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Historia del municipio Habana del Este (La Habana)
Información sobre la plantilla
Cronología
Características generales
Comunidad primitiva
Período colonial
Origen de los nombres de Regla y Casablanca
Desarrollo socio-económico
Luchas independentistas
Movimiento obrero y revolucionario
Religión
Sociedades de socorros mutuos e instituciones fraternales
Período neocolonial
Transporte
Salud publica
Educación
Luchas y movimiento obrero
Partidos políticos
Revolución en el poder
Desarrollo demográfico
Desarrollo económico
Labor del PCC y tradiciones de lucha del territorio
Datos socio culturales e históricos del municipio
Asociaciones fraternales
Construcciones religiosas
Construcciones civiles
Centros culturales ubicados en lugares de significación histórica
Instituciones culturales
Agrupaciones de la cultura popular tradicional
Plazas y parques

Origen del nombre

La primera ocasión en que se emplea el término “La Habana del Este” para invocar o designar al territorio donde hoy se asienta ese municipio es en 1949, cuando el arquitecto Manuel Febles Valdés ministro de obras públicas del gobierno de la neocolonia de turno del Presidente Carlos Prío Socarrás, presenta un proyecto para unir a La Habana Vieja con los terrenos situados al Este de la bahía, mediante un túnel bajo el canal de la entrada de la misma y desarrollar en aquel territorio prácticamente virgen, una nueva ciudad con repartos residenciales, comerciales e industriales exclusivos de la burguesía que se llamaría La Habana del Este[1]

A partir de entonces, durante el período de ese gobierno y en el siguiente de Fulgencio Batista y Zaldívar, se incrementó la urbanización de ese espacio, surgiendo nuevos repartos y aumentando la especulación de terrenos. La propaganda en la prensa y en los mapas y planos comerciales de los nuevos repartos hacía uso de la nueva denominación: “Alamar, la cima de La Habana del Este” o “Residencial Vía Túnel, la llave de La Habana del Este”, por mencionar algunos ejemplos[2]. Mientras que la Ley- Decreto 2034 de 27 de enero de 1955 aprobada por el Consejo de Ministros de la República oficializaba el nombre de la “ciudad de La Habana del Este” para la naciente urbe, desde la bahía hasta el Itabo[3].

Con el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959, el Gobierno Revolucionario transforma el proyecto burgués por otro de beneficio social y en febrero del propio año 1959 encarga al Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV) dirigido por Pastorita Núñez, la construcción de una comunidad habitacional popular que se denominaría “La Habana del Este”, compuesta por 3 unidades vecinales, la primera de ellas, inaugurada el 16 de noviembre de 1961. La nueva ciudad de La Habana del Este recibiría el nombre de “Camilo Cienfuegos” el 28 de octubre de 1965 pero nuevamente se emplearía el término de La Habana del Este en 1972 para designar al seccional de la Región de Guanabacoa que abarcaba las localidades de Camilo Cienfuegos, Casablanca, Cojímar, Guiteras y Alamar hasta que al ponerse en vigor una nueva división político- administrativa en 1976, este fue el nombre escogido para designar al nuevo municipio constituido el 31 de octubre de ese año, al tomar posesión para su primer período de mandato la Asamblea Municipal del Poder Popular[4]

Antecedentes históricos

Aunque es nuevo como municipio, la historia de ese territorio, vinculado fundamentalmente a la Villa de Guanabacoa, abarca más de cuatro siglos. Su espacio territorial fue testigo y sus pobladores sujetos activos, de los principales procesos históricos de la región habanera: poblamiento aborigen, conquista y colonización española, esclavitud, ataques de corsarios y pitaras, defensa costera, la toma de La Habana por los ingleses, desarrollo de la economía de plantación y la industria azucarera, sublevaciones abolicionistas, conspiraciones y guerra de independencia, intervención yanqui, desmanes y corrupción seudorrepublicanas, lucha clandestina contra la tiranía batistiana, toma del poder por el pueblo revolucionario, medidas populares, alfabetización, liberación de las playas, reforma agraria, nacionalizaciones, movimiento de microbrigadas y Poder Popular.

Características generales

Geografía física

La Habana del Este es un municipio de la Provincia Ciudad de La Habana que tiene una extensión territorial de 144,9 Kilómetros cuadrados que representa aproximadamente el 20% de todo el espacio territorial de la provincia, siendo el municipio de mayor tamaño entre los 15 que la integran[5]

Su población asciende a unos 178 000 (Datos preliminares y no oficiales del Censo del 2002) habitantes que significa un incremento considerable de personas respecto al censo de 1981 donde la población registrada fue de 105 048 habitantes, de los cuales 52 698 eran hembras y 52 350 varones[6] Se estima que continúa el predominio de la población femenina (51 %).

