Actea (Ópera)

Actea
Información sobre la plantilla
Datos Generales
Autor(es):Hubert de Blanck
Año:1905
País:Bandera de Cuba Cuba


Actea. Drama lírico (inédita) de Hubert de Blanck de un acto y dos cuadros, cuyo libreto fue escrito por Ramón Espinosa de los Monteros.

Orígenes

Esta ópera fue compuesta en La Habana en el año 1905, cuando Hubert de Blanck casi se acababa de instalar en Cuba y había adquirido la nacionalidad cubana. De él se conocen algunas óperas y otras obras musicales y teatrales como zarzuelas. Actea muestra una vez más el interés del autor en los temas históricos y culturales y en ella se recrea una historia romántica en medio del feroz mandato de Nerón. Como la mayoría de sus obras, nunca se llegó a estrenar.

Personajes

  • Actea: joven de dieciséis años (soprano);
  • Amicles: su padre, sabio griego (barítono);
  • Lucio: (Nerón) (tenor);
  • Carioto: joven griego (bajo);
  • Esporo: esclavo de Lucio (contralto);
  • Léntulo: procónsul romano (bajo).
  • Otros: Jóvenes damas, patricios, caballeros, lictores, remeros, pueblo y coro de uno y otro sexo.

Argumento

La acción ocurre en Corinto, en el año 57 d.n.e., bajo el reinado de Claudio César Nerón. Es la época en que se celebran los Juegos Olímpicos de la región y existe un fuerte espíritu de entusiasmo en toda la ciudad.

Acto único

  • Cuadro I

(Escenografía):
Representa la escena un extenso jardín de la casa de Amicles. En segundo término, izquierda, una escalinata de mármol que conduce a la casa; en último término, izquierda, una cascada que figura caer al mar; en último término, derecha, una fuente con estatua. Arbustos, naranjos enanos, adelfas, gladiolos y varias otras flores. Al levantarse el telón, empieza a amanecer, y por ambos lados del fondo van apareciendo grupos de jóvenes de los dos sexos en trajes de fiesta.
(Historia):
Han de celebrarse los Juegos Olímpicos de Corinto y todos los jóvenes de la ciudad muéstranse entusiasmados por este evento. Carioto, uno de ellos, enamorado de Actea, la hermosa hija del sabio Amicles, se siente muy optimista respecto al triunfo que confía en conquistar, pues él espera, como su mejor lauro, recibir la mano de la joven. Después que los jóvenes han partido para el gimnasio, Actea queda sola y a poco llega un trirreme en la que viaja un extranjero, que no es otro que el malvado emperador de Roma, Nerón, con el supuesto nombre de Lucio, y su fiel esclavo Esporo. Actea da la bienvenida al recién llegado y, al aproximarse Amicles, lo presenta a su padre. El anciano recibe afectuosamente a Lucio, quien manifiesta su intención de tomar parte en los juegos. Cuando regresa Carioto, Actea lo acoge con cierta frialdad, y algo así como una nube de tristeza se alza en el tranquilo clima de sus amores. Retornan los jóvenes, y llenos de optimismo se disponen a tomar parte en el torneo.

  • Cuadro II

(Escenografía):
La escena presenta el mismo decorado del cuadro anterior.
(Historia):
Ha llegado el momento de celebrar la clausura de los juegos con la pugna poética. Están presentes Actea, Amicles, Carioto, el falso Lucio, el procónsul Léntulo y una gran masa de jóvenes y pueblo. Lucio, que ha resultado vencedor en las pruebas atléticas, también obtiene el triunfo en la contienda literaria al declamar su Poema de Medea, y de manos del procónsul es ceñida a sus sienes la corona que testimonia su éxito. Todos se marchan y quedan solos Actea y Lucio; este declara su amor a la bella griega, la cual, dominada completamente por la personalidad y gallardía del romano, cede a sus frases ardientes y se deja conducir a su trirreme. Cuando Lucio se dispone a escapar, lleno de orgullo, Actea descubre su identidad: es Nerón, el depravado emperador de Roma, y lo llama por su nombre. Mas Carioto, que llega, oye sus palabras. Al verse descubierto, Nerón increpa al joven griego por espiarle, pero este avanza resuelto, puñal en mano. Luchan y Carioto cae mortalmente herido. Nerón se apodera de Actea y con rapidez sube a su nave y se aleja rumbo a las playas romanas. Llega Amicles y encuentra a Carioto moribundo; de sus labios se entera del rapto de su hija y del nombre del raptor. Amicles, desesperado, solo atina a maldecir a Nerón.»

Bibliografía

  • Jorge Antonio González. La composición operística en Cuba. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1986.

Fuente