Acueducto Fernando VII 1835–1893

Acueducto Fernando VII 1835–1893
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Obra Arquitectónica  |  (Acueducto)
Descripción
Tipo:Acueducto
Localización:Cerro
Uso inicial:abasto de agua
Datos de su construcción
Inicio:1831 y 1835
Inauguración:1835

Segundo acueducto Fernando VII, surge como resultado del constante crecimiento de la población, el desarrollo socio económico alcanzado en el territorio y por el deterioro de las aguas de La Zanja Real.

Capitán General Dionisio Vives

Bajo el gobierno del capitán general Dionisio Vives, y promovido por el superintendente de Hacienda, Claudio Martínez de Pinillos, conde de Villanueva, se elevó al rey la solicitud encaminada a que se autorizase una nueva obra, la cual fue aprobada por Real Decreto de fecha 11 de enero de 1831, decidiéndose acometer la construcción del Acueducto de Fernando VII.

La dirección de los trabajos fue encomendada a los ingenieros Manuel Pastor (quien dirigiría la restauración del Palacio de los Capitanes Generales durante el gobierno de Miguel Tacón y Nicolás Tamayo).

1831 y 1835

Se acometió la realización de éstos entre 1831 y 1835, con un presupuesto ascendente a 808724 pesos. Partiendo de la toma existente en el río Almendares, próxima a la presa del Husillo para aprovechar la altura de las aguas represadas, éstas eran conducidas por un canal descubierto construido en la margen derecha del río, a través de una compuerta intermedia, hacia la Casa de Filtros, consistente en un estanque de decantación y dos de recepción.

Allí el agua pasaba a través de unos bastidores de tela metálica, ubicados en almenas que circundaban los tanques, colocando en el intermedio grava y arena. La reducida capacidad de estos estanques, unido a la lenta velocidad del agua en su paso por los filtros, así como el enturbiamiento de aquellas en los períodos decrecidas, obligaba a continuas limpiezas del sistema que no resolvían del todo el problema, convirtiendo en un fracaso la eficiencia del Acueducto de Fernando VII, en lo concerniente a la calidad de las aguas.

Con respecto al sistema de conducción, se previó la utilización de tubos de hierro para transportar el agua a lo largo de 7.5 km. hasta la Puerta de Tierra, con una diferencia de cotas de 22 metros, logrando una pendiente media de 3 milésimas.

Descarga de agua

Sin embargo, un error de cálculo al utilizar tubos de 11 pulgadas de diámetro interior, desde el Cerro hasta el Campo de Marte, dio como resultado una descarga de 3 850 metros cúbicos diarios, frente a los 40 000 previstos en el proyecto.

La sustitución ulterior de dicha tubería por otra de 14 pulgadas de diámetro interior, elevó dicha descarga a sólo 5 300 metros cúbicos diarios, lo que resultaba a un insuficiente para las necesidades de la ciudad en aquellos momentos.

Por último, tampoco la distribución por las viviendas, iniciada con estas obras, resultó satisfactoria, pues de las 13 000 casas existentes en la zona, fueron beneficiadas exclusivamente 2 500 con las denominadas plumas de agua.

En resumen, a pesar de la permanente lucha por el adecuado suministro del preciado líquido, ello aún estaba distante de ser resuelto en La Habana de mediados del siglo XIX, pues ni los dos acueductos, ni los 895 aljibes, ni los 2976 pozos recogidos en las estadísticas de 1846, alcanzaban para garantizar las crecientes necesidades de una ciudad que poseía ya una población ascendente a los 100 000 habitantes.

Sin embargo, no todo fue en vano pues desde la construcción de este acueducto, cesó la Hacienda Pública de pagar por acarrear aguas del río Luyanó para los hospitales, cuarteles y otros establecimientos públicos, incluso, la tubería principal de hierrofundido de 42 centímetros de diámetro, fue aprovechada en años posteriores y conectada en 1893 a los Depósitos de Palatino para conducir aguas de los manantiales de Vento.

Esta derivación provisional la había concebido Francisco de Albear desde 1878 para anticipar el nuevo servicio de abasto. La tubería conductora de 42 centímetros de diámetro partía desde la casa de filtros hasta alcanzar la Ciénaga, Cerro y Calzada del Monte; aquí se reducía el diámetro hasta 32 centímetros para continuar hasta la Puerta de Tierra de Monserrate, donde se ramificaba para surtir de agua a la ciudad debido a la dilatación de las obras del Canal por él proyectado.

En resumen, el Acueducto Fernando VII, inaugurado en 1835, conduciría el líquido a La Habana intramuros através de cañerías de hierro fundido aprovechando para la 12 toma de agua la altura de la represa El Husillo. Su objetivo de mejorar el suministro y las condiciones higiénicas en beneficio de la población, no se logró todo lo que se esperaba: hubo error del diámetro de la tubería y la pendiente para lograr la conducción por gravedad.

Como consecuencia de los 40 000 m3 que se esperaban solo llegaban a La Habana aproximadamente 4 000 m3. A pesar de estas deficiencias, fue un paso de avance por el uso de tuberías de distribución por las calles y servicios directos a viviendas, servicios y fuentes públicas.


Bibliografias

  • Intervención Sostenible en el Patrimonio Urbano, Industrial e Hidráulico La Habana.
  • Realizado por: Arq. /Eugenio Casanovas Molleda /Ing. Noemí Álvarez Quiñones.

Bibliografía consultadas

  • Documentos Consultados:1.MARDONESAYALA,MAYLIN:“Documento para Expediente de Declaratoria para Monumento Nacional.”,Ciudad de La Habana, 2006.2.MEDINA, MIRAIDA: «Acueductos de la ciudad (II) Fernando VII»2009.3.ALVAREZ QUIÑONES, NOEMI; GONZALEZ, ANABEL; DE LANUEZ, FRANCISCO; CAPOTE, MARIACRISTINA; BRUNET, RODOBALDO:“Las redes técnicas como patrimonio histórico-cultural: modernización del servicio y operación de las instalaciones”,Trabajo Final.
  • Curso de Postgrado /LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y LA PROTECCIÓN LEGAL DEL PATRIMONIO/,Profesora:Dra.Rosa María Yánez García,Universidad de La Habana,2009.4.
  • ALVAREZ QUIÑONES, NOEMI; CRUZ, NIURKA; PEDROSO, ARTURO; ACOSTA, ULICE; DELGADO, SANDRA /Surgimiento de los Acueductos de la Habana Colonial.
  • Trabajo Final CURSO DE POSTGRADO: “PANORAMA DE LA HISTORIA AMBIENTAL EN CUBA. ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS”,Profesor: Dr.Reinaldo Funes Monzote,Fundación Antonio Núñez Jiménez,2011

Fuentes