En cuanto a la división político- administrativa interna, La Habana del Este se compone de ocho consejos populares:

Consejo Popular Extensión Habitantes
Camilo Cienfuegos 6,2 km2 15 000
Antonio Guiteras 8,3 km2 27 000
Cojímar 4,2 km2 18 000
Alamar Playa, Loma y Este 15,2 km2 90 000
Guanabo 31,0 km2 15 000
Campo Florido 80,0 km2 13 000

Ubicación geográfica

La Habana del Este limita al Norte con las aguas del Estrecho de La Florida; al Sur y al Oeste, con los municipios de Regla y Guanabacoa, de la propia Provincia La Habana, al Sur también con San José de Las Lajas, de la Provincia Mayabeque; al Este con los municipios de Jaruco y Santa Cruz del Norte, de la misma provincia y al Oeste con el Canal de entrada de la Bahía, que lo separa del municipio de Centro Habana.

El municipio está situado en una zona costera de unos 25 kilómetros aproximadamente, desde la bahía hasta el Rincón de Guanabo, que se caracteriza por una costa acantilada interrumpida por una amplia faja de playas de arenas finas que son las mejores de la provincia[7]

Relieve

El relieve es básicamente llano, aunque en Cojímar es aterrazado y a lo largo del territorio existen algunas lomas, poco elevadas, de rocas calizas, pertenecientes a las Alturas Habana- Matanzas, como por ejemplo: la llamada Sierra o Alturas del Morro, que incluye la Loma de La Cabaña, el propio Peñasco del Morro y la Altura del Hospital Naval; la Sierra Cojímar formada por la loma San Pedro; la Sierra de Bacuranao, donde se destacan las llamadas Colinas de Villa Real y las Alturas de Tarará y la Sierra Sibarimar[8] Al sur de esa alturas y surcados por los ríos del territorio, se hallan valles interiores con fertilísimas tierras y hermosos paisajes.

La costa

La costa de La Habana del Este es irregular, caracterizada por entrantes y salientes. Las desembocaduras de algunos ríos forman ensenadas, en este caso se encuentran las de Cojímar, Bacuranao, Tarará y Sibarimar, esta última, en la desembocadura del Río Guanabo.

A esas ensenadas se suman entrantes más pequeños conocidos como caletas y los puntos salientes de la costa se denominan puntas.

De Oeste a Este, esos entrantes y salientes son:

Entre la Bahía de La Habana y la Ensenada de Cojímar

  • Punta Fajonal.
  • Punta Talanquera.
  • Punta del Pinganillo.
  • Caleta del Atalaya.
  • Punta Campanilla (Punto más sobresaliente).

Entre las ensenadas de Cojímar y Bacuranao

  • Punta Jamina.
  • Caleta de Guayacanes.
  • Caleta Grande.
  • Punta Colorada.
  • Caleta de las Cruces.
  • Sardinero Chico.
  • Punta Guayacanes (Punto más sobresaliente).
  • Sardinero Grande.
  • Caleta de Judíos.

Entre las ensenadas de Bacuranao y Sibarimar

  • Punta Bacuranao.

Entre las ensenadas de Tarará y Sibarimar

  • Punta Tarará.
  • Punta del Cobre o de Bajurayabo.
  • Boca Ciega.
  • Punta Macao (Punto más sobresaliente).

Entre la Ensenada de Sibarimar y el límite Este del municipio

  • Punta del Rincón de Sibarimar.

Las playas del Chivo, Cojímar y Alamar, se caracterizan mayormente por pequeños espacios de arena entre rocas conocidas por dientes de perro, pero a partir de la Ensenada de Bacuranao hacia el Este, se encuentra una cadena de playas de finas arenas, muy atractivas para la recreación turística que son: Bacuranao, Tarará, Méganos, Santa María del Mar, Boca Ciega, Marbella, Playa Cuba, Guanabo, La Veneciana y Brisas del Mar, que en conjunto son denominadas las Playas del Este.

Hidrografía

La hidrografía del territorio se caracteriza por ríos que corren desde el interior hacia la costa norte formando abras y desfiladeros. De Oeste a Este, las más importantes corrientes fluviales son los ríos Cojímar, Bacuranao, Tarará, Boca Ciega, Jústiz, Guanabo, Matadero, Tivo Tivo y Peñas Altas. Los mismos, por las características del clima y su configuración, no son navegables, excepto en las desembocaduras de los que forman ensenadas y en algún que otro tramo, por embarcaciones menores.

