionaria; Campo Florido contaba con hombres y recursos listos para entrar en acción; las vías férreas que pasan por el lugar serían bloqueadas y para esa misión se designó al grupo del Gallego de Minas. El puesto de la marina de Cojímar, situado en el Fuerte de esa población también sería tomado de acuerdo a los planes. En la primera semana de marzo “El Curita” dirige personalmente el asalto e incautamiento de armas en la vivienda de Aquilino Flores, en Cojímar, propietario del restaurante “La Terraza”. 73

La Huelga General Revolucionaria estalla el 9 de Abril de 1958. El grupo de acción de Cojímar, dirigido por Pini Yánez, recibió la orden de apoyar el cierre del tráfico a Guanabacoa, interrumpiéndolo desde el crucero de ferrocarril de Luyanó. Esta acción tuvo éxito y para ello se emplearon 3 vehículos incautados en Cojímar.

Entre la 1:00 y 2:00 p.m. llegaron a Guanabo dos combatientes enviados por Faustino Pérez con la orden de conseguir varios camiones para descargar un armamento que desembarcaría un avión en la zona del Rincón de Guanabo procedente de Costa Rica que además traería a 25 compañeros. Tres combatientes encabezados por Francisco Delgado no pudieron arrancar tres camiones incautados en las canteras pero el Dr. Hernández, dueño de una farmacia consiguió cinco autos y se presentó en el sitio previsto, pero no llegaron los hombres ni las armas.

En Campo Florido se logró con éxito el cierre de los comercios, pero cuando Morell se dirigía a la clínica Santa Ana para recoger las armas le informaron que éstas no llegaron y que la huelga había fracasado, por lo que procedió a desmovilizar a sus hombres y no acometer una acción sin posibilidades de éxito.

El 10 de abril en el reparto Bellomonte, en Guanabo, es lanzado el cadáver de otro joven revolucionario, José Tomás Elías, que se había distinguido en la lucha contra la tiranía en su natal pueblo de Jaruco.

El 16 de mayo se realiza un sabotaje al tren de Hershey, de conjunto entre los grupos de Lavastida y el Gallego de Minas. Los hombres de este último neutralizaron a los guardias que custodiaban el tren, mientras que los de Lavastida le daban candela, terminándose éste de quemar al paradero del reparto Bahía que estaba en construcción.

El grupo de Lavastida preparó y llevó a ejecución el secuestro de la Virgen de Santa Ana, patrona de Campo Florido, cuya fiesta se efectúa tradicionalmente el 26 de julio.

El día 24 se realizó la acción, el propio Gustavo y dos combatientes más, interrumpieron la misa, aclararon que era una acción del Movimiento 26 de Julio y secuestraron la virgen; las fuerzas represivas obligaron a sacar la procesión con otra imagen traída de otro lugar.

El jefe del movimiento en la localidad, Dionisio Morell, desconocía del secuestro y fue a alertar a sus compañeros, siendo detenido, conducido al cuartel del pueblo y golpeado hasta el punto de casi ocasionarle la muerte.

El 8 de julio llega a Guanabo la mensajera de la Sierra Maestra Clodomira Ferrals; se reúne con varios miembros del movimiento en una casa en construcción en la calle 454 entre 15 y 17; repite la visita al fin de mes y en la casa de Reinaldo Fernández se habla de la posibilidad de sabotear los pozos de petróleo del poblado de Minas y de Barreras. Clodomira quiso palpar la disposición de los combatientes de Guanabo.

74 El 21 de septiembre de 1958, cerca del puente de Campo Florido asesinan al joven militante del Partido Socialista Popular, Armando Mirabal Calderín. Estaba fichado de comunista y de los trabajos lo expulsaban tan pronto conocían de sus actividades revolucionarias y su filiación política. Fue torturado y asesinado. Tras tres meses de infructuosa búsqueda se supo que su cadáver fue lanzado a la playa de Boca Ciega y después sepultado en el cementerio de Guanabacoa. El 1ro de noviembre aparece el cadáver de otro joven en Vía Blanca y Carretera de Cojímar el cual no pudo ser identificado.