El Río Cojímar presenta meandros atrincherados entre las elevaciones costeras y el estrecho valle por el cual corre.

También existen algunas lagunas como la de Berroa y la de Itabo así como dos importantes presas: la Zarza y La Coca, que junto con los ríos Peñas Altas y Tivo Tivo, se utilizan para la irrigación de los planes agrícolas[9]

Clima

El municipio, al presentar como límite norte las aguas del Estrecho de La Florida, posee un clima influido por la acción del mar cuya temperatura media anual es de 28 grados centígrados, las precipitaciones medias anuales de 1 200 mm y con una humedad promedio anual relativa de 75 %[10]

Geología

El municipio está situado en una zona costera del tipo abrasivo acumulativa, o sea, con costas acantiladas de terrazas antiguas bajas y de barras compuestas por material detritica (formación de tipo seboruco aflorado) con costas debidas a la abrasión marina y química. Tiene un tipo de plataforma insular sumergida de superficie estrecha, sin cayos, con cadenas de arrecifes submarinos o sin ellos y amplia distribución de terrazas submarinas o abrasivas.

La zona está constituida por estratos sedimentarios, predominantemente carbonatados, con un cauce de llanuras costeras sumergidas en el mar. Tiene también zonas bien identificadas cubiertas de sedimentación delgada y discontinuas, mayormente fluviales y en el interior es del tipo no carbonatadas, o sea, un relieve casi sin fenómenos cársicos.

Tiene yacimientos medianos y pequeños de Petróleo, grandes yacimientos de rocas calizas y marga. La formación geológica es del Cretáceo y una pequeña parte del Neógeno.

Los minerales arcillosos predominantes son: montmerillenite y un poco caolinites. Son suelos generalmente profundos con un color predominantemente pardo, con ausencias de perdigones generalmente. La CCC oscila alrededor de 50 Ms / 100 g, tiene un ph de alrededor de 5 y la materia orgánica es mayor de un 3 %.

También presenta suelos rojos fértiles (sobre la serpentinita) del tipo poco profundo y negro magnético en Bacuranao, Bajurayabo y Oeste de Guanabo Viejo. Presenta en la zona costera afloramiento de rocas calizas y otras rocas con productos rojos de interperismo, con suelos únicos humicos-carbonatados y con suelos mulatos erosionados[11]

Vegetación

En cuanto a la Regionalización Geobotánica, el municipio se encuentra enclavado en el denominado Distrito Central en el Sector 2, que caracteriza a la Región Habana- Matanzas (alternación de bosques en las llanuras con vegetación de cultivos y abundante Reystone en las partes bajas). La mayoría del territorio se caracteriza por ríos y lagunas con vegetación de cultivos, plantaciones, siembra, huertos y pastos artificiales con un sector de vegetación de espontáneos árboles y arbustos, especialmente Marabú y Aromas.

Tiene también una zona definida de vegetación de costas marinas con Cuabillas de costa suriena marítima, incienso de playa a veces con tunas en las costas de arrecifes o Uvas Caletas y Boniato de playa, en las playas arenosas. Además tiene dos zonas entre Bacuranao y Bajurayabo de sabanas serpentinosas con gramíneas pequeñas, arbustos microfólicos y plantas enanas.

El municipio cuenta con dos zonas donde existen variedades endémicas: los farallones de Cojímar, donde se encuentra la “Pipper Cojimararum Trel” y las lomas de La Coca, con dos variedades de espermatofitos endémicos[12]

Fauna

Casi no se han efectuado investigaciones zoogeográficas propiamente dichas, ni estudio de la distribución especial de las distintas especies animales.

En el caso de nuestro municipio, su fauna está comprendida dentro de la clasificación de animales mesófilos. Dentro de esta clasificación se combinan cuatro de los cinco tipos de población, estos son:

  1. Zoocomplejo de sabana de arbustos y gramíneas.
  2. Zoocomplejo de sabana premontañosa arbustivo-herbácea.
  3. Zoocomplejo de sabana de tipo parque con árboles perennifélicos.
  4. Zoocomplejo de bosques semicaducifólicos.

Características económicas

En el municipio se desarrollan como actividades económicas fundamentalmente la industria turística, la ganadería, la construcción, los servicios en general y una variada industria en ascenso.

El turismo tiene en las Playas del Este, el polo de mayores potencialidades precisamente por tratarse de las mejores playas de la provincia. En esa zona existe y continúa desarrollándose, una infraestructura hotelera y extrahotelera para garantizar la asimilación de turistas nacionales y extranjeros. Por otro lado, se desarrolla también el complejo turístico de la Villa Panamericana, en Cojímar, que cuenta con un hotel, dos aparthoteles y una red extrahotelera.

La ganadería se desarrolla fundamentalmente por medio de la Empresa Pecuaria Bacuranao, que comparte La Habana del Este con el vecino Municipio de Guanabacoa.

Cuenta La Habana del Este, en el Valle de Berroa, con la primera Zona Especializada de Logística y Comercio (Zelcom s.a.) del país, que incluye una Zona Franca y un Parque Industrial. En el propio valle y en sus alrededores, existen varios centros industriales y de servicios como fábricas de calzado y sus accesorios, textil, de pegamentos, de materiales de la construcción, de equipos, de medios de computación, de productos cárnicos, de derivados de la harina y de otros alimentos, un frigorífico, un mercado concentrador y otros centros[13]

La actividad constructiva, si bien no tiene en la actualidad el ritmo de décadas anteriores cuando el pujante movimiento de microbrigadas construía centenares de viviendas y obras sociales, continúa siendo una actividad de consideración teniendo en cuenta que La Habana del Este es un municipio en desarrollo.

Los servicios de distintos tipos: comercio, gastronomía, transporte y otros, completan el cuadro de las actividades más importante del municipio desde el punto de vista económico[14]

Política

Relación entre lo urbano y lo rural

El espacio territorial que ocupa el municipio es esencialmente rural porque la mayor parte del mismo corresponde con esas características, sin embargo resulta interesante que lo más representativo de ese territorio no es el campo sino los núcleos urbanos existentes que, aunque ocupan un espacio reducido, tienen un gran desarrollo urbanístico y arquitectónico y una alta densidad demográfica.

A esa combinación de lo rural y lo urbano hay que adicionar las mediaciones entre lo uno y lo otro, que son los espacios suburbanos y semirrurales. La Habana del Este cuenta, al Oeste del Río Bacuranao, con 4 núcleos poblacionales eminentemente urbanos: Alamar, Antonio Guiteras, Cojímar y Ciudad Camilo Cienfuegos.

Los cuatro centros urbanos mencionados se caracterizan por un elevado nivel de urbanización en cuanto al trazado de sus vías de comunicación y sus redes técnicas así como un predominio de edificios multifamiliares en los que se combinan las edificaciones altas, las medianas y las consideradas de baja altura.

Por otro lado, la franja costera que acompaña a las Playas del Este está urbanizada con repartos residenciales también con un moderno nivel de urbanismo pero que por hallarse en la periferia del municipio e interrelacionarse con las áreas rurales y semirrurales que las circundan, se consideran núcleos suburbanos mientras que asentamientos humanos interiores como Campo Florido, Bajurayabo y Caserío Guanabo, entre otros de menor importancia, se consideran semirrurales por el estrecho vínculo y dependencia del área rural que constituye su entorno.

En todo caso, habría que definir a La Habana del Este como un municipio donde se combinan armoniosamente lo rural que predomina, lo urbano que constituye su sello y sus mediaciones: lo suburbano y lo semirrural.

Comunidad primitiva

Se ha comprobado que en el espacio territorial del actual municipio de La Habana del Este hubo asentimientos humanos antes de la llegada de los conquistadores españoles. La presencia de los aborígenes que hoy llamamos indocubanos en el estadío de la Comunidad Primitiva, parece que estuvo ampliamente difundida, representada por comunidades perfectamente diferenciadas en sus niveles de desarrollo y comprendidas en los tres grupos reconocidos: Guanahatabey, Siboney, Ciboney o Sibuney y Taínos o con las denominaciones de Siboney Guayabo Blanco, Siboney Cayo Redondo y Sub- Taíno de Cuba[15].

Los más numerosos aborígenes en la Zona fueron Preagroalfareros que dependían para su subsistencia de la caza menor y la pesca a lo largo de la costa y en las márgenes de los ríos, lagunas, así como la recolección de moluscos marinos y fluviales, abundantes en el territorio.