El 26 de diciembre Pascual Santivery, entonces Jefe del movimiento en Campo Florido, participa en una reunión en Jaruco donde recibe orientaciones de interrumpir el tránsito hacia el interior del país en apoyo a la invasión.

En el territorio se desarrollaron acciones clandestinas que movilizaron y apoyaron la lucha de los frentes guerrilleros, en ese accionar perdieron la vida valiosos combatientes revolucionarios (98).

Otra acción ejecutada en el territorio fue la llevada a cabo por Julio Núñez Peña, revolucionario residente en Guanabacoa, que se encontraba trabajando con su hermano en la pavimentación de la Avenida Cojímar- Norte (urbanización de la antigua Carretera de Guanabacoa a Cojímar, en el tramo correspondiente al Reparto Parque Residencial Bahía), cuando el capataz de la obra les entrega unas banderas del Movimiento 26 de julio para colocarlas a la entrada del Reparto Alamar, aún en construcción. Esta acción provoca la movilización inmediata de los sicarios del régimen por lo cual Julio y su Hermano deciden hacer desaparecer las banderas restantes y las echan en el asfalto conque estaban pavimentado la calle. (99)

Fundadores de la Primera célula del primer Partido Comunista de Cuba en el territorio del actual municipio de Habana del Este, constituida en Campo Florido en 1934 a raíz del II Congreso de ese Partido[60]

•Andrés Avelino Gallo Portieles, “Acho”. •Higinio González Ruiz, “Machito”. •Teodoro Isaac Torres. •José Ramos. •Porfirio Díaz Rodríguez. •Simeón Díaz Rodríguez. •Julián Díaz Rodríguez. •Josefina Oliva Alfonso. •Ignacio Lugones Ferrera. •Antonia Lugones Ferrera. •Héctor Pascual Gallo Portieles. •Cándido Jústiz Pileta, “Blas”. •Juan de Armas Ramos. •Clara Luz Trujillo Rosales. •Ramón Trujillo Rosales. •Agustín Betancourt Ravelo.

Centros Industriales existentes antes de 1959

TABLA

  • Servicios médicos: Para la salud pública existían 2 casas de socorro: una en Guanabo y otra en Cojímar. Además existía el servicio médico privado en clínicas en Guanabo y consultas particulares.
  • Centros de transporte: Existía la Terminal de ómnibus de Guanabo, de la Ruta 62.
  • Comercio, gastronomía y turismo: Existían balnearios públicos y privados, hoteles, centros gastronómicos y centros nocturnos.
  • Construcción: Esta actividad se encontraba presente en todo el territorio por las sucesivas urbanizaciones de terrenos que ocurren desde la década de 1920.

Organización del Movimiento 26 de Julio en Cojímar

Jefes de Células

1. José Andrés Yánez Ordaz, “Pine”. 2. Nicanor Fernández Mesa. (Juvenil). 3. Gustavo Lavastida (hijo). 4. Francisco Arlet (Juvenil).

Miembros

1. Mario Aló Pons (Posteriormente traicionaron la Revolución) 2. Alberto Ávila 3. Gervasio Ávila 4. Israel Díaz “El Guajiro” (Posteriormente traicionaron la Revolución) 5. Angelito Ferrer “El Gordo” 6. Gustavo Lavastida (Padre) 7. Jacinto Lavastida 8. Reinaldo Pérez (Juvenil) (Posteriormente traicionaron la Revolución) 9. Rogelio de los reyes “Cuni” (Posteriormente traicionaron la Revolución)

Referencias

Fuentes

  • Martínez Gabino, Aida. “Prospección arqueológica de la costa norte de La Habana”. Editorial Academia, La Habana, 1976.
  • Martínez Gabino, Aida. “Arqueología de la costa norte de La Habana”. (inédito). En Fondos del Museo Municipal de La Habana del Este.
  • Núñez Jiménez, Antonio. “Geografía de Cuba “. La Habana, 1960
  • Testimonios de combatientes del Movimiento Revolucionario 26 de julio de Guanabacoa y Cojímar, citados en: “Historia de la lucha clandestina. Localidad de Cojímar”. En Fondos del Museo Municipal de La Habana del Este.