También se hallaban aunque en menor medida, grupos agroalfareros que, además de desarrollar las actividades de los grupos anteriores, desarrollaban una agricultura rudimentaria en pequeñas parcelas y una incipiente actividad artesanal o industrial referida a confecciones textiles, redes e instrumentos de trabajo fundamentalmente. [16]

En el territorio se han encontrado entierros asociados con cerámicas, como en el caso de los recuperados en las excavaciones arqueológicas en los sitios Tarará y Guanabo I. Esto pudiera deberse a que grupos agroalfareros utilizaron provisionalmente en sus incursiones a las costas las mismas cuevas que anteriormente estuvieron ocupadas por grupos preagroalfareros[17]. En el sitio “Cueva de la Santa”, en Colinas de Villa Real fueron hallados 34 individuos enterrados correspondientes a 26 niños y 8 adultos así como escasos desechos alimenticios[18]

En la propia zona, en la “Cueva de la Virgen” se han localizado representaciones de arte rupestre, además de entierros y fragmentos de cerámica[19]

En el municipio abundan sitios con nombres indígenas, lo cual forma parte del legado de sus culturas. Guanabo, Sibarimar, Tarará, Cojímar, Bacuranao, Itabo y otros, son algunos ejemplos.

Algunos asentamientos aborígenes del territorio coinciden con sitios donde hoy se levantan poblamientos y centros turísticos como Cojímar, Bacuranao (Playa), Tarará u Guanabo. Esto no significa que los españoles dieran continuidad a esos núcleos poblacionales indígenas inmediatamente después de la conquista, pues en ellos no se fundaron villas y pueblos, excepto en Cojímar, donde en mayor medida se le da continuidad al reunir en sus tierras indios errantes y continuar nucleándose la población.

Sitios arqueológicos

  1. Cueva del Indio.
  2. Cueva de la Santa.
  3. Cueva de La Virgen.
  4. Hoyo de Cojímar.
  5. Tarará I.
  6. Tarará II.
  7. Tarará III.
  8. Solapa Grande de Santa María.
  9. Solapa de la Avispa.
  10. Itabo I y II.
  11. Guanabo I.
  12. Conchal de Cojímar.
  13. Conchal Playa Las Hermanitas.
  14. Conchal de Celimar.
  15. Sitios submarinos.
  16. Punta de Macao.

Etapa colonial

El territorio que conforma el actual municipio de La Habana del Este estuvo inicialmente vinculado a la Villa de San Cristóbal de La Habana, fundada en 1514 y establecida definitivamente junto a la Bahía de La Habana el 16 de noviembre de 1519; esta fue por mucho tiempo la única villa existente en el territorio occidental, y a Guanabacoa, fundada por el cabildo habanero como pueblo de indios el 12 de junio de 1554[20] y devenido en la Villa de la Asunción de Guanabacoa, el 14 de agosto de 1743.

La primera referencia colonial sobre este territorio la hallamos en un acta capitular del cabildo habanero de fecha 29 de enero de 1552 cuando este aprobó la apertura de una toma de agua en la ladera opuesta a la ciudad, y al pie de la altura de La Cabaña[21] La primera cita de habitantes españoles y construcción en el territorio, está vinculada a la defensa de la villa. El 15 de abril de 1553 el cabildo acuerda la ubicación en El Morro de dos hombres que velaran de noche “demás de la velada de día” y se mandó a construir en la peña una casa de tejas para el resguardo de los vigías y de la pólvora llevada junto a dos cañones[22]

Con la fundación del pueblo de indios de Guanabacoa el 12 de junio de 1554, el territorio de la actual La Habana del Este quedó vinculado al mismo, pues en el acta de fundación se hace constar no sólo el sitio para la fundación de un pueblo sino también la extensión territorial aledaña donde los indios debían desarrollar la agricultura y la ganadería y esta abarcaba desde el carenero de Cojímar siete leguas al Este hasta Xiquiabo y desde el embarcadero de Marimelena otras siete leguas hacia el Sur hasta Seibabo[23].

Confirma la existencia de población en Cojímar desde mediados del siglo XVI el ataque a La Habana del corsario Francés Jacques de Sores desde el 1ro de julio hasta el 5 de agosto de 1555. La villa fue saqueada y el Gobernador Gonzalo Pérez de Angulo se refugió en Guanabacoa. El 2 de agosto, Jacques de Sores se dispuso a sorprender en Cojímar al Gobernador Angulo y al cura de Guanabacoa, Fray Alonso de Ulloa, pues tenía referencias sobre su presencia en el lugar, pero, al no encontrarlos, apresó a algunos negros y a un español herido con su mujer, así como quemó varias estancias[24]

Como puede observarse, en 1555 el sitio conocido por Cojímar tiene presencia de pobladores indígenas, de colonizadores españoles y de esclavos africanos, germen de una futura población y de la heterogeneidad y mestizaje que caracterizará al territorio en lo adelante. La existencia de estancias de españoles en el lugar y la convivencia de negros en ellas iba en detrimento de los indígenas a los cuales se les había otorgado el derecho a las tierras del Este y Sur de La Habana, en torno al pueblo o reducto indígena de Guanabacoa.

Ejemplos de cómo se continuó colonizando por españoles esas tierras reservadas a los indígenas lo son las sucesivas mercedaciones que se hicieron a partir de 1555.

En 1567,1568,1569,1570 y 1577 se mercedan corrales y haciendas en Cojímar, Guacuranao o Bacuranao, Guajurayabo o Bajurayabo, en Guanabo, la zona que después se denominaría Campo Florido y en las Alturas del Morro.

Las estancias estaban vinculadas sobre todo, a las corrientes fluviales del territorio para su aprovechamiento en las siembras y la crianza de animales, fundamentalmente en los ríos Cojímar, Bacuranao, Tarará y Guanabo, donde se fomentarían, con el decursar del tiempo, pequeños núcleos poblacionales.

El siglo XVII sería definitorio en la ocupación del espacio, a partir de 1620 se harían nuevas mercedaciones de tierra, desde el Morro hasta el Rincón de Sibarimar. El territorio del actual municipio es prácticamente colonizado durante el siglo XVII como lo demuestra el hecho de cederse las tierras realengas que quedaban entre los corrales y en la franja costera, a fines de siglo, a distintas personas, ya que la corona de España no estaba interesada en la posesión directa de las tierras de Cuba y al principio de la colonización practicó un “dejar hacer” a la oligarquía local que se formaba. No hubo hatos en la región y sí corrales con extensiones que oscilaban entre 1 y 50 caballerías.

Actividades económicas

Las actividades económicas desarrolladas durante el siglo XVI fueron la cría de ganado, principalmente cabras, chivos, vacas y cerdos y cultivos varios de frutos menores[25]

La primera referencia a la industria azucarera la hallamos en 1603 cuando se establece un “Cachimbo” en las márgenes del río Cojímar denominado San Pedro[26] y a partir de 1620 se hacen varias solicitudes al cabildo de La Habana para la construcción de ingenios en Cojímar, Guacuranao o Bacuranao y Guanabo convirtiéndose en la principal actividad económica del territorio en la primera mitad del siglo XVII[27]

El ascenso de la industria azucarera continúa en la siguiente centuria con la fundación de los ingenios “La Chumba” o “San José de Miraflores”, el “Nuestra señora de las angustias” y “San Vicente”, todos en el corral de Guanabo y en el de Guanabo Arriba[28]

Gran auge toma la industria azucarera en el territorio a partir del Siglo XVIII, convirtiéndose en la primera actividad económica del territorio, con su centro en la zona de Guanabo donde llegarían a registrarse 20 ingenios[29]

El desarrollo de las actividades agrícolas, ganaderas y azucareras motivó tala indiscriminada de árboles en la región, especialmente de Cojímar a Bacuranao.

En los primeros años de la colonización en los terrenos que hoy constituyen La Habana del Este, los colonos no sabían para que servían éstas tierras según sus hábitos de consumo. Dedicaron años a implantar cultivos que conocían y a los cuales estaban acostumbrados. En Cojímar realizaron esfuerzos por lograr cosechas de trigo y todo el lomerío del Este de la Habana fue sembrado de Cacao, con muy pobres resultados aunque se realizó una gran cosecha en 1681. Lo que explica que el río Cojímar en su nacimiento y en su curso medio tomara el nombre de Cacao[30]

Desde la altura de La Cabaña hasta el Rincón de Sibarimar hubo, como en toda la Isla, profusión de conucos o estancias para cultivos menores, en los que se emplearon durante siglos la rutina y falta de técnica características de la agricultura del campesino medio español.[31] También en el territorio, durante la etapa colonial, se explotó la pesca (Cojímar y Guanabo) y pálidamente la minería en las reales minas de Bajurayabo.

En 1826 existían en Guanabo 18 ingenios azucareros, 3 cafetales y 4 potreros con el empleo de unos 3 mil esclavos y en Cojímar, con la aparición de los primeros comercios y balnearios en 1813,[32] se convierte ésta zona en la playa preferida para los habitantes de La Habana intramuros y extramuros, Guanabacoa y Regla, iniciándose la actividad económica balnearia que le diera fama[33]

Al concluir la Guerra de independencia en el territorio en 1898, la riqueza azucarera del mismo se había perdido y para el siglo XX, otras serían las fuentes de ingreso en la región. Esto se debió a la tea incendiaria aplicada por los mambises y los cambios tecnológicos operados por la industria la cual llevó a la desaparición de los trapiches y pequeños ingenios.

Defensa costera

Jacques de Sores, corsario francés, fue el único corsario o pirata del que tenemos constancia que haya incursionado por el territorio del actual municipio, no obstante, el mar que baña las costas del mismo fue escenario, de ataques piratas a naves españolas. Así tenemos que el 18 de julio de 1627, una pequeña escuadra holandesa que actuaba como corsaria, atacó un convoy español, custodiado por buques de guerra, y apresó la nave almirante que conducía la mayor parte del Oro, frente a la costa de Cojímar.

También frente a Sibarimar el galeón “Nuestra Señora de las Mercedes” fue abordado por piratas que produjeron su hundimiento con dos millones de escudos que transportaba.

La última acción pirata conocida ocurrió en 1806 cuando buques ingleses atacaron la fragata española “Pomona”, que transportaba más de doscientos mil pesos en Oro, acción que fue neutralizada por el cañoneo del castillo de Cojímar.[34]

Para la defensa de La Habana y concentración de las flotas se construyeron los fuertes: Castillo de la Real Fuerza (1577), “Castillo de San Salvador de la Punta” (1600) y el “Castillo de los Tres Reyes del Morro” (1630), para completar la cadena defensiva; de ellos sólo el del Morro está enclavado en La Habana del Este, donde precisamente comienza el territorio del Municipio. Las tres fortalezas mencionadas aparecen en el Escudo de armas de la Ciudad de San Cristóbal de La Habana.

Para el completamiento de la cadena defensiva de La Habana se construyó el Castillo de Cojímar y un torreón en Bacuranao. Anteriormente, en Cojímar se levantó un torreón, según el historiador Pérez Beato en 1642. Este torreón aparece en grabados de la primera mitad del siglo XVIII. Al construirse el Castillo en 1649, quedó como cocina del mismo. El torreón fue demolido a fines de la década del 20 del siglo pasado para construir la actual Ave 152-B que bordea el malecón. Después de la toma de la Habana, el gobierno colonial español edifica “la Fortaleza más grande y más importante de las tres Américas”: el Castillo de San Carlos de la Cabaña, en 1774.[35]

Las últimas construcciones militares construidas por los españoles en el territorio fueron las baterías No. 1 y No. 2 de la defensa costera, en 1896.

Los torreones de Cojímar y Bacuranao aparecen en el escudo de Armas que el Rey Felipe V dispensa a Guanabacoa el 14 de agosto de 1743, al otorgarle el título de villa. También aparecen en el cuello del uniforme para grandes solemnidades del cabildo de la Villa de Guanabacoa, autorizado por el Rey Carlos IV por real cédula del 21 de octubre de 1793.

Ataque inglés a La Habana en 1762

En el actual territorio de La Habana del Este, se escenificaron las primeras y más importantes acciones del ataque militar de Inglaterra a La Habana, desde el 7 de junio de 1762 hasta el 12 de agosto de 1763, a saber: bloqueo de sus costas, desembarco por Bacuranao, destrucción de su torreón, toma del Fuerte de Cojímar y asedio por tierra y mar del castillo del Morro; para lo cual decenas de miles de soldados ingleses recorrieron toda la franja costera desde Bacuranao hasta el Morro combatiendo con amplia superioridad en armas y hombres a los defensores, el Capitán de navío Luis de Velasco en el Morro y el Coronel Carlos Caro, en Cojímar y Bacuranao.

A estas fuerzas españolas se les unía el criollo José Antonio Gómez de Bullones (Pepe Antonio) quien, en los alrededores de la Villa de Guanabacoa organizó una milicia de 100 hombres con 8 fusiles y 70 machetes para hostigar a los invasores extranjeros.

Pepe Antonio con su milicia hostigó a una brigada de exploración inglesa el mismo 7 de junio al atardecer, en el espacio entre Cojímar y Guanabacoa, causándoles la muerte de 20 soldados, hacerle 23 prisioneros y ocuparles 150 armas, por lo que los ingleses tuvieron que retroceder y regresar a Cojímar.

El heroico hecho, ocurrido en las cercanías de Cojímar, ha sido considerado por algunos historiadores como la primera carga al machete en suelo cubano.

Poblamiento y desarrollo de Cojímar

Los primeros pobladores y poblados después de los aborígenes están vinculados a la fundación del pueblo de indios de Guanabacoa y el primer núcleo poblacional del actual municipio La Habana del Este lo fue Cojímar.

Las primeras referencias sobre la presencia estable de colonizadores en la zona datan de 1554, fecha en que ocurren mercedaciones de tierra en Cojímar y paulatinamente se va formando un núcleo poblacional. En 1633, existe constancia de la donación de mil ducados por los habitantes de Cojímar para la construcción del torreón en ese lugar. En 1649, al concluirse el mismo, el sitio lo poblaban 137 personas en 37 viviendas.

Aunque en realidad Cojímar nunca fue fundado oficialmente, se ha tomado como fecha de fundación del pueblo la terminación del castillo (15 de julio de ese año) aunque se celebra el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, estrella del mar y los navegantes, según la creencia católica, fecha en que, a partir de 1879, se celebraban las fiestas patronales del pueblo.

Cojímar existe como pueblo desde el siglo XVII, existía una prohibición de construir viviendas en los alrededores del castillo y no es hasta 1831, con la publicación de un edicto del cabildo de Guanabacoa, que se autoriza y dispone la construcción de viviendas, permiso al que estaba negado el comandante militar de la zona.

El propio Cabildo publica un edicto el 3 de noviembre de 1837 en el que le otorga a Cojímar oficialmente el nombre de “Nuestra Señora del Rosario”, en virtud de un oratorio establecido por Vicente González en la casa de Cecilio Jácome consagrado a dicha virgen desde 1823. El nuevo nombre impuesto por el Cabildo fue totalmente ignorado tanto por la población como hasta las propias autoridades españolas, que siguieron llamándolo Cojímar[36]

Cuando en Europa y Norteamérica se ponen de moda los balnearios veraniegos a mediados del siglo XIX, la burguesía criolla cambia su costumbre de veranear en los ingenios, cafetales o en las quintas de recreo del Cerro, Marianao, Puentes Grandes y Santa María del Rosario, para reunirse en las costas de la playa de Baracoa, El Vedado y Cojímar, el litoral más cercano con un amplio brazo de arena al fondo del estero, fue desdeñado por los semiaristócratas, a pesar de las ya conocidas riquezas mineromedicinales de sus aguas. Cojímar desde principios del siglo había sido descubierto por la población desposeída de los barrios pobres de Regla, Casablanca, Santa María del Rosario y Guanabacoa, lo que dio carácter de playa popular que mantuvo hasta el triunfo de la Revolución que dio el derecho al pueblo de bañarse en todas las playas y balnearios[37] La construcción de la carretera que enlazó la Villa de Guanabacoa con Cojímar, mediante colecta pública, lidia de gallos y una función en el Liceo de Guanabacoa el 10 de octubre de 1864, la apertura de confortables baños para familias blancas y personas de color (separados y con precios diferenciados) y la construcción de una ermita católica bajo la advocación de Nuestra Señora del Monte del Carmelo (Virgen del Carmen) en 1879, motivó a familias acomodadas de Guanabacoa principalmente, a construir casas para veranear en Cojímar y la edificación de varios hoteles en el pueblo lo convirtió en afamado balneario donde la gran población habanera veraneaba, condición de playa que mantuvo hasta mediados de la década de 1940 al abrirse la Vía Blanca, moderna vía de comunicación entre la Capital y Varadero que contribuyó al fomento de las hoy llamadas Playas del Este. En 1870, en pleno período de desarrollo balneario, se establece en Cojímar el punto de entrada y salida del cable submarino para la comunicación telegráfica entre Cuba y Cayo Hueso, en los Estados Unidos, operada por la empresa norteamericana Western Unión[38]

Finalizando el siglo, según el Padrón Vecinal, Cojímar aumenta su población a mil seiscientos trece habitantes. Desde los primeros tiempos, en Cojímar se asentaron pescadores de humilde vivir y aunque presentes en todas las épocas, nunca constituyeron fuerza mayoritaria de la población pues nunca excedieron de medio centenar que vendían el producto de su faenar en el resto del poblamiento, generalmente constituido por personas acomodadas que vivían en cómodas mansiones coloniales que constituyen hoy su centro histórico. Primeros baños públicos de Cojìmar.

José Martí publica el 30 de enero de 1891, en “El Partido Liberal” de México, su artículo nuestra América donde dice:

“... ¿Cómo somos? Se preguntan; y uno a otro se van diciendo como son. Cuando aparece en Cojímar un problema, no van a buscar la solución a Dantzig. Las levitas son todavía de Francia, pero el pensamiento empieza a ser de América[39]

Referencias

Fuentes

  • Martínez Gabino, Aida. “Prospección arqueológica de la costa norte de La Habana”. Editorial Academia, La Habana, 1976.
  • Martínez Gabino, Aida. “Arqueología de la costa norte de La Habana”. (inédito). En Fondos del Museo Municipal de La Habana del Este.
  • Núñez Jiménez, Antonio. “Geografía de Cuba “. La Habana, 